Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling.

Esta historia participa en el Reto Especial de Aniversario «Almas gemelas» del foro Hogwarts a través de los años.

En este drabble me he tomado algunas libertades con The Cursed Child; realmente es una presunción asumir que TODOS los niños Weasley (incluidos los niños Potter con excepción de Albus) son de Gryffindor. El que sus padres pertenecieran a esa casa no significa que a fuerza ellos también lo sean; el apellido no determina tu casa, un buen ejemplo de esto es Sirius Black.


I

Orgullo herido

con Albus Potter y Rose Weasley.

Para siempre primos seremos tú y yo. Una amistad especial del mismo árbol familiar.


—Mira a quién tenemos aquí; es Albus, nuestro pequeño traidor a la sangre.

Albus suspiró al recibir el comentario mordaz y lleno de malicia de Rose Weasley, quien por norma general no tenía nada mejor que hacer con su tiempo libre que andar detrás de él para recordarle una y otra vez que jamás sería la mitad de lo talentoso que era el héroe del mundo mágico, su padre.

Habían transcurrido sólo cinco años desde que ambos empezaron a asistir a Hogwarts en donde su supuestamente encantadora prima se había convertido en la Gryffindor más popular del colegio, una excelente cazadora que se creía que el mundo estaba a sus pies sólo porque tía Hermione se convirtió en la Ministra de Magia hacía algunos años.

Mientras Rose se engrandecía a base de su propio mérito, Albus se convertía en la burla de sus compañeros por diversas razones: ser el primer Potter en ser asignado a la casa de Salazar Slytherin, ser un inútil con la varita –la razón que su apodo sea Slytherin Squib– y que sorprendentemente hubiera entablado amistad con el hijo del enemigo de su padre: Scorpius Malfoy, su mejor amigo. Scorpius y Albus se parecían más de lo que cualquiera pensaría: ambos eran rechazados por razones diferentes en Hogwarts, en la propia Slytherin… aunque Scorpius era mejor que él académicamente hablando.

—Déjame tranquilo, Rose —pidió Albus poniendo los ojos en blanco. En el pasado, los insultos de ella le afectaban; ahora, había aprendido que le resbalaran por consejo de su hermano mayor—. ¿Por qué no vas a presumirle a Hugo de tu nuevo logro? —preguntó retóricamente.

—La única razón por la que no te digo Potter es que somos familia, desagraciadamente para mí —Rose gruñó enfadándose de la actitud de indiferencia de su primo.

—No nos mintamos, prima. Tú me odias a mí y yo no te soporto a ti; sólo ignorémonos de ahora en adelante y asunto zanjado.

—¿Asunto zanjado? ¡Eres la vergüenza de la familia! ¡Eres Slytherin!

—Molly y Roxanne también son de Slytherin —recordó Albus manteniendo la compostura, no valía la pena discutir con alguien que sencillamente no escuchaba para nada— y sigo desconociendo qué te ofende. Hay de todas las casas en la gran familia que somos los Weasley. Hasta de Hufflepuff que tienen la fama de ser la casa para los perdedores… ¿y te vienes a ensañar conmigo?

Rose se mordió el labio para no decir lo que realmente pensaba.

Si se había convertido en la bravucona de Albus, lo era aunque le doliera reconocerlo, fue por la traición que sintió desde el momento en que el Sombrero gritó «¡SLYTHERIN!» en lugar de «¡GRYFFINDOR!» además que Albus hubiera preferido antes a ese antipático de Malfoy que ella.

Rose fue más que su prima, fue su hermana y su mejor amiga.

—Eres patético juntándote con Malfoy —escupió sintiendo cada insulto que le daba a Albus.

—La patética eres tú.

Rose sólo pudo darle la razón en silencio; todo por su orgullo .