Esto llevaba mucho tiempo escrito, no sé por qué razón no lo subí antes. Pero bueno, aquí está.
Disclaimer: Los Akatsuki pertenecen a Masashi Kishimoto, aunque estoy negociando comprarlos con mi cuerpo (?)
Advertencias: Yaoi, chicos guapos y ¿dulzura? muy poca.
Pairing: SasoDei.
Dedicatoria: A Selene (TsukiDei), porque este fic nació gracias a un día, donde me dijo que se sentía mal y que iba a desconectarse, escribí esto en 5 minutos y cuando se lo iba a pasar, se había desconectado, creo que no lo ha leído. En ese caso, aquí está tu drabble.
Te quiero~~
(& a vosotras también, lectores, que si no os lo digo os ponéis celosos xD)
No me gusta verte así.
Pain había decidido dar unos días libres a los miembros de Akatsuki. Así pues, todos los miembros se dedicaron a hacer lo que querían. Excepto Deidara.
Al principio, había estado como siempre, con esa sonrisa socarrona, que nunca abandonaba su cara, sus ojos azules, penetrantes. Pero, al pasar los días, su semblante había ido cambiando, hasta que llegó a un estado de inactividad y pesimismo, que notaban todos los que se acercaban a él. Deidara, debido a todos aquellos días, que sólo ocupaba en pensar, había descubierto algo. Algo que entendía perfectamente, pero, que no sabría cómo expresar si le preguntaban. Se dio cuenta, de que él no era arte. Él hacía arte, era un artista, pero no era arte, y eso lo tenía sumido en una profunda depresión. Podía, perfectamente, crear explosiones, que fueran arte, pero él no sería arte hasta que no se convirtiera en una explosión. Y él sólo moriría cuando Pain quisiera, como siempre. Todos los miembros notaban que algo le pasaba, pero sólo le preocupaba a uno. Sólo le preocupaba a Sasori.
Sasori se había fijado en el rubio durante mucho tiempo. Y se había fijado en él de una manera mal vista por mucha gente, si se daba entre dos hombres.
Sasori estaba harto de ver a Deidara tan abatido, quería verlo reír, quería verlo explotar y explotando, quería que volviera su sonrisa, muchas veces burlona, y sus ojos, estrellas de maldad. Quería que volviera Deidara.
Sólo tenía que ir a por él, sólo tenía que levantarse, abrir la puerta y entrar en la habitación de Deidara.
Y así lo hizo.
-Deidara… -Sasori entró en la habitación y vio al rubio tumbado en la cama, con los ojos cerrados, que había abierto con la entrada del pelirrojo.
-¿Qué quieres? –dijo, mordaz. Sasori se sentó en la cama y acercó una mano para acariciar el cabello rubio de Deidara, este se aparta al ver la mano alzarse hacia él.
-Tú eres arte.
Deidara lo miró, preguntándose cómo demonios podía haber adivinado que lo que le pasaba iba por esos caminos.
-¿Qué?
Sasori lo miró, fingiendo desinterés.
-Oh, no me refería a tu arte, por supuesto, eso no es arte.
Deidara lo miró y se disponía a replicar cuando Sasori lo silenció haciendo un gesto con la mano.
-¿Qué buscan los artistas, Deidara? –no le dio tiempo a contestar-. Los artistas buscan belleza, da igual que la busquen en unas estúpidas explosiones –Deidara lo miró, furibundo-. O en marionetas, los artistas buscan la belleza. Tú eres bello, tú eres arte.
-¿Por qué haces esto, Danna? –Habló Deidara, después de mucho tiempo-. Yo no te he pedido que me consueles con tus estúpidas palabras.
Sasori sonrió.
-Porque no me gusta verte así –le dijo, y se acercó a él para juntar sus labios muy suavemente, en un beso que no llegaba a serlo. Y Sasori salió de la habitación, dejando al rubio sumido en sus pensamientos.
Deidara tenía los ojos fijos en el suelo. No me gusta verte así.
Y sonrió.
Awwww, boniito (LL
Bueno, lo de siempre:
¡Reviews!
Gracias, corazones~
