Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.

No recuerdo cómo surgió esto.

Halloween AU.


Fortuito

Ha muerto joven. Demasiado joven.

No le ha preguntado cómo porque no le interesa; en realidad no lo ha hecho porque no se atreve a hacerlo, no lo cree apropiado.

¿Siquiera sabe él lo que es apropiado y lo que no?

Tal vez sí, tal vez no. No lo sabe y prefiere no saberlo, cree que es mejor así.

La primera vez que le vio creyó que era sólo uno más en busca de caramelos esa noche de brujas pero ese mismo día se enteró que era el único que podía verlo. Él era el único que podía ver a ese niño de mejillas pecosas y cabello quebrado.

Y como es el único que puede verle se ha quedado con él; se pega a él en cada oportunidad que tiene y a estas alturas ya se ha cansando de intentar hacer que se aleje.

—¡Kacchan! —escucha a su espalda y da un respingo cuando las pequeñas manos del niño encuentran su peluda cola lobuna —¡Kacchan!

Suspira, está descansando sobre su costado derecho mientras espera a que el sol se alce por el firmamento. Gira la cabeza para ver al menor por el rabillo del ojo y con fastidio pregunta: —¿Qué?

—No puedo dormir —pero el niño ni se inmuta por el tono de voz que ha usado.

Da un largo bostezo y con cansancio rasca la base de su oreja izquierda. Es comprensible que él no tenga sueño, los de su clase no necesitan dormir. Pero él es un híbrido, él sí lo necesita.

—¿Podemos jugar? —pregunta aún con su cola entre sus manos.

Se levanta hasta quedar sentado y mira ceñudo al niño de peculiar túnica blancuzca.

—Tengo sueño —no le da tiempo al menor de protestar y con el brazo lo toma por la cintura para llevarlo al otro lado, justo contra su abdomen —así que iremos a dormir —dice al tiempo en que se acomoda otra vez sobre su costado y abraza al niño cual oso de felpa.

—¡Pero Kacchan—!

—Shh, duerme.

Con eso el menor se queda en silencio.

El tiempo pasa y ahora es incapaz de recuperar el sueño. Observa cómo el cielo se tiñe de colores más cálidos y los colores fríos se desvanecen, está amaneciendo y no ha podido dormir nada.

Baja la mirada para ver al infante, el cual se ha dormido entre sus brazos, casi sonríe ante la escena. Casi. Jamás ha sido considerado con los demás y ha preferido llevar una vida solitaria, por eso no entiende cómo ha terminado con la compañía de un niño inmortal.

Es cuestión de tiempo para que ese momento termine.

Y entonces, ¿qué?

El niño se mueve y dice su nombre entre sueños mientras se acurruca más con él.

Detesta lidiar con cosas tan complicadas. Rodea al infante con ambos brazos y trata de dormir un poco.

Después pensará en ello, por el momento se limitará a disfrutarlo.

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