Puddin.

De sólo pensar en él siento miles de mariposas revoloteando en mi estómago.

Se que me ama, lo hace a su manera y desde que lo conocí no me importó, porque creó que un poco de amor es mejor que nada.
Todos dicen que sólo me usa, que soy su títere, un muñeca que puede mover a su antojo y lo seguirá porque cree que lo ama.

Yo no "creó", lo amo, lo amo, lo amo. Lo amo en toda la extensión de la palabra, como si mi vida dependiera de ello y lo hace. Lo necesitó profunda y fervientemente como si fuera mi oxígeno, como mi propia droga personal. A veces creó que es tan destructivo como placentero pero no puedo dejarle, no lo haré.

Todos sólo hablan estupideces, no saben lo que dicen. No lo comprenden ni lo conocen, aunque no me interesa en lo más mínimo que lo hagan. Él es sólo un niño pequeño que quiere divertirse y encontrar un poco del amor y la aceptación que jamás recibió.
Él intenta amarme, él me ama pero no sabe demostrarlo. Me ama cuerdamente en su locura.

Es cierto, si, que a veces me grita, me insulta y me golpea, hasta intenta matarme pero él no sabe como mostrar su cariño hacia mi y yo lo soportó porque se que en el fondo lo intenta y algún día lo logrará. Se que también tiene miedo de que todos empiecen a hablar y crean que se ablandó si demuestra que esta enamorado.

Supongo que no tienes demasiadas alternativas cuando adoras a tu posible asesino.

Esta loco, si, pero oí que cuando no el amor no es locura, no es amor.

Yo se que en realidad no quiere hacerme daño, que mi puddin lo hace porque me lo merezco y cometo errores que no debería cometer. Porque quiere que yo sea perfecta y debería serlo. Sé que algún día lo lograre: seré perfecta y entonces podrá decirme que me ama con locura, me besara con una ternura tal que hará que mi corazón se derrita, gritara a los cuatros vientos que me ama y todo Gotham lo sabrá.

Oh, pobre y desdichado corazón el mío, ¿a quien quiero engañar?
Él jamás lo gritará, me besara tiernamente.

Pero entonces entra estrepitosamente por la puerta con una enorme sonrisa y como siempre no puedo saber de que humor esta hasta que me lanzó a sus brazos y exclamó:
-Mr. J, ¡te extrañe tanto!
Y según su respuesta puedo saberlo.
-Hola, Pastelito-Y me devuelve la sonrisa ensanchándola aún más.

Y luego pone su mano en mi cintura acercando a él y con la otra toma mi mentón para juntar bruscamente nuestras bocas en un desesperado y ansiado beso que hace estremecer hasta la mínima partícula de mi cuerpo, de pies a cabeza.

Haciendo que me olvide del mundo y los problemas, de todo menos de nosotros. Me sumo en una burbuja, cada beso se parece más y más al anterior.

Y yo estoy tan elevada en mi paraíso que no cabo en si de felicidad.
El amor es una droga que nos obliga a hacer cosas que usualmente no haríamos... y yo por él mataría.