Buenos los personajes no me pertenecen a mí, le pertenecen a la CBS Y sus creadores, lo que pasa en esta historia sale de mi prolífica imaginación, cualquier parecido con hechos de la vida real es pura coincidencia. Esto es solo por diversión. Sin más nada que decir, los dejo con la historia.

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Siento mí despertador sonar, lo miro, son las cinco en punto, aunque entro a trabajar a las siete mi cuerpo está activo desde muy temprano, rara vez me levanto tarde, en realidad mi vida es demasiado monótona, me levanto, me baño, desayuno, me dirijo al trabajo, vuelvo a casa, me doy una ducha y me acuesto a dormir; algunas veces traigo trabajo a casa. A veces simplemente quisiera un poco mas de emoción en mí vida personal.

Trabajo en el mejor laboratorio de Nueva York, en realidad soy la jefa; no voy a negar que me encanta mi trabajo, es mi vida, desde pequeña me ha gustado ayudar a la gente, por eso fui a la academia de policía, después de un tiempo me convertí en científica y también en detective.

Me levanto de la cama y me dirijo directamente al baño.

Cuarenta minutos después estoy completamente lista para irme, salgo de mi apartamento y me dirijo al estacionamiento.

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En una semana comienza las clases universitarias, fui aceptado en una de las mejores universidades de Nueva York, será muy difícil para mí y para mamá todo esto. Aquí en chicago está mi vida entera pero esta es una excelente oportunidad que no debo desaprovechar. Me quedaré con una amiga de la hermana de mamá; tengo entendido que es una CSI, muy buena por cierto. Me la imagino: debe ser una mujer de la misma edad de la tía Molly y esclavizada a su trabajo, su nombre es Stella Bonasera, apellido italiano. Según lo que me contó mi tía es una buena mujer, con principios, además es amable, cariñosa y comprensiva.

Mi madre dice que solo serán unos pocos días mientras encuentro algo de mi agrado y así todos somos felices. Lo último que quiero es vivir todo el tiempo que demora la carrera con esa mujer.

Solo he tenido la oportunidad de conocer Nueva York en contadas ocasiones, es una ciudad grande y muy movida, es muy diferente a Chicago, demasiado.

Ya todo está listo y arreglado para viajar, el vuelo sale a las nueve de la nueve de la noche, y estaría llegando a la media noche. En este momento quiero pasar el tiempo que me queda con mamá, después de la muerte de papá su única compañía he sido yo.

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Por fin ya estoy en el edificio en donde vivo, fue un día completamente agotador, casi y no atrapamos al asesino, en realidad fue un caso muy difícil.

Me cerco al buzón y tomo mis cartas. Voy directo a mi puerta, la abro, saco la llave, entro y con las mismas cierro. Hoy llega un sobrino de Molly, es una buena amiga, no pude decirle que no. Según lo que me contó el chico tiene diecisiete, (cumple los dieciocho este año) es muy inteligente, tranquilo y callado. Además solo serán unos pocos días mientras consigue un lugar de su agrado en el cual quedarse. Desde que entré a la universidad he vivido sola; será un gran cambio para mí, aunque yo me voy temprano y llego demasiado tarde.

Coloco las cartas que llevo en la mano sobre la mesa, entro a mí cuarto, me desnudo, tomo una toalla y me dirijo al baño para tomar una ducha.

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Estoy frente a la puerta, es muy tarde, miro mi reloj, son la una de la madrugada, estoy muerto del sueño, siento pena de tocar a esta hora, es muy tarde, ya debe estar dormida, lo último que quiero es incomodarla más de lo que ya debe estar esta señora. Según lo que me dijo el taxista este es el edificio y si no estoy equivocado esta es la puerta correcta.

Toco la puerta y escucho la voz de una mujer que dice –un momento- espero unos segundos y vuelvo a escuchar su voz, -¿Quién es?-

-…Hm, soy Mac Taylor- escucho el sonido de la puerta abriéndose. Me fijo en la mujer que me mira con sus penetrantes ojos verdes; su cabello es rizado: está algo húmedo, tiene unas piernas largas y tonificadas, su bata deja admirar sus curvas bien definidas y sus generosos y redondos pechos, es una mujer hermosa, creo que me equivoqué de apartamento.

-lo siento señorita creo que me equivoqué de apartamento- me mira confundida.

-¿No eres Mac Taylor, el sobrino de Molly?- la miro completamente sorprendido.

-¿Usted es Stella Bonasera?- ella solo asiente.

-me la imaginaba distinta- la vuelvo a mirar o mejo dicho admirar, va a ser unos días difíciles para mí.

-no entiendo-

-pensé que era una mujer de más edad- me mira intrigada.

-en realidad no soy muy joven que digamos- responde sonriendo.

-no pero…-

-¿Vas a entrar Mac?- pregunta divertida.

-si señora- respondo apenado y entro.

Cierra la puerta y me hace un gesto para que la siga, lo hago sin objetar.

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Es un chico demasiado guapo para ser sincera conmigo misma: es alto, uno setenta y cinco más o menos, en forma lo cual se puede ver a simple vista, sus ojos son azules como zafiros, tiene una mira inocente y muy coqueta, su voz es profunda y muy varonil para solo tener diecisiete.

Lo guio a la que será su habitación de ahora en adelante, -bueno Mac si necesitas algo solo tienes que decírmelo-

-está bien así señorita Bonasera- dice con timidez.

-se me olvidaba, si quieres darte un baño es la puerta del fondo, mi habitación es la del frente, puedes tocar si me necesitas-

-de acuerdo y señorita Bonasera- lo miro atenta.

-¿sí?-

-gracias por aceptarme aquí en su casa, créame que apenas consiga un lugar en el cual pueda quedarme me iré-

-Mac no te voy a mentir, si vas a estar aquí solo te pido que me respetes a mí y respetes mi apartamento. No me gusta el desorden ni extraños aquí, quiero mucha responsabilidad de tu parte, y si lo que me dijo tu tía Molly acerca de ti es cierto no creo que tengamos problemas. No quiero que me tengas temor, puedes confiar en mí y hablar conmigo solo si quieres- asiente y me sonríe.

-bien, buenas noches Mac-

-buenas noches- salgo de su habitación y me dirijo a la mía a descansar, este día que por cierto ya pasó fue muy difícil, gracias a Dios descanso hoy y mañana.

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La veo salir y entrar a su habitación, no dejo de mirarla hasta que cierra la puerta. Nunca se me pasó por la cabeza que sería una mujer tan hermosa y sexi, es una diosa, jamás en mi vida me había gustado tanto una mujer mayor que yo, mejor dicho nunca, pero ella es simplemente perfecta en todos los sentidos.

Bostezo, vaya que tengo sueño, abro mi maleta, saco unos pantalones de chándal y una camisilla, en este momento lo único que quiero es dormir, mañana tendré tiempo de organizarme bien y conocer más de esta mujer.

N/A: Hola, son las 12:20 a.m. en mi país pero no importa. Bueno eta es mi nueva historia espero les guste y la disfruten mucho. Para los que siguen mi otra historia ya pronto la actualizo así que saludos y muchos besos y abrazos virtuales.