¡Saludos! traigo esta historia que tenía por allí en la cabeza, no pretende ser muy larga ya que no es la idea y además tengo las otras historias pendientes y no mucho tiempo disponible, sin decir más espero que les guste dejen sus comentarios y quejas en los Reviews voy a estar muy feliz de leerlos.
NI OUAT NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN
El pasillo era silencioso, apenas se escuchaba su taconeo al caminar, el ruido resonaba en sus oídos penetrando hasta la última fibra de su ser, de vez en cuando miraba aquellas habitaciones selladas, ningún buen presentimiento le traía caminar por aquel siniestro pasillo, chasqueo la lengua incomoda como queriendo aliviar el malestar que le suponía toda aquella situación, nunca le había gustado hacer aquel recorrido ni mucho menos tener que pasearse por aquel lugar…el pasillo de la muerte o pasillo de los condenados.
Dio vuelta hasta entrar en una puerta contigua donde había un cuarto de interrogatorio vacío, allí se encontraba su viejo amigo Graham, permanecía de pie con las manos en los bolsillos del pantalón concentrado con mirada seria pero sin observar a nada en particular.
Se dio la vuelta al escuchar el resonar de los tacones en la habitación, su sonrisa amable y tristona solo termino por aumentar la ansiedad de la joven. Le dio un abrazo de bienvenida y la invito la sentarse ganándose una mirada interrogatoria por parte de la joven abogada.
¿Dónde está ella? –
Está en su celda... Solo quería explícate que…
¿Cómo voy a hacer el informe fiscal sin ella presente? –
Espera… la cosa es que me las he arreglado para que puedas hacer el informe en su celda –
¿Por qué? – cuestiono
Es solo que me parece más adecuada que esta habitación-
¿Te parece más adecuada su celda que la sala de interrogación? –
Es solo que….es más íntimo, creo que merece un poco de privacidad -
Aquí también la tendrá, no habrá nadie escuchando –
Su historia…tienes que prestarle atención…. Esta más allá de lo que dicen todos los informes hechos o lo que se dice en la prensa…
La joven ojeo la carpeta en sus manos, ya se había tomado el tiempo de investigar y leer los informes anteriores tal y como lo ameritaba su trabajo, suspiro sabiendo la razón por la cual su amigo se lo tomaba tan apecho.
-Graham… no lo tomes personal, no es bueno
- Me gustaría que pudieras entenderla
- ¿Importa ya?... Está condenada
-Lo se… pero siempre es bueno saber que alguien te entiende – Replico el joven apretando los labios con una angustiosa mueca.
La joven abogada arrugo la frente sin decir más, no le parecía apropiado involucrase así con los prisioneros, mucho menos los que eran condenados a muerte, para ella era mejor que estuvieran ahí, ya no eran aptos para estar en la sociedad, debían pagar sus errores, por eso la justicia les había destinado aquel final, sin embargo saber eso no le dejaba de producir una sensación incomoda, cruzo su mirada con la del joven agente, no lo cuestionaría más, sabía todo lo que había sufrido aquel hombre en su vida, sabia porque aquel caso lo conmocionaba tanto prefirió respetar esa voluntad y solo continuar con su trabajo, elevo la cejas y señalo la puerta.
-Llévame a su celda –
El joven asintió sonriendo con gratitud poniéndose en marcha de nuevo por el pasillo, caminaron al lado del otro en silencio, solo acompañados por el sonido de sus zapatos, ella volvió a sentir aquella sensación incomoda mientras caminaba entre aquellas celdas llamadas "habitaciones", algunas vacías, otras con mujeres condenadas a muerte que tendrían que esperar ahí por años hasta que se cumpliera la fecha de su condena, la única más cercana era la muerte de la mujer a la cual ahora se dirigía a interrogar.
-No tengas miedo… ella no te hará ningún daño, tampoco intentara nada –dijo el joven agente interrumpiendo sus pensamientos
-No podría aunque lo intentara – agrego la abogada con seguridad
Lo se … solo quería que lo tuvieras presente- sonrió orgulloso de su amiga
Llegaron frente a la puerta de dicha celda y la observaron algunos instantes, la bogada miro de reojo a su afligido amigo que se rascaba la desaliñada barba de tres días que solía lucir siempre, sabía que su mente viajaba por sus tristes y oscuros recuerdos de un pasado nada fácil que le había tocado enfrentar, el pasado de ambos no había sido nada fácil, pero a Graham los fantasmas solían perseguirlos más.
La joven carraspeo para interrumpir aquel flujo de pensamientos, haciendo que el sonriera de inmediato pero de forma forzada. La abogada devolvió sus ojos hacia aquella puerta concentrándose en aquel trabajo que le resultaba incómodo y un tanto inútil, documentar un informe sobre el caso detallado de una condenada a muerte a solo un mes para ser ejecutada no parecía útil para nada pero en todo caso era parte del protocolo.
Voy a entrar – dijo señalando la puerta con la cabeza
El agente asintió dando acceso a la joven a aquella resguardada habitación.
Toma todo el tiempo que gustes, llámame cuando termines –
Lo hare –
Hey…- la detuvo tomándola suavemente por su brazo – Por favor intenta ver más allá - La bogada bajo la mirada sin responder la petición, arrugo el entrecejo y entro a la celda en forma silenciosa.
La habitación estaba compuesta por un pequeño baño, una mesa con algunos papeles similares a cartas, una silla frente a la mesa y una cama en la que por supuesto estaba la prisionera… yacía sentada en una esquina de la cama con las piernas cruzadas y un libro en las manos, del cual no quitaba los ojos ensimismada de aquella lectura.
Era hermosa...puramente hermosa, la abogada había notado esa belleza en las fotografías del informe, pero nunca había pensado que en persona aquella mujer era incluso más hermosa de lo que podía describir, su cabello estaba perfectamente peinado e incluso tenía un leve maquillaje natural que enmarcaba las fracciones de su rostro, seguro algún privilegio tendría por su cercana condena a la muerte, la joven entrecerró los ojos pensando, que ni aquella indudable belleza que poseia la podía salvar de su destino ya escrito.
-Vendré después – dijo Graham a sus espaldas
Los ojos de la condenada abandonaron aquel libro que apretaba entre sus manos, para encontrarse con los de la abogada fiscal que estaba ahí para hacer un último informe sobre su caso. Se escuchó como la puerta se cerró dando a entender que Graham se retiraba para que la joven abogada hiciera su trabajo sin interrupciones.
Cuando la puerta se cerró tras ellas, el silencio siguió reinando en la habitación, aunque en las miradas que abogada y prisionera se intercambiaban dejaban interpretaciones al aire. La joven abogada finalmente se acercó con lentitud hacia la única silla de la celda y se sentó frente a la otra que se limitaba a observarla.
-Señorita White – la saludo formal
-Creo que es mejor que me llame por mi nombre de soltera…sería más conveniente – respondió con la misma neutralidad.
-Entonces será…Señorita Mills –
-Gracias – respondió la otra
La joven abogada sonrió condescendiente, abrió la carpeta para revisar sus papeles.
Mi nombre es Emma Swan soy abogada fiscal, estoy aquí para completar un informe antes de que cumplas con tu ultima condena –
La morena asintió sin mostrar mucha emoción al igual que su interlocutora que ojeaba aquellos papeles y sacaba una libreta de su bolso.
Regina White ….Regina Mills - Se corrigio la rubia – ¿Estas consiente de tu condena?
-Si Señorita Swan…estoy condenada a muerte -
Ambas se quedaron mirándose a los ojos. Con el peso de las palabras acabadas de pronunciar materializándose sobre sus cabezas, aplastando el sentido común con la contundencia de la realidad. Ambas lo sabían.
