Maldito amor.

Sumary: Harry Potter ha huido con Ginny el día de su enlace con Draco. Cinco años han pasado desde entonces, ahora se han vuelto a encontrar y sus errores resultarán más pesados de lo que pensaron. Drarry. Versión Mágica.


Capitulo 1: La fiesta.

La gente murmuraba dentro del salón de fiestas del Ministerio de Magia, los invitados habían acudido al enlace de Draco Malfoy, magnate de los negocios con, nada más y nada menos que, Harry Potter, salvador del mundo. Todos se habían quedado en shock o se habían desmayado cuando habían recibido las invitaciones, muchos creyeron que era una broma por lo que cual habían concurrido al lugar que habían pactado en la invitación. Habían visto a Draco en espera antes de que Romilda Vane se acercara a él con el rostro angustiado, le susurró algo y ambos salieron del lugar dejando murmuraciones a su espalda. En la oficina privada del ministro se encontraban Ron, Hermione, Draco, Astoria, Romilda y Colin; la rubia sollozaba abrazada a Draco que solo la sostenía silenciosamente, los amigos se miraban nerviosos entre sí y no sabían muy bien que decir.

-Creo… creo que deberíamos ir a decir algo-dijo Hermione de manera insegura, Ron asintió y los dos miraron a Draco.

-¿Astoria?-la rubia dejó de llorar para mirarlo-¿Irás conmigo?-Astoria lo miró confusa por unos instantes-¿Cómo lo prometimos?-cuando comprendió lo que le decía, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas-calma, todo estará bien, somos Slytherins, no lo olvides-ella asintió, respiró profundamente varias veces y súbitamente su rostro se quedó sin expresión alguna.

-¿Draco?-preguntó la castaña nerviosamente.

-Necesito tu ayuda en algo, Hermione-la castaña asintió.

-En lo que quieras-Draco la miró fijamente.


Harry cogió nerviosamente el sobre que había aparecido en el hotel que se quedaba, lo cogió sabiendo muy bien quien lo había mandado y se detuvo antes de abrirlo. Giró su mirada y observó a Ginny dormir tranquilamente en la cama, no quería perturbarla con ningún sonido por lo que se encerró en el baño. Abrió el sobre y leyó una letra conocida aunque no la esperada, no era la letra de Draco sino de Hermione.

"Harry Potter:

Draco me ha pedido decirte que no necesitas irte del país por lo sucedido, él ha salido de viaje en estos mismos instantes, lo sucedido con la gente invitada ha sido debidamente manejado. Ronald pide decirle a Ginevra que tampoco tenga miedo de ir a casa, Ron y yo también estamos yéndonos de viaje en este mismo momento.

Cabe resaltar que esta es la última vez que hablaremos, no volveremos a escribir y no queremos ningún contacto con ustedes, saldremos de su camino de manera permanente. No te molestes en disculparte tampoco, no es necesario, ni sincero.

Lamento haber llegado hasta esto pero nos obligaste a elegir y Ronald y yo hemos escogido de que lado nos quedamos.

Hermione Granger".

Harry arrugó la carta entre sus manos aguantando el llanto, todo era su culpa, por ser un maldito cobarde, por haber huido en un momento tan crucial en vez de haber hablado antes, antes, cuando aún se podía evitar todo este desastre. Le daba muchísima pena el haber dejado a Draco plantado. Lo amaba. Lo amaba realmente pero sus dudas habían salido a relucir en el peor momento, atormentándolo acerca de sus motivos para amarlo, se dejó llevar por Ginny cuando apareció en la puerta de su cuarto y le ofreció escapar. Porque ella también escapaba, escapaba de Astoria Greengrass, la persona de la que estaba enamorada y que le era muy difícil de aceptar por el mismo hecho de ser de su mismo sexo. Ginny no era homofóbica, él era su amigo siendo gay pero no era tan fácil cuando se trataba de ella misma lo cual cambiaba las cosas. Ahora por esta decisión había perdido a sus amigos y a la persona que amaba.


Cinco años pasaron desde el momento en el que Draco y los demás se marcharon, Ginny y Harry trataron de vivir una vida normal pese a su pena y la familia les daba el apoyo que podían pero era difícil, habían llegado a tomarle mucho aprecio a Draco y Astoria además que Hermione y Ron también se habían marchado y apenas y mandaban cartas en cumpleaños y festividades, nunca se comunicaban por chimenea y tampoco habían vuelto a visitar alguna vez. Narcisa estaba molesta con Harry y lo culpaba de la huida de su hijo mientras que Lucius lucía complacido por algún extraño motivo.

Harry había estado saliendo con Draco desde sexto año. Había empezado como una obsesión sobre sus planes maquiavélicos y había terminado en una sesión de besos salvajes en un aula abandonada. Les había tomado mucho tiempo a ambos el aceptar lo que sentían, sobre todo para Draco que tenía una misión y una amenaza pendiente sobre su familia. La noche en que se supone que iba a asesinar a Dumbledore, hizo un hechizo muy complicado para cerrar la puerta y dejó escapar a Dumbledore diciéndole a este que le echara un desmaius pero el mago se rehusó, los mortífagos entraron y ante todo pronostico fue Snape el que dijo el hechizo prohibido. Los mortífagos fueron destruyendo cosas a su paso mientras que Snape lideraba el regreso hacia Voldemort, Draco había quedado imposibilitado de huida porque los demás mortífagos lo rodeaban. Harry no iba a dejar que se lo llevaran, no iba a permitir que se lo quitaran, no ahora que entendía que lo amaba.

Llamó a los miembros del ED hacia fuera del castillo donde tuvieron una gran pelea contra los mortífagos, lucharon lo suficiente como para que pudieran sacar a Draco de ahí. Snape solo había mirado fijamente a su ahijado asintiendo imperceptiblemente, Draco le sonrió levemente despidiéndose mientras Harry lo cogía de la mano y se lo llevaba corriendo. El funeral de Dumbledore fue difícil para todos y el rubio jamás entendió porque el director se dejó matar cuando le había dado una oportunidad de escapar. Luego del funeral Draco se fue a vivir a Grimmauld Place con Harry, el moreno no estaba para nada dispuesto a que los mortífagos le pusieran una mano encima en venganza, porque sabía que Voldemort estaba furioso de que el rubio no estuviera con él.

En ese verano Harry le confesó sus sentimientos y Draco los correspondió. No hubo mucho tiempo para el amor pero ambos siempre lo llevarán en su memoria, una semana maravillosa que pasaron solos en aquella tétrica casa, entregándose todo lo que podían dar. Salieron de viaje junto con Ron y Hermione buscando los horcruxes, se habían estado moviendo mucho alrededor del país y todos tenían que admitir que con la ayuda de Draco habían estado más protegidos y habían avanzado más rápido. Fue durante su estadía en algún lugar cerca a Irlanda que la radio mágica dio una noticia terrible para el rubio, Astoria Greengrass, su mejor amiga en el mundo, había sido confinada en la mansión Malfoy hasta que él volviera. Se volvió loco, quiso regresar en el momento y apenas y pudieron impedírselo, era demasiado riesgoso y Harry no quería dejarlo irse, discutieron mucho sobre ese asunto, generando peleas grandes y celos enormes en el pelinegro pero al final hicieron un plan para entrar en la casa.

Su plan marchó bien hasta encontrar a Astoria, la rubia estaba pálida y un poco golpeada, Draco la había abrazado inmediatamente al hallarla y Harry tuvo que tragarse sus celos y pensar que solo eran amigos. Cuando intentaron huir los atraparon y lucharon todos, la repentina aparición de Dobby, el elfo, los salvó por los pelos de morir aunque el elfo si murió cuando Bellatrix lanzó una daga contra su pecho. Dobby los trajo a la casa de los Weasley, Bill, Fleur y Ginny estaban ahí e inmediatamente los ayudaron y curaron. Fue ahí donde Astoria y Ginny se conocieron. Draco estaba seguro de que había visto las chispas saltar desde el momento en que se vieron y a pesar de sus discusiones dejó a Astoria en la casa de los Weasley, no iba a arriesgarla por nada del mundo.

En otro de sus viajes se encontraron con Romilda Vane, que había huido junto con Colin Creevy, se unieron al grupo a pesar de que no sabían la mayoría de cosas que hacían pero ayudaron en todo lo que pudieron de todas maneras. Gracias a ellos dos fue un éxito su escape de Gringotts, habían conseguido otro horcrux más y ahora solo quedaban cuatro. Gracias a que Romilda tenía un hermano en el ministerio pudieron averiguar que era Umbrigde la que tenía el collar que buscaban. El plan de su entrada al ministerio no salió tan impecable como el de Gringotts, Ron y Draco se escindieron y llevó unos días que se curaran. Ahora tenían dos horcruxes en sus manos y necesitaban una manera de eliminarlos. Sin embargo todo no iba tan bien, Ron y Draco estaban actuando raro, ambos tenían la custodia de los horcruxes y sospechaban que eso era lo que los hacía ponerse así pero eso no evitó una gran pelea. Cuando ambos se fueron el corazón se le hundió a Harry, pasó noches llorando, escuchado las noticias y rogando que no hubieran hallado a Draco los mortífagos.

Fue entonces cuando los cuatro que quedaban decidieron aventurarse a ir al Valle de Godric, todo había estado perfecto hasta lo que sucedió con Nagini, escaparon por los pelos de Voldemort y regresaron muy heridos a su campamento anterior; Colin tenía un brazo roto mientras que la varita de Harry se había roto. Todo se había vuelto demasiado frustrante sin Ron y Draco a su alrededor. Harry se pasaba el tiempo leyendo el libro de la vida de Dumbledore sorprendiéndose de cada cosa que encontraba y amargándose más al saber que en realidad no conocía para nada al que había sido su protector. Fue una de esas noches que vio el patronus de cierva en el lago. Fue bastante estúpido por parte de Harry meterse a un lago congelado con el horcrux en el cuello pero bueno, Draco lo rescató. El pelinegro se sintió tan feliz de verlo que se lanzó a besarlo sin importarle el frío ni nada más, solo quería sentirlo cerca y a Draco le sucedía igual.

Ron fue el que interrumpió el momento tosiendo incómodamente, ambos se separaron y Draco le extendió a Harry la espada que había encontrado dentro del lago. Harry la rechazó y dijo que era él quien debía terminar con el horcrux, Draco no estaba para nada seguro y cuando lo intentó el objeto le habló, empezó a mostrarle cosas como Harry dejándolo y el rubio en un momento estuvo a punto de flaquear antes de que con un certero golpe lo eliminase. Fue entonces que Harry le juró que jamás lo dejaría. Regresaron al campamento donde una furiosa Hermione les gritó a los tres por idiotas, irresponsables y amargados pero estaba contenta. Los seis estaban contentos de haber eliminado los horcrux que tenían y Harry decidió confiar en Romilda y Colin para contarles lo que en verdad sucedía, ambos prometieron su ayuda y guardarían el secreto. Todo estaba muy bien, estaban planeando el siguiente movimiento y decidieron que era hora de volver a Hogwarts por otro horcrux que había dentro.

Llegaron dentro del colegio gracias a la ayuda del hermano de Dumbledore, Aberforth Dumbledore. Se encontraron con Neville dentro de ahí junto con un grupo que eran los rebeldes del colegio. Snape había tomado el mando del colegio y Draco se negaba a creer que su padrino era malo, no importaba cuanto insistieran los demás, Severus siempre sería para él su padrino cariñoso, preocupado y bueno que había sido siempre. Sin tiempo de discutir se repartieron fácilmente lo que debían hacer. Hermione y Ron tenían que buscar un horcrux en la cámara de secretos; Romilda y Colin irían por los profesores y ayudarían a los alumnos a salir. Harry y Draco se habían ido a la sala común de los Ravenclaws con Luna guiándolos, tenían que encontrar la diadema de Rowena. Alecto y Aymicus Carrow los esperaban ahí, lucharon y escaparon gracias a la ayuda de varios Ravenclaws. Harry y Draco empezaron a buscar esta vez a la hija de Rowena, la Dama Gris, les costó un poco convencerla pero al final les dijo la última vez que la había visto.

Volvieron a la sala de menesteres y la encontraron con los Weasley y Astoria dentro, Draco inmediatamente le dijo a la rubia que se fuera pero Astoria no cedió, quería quedarse y luchar, estaban discutiendo pero no había tiempo, Harry sentía por la cicatriz que Voldemort y sus mortífagos estaban en camino. Tuvieron que hacer salir a todos y volver a la sala de las cosas perdidas. Draco odiaba tener que volver a entrar en esa sala pero tenía que ayudar a Harry a buscar la diadema. Cuando la halló todo parecía ir bien pero se encontraron atrapados por Blaise, Crabbe y Goyle. Draco no quería luchar contra sus amigos pero aparentemente no le quedaba otra opción, estaban lazando hechizos por todos lados cuando el idiota de Crabbe convocó el fuego maldito. Todo se volvió un pandemónium, todos trataron de huir para salvar sus vidas. Ron y Hermione aparecieron milagrosamente en ese momento y les lanzaron escobas a Draco y a Harry. Draco no podía dejar a los que habían sido sus amigos por eso, a pesar de los gritos de Harry y los demás, se lanzó a buscarlos. Halló a Blaise cogiendo a un desmayado Goyle y se lanzó en picada para cogerlo. Pesaba demasiado.

En ese momento aparecieron los demás, Ron cogió a Blaise de la mano y Draco trató de coger a Goyle pero pesaba mucho, Harry fue a su lado a ayudarlo y entre los dos lograron subirlo a la escoba de Harry, Draco miró a su alrededor tratando de encontrar a Crabbe cuando escuchó un grito desgarrador, regresó rápidamente pero el fuego quería alcanzarlo de cualquier manera, tenía que maniobrar con mucho cuidado, vio a su amigo en lo alto de una torre precaria e intentó ayudarlo pero no podía, su mano resbalaba sudosa, la torre empezó a caer y vio la cara aterrada de Crabbe, lo vio agarrarse con todas sus fuerzas y Draco trató de ayudarlo todo lo que pudo mientras sentía que las lágrimas se estaban cayendo de su rostro. Harry tuvo que jalarlo cuando Crabbe finalmente cayó. Fue terrible pero no había tiempo de lamentarse, los mortífagos habían llegado y el castillo temblaba por la batalla que se llevaba a cabo.

Destruyeron la corona al momento, ayudaron en las batallas y se enfrentaron siempre protegiendo a Harry. Durante la confusión, Harry y Draco lograron salir en silencio hacia donde según la cicatriz de Harry estaban Voldemort y Nagini, estaban en la casa de los gritos. Fue muy difícil mantener a Draco callado cuando mataron a Snape, Voldemort salió de ahí y Draco lloró sobre el cuerpo de su padrino, lloró con amargura y dolor, Harry lo consoló lo mejor que pudo tomando la memoria que Snape le había dado. Regresaron al castillo donde las batallas habían cesado y estaban curando a los heridos y juntando los muertos. Draco se acercó hacia Astoria que se refugió en sus brazos llorando, su padre había caído muerto durante batalla. Harry se fue en ese momento a ver la memoria, fue muy difícil observar la verdad de todo y tomó la decisión de no dejar que más gente muriera por él. Fue a enfrentarse a Voldemort solo.

Sucedió lo que todos saben que sucedió. Cuando Harry volvió a despertar, supo que habían acabado con otro horcrux más ahora solo quedaban Nagini y Voldemort, los más difíciles. Cuando Hagrid lo cargó se sintió muy mal al escucharlo llorar, se acercaron y Harry pudo escuchar los jadeos horrorizados. "¡NO!" escuchó el grito horrorizado de Draco cuando Voldemort dijo que lo había matado, escuchó sus sollozos ahogados mientras probablemente era retenido por sus amigos. Voldemort le estaba diciendo al rubio que le perdonaría todo si volvía ahora mismo. Harry no iba a darle ni la oportunidad de pensarlo, se bajó de un salto de los brazos de Hagrid y corrió lanzando hechizos hacia Nagini, Voldemort fue tras él y la batalla volvió a seguir. Draco suspiró aliviado por un momento antes de batallar con algunos mortífagos, vio brevemente a su madre y se juntó con ella para batallar a los demás, su madre inmediatamente empezó a pelear contra sus propios compañeros y se quedó a lado de su hijo, Lucius se les unió poco después y la familia luchó contra los mortífagos. Draco le señaló a Neville el sombrero seleccionador durante una distracción y el Gryffindor sacó de ahí la espada, tomó valor y mató a Nagini. Por otro lado se daba la pelea de Harry cuando pronunció el hechizo que acabó con todo, todos festejaron y los mortífagos restantes huyeron o fueron apresados.

Draco abrazó fuertemente a Harry cuando lo vio vivo pero tuvo que soltarlo ya que todo el mundo quería estar con él, se fue junto con sus padres a la Mansión, a reparar lo que quedaba y reiniciar sus vidas. Estuvo varios días ocupados igual que los demás y tan cansado que se sorprendió al ver que ya había pasado un mes. Pensó en Harry, esperaba que estuviera bien y retuvo sus lágrimas, estaba seguro que esa relación no iba a durar más allá de todo este lío, él iba a sentar cabeza ahora como el héroe que era y seguiría el camino marcado para él, lejos de Draco. Fue en una de esas noches que Harry llegó sorpresivamente a su ahora reconstruida casa. Estaba furioso porque no se había comunicado con él, Draco trató de rechazarlo, de alejarlo, de "mandarlo por el buen camino" pero Harry rechazó con vehemencia sus excusas y lo besó marcándolo hasta el alma con su amor.

Decidieron seguir juntos, Draco aún se sentía inseguro por lo que pidió que lo mantuvieran en secreto, Harry no quería esconderse pero respetaría lo que Draco quería. Sin embargo, cuando ambos habían acabado de amarse y solo se quedaban tumbados en los brazos del otro, no podían evitar las dudas en sus mentes. Harry simplemente no entendía por qué Draco quería esconderse, ya todo había pasado, era un héroe, nadie podría decirles nada y tampoco tenían que avergonzarse de nada. Draco solo se preguntaba cuanto duraría esto, cuanto tardaría Harry en marcharse de su lado, avergonzado de salir con un hombre. Cuando Harry le pidió matrimonio fue uno de los momentos más felices en la vida de Draco, aceptó y supo que Harry lo amaría por siempre, aceptó invitar a todo el mundo (aunque eso no lo complaciera) y esperó en ese altar, más Harry nunca se presentó.


-Harry-Ginny entró en su oficina-el ministro mandó esto, dice que es bastante importante que asistas-Harry cogió el sobre curiosamente. Era jefe de los aurores ahora, había concretado exitosamente la carrera y había ganado rápidamente ese puesto. El mundo mágico se había ordenado y vivían en relativa paz, había algunos mortífagos aún sueltos causando poco revuelo y algunos jóvenes que empezaban a hacer travesuras, su trabajo era tranquilo, solía hacer más trabajos de protección con empresarios ricos que otra cosa.

-Es una invitación a una fiesta privada…-dijo leyendo antes de que el aire se le atorara en la garganta, sus ojos se abrieron de par en par.

-¿Qué sucede?-preguntó Ginny alarmada, le quitó la carta de la mano y se llevó una mano a la boca horrorizada-Oh, por Merlín, Harry, son ellos-el pelinegro le arrebató la carta para poder mirarla incrédulamente.

"Señor Potter:

Lo invitamos a la fiesta privada que realizaré en mi hogar en honor a la llegada de los héroes de guerra: Ronald Weasley, Hermione Granger, Romilda Vane, Colin Creevy, Astoria Greengrass y Draco Malfoy. Esperamos su asistencia siendo uno de los invitados principales.

Atentamente.

Kingsley Shacklebolt.

Ministro de Magia."

Harry arrugó el papel en su mano sin poder creerlo realmente, regresaban, todos, después de cinco años en los que no habían visto ni siquiera su sombra ni una foto en una revista. Iban a venir quien sabe por qué. Harry rememoró el día en que decidió no asistir a su propia boda, después de la carta fueron donde los Weasley, tanto Ginny como Harry podía decir que se sentía la tensión en la habitación y con el pasar de los días habían varios susurros alrededor de él pero nadie comentaba nada, todos se habían quedado callados respecto a lo sucedido y Harry no sabía si agradecerlo o frustrarse. Con el tiempo dejó de prestar atención y se centró en su carrera, dejó que el dolor lo atrapara en las noches oscuras en su cama, sin más compañía que sus recuerdos y sus anhelos de volver a verlo. Ahora estaba de regreso.

-¿Qué harás?-preguntó Ginny en voz baja.

-Asistiremos, los dos-dijo con firmeza-ha llegado el momento de dar explicaciones.


La casa del Ministro estaba elegantemente decorada, en honor a los invitados que hoy regresaban. Harry y Ginny habían llegado temprano y nerviosos, muchos empezaron a hablar a su alrededor al verlos llegar juntos pero ellos los ignoraron, no era la primera vez que los involucraban de alguna manera sentimental. Cuando anunciaron la llegada de los invitados de honor Harry empezó a sudar copiosamente, Ginny tomó su mano para hacerlo calmarse y para calmarse ella misma de paso. Ginny no había olvidado a Astoria, ni mucho menos, aceptaba que había sido una completa idiota al huir y llevarse a Harry de paso. El pelinegro nunca la culpaba pero Ginny sentía que debía hacerlo, ella había arruinado su vida por una tontería, ahora solo esperaba que Astoria la escuchara y tratara de entender su momento de estupidez.

La primera pareja en entrar fue Romilda del brazo con Colin. La morena había cambiado, dejando atrás los 17 años que tenía cuando se les unió. A sus 22 años su figura se había estilizado y tenía un aire elegante que no lo había tenido en sus años en Hogwarts. Colin también había cambiado, mostraba serenidad en su rostro masculino y su porte era de por más elegante y calmado. Los siguientes en entrar fueron Hermione y Ron: ambos habían cambiado muchísimo, su amiga había dejado atrás sus desordenados rizos castaños para tener un cabello elegantemente lacio y recogido, había crecido un poco mientras su cuerpo se había vuelto grácil, delicado y lleno de discretas curvas. Ron también había cambiado, su cabello pelirrojo estaba peinado perfectamente hacia atrás dándole un toque serio y fresco a la vez. Había crecido aún más y vestía un traje elegante que no concordaba para nada con la imagen de adolescente desaliñado que solía tener.

Al último entraron ellos.

Astoria y Draco entraron al salón del brazo. Astoria iba elegantemente ataviada de un vestido color salmón largo, con gran escote revestido en encaje, con la falda cayendo suelta alrededor de su suave figura, estaba definitivamente más hermosa de lo que había sido a sus 18 años. Draco lucía guapo, elegante, varonil, con un aire de poderío que salía por sus poros; había crecido y ese traje de etiqueta gris le quedaba increíble a su trabajado y atractivo cuerpo. Ginny se sintió avergonzada del vestido verde con negro que se había puesto, se sentía simple a lado de Astoria. Harry se quedó súbitamente sin respiración al verlo, Merlín ¿Cómo era posible que estuviera incluso más guapo que antes? Era inconcebible, parecía un ángel vengador vestido todo de gris, una dolorosa punzada se formó en su pecho al saber lo que había hecho. La gente los saluda con respeto y alegría, ellos eran parte de los héroes que habían ayudado a salvar al mundo mágico.

-Harry-el pelinegro le sonrió al niño que solía seguirlo a todos lados con su cámara, en serio había cambiado-me alegra verte, ha pasado mucho tiempo.

-Yo también me alegro de verte, Colin-dijo Harry sinceramente, Romilda se acercó a ellos con un gesto frío e indiferente.

-Potter-saludó con un asentimiento-circula, Colin, ya lo sabes-dijo la pelinegra con una ligera sonrisa y se fue.

-No te preocupes por ella-dijo Colin viendo como Harry lucía un poco extrañado por su actitud-encontrarás las mismas reacciones en los demás así que no te sorprendas.

-¿Tú también tomaste un lado?-preguntó en voz baja con los ojos clavados en su copa de champagne.

-Soy neutral-dijo Colin sonriendo luego se puso serio-pero ellos no lo son… nos vemos luego-se despidió para ir a circular como Romilda le dijo. Harry tomó un sorbo de su copa antes de dirigirse hacia donde el ministro le hacía señas, su corazón se aceleró al ver que los cuatro estaban ahí, vio de reojo como Ginny también se dirigía hacia ese lado.

-Ven a saludar, Harry-dijo Kingsley sonriendo-ha pasado tiempo desde que estuvieron reunidos ¿no?-todos sonrieron incómodamente. Harry no pudo evitar dirigir sus ojos hacia Draco.

-Tiempos agradables-murmuró Ron en voz baja y Hermione lo miró con advertencia y sonrió cordialmente.

-América era demasiado interesante como para regresar-dijo la castaña con fría calma. Draco no había mencionado nada y se limitaba a escuchar su conversación.

-Bueno, los dejo ponerse al día, si me disculpan-se retiró dejándolos en un silencio incómodo.

-¿Cómo han estado, Hermione?-preguntó Ginny tímidamente, la castaña casi la traspasó con la mirada.

-Perfectamente-dijo con una sonrisa falsa, la pelirroja quería encogerse en sí misma pero ella no era una Gryffindor por nada, respondió con el mismo tipo de sonrisa.

-Hace mucho no te veía-musitó Harry en voz baja. Los demás se quedaron en silencio mientras la mirada plateada se posaba lentamente en los ojos verdes. Fue instantáneo, como la primera vez que se vieron. Poco faltaba para que salieran chispas entre ambos. Draco apartó su mirada algo confundido por sus sensaciones y volvió a mirarlo esta vez con una mueca irónica en el rostro.

-¿Me pregunto por qué será?-dijo-hemos estado en países diferentes, Potter, es obvio que no has podido hallarme-a Harry no le gustó oír su apellido en sus labios, le recordaba a cuando se llevaban mal en el colegio, sin embargo, Draco no lo había ignorado.

-Permiso-dijo Ron yendo hacia donde se encontraba su madre con Hermione a su lado. Molly Weasley se contuvo de gritar al verlo y sonrió feliz por ver a su hijo de nuevo, se entretuvo regañándolos un rato por su desaparición.

-El ministro me llama, Draco-dijo Astoria con voz suave-te alcanzaré luego-el rubio asintió, ella le dio un cariñoso beso en la mejilla y se marchó. Harry se tragó sus celos al ver ese gesto y Ginny se despidió rápidamente para seguirla. Draco y Harry se quedaron en silencio.

-¿Podemos hablar en privado?-preguntó el pelinegro en voz baja, Draco lo miró con absoluta tranquilidad y asintió. Hicieron su camino hacia el balcón para que nadie los oyera, Draco se apoyó en el barandal mirando hacia el hermoso jardín del ministro-Ha pasado mucho tiempo.

-Lo sé-dijo el rubio con voz suave.

-Yo…-dudó-quería disculparme.

-No es necesario-dijo Draco sin mirarlo.

-Sí, si lo es, fui tan estúpido…

-Potter, no-dijo el rubio con dureza antes de mirarlo con esos ojos grises tan fríos- no quiero hablar de eso, no hoy, no mañana, no nunca. Eso es el pasado y el pasado ya lo dejé atrás hace mucho-Harry tuvo que tragar compulsivamente a menos que quisiera soltarse a llorar ahí mismo.

-Draco…

-Draco, cariño-ambos se giraron y observaron que el grupo estaba ahí, Hermione, Ron, Astoria, Romilda y Colin, las puertas del balcón estaban cerradas, Hermione se acercó al rubio posando una mano en su brazo-¿Se lo has dicho?-preguntó con seriedad, Draco negó con la cabeza.

-¿Qué sucede?-Hermione lo miró con frialdad.

-Es algo importante lo que debemos hablar-dijo la castaña mirando hacia sus compañeros, ellos inmediatamente pusieron protecciones a su alrededor e insonorizaron el lugar-, no hemos regresado por voluntad aquí.

-¿A qué te refieres?

-Necesitamos tu ayuda como auror-dijo Astoria adelantándose, su porte majestuoso no se había perdido pero sus ojos parecían suplicantes-, tememos por Draco.

-Estoy bien-murmuró el rubio poniendo sus manos en sus bolsillos-no es tan grave como lo están haciendo sonar.

-Esta es la quinta vez que tenemos que mudarnos de lugar, Draco-dijo Colin con serenidad-, dijiste que esta vez nos harías caso a nosotros-el rubio suspiró y alzó la mirada.

-Hay una persona que lleva acosándome casi dos años, es una persona sigilosa que sabe cubrir muy bien sus huellas y que sabe de magia negra porque ha logrado pasar varias veces nuestras protecciones para dejar extraños regalos.

-¿Regalos? ¿Has guardado alguno?-preguntó Harry actuando como auror rápidamente, Ron movió su varita e hizo aparecer un muñeco, era idéntico a Draco y parecía tallado a mano, Harry lo convocó con la varita y empezó a recitar en voz baja varios hechizos que hicieron que del muñeco salieran varios tipos de luces.

-¿Qué pasa?-preguntó Romilda curiosamente.

-Cada mago deja una señal única de magia cada vez que la utiliza-dijo mirando pensativamente los colores de las luces-estoy seguro que ya he visto esta señal, la buscaré en el registro lo más pronto posible, mientras tanto tienes que quedarte en un solo lugar, mandaré a algunos aurores para que hagan unos hechizos especiales de defensa mientras investigo esto, no deberá tomar más de dos horas-dijo con seguridad, a Draco le sobrecogió verlo de esa forma, tan seguro de sí mismo, fuerte, sabio. Se mordió el labio y desvió la mirada.

-Haremos lo que has dicho-dijo Astoria mientras los demás empezaban a salir para retirarse, la rubia miró a Draco pero este seguía quieto así que salió en silencio.

-Gracias-dijo en voz baja.

-No dejaré que nadie te haga daño, Draco-dijo Harry mirándolo intensamente, el rubio desvió su mirada, asintió levemente y se giró para irse-Draco, no te vayas, yo…

-Estoy casado-soltó a bocajarro. Harry se quedó con la boca abierta y los ojos como platos.

-¿Qué…?-la voz se le cortó, tenía un gran nudo en la garganta-¿Con quién?-Draco se encogió de hombros sin responder.

-No es necesario que lo sepas, solo quería que supieras que lo de nosotros jamás volverá a suceder-dijo con firmeza antes de salir, Harry se había quedado estático en su sitio, Ginny entró corriendo en ese momento y se abrazó al pelinegro sollozando.

-¡Astoria se ha casado con Draco!


Bien, hasta aquí mi capitulo, espero que les guste, saludos

Letty Malfoy.