Buenas...
Pues otro fic... ya que abandono uno, hago otro.
LOS PERSONAJES PERTENECEN A J.K.ROWLING
-¿Se puede saber porque no viene? – preguntó un ya histérico Ron mientras se cruzaba de brazos.
-Ron, relájate. Seguro que está a punto de venir, no te impacientes.- dijo Harry por tercera vez en menos de cinco minutos.
Estaban los tres –Harry, Ron y Ginny- en un vagón; Ron histérico, gracias a Hermione, que no aparecía; Harry ya cansado de repetirle a Ron que se tranquilizara; y Ginny en su propio mundo, leyendo una revista del corazón. Iban a cursar su séptimo año, y las cosas habían cambiado, y para bien, si se podía decir así. Voldemort no estaba muerto, pero últimamente – a causa de un ataque sorpresa a la sede central, en las afueras de Budapest- esta "inactivo", ya que el ataque había sido bastante violento. Otro cambio… las personas crecen a medida que pasan los años, y nuestro chicos no son la excepción, habían cambiado¡y que cambios! Harry ya no era aquél niño delgaducho, que va, ahora era un chico en el cual las largas horas de quidditch habían hecho efecto, musculoso y tremendamente guapo; Ron no se quedaba atrás, aunque él ya era de formación alta y cuadrada, el quidditch también había hecho sus efectos; y Ginny,… bueno, Ginny era una chica, y ya se sabe, empiezan a nacer las curvas, y que curvas…, la mirada cambiaba, la sonrisa…, en resumen, en una chica, la adolescencia la cambia totalmente.
-Es que estoy preocupado… No he sabido nada de ella en el verano, y ahora llega tarde. ¡Son las once y veinte! Debería estar aquí a las once en punto, y ella es puntual.- dijo Ron con enojo e intranquilo.
Ginny resopló y pasó de página con brusquedad. Se estaba hartando ya de ese tema…
Ron y Harry la miraron, Ron con cara de psicópata y Harry con cara de cansancio y ternura a la vez, al fin y al cabo, era su novia.
-Seguro que tú sabes algo…- amenazó Ron a Ginny.
-Si supiera algo ya te lo hubiera dicho con tal de que te calles, llevas diez minutos con la misma historia, pareces un disco rallado.- dijo Ginny con mal humor.
La "agradable conversación" se vio interrumpida por unas voces familiares en el pasillo.
- … aún no me puedo creer que hayas conseguido esa americana femenina, está realmente buscada por todas las lectoras de Corazón de Bruja, es lo que más se lleva en esa temporada… incluso miré en el Londres muggle, pero no había ni rastro de ella. Lo que pasa es que no la combinas bien, esa americana con un toque marrón café en tus labios serían un perfecto conjunto, sobre todo porque es igual que tus ojos… y también podrías pintarte un poco los ojos…- dijo Parvati emocionada. Seguramente ya estará dándole la paliza a alguien con sus consejos de moda…
- Y los zapatos, por favor, Hermi…- dijo Lavander con la misma voz que Parvati, seguramente tendrían a su presa en medio.
Los chicos se miraron. ¿Hermi¿Hermione Granger?
-Gracias a Merlín.- dijo Ginny mirando el cielo- Haber si por fin se calla el estúpido de mi hermano. Gracias.
Ron le dirigió una mirada asesina a su hermana, mientras que Harry negaba con la cabeza mientras esbozaba una sonrisa. Las chicas continuaron torturando a Hermione.
-… vale, son bonitos, pero dale un poco de alegría a la vida, Hermi… no se, unos tacones, aunque sean bajitos, esterilizan mucho más tu figura, y tienes una figura estup…- continuó Lavander con el tema de los zapatos.
-¿Y vuestros padres os aguantan por Navidad y por las vacaciones de verano? Les enviaré flores… - comentó Hermione divertida.
-Que graciosa… en serio, Hermi, tienes una figura estupenda, unos tacones te harían ver mucho mejor, de verd…- continuó dándole la lata Parvati.
-Que os quede claro a las dos, no pienso subirme a un andamio para ir por la calle.- dijo Hermione mirando a Parvati y a Lavander amenazadoramente.
-Vaaale… pero dinos dónde has comprado esa americana, porque nosotras no…- empezó Lavander.
La puerta del vagón se abrió, y lo primero que vieron los chicos fue a una Hermione realmente cambiada. Ya no era el mismo ratón de biblioteca de dientes largos y pelo enmarañado; ahora era una bella chica de diecisiete años, con las curvas desarrolladas en su lugar correspondiente. Vestía unos tejanos normales y corrientes, una americana femenina blanca que daba a ver una camiseta de tirantes azul oscuro, una gorra deportiva blanca que imposibilitaba que le vieran el pelo y unas manoletinas blancas también. Arrastraba a su habitual baúl, que seguramente estaría lleno de libros, y su jaula con el gato. Detrás de ella, la seguían dos chicas, Lavander Brown y Parvati Patil.
-Os lo digo si os calláis.- dijo Hermione mirando a las chicas.
Las chicas dieron unos pequeños saltitos y sonrieron, cosa que hizo que Hermione rodara los ojos.
- En el paseo de Gracia, en Barcelona.- dijo ella simplemente. Giró la vista hacia los chicos.- ¡Ginny!
La aludida se levantó y fue a abrazar a su amiga, mientras que Lavander y Parvati hablaban emocionadas sobre algo relacionado con un pintauñas mágico.
-Hola a ti también, Hermione.- se quejó Ron, al cual ya se le había pasado un poco en enfado, pero tan sólo un poco.
Hermione se separó de Ginny- que resopló al sentir a su hermano- y abrió los brazos, como si esperase a que Ron la fuera a abrazar. Él, al ver el gesto de Hermione, se levantó de la butaca y la abrazó. Al notar que ella posaba su manos en su espalda, no pudo evitar sonrojarse, cosa a la que Harry sonrió. Cuando se hubo separado de Ron, miró a Harry y se tiró encima de él mientras lo abrazaba, cosa que él correspondió.
- No es que no quiera, pero Ginny es bastante celosa, así que no seas tan efusiva.- le susurró Harry al oído de Hermione.
Ella abrió la boca de par en par y miró a Harry, preguntándole con la mirada si estaba pasando lo que pensaba. Harry sonrió y asintió con la cabeza. Hermione giró la cabeza bruscamente hacia Ginny y se levantó de Harry rápidamente.
-¡No me lo habías contado!- le dijo Hermione divertida haciéndose la ofendida.
- Si no hemos hablado desde finales del curso anterior.- dijo Ginny mirándola- Y nosotros queremos saber dónde has pasado las vacaciones,…
-… como has estado…- continuó Harry.
- … o cuantas lecciones te has empollado durante el verano.- finalizó Ron.
-Parecéis Fred y George.- comentó Hermione sonriendo.
-Es verdad… ¿Y tu que hacías en Barcelona?- preguntó Parvati incluyéndose en la conversación.
-¿A ti que te parece?- le preguntó Hermione mirándola.
Parvati iba a contestar una de sus tonterías, pero Ginny se adelantó.
-¿Fuiste de vacaciones a Barcelona? – le preguntó Ginny sorprendida.- Creía que ibas a hacer un viaje cultural…
-¿Y quien ha dicho que no lo he hecho?- le preguntó Hermione mientras se sentaba al lado de Ron.- Visité el MNAC, la Sagrada Familia, Caixa Forum, La Pedrera, El Parque Güell, la Torre Agbar, el Castillo de Montjuïc, el liceo, el Palacio de la música, el Palacio Sant Jordi y el Cafè dels Cuatre Gats, o una cosa así se llamaba.
Los chicos la miraron como si estuviera hablando en mandarín.
-A mi sólo me suena la Sagrada Familia.- comentó Harry.
- Es lo más famoso.- dijo Hermione mientras se quitaba la gorra y la dejaba a su lado.
Lo que vieron las dos cotillas oficiales de Howgarts –Lavander y Parvati- fue música celestial para sus oídos, o lo que es lo mismo, el enmarañado pelo de Hermione se había convertido en un radiante y liso pelo, menos las puntas que las tenía algo onduladas. El pelo le debería llegar hasta casi media espalda y llevaba unas mechas rubias.
-¿Qué te has hecho en el pelo?- preguntaron maravilladas ellas dos, mientras que los demás la miraban como si la viesen por primera vez.
- Unas cuantas mechas, por las insistencias de mi madre y un amigo. Me arrastraron, literalmente dicho, hasta una de las peluquerías de Llongueras para ver si tenían algo para que pudiese dominar un poco mi pelo. Al dármelo, yo ya pensaba irme, pero no, mi amigo quería que me llevase un buen recuerdo de Barcelona, aparte de él, así que me obligó a hacerme unas mechas, y ese es el resultado de una hora delante de un espejo y escuchando a mi amigo dándome razones por las cual tenía que hacerme mechas.- dijo Hermione sonriendo.
- ¿A una peluquería de Llongueras¡No me lo puedo creer! Es uno de los mayores peluqueros de nuestra generación, hace milagros con el pelo.- exclamó Lavander emocionadísima mientras cogía un mechón del pelo de Hermione.
-Ahora eso no importa, Lavi. ¿Conociste a un español?- preguntó Parvati, cosa a la que Hermione respondió asintiendo con la cabeza ante la atenta mirada de los chicos- ¡Son guapísimos! Sobretodo Hugo Silva, está cañón…
- ¿A si?- preguntó Ginny entrando a la conversión.
Hermione rodó los ojos y miró a Ron, que no parecía muy contento.
-¿Y a ti que te pasa?- le preguntó ella mirando a Ron con ternura.
-Está de mal humor.- le dijo Harry entrando en la conversación.
-¿Y eso por?- le preguntó Hermione.
-No hemos recibido ninguna carta en todo el verano, y has llegado tarde.- dijo simplemente Ron cruzándose de brazos.
-Bueno, lo cierto es que yo recibí una carta de Hermione felicitándome con un regalo.- dijo Harry rascándose la nuca.
Ron le dirigió una mirada asesina-sorprendida, mientras que Hermione miraba la pequeña discusión divertida.
-Siempre me envía una, aunque sólo me dijo que felicidades y que no tenía tiempo, y me envió un libro.-dijo Harry a modo de explicación de la mirada de Ron.
-Bueno, ya discutiremos en fascinante mundo de las cartas en otro momento, nosotras nos llevamos a Hermi para que nos cuente dónde ha comprado su ropa y sus trucos de belleza.- dijo Parvati mientras se llevaba a Hermione.
- ¡Cuidadme a Crookshanks (N/A: o como se llame el maldito gato)!- gritó Hermione desde el pasillo.
- Haber, Hermi. ¿Dónde has comprado la ropa?- atacó Lavander cuando la puerta del vagón se cerró.
-La americana ya os lo he dicho, la camiseta en Patrick's, una tienda muggle cerca de mi casa, los tejanos me los regalaron y los zapatos me los regaló mi amigo.- dijo Hermione mirando a las chicas.
- ¿Y tu amigo porque te regaló unas manoletinas?- le preguntó Parvati con una sonrisa pícara.
-Porque fue con quién me compré la americana, y después me llevó de compras para que, según el, encuentre unos zapatos adecuados para que se me vea elegante… ¿y que más dijo? A, sí,… y cómoda. – dijo ella caminando.
- Tienes que presentarnos a ese chico, Hermi. Es nuestro chico de ensueño, sabe de moda, y ha conseguido lo que nosotras llevamos años intentando y sin ningún resultado…- dijo Lavander emocionada.
Hermione miró a Lavander esperando que acabara la frase.
- … ¡a conseguido vestirte decentemente!- dijo Lavander con el mismo tono de antes.
Hermione rodó los ojos, incapaz de creer que la frase que tenía tanto misterio acabara así.
-Bueno, su hermana es una importante Cool Hunter de Toronto, supongo que eso se extenderá por la familia.- dijo Hermione sonriendo.
-¿Y es muggle o mag…- intentó preguntar Lavander, pero una voz la interrumpió.
- Vaya, vaya… miren quien tenemos aquí. A las leonas pijas y a una nueva y bella señorita.- dijo una voz fría que arrastraba las palabras detrás de ellas.
- Ya está, ya me ha amargado el verano.- dijo Hermione antes de girarse.
-Pero si es mi querida sabeltodo.- dijo con ironía. Aunque no pudo negar que no la había reconocido, y ese cambio le sentaba bien.- ¿Dónde has comprado esa peluca?
Hermione sonrió cínicamente, mientras que las chicas miraban a los dos como si miraran un partido de tenis.
- No, Malfoy, no es ninguna peluca. Aunque si sigues hablando quizá me ponga tu cabeza de peluca, y el cerebro lo podríamos dar a la ciencia, para que estudie la esquizofrenia¿Qué opináis chicas? – dijo Hermione cínicamente.
Draco la miró a la cara y sonrió. Pero esa sonrisa no era como las que acostumbraba a hacer, era una sonrisa sincera.
-Esa es nueva.- dijo él con su habitual voz fría.- Y debo reconocer que tienes ingenio para ello.
Ella sonrió.
-Vamos chicas.- dijo antes de girarse y volver a caminar.
Draco la miró irse con una sonrisa al rostro. Empezó a caminar rápidamente hacia ella, pero sin correr. Las oyó hablar. Decían algo relacionado con los pendientes de Granger. Se acercó suavemente, le cogió del codo con suavidad y la hizo girar, teniéndola cara a cara. Se acercó a su oído.
-Mañana a las ocho de la tarde en la sala de los Menesteres, no me falles.- le susurró seductoramente.
Se apartó de ella, le soltó el codo y le guiñó el ojo. Después se fue por dónde había venido.
-¿Qué ha sido eso, Hermi?- le preguntaron las chicas con voz pícara.
-No se.- susurró extrañada por el comportamiento de Malfoy mientras que miraba su silueta alejándose por el vagón.
