Hola queridos lectores. Aquí les traigo una nueva historia. Esta vez hablaré sobre un tema poco tocado en los fics que he leído. La familia paterna de Nadeshiko: los Amamiya. Acercarse a Sakura y Fujitaka a pesar de lo ocurrido a sido relativamente fácil para el mayor de los Amamiya, sin embargo ¿será lo mismo con él único varón vivo de su descendencia? En este camino en que Touya aprenderá el valor de la familia y lo peligroso que son los prejuicios ¿Podrá perdonar algún día a quienes dieron la espalda a su madre? Acompáñenme a descubrirlo. Los personajes no son míos sino que pertenecen al grupo Clamp.
Los Amamiya.
Capítulo 1: Propuesta.
-Agradezco que hayas hecho un hueco en tu apretado horario para venir a verme.- Comentó el anciano mientras servía un poco de té al hombre frente a él. – Kinomoto me explicó que hoy es el único día que tienes libre.
-De hecho tenía otros planes, pero papá me dijo que necesitaba verme urgentemente.- Respondió escuetamente mientras recibía la taza de té sin cambiar la expresión de su rostro. En realidad lo único que tenía que hacer era la cena, (cosa que su padre se ofreció a preparar) pero quería dejarle claro que no estaba ahí por gusto. De hecho, si no fuera porque su padre podía ser una verdadera molestia cuando se lo proponía, jamás hubiera puesto un pie en aquella propiedad. Por muy bisabuelo que fuera suyo lo único que deseaba era que escupiera rápido lo que quería decir para poder salir de su incómoda presencia.
-Así es. Tengo algo importante que darte.- Explicó mientras daba un sorbo a la taza de té y miraba por encima de la misma a Touya sin poder evitar notar una expresión amarga dibujarse en la cara del moreno. Casi podía adivinar lo que estaba pensando.
-¿No cree que es un poco tarde para darme algo? Sin ánimos de ofender, debió hacer eso cuando mi madre acababa de darme a luz. En ese momento si necesitaba de usted.- Dijo de forma tajante mientras le sostenía la mirada. Sus ojos marrones reflejaban ira y dolor, un reproche silencioso por los 25 años de abandono que contaba como única experiencia familiar de los Amamiya. El que quisiera ofrecerle algo a estas alturas de juego era un insulto para él.
-Entiendo tu enojo y no te cité aquí para ofrecerte una disculpa por mi comportamiento pasado. Es obvio que a diferencia de Sakura y tu padre no has podido olvidar el incidente con Nadeshiko.
-¿Incidente?- Lanzó una carcajada seca y amarga.- No intente minimizarlo, lo que usted hizo se llama abandono. Abandonar a su suerte a una persona a quien se supone que uno ama es un acto imperdonable, si mi padre y Sakura han pasado por alto eso es porque la sangre Kinomoto corre con fuerza por sus venas. Al parecer yo heredé la desalmada y orgullosa de los Amamiya.- Arremetió con acidez. Esperaba ver a aquel señor de porte soberbio y mirada profunda levantarse en cualquier instante de su asiento e indignado gritarle que saliera de su casa vociferando que no debía siquiera usar su apellido, que era una vergüenza para aquella familia de tanto prestigio. Pero no pudo menos que quedarse de piedra al escucharlo murmurar un "eso parece" y seguir impasible. ¿Acaso reconocía que su familia era despreciable o simplemente consideraba su comentario de poca monta? ¿Cómo debía reaccionar ante aquello: a- Seguir lanzando reproches o b- Decir que todo quedaba en el pasado y que de hay en adelante podía llamarlo nieto? Escogió mejor la opción c- Guardar silencio y desviar la mirada. Siempre era su opción favorita cuando las a y b no eran de su agrado.
Masaki lanzó una mirada discreta a Touya y pensó en lo casi hilarante que era ver como la vida le mostraba su propio reflejo en aquel joven, como le decía lo duro que es tener que enfrentar a alguien tan directo y cortante como el mismo. Tomó otro sorbo de té y miró a la enorme casa que yacía a su derecha y que había obsequiado a su querida bisnieta Sakura cuando cumplió los 18 hace sólo unos meses, la misma había quedado aturdida con aquel regalo y se había comprometido a aceptarlo sólo si él seguía viviendo en ella. Tenía decenas de casas entre sus propiedades, la mayoría más opulentas y cómodas que aquella, pero no fue capaz de decirle que no a un alma tan noble y pura, a un alma que no había dudado en mostrarle amor a pesar de todo.
Debía reconocer que jamás pensó que el hermano de la misma fuera tan diferente a ella. Aquel joven frente a él contrario a poseer un rostro lleno de inocencia y alegría como Sakura, tenía facciones endurecidas y estoicas que irradiaban más madurez y experiencia de la que cualquier joven de veintitantos que hubiera conocido poseía. Contrario a tener los ojos llenos de brillo y calidez, aquellos profundos pozos marrones eran adornados por pequeñas sombras debajo de los párpados, sombras que evidenciaban noches en vela y profundos desengaños. Sus manos en vez de suaves y gentiles estaban llenas de asperezas y cicatrices evidencia de trabajo duro y esforzado. Era la viva imagen de alguien que tuvo que renunciar a su niñez prematuramente para dar la cara a la tragedia y ayudar a sus seres queridos a salir adelante, de alguien que había cuidado de su hermana y su padre durante más de media vida y había trabajado sin descanso para alcanzar sus metas y sueños, de un alma en pena que había aprendido a defenderse sola y que no estaba dispuesta a dejarse humillar por nadie. Un alma que no podía evitar sentir odio por quienes dieron la espalda a su madre en el momento en que más los necesitaba. Un alma que lo odiaba a él y que tenía toda la razón para hacerlo.
-Tu padre me dijo que terminaste tu licenciatura en contabilidad y aparte ahora estás estudiando una maestría de la misma. -Comentó tratando de romper el incómodo silencio que reinaba entre ellos. - ¿Quieres seguir los pasos de tu padre en cuanto a la enseñanza?
-Si.- Contestó con simpleza sin relajar sus facciones. Había prometido a su padre que tendría una conversación civilizada con aquel anciano, así que lo mínimo que podía hacer era responder sus preguntas, aunque mirarlo a la cara no estaba en su lista de prioridades.
-¿No era más fácil que estudiaras magisterio desde un principio?
-Si claro. Para alguien con muchos recursos. – Dijo con cierta amargura. Cursar dicha carrera requería poseer recursos exagerados, elegir una que tuviera un amplio abanico laboral como la contabilidad era más factible en sus circunstancias, sus planes eran trabajar en su área y luego cursar el magisterio, de esa manera podría cubrir sus gastos. O al menos eso era lo que pensaba.
-Pues en ese caso debiste haber aceptado la beca que te ofrecieron para estudiar en el extranjero, te hubiera permitido obtener la carrera aunque no tuvieras los recursos.
-Y hubiera implicado dejar atrás a mi padre y hermana. Se que no sabe muchas cosas de mi pero le informo que preferiría destrozar mis manos trabajando de sol a sol a abandonar a mi familia por buscar mi propio beneficio.
-Eso es muy loable. Pero tengo entendido que a pesar de tener tu licenciatura el sueldo que tienes en tu lugar de empleo no es muy generoso que se diga, sin mencionar que trabajas más de lo que deberías.
-Adivino… eso también se lo dijo mi padre. – Amaba a su padre, en serio. Pero la idea de que anduviera de vieja chismosa contándole sus penurias al enemigo no le hacía nada de gracia. Ya le diría lo suyo en la casa.
-Así es. Me dijo muchas cosas acerca de ti, según parece eres su mayor orgullo. Pero no estoy aquí para alabar tu desempeño como hijo… vayamos al grano.- Propuso mientras apoyaba sus brazos sobre la mesa y entrecruzaba sus dedos debajo de su mentón.- Como bien sabrás la familia Amamiya es dueña de una de las empresas de mayor trascendencia e influencia en los mercados internacionales, lo que la hace poseedora de uno de los mayores patrimonios en el país. Parte de esa empresa le pertenecía a tu madre como mi descendiente y como ella falleció, sus hijos…
-Ya veo por donde va su propuesta. La respuesta es no.- Exclamó poniéndose de pie e interrumpiendo al anciano que solo se limitó a seguirlo con la mirada sin moverse de su posición.- No necesito su limosna caritativa para salir adelante, no quiero su dinero.
-No te estoy ofreciendo dinero Touya. Me has dejado muy claro que prefieres morir antes que aceptar algo de mi mano.- Replicó con serenidad mientras sacaba un trozo de papel de su chaqueta y se lo extendía. - Lo que quiero es ofrecerte un empleo mejor pagado del que estás. De hecho, solo te ofrezco una entrevista con el gerente, el que te quedes o no dependerá de tu capacidad y no de que seas hijo de una Amamiya. Preséntate en esta dirección con tu hoja de vida el lunes a las 10:00 am si te interesa mi propuesta. De ahí en adelante todo dependerá de ti, si te quedas ajustaremos tu horario para que vayas a la universidad y de ser necesario asignaremos parte de tu trabajo para que lo hagas en casa. Los demás detalles te serán explicados si aplicas para el puesto… claro, eso en el supuesto caso de que vayas a la entrevista.
El moreno miró con recelo el papel que le extendía el hombre de unos 70 años y analizó por unos segundos si sería sabio aceptar su propuesta. Era cierto que su trabajo era un asco y había tenido que tomar sólo dos materias aquel semestre por que sus recursos no eran suficientes para cubrir todos sus gastos, sin mencionar que en su trabajo hacia de todo menos lo que había estudiado. Para ser aceptado como docente debía tener una buena referencia laboral y lo que tenía actualmente ni siquiera se acercaba a una referencia decente. En realidad no había podido dormir bien últimamente agobiado por sus intensas preocupaciones al respecto y de buenas a primeras le llegaba aquella tentadora oportunidad nada más y nada menos que de la mano del abuelo godzilla. ¡Tch! Alguien haya arriba debía odiarlo mucho.
-Aceptaré la dirección pero no significa que iré, Amamiya. – Sentenció arrastrando la ultima palabra con desdén mientras tomaba el papel de sus arrugadas y débiles manos.
-Me doy por bien servido con eso. Puedes retirarte si así lo deseas. Gracias de nuevo por venir. - Respondió mientras desviaba su mirada y seguía tomando su té en silencio. Touya hizo una leve reverencia y sin decir palabras salió del recinto abordando su moto que había dejado en el amplio parqueo. El anciano escuchó con atención el sonido del vehículo mientras se alejaba y lanzó un largo suspiro, dejándose caer en el asiento. Casi creía que no aceptaría. Tomó su teléfono y marcó un numero que no tardaron en contestar. Seguramente estaba esperando ansioso su llamada.
-Hola Masaki. ¿Qué tal te fue con mi hijo?
-Tal como me dijiste… definitivamente es un Amamiya .
-Jajá. Así es. Entonces ¿hizo lo que le sugerí?
-Si. Le ofrecí la entrevista sin ningún compromiso.
-Es lo mejor… si le hubiera dicho que lo que quería era que él…
-Ni lo menciones. – Repuso cansinamente mientras masajeaba su cien con su mano. - Con solo insinuar que le daría algo se puso como loco. Es claro que no aceptaría, de hecho dudo que algún día lo haga.
-No pierda la esperanza, trabajar estrechamente con ustedes unirá sus lazos. De hecho con un poco de suerte cuando llegue el momento lo aceptará sin chistar.
-Eso espero. No tengo mucho tiempo para esperar.
-Lo sé.- Comentó Fujitaka mientras su voz se tornaba seria y melancólica. Aquellas palabras implicaban demasiado. - Debería volver a la cama cuanto antes Masaki, se que no quería provocar lástima en Touya pero sabe que su situación es delicada.
-Si, lo sé. Gracias por preocuparte. En seguida pediré que me lleven a mi aposento.- Aseguró. Era tan irónico que la persona a quien más había odiado en toda su vida fuera actualmente a quien más confianza le tenía, de hecho era el único que conocía su verdadera condición de salud, con razón Nadeshiko había preferido estar con él a seguir siendo una Amamiya. Era un hombre en verdad excepcional. – Oye Fujitaka.
-Dígame.
-Has hecho un muy buen trabajo.
-"Mi bisnieto es un hombre excelente" se hubiera oído mejor no cree.
-Tch. Ese Touya solo es un mocoso insolente.- Replicó mientras chasqueaba la lengua. Le hubiera encantado decir esas palabras que le sugería Fujitaka, llamarlo de esa manera, pero no se sentía digno de llamarlo bisnieto, era un privilegio que no se había ganado. Escuchó a Fujitaka reír del otro lado de la línea. Parecía estar muy divertido por algo. – ¿De que te ríes Kinomoto?
-Perdón Masaki. Es que pensaba en lo increíble que es el poder de la genética. Definitivamente son dos gotas de agua. Pero bueno, hablamos luego. Que descanse.
-Adiós Fujitaka.- Dijo al despedirse y se quedó unos instantes más mirando el espacio vacío que había frente a él, aquel que hace sólo unos minutos había sido ocupado por Touya. ¡Como desearía haber ido corriendo a ver a Nadeshiko durante los 10 años que estuvieron separados! Lamentablemente su orgullo le había impedido hacerlo hasta que fue muy tarde.
Ahora había tenido frente a él al nieto que siempre había soñado tener y lo único que había recibido de él era reproches. Tal vez si hubiera acudido a ellos antes, en vez de llamarlo Amamiya a secas le hubiera dicho abuelito y en vez de limitarse a sentarse tiesamente en una silla frente a él, hubiera podido estrecharlo entre sus brazos.
Pero no tenía caso pensar en el pasado, debía preparar el futuro, debía asegurarse de darle lo que le negó en un principio aunque para ello tuviera que darle de nalgadas para convencerlo.
Rió ante la imagen que llegó a su mente en esos momentos, ¿él dando nalgadas como castigo a un hombre tan alto como Touya? Aquello definitivamente sería algo digno de fotografiar.
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Bueno ahí está el primer capítulo. ¿Qué les pareció? Desde que en el anime Fujitaka insinuó que Touya se parecía a Masaki no he dejado de hacer conjeturas. ¿Y si todas las malas mañas de Touya vienen de ese miembro de la familia? Algo me dice que si, de hecho explicaría como dos personas tan pacíficas y amorosas como Nadeshiko y Fujitaka tienen un hijo tan carismático como Touya (Por no decir molesto como lo llamaría Sakura). No se si fue evidente pero di un pequeño guiño a las similitudes que tiene Masaki con sus nietos en especial con dos de los ejes de la historia. Uno obviamente es Touya ¿pero quien será el otro? A ver quien lo adivina. Con respecto al dilema de Touya, realmente no sé si en Japón las cosas sean tan difíciles para los que desean ser maestros pero al menos en mi país hay carreras como la arquitectura o la odontología que hay que ser casi rico para estudiarlas por lo caro que son los libros y eso, así que en mi historia cursar la magistratura es tan difícil como cualquiera de esas carreras. Aparte hice referencia a un problema que también se da en mi país de que a veces no puedes ejercer lo que estudias por no tener experiencia laboral en tu área y tienes que trabajar en lo que sea, incluso en el caso de aquellos que ya están graduados.
Quiero agregar SxS al fic así que espero que me salga, (nunca he probado con contar dos historias paralelas). En fin, no se si resultó demasiado la ultima parte, quería que la imagen resultara graciosa pero no se si lo logré. Me dicen que tal está porque siento que sonó un poco extraño. En fin díganme todo lo que quieran decir para seguir mejorando y nos vemos en otro capítulo.
Gracias de antemano por leer.
Att: Leah05
