Declaración: ni la serie de televisión "VICTORiOUS" ni ninguno de sus personajes me pertenece.

Nota del autor: ¡Hola a tod s! Éste es el primer facfiction que publico. Espero que les guste. Todos sus comentarios (reviews) serán bien recibidos, sean negativos o positivos. No teman a ser críticos porque todo escritor debe aprender a aceptar las opiniones de sus lectores. Solo debo aclararles una cosa: la historia que leerán a continuación (eso espero, jaja) se desarrolla luego del episodio titulado "The Worst Couple" (tercer episodio de la tercera temporada). Sin más que agregar, los dejo con la historia. ¡Nos estaremos leyendo! ;-)

HORMONAS ALBOROTADAS / CAPITULO 1 = PENSAMIENTOS IMPUROS

El trasero de Tori Vega. Si, en eso estoy pensando en éste preciso momento mientras acomodo las cosas que hay dentro de mi casillero. Estoy pensando en el hermoso trasero de Tori Vega. ¿Qué? ¿Acaso porque soy una chica no puedo pensar en el trasero de otra chica? ¿Acaso porque soy Jade West no puedo pensar que el trasero de Tori Vega es hermoso? Puedo pensar en cualquier cosa que se me dé la gana. Es mi mente ¿no? Incluso puedo pensar cosas que nunca digo. O sea, a mí nunca me oirán decir las palabras "hermoso" y "Tori Vega" en la misma oración. A menos que la palabra "asesinato" también esté en la misma oración…

El trasero de Tori Vega. El hermoso trasero de Tori Vega. Lo estoy viendo justo ahora. Ella está agachada recogiendo la lata de Wahoo Punch que acaba de comprar. ¿Acaso es necesario agacharse tanto para recoger una simple lata de gaseosa? ¿Tiene que levantar tanto el trasero cómo si fuera una maldita señal para atraer a mis ojos? ¿Por qué sus jeans siempre tienen que ser tan ajustados? ¿Acaso su piel no necesita respirar, por el amor de Dios? Seguramente, después de un día muy agitado en esos ajustados jeans, estará muy pero muy húmeda ahí abajo. Bien, Jade. Esto es justo lo que necesitas: pensar en Tori Vega bajándose el pantalón, con sugerentes gotas de sudor deslizándose por su morena piel. ¿Usara pantis normales o algo más pequeño? Ruego porque sea algo más pequeño. Diminuto. Si no usa nada, mejor. ¡Genial! Ahora soy yo la que está toda húmeda ahí abajo…

¡Estúpidas hormonas! Se activan cada vez que veo a la estúpida de Vega con su hermoso y perfecto trasero. ¿Quién se cree que es para estar pavoneando esa obra de arte genética? Si fuera por mí, la azotaría. Sí, eso es. Le debería de bajar los pantalones aquí, frente a todos, y darle unos cuantos buenos azotes. Luego, cuando sus nalgas estén rojas e hinchadas, se las estrujaría. Sí, eso haría. Y luego se lo mordería. Una buena mordida a esa suculenta manzana para sacarle el juego. Un tatuaje. Eso es, un tatuaje en el nacimiento de su trasero. "Propiedad de Jade West – No Tocar". No, no. Algo mejor, más original. ¡Ya lo tengo! "Mi alma, corazón y cuerpo le pertenecen a Jade West". Un tatuaje largo es un tatuaje caro, pero valdría la pena…

¡Estúpidas hormonas! ¡Estúpidas hormonas y el estúpido de mi ex-novio! Antes de que mi relación con Beck terminara, hacia ya un par de meses que lo único que hacíamos al estar juntos era discutir. Ya en total son tres meses y un par de días (siete para ser más exacta) que no siento el rose de alguien. Así que ahora soy yo quien tiene que hacerse cargo de mis necesidades físicas. En ese sentido, y en muchos otros, extraño a Beck. No lo niego. Y lo sigo amando. Creo. No estoy segura de eso. Algunas veces tengo ganas de que me abrace y otras de partirle un ladrillo en la cabeza. Pero así es el amor ¿no? Claro que podríamos volver a estar juntos, pero seguro que terminamos reviviendo el infierno que fue nuestra relación al final. No gracias. Yo de eso, paso. Mejor sola que mal acompañada. Bueno. Quisiera poder estar sola…

La tonta de Vega con tu hermoso y perfecto trasero me sigue a todos lados. "¿Cómo estas, Jade?" "¿Necesitas algo, Jade?" "¿Quieres un helado, Jade?" "¿Otro café, Jade?" "¿Me abrazas, Jade?" "¿Te quedas a dormir, conmigo, Jade?" "¿Me estas mirando el trasero, Jade?" "Jade" "Jade" "Jade" "Jade" "Jade" "Jade" "Jade" ¿Es que no sabe decir otra cosa que no sea mi nombre? Desde que mi status en paso de ser "en una relación con Beck Oliver" a "soltera", Vega no ha parado de seguirme. A cualquier lado que yo voy, ella también va. ¡Parece una maldita sanguijuela que no puedo sacar de mi piel, por más que lo intente! Los insultos, no funcionan. Las burlas, tampoco. Ya estoy pensando en tomar serías medidas con mis tijeras favoritas. Pero si tanto le gusta chupar, cómo la sanguijuela que es, se dé un lugar que no me molestaría que chupe. ¡Malditas hormonas! ¡¿Por qué no se quedan en paz? Ahora tengo más humedad en mi zona de peligro…

Por el reflejo del piso que se lustró hace un par de horas puedo ver como se acerca, bebiendo de su lata recién abierta. ¡Esos labios! ¡No, Jade, no! Solo su trasero. Solo su trasero. No puedo pensar ni en los sexys labios de Vega, ni en sus largas y torneadas piernas, ni en su exótica piel morena, ni en sus maravillosos ojos marrones, ni en su aroma cautivante, ni en su tacto tan delicado y natural. No. No puedo pensar en nada de eso. Solo me permito pensar en su hermoso y perfecto trasero. Nada más. Está a solo un par de metros. Se acerca despacio, lentamente, cómo si disfrutara tanto de la caminata cómo de su bebida. Acomoda un mechón de su larga cabellera por detrás de su oreja. Los rulos le quedan bien pero para mi gusto el pelo lacio le sentaba mejor. ¡¿De dónde demonios salió eso? No lo sé. Ojala se vuelva a dejar el flequillo. La hacía ver más sexy. ¡Hormonas, clámense ya! ¡Estoy a una excitación de que se note una mancha en mi calza negra! Guardo todo lo que necesito de mi casillero, lo más rápido que puedo, en mi bolso. ¡Demonios! No lo logre. Ella ya está aquí…

¡Hola, Jade! – Me dice en ese tono suyo tan particular, cómo si vivir o respirar (si es que hay alguna diferencia) fuera algo por lo que uno debe alegrarse. Yo le podría enseñar, o hacer, un par de cosas para alargar más esa sonrisa que tiene en éste momento. ¡Contrólate, Jade!

Vega. – Simple, corto y frio. Azoto la puerta de mi casillero cuando la cierro. Espero que la frialdad con que le hable y mi demostración de rudeza sean suficientes para asustarla y hacer que se vaya. No lo hace. Aun sigue frente a mí.

¿Vienes a mi casa ésta noche? – ¿Por qué demonios sigue sonriendo, si está hablando conmigo, Jade West? ¿Acaso no ve la expresión de disgusto que tengo en la cara solo por estar en la misma habitación que ella? Aunque técnicamente el pasillo de la escuela no es una habitación y si un lugar público.

Está bien. – ¿"Está bien"? ¡¿"Está bien"? ¡¿Cómo demonios pasar toda una noche entera, más de dos o tres horas, en casa de Tori Vega, va a estar bien?

¿De enserio? – La incredulidad de su voz está puntualizada por la ceja izquierda alzada que tiene.

Dije que está bien ¿no? ¿Qué? ¿Acasho la buena de la sheñorita Tori Vega esh shorda? – Eso es, Jade. Se mala con ella. Que Vega y su cautivante trasero no quieran acercarse más.

¡Yo no hablo así y no soy sorda! – El tono en que me responde demuestra que está enojada y frustrada. Pero igualmente continúa. – Ven a mi casa a las 7. ¿De acuerdo?

De acuerdo. – La campana de salida suena. Llegamos a la puerta y ella la abre. La mantiene así para mí. Tan amable y caballerosa cómo siempre. ¡Cómo te odio, Tori "hermoso trasero" Vega! – Gracias. – Es apenas audible, pero lo digo. O se me escapa. Ya no sé qué pensar. Me es difícil hacerlo (pensar, aclaro) cuando estoy cerca de ella. ¡Malditas hormonas! ¡Maldita Vega! ¡Maldito el día en que llegaste a mi vida! ¡Maldito el día en que me fije en tu perfecto trasero! Ya estamos afuera. Busco las llaves del auto en mi bolso. – ¿Quién más ira?

Nadie. Únicamente vamos a estar nosotras. Solas. – La frase más larga se queda rebotando en mi mente un par de segundos. "Únicamente vamos a estar nosotras". Ahora es la última palabra la que ocupa toda mi mente. "Solas". Por Dios, que sea sudor lo que está humedeciéndome. ¡Hormonas de porquería! Por fin encuentro las llaves. Abro la puerta. Voy a entrar. ¡Tengo que salir de aquí! Paradójicamente ya estoy en una zona exterior. Ya salí de un lugar. Lo que ahora debo hacer es alejarme de Vega. Si no lo hago, las cosas pueden terminar muy mal. Ya puedo imaginarme la escena del crimen: Vega está acostada en su cama, desnuda, cubierta de sudor, húmeda, gimiendo, gritando mi nombre a los cuatro vientos. ¡Jade! ¡Tengo que salir de aquí! Un segundo antes de entrar ella me agarra del brazo, deteniéndome. Estoy completamente paralizada. Su agarre no es fuerte. Solo tacto, solo sentimiento, nada de fuerza. La piel de arde. – ¿Me llevas hasta mi casa? – Hay en su rostro una sonrisa vergonzosa. Sus mejillas se notan más oscuras. Está ruborizada. – Trina ya se fue y…

Diez minutos, Jade. Es solo un viaje de diez minutos. Quince cómo máximo. La dejas y listo. No vas Vega ni su hermoso trasero hasta el lunes. Tienes hoy, mañana y el domingo para olvidarte de ella. Así es: algunas velas, algo de música estimulante, lubricante y un paquete de baterías son lo único que necesito. Pero me ha invitado a que vaya a su casa. Nosotras dos, solas, en su casa. ¿Haciendo qué? No, Jade. No comiences a pensar en eso. Una sola idea, de ese tipo, por más pequeñita que sea y una mancha aparecerá en tu calza. Tu solo apégate al plan y todo saldrá bien. Siete minutos más y Tori ya estará en casa. ¡¿Tori? ¡Por Dios, me estoy volviendo loca!

¿Puedo poner la radio? – No abras la boca. No digas ni una palabra. Solo asiente. Asiento. ¡No tanto! Dejo de asentir. Tori-Digo, Vega aprieta el botón principal de la consola de sonido. Mi CD de mesclas comienza a reproducirse. "When You're Gone" interpretada por Mary Elizabeth McGlynn se escucha en el interior del auto. Sí, me gustan los videojuegos. ¿Y qué? ¿Tienes algún problema con eso? Tengo un par de tijeras nuevas, con punta, y no temo usarlas. – ¿Dejo el CD o puedo cambiar? – Encógete de hombros. ¡Rápido, encógete de hombros! Bien. Ella decide cambiar. Coloca una estación de radio y ahora es pop lo que se escucha en el interior del auto. Tan predecible cómo siempre, Vega. Esto es tan típico en ella. Cinco minutos más. Solo cinco minutos más. – Oye. ¿Te sientes bien? – Su mano izquierda palmea mi muslo derecho. Un claro signo de que una amiga se preocupa por su amiga. Pero Tori-¡Vega! Digo, Vega no es mi amiga. Tampoco es lo contrario. Ya ni tengo idea si la odio o la quiero. ¡Hormonas de porquería! Generalmente no soy propensa a tener contacto físico con otras personas. A menos que sea para infringirles dolor. Eso es lo que me da placer a mí. Ahora mismo me encantaría poderle dar placer a Tori…

A mi lado, la dulce Sally Duraznos debe pensar que estoy loca. ¡Chocolate por la noticia! Cómo si ella ya no pensara eso. ¡Y está bien! ¡Lo admito! ¡Debo (y seguramente lo estaré en algún punto) de estar loca! La tonta de Vega me acaba de hacer una pregunta hace un minuto, un minuto entero, y lo único que hago es seguir conduciendo en silencio. ¿Qué persona en su sano juicio hace eso? Pero eso no es lo peor. ¡No, señor! Lo peor es que, además de no contestarle e ignorarla por completo, pensé por un segundo (espero que haya sido solo un segundo) en darle placer a Tori. ¿Cómo haría eso? Bueno, ustedes ya se pueden imaginar cómo ¿no? ¿Acaso no mencione un paquete de baterías? ¡Cálmate, Jade, cálmate! Eso, respira. Bien. Ahora abre la boca y responde su pregunta.

Si, Tori. Estoy bien. – Una respuesta amable y una sonrisa sincera. Seguro que eso la pone nerviosa. ¡Demonios! No lo hace. – ¿Por qué lo preguntas? – Excelente jugada, Jade. Excelente jugada. Solo mantén una conversación banal con ella y todo marchara bien. Faltan pocos minutos para llegar. Dos o tres máximo.

Es que estas muy colorada. – Si según ella, ya estaba colorada, más aun colora me pongo. ¡¿Y qué quieres que haga? Si tuvieras los pensamientos que yo tengo ahora, en ésta situación, también te pondrías colorada. O húmeda. ¡Malditas hormonas de porquería!

Tengo algo de calor, nada más. – Una pequeña parte de lo que dije se ajusta a la verdad. Yo tengo calor. En una parte muy intima. ¡Malditas hormonas de porquería! Seguro que Tori me ayudaría a bajar mi temperatura si se lo pido de buena manera. ¡Harás eso sobre mi cadáver!

Debe de ser toda esa ropa negra. Tal vez debas sacártela. – ¡¿QUÉ? ¡¿AQUÍ? ¡¿EN MI AUTO? ¡¿EN EL MEDIO DE LA CALLE Y A PLENA LUZ DEL DÍA? ¡ALGUIEN NOS PUEDE VER! Yo siempre supe que Tori tenía un lado perverso, oculto, pero no pensé que fuera tan perverso. Me estoy hiperventilando. Espera un momento. ¡ELLA SE REFERÍA A SACARME LA CAMPERA DE CUERO QUE TENGO! O tal vez hablaba sobre el buzo canguro. Si, demasiada ropa para el otoño. Suspiro de alivio. ¡Menos mal que no era lo que pensaba!

Luz roja en el semáforo. Dos cuadras y un par de metros para llegar. Me saco la campera y el buzo, arrojándolos al asiento trasero. Seguro que le hacen buena compañía a mi bolso. Vuelvo a abrocharme el cinturón de seguridad. ¿Quién lo diría? Si tengo menos calor. Por lo menos mis mejillas ya no estar ardiendo. Vega se ira y yo inventaré algo para no venir a la noche. Le mandaré un mensaje de texto diciendo que me enferme. ¿Un mensaje de texto, Jade? ¿De enserio? ¿Le escribirás a Tori para decirle que no puedes ir a su casa porque estas enferma? Si, definitivamente estoy loca.

Gracias por traerme. – Escucho cómo desabrocha el cinturón de seguridad. Las correas de tela, por acción de un mecanismo que no entiendo bien, vuelven a su posición original. Me doy vuelta para decirle uno de mis muy conocidos "no me importa" y es cuando los siento. Sus labios están en mi mejilla izquierda mientras que la derecha es acariciada con gentileza, incluso afecto diría yo, por una de sus manos. Su beso de despedida me quema. Ahora siento que tengo toda una toma de agua en mi entrepierna. ¡Malditas hormonas de porquería!

FIN DEL CAPITULO 1

Dedicatoria: éste capítulo está dedicado a Lindsay (LindsayWest). Si, compañera de pluma (cómo a vos te gusta decirme, jeje). Éste capítulo está dedicado única y exclusivamente para vos. Espero que el inicio de mi historia "Jori" te haya gustado. Pero no solo te dedico éste capítulo. No, señora. Te dejo una yapa que seguramente te va a encantar. La encontré de casualidad cuando puse "Sweet Sally Peaches" en Google. Solo copias lo que esté adentro de los paréntesis, lo pegas en tu browser, aprietas "Enter" y listo. ¡A disfrutar de tu querida Jade West! Nos estaremos leyendo, amiga. ¡Abrazos, besos y muchos cariños!

YAPA = ( post/21514342523)