Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen son propiedad de Masashi Kishimoto.
¡Los guapos han muerto!
Era una hermosa mañana en Konoha, el cielo estaba azul, los pajaritos cantaban, todo era paz y tranquilidad hasta que…
—¡HIJOS DE SU MADRE, NO PUEDE SER! Estúpidos, tontos, hijos de… ¡La madre que los pario! —Se escuchó un grito en toda Konoha y… era nada más y nada menos que Hanabi Hyuga.
¿Pero ella estaba molesta? No, estaba JODIDA, así estaba. La pequeña ojiperla de catorce años caminaba con los puños cerrados por las calles de Konoha y tenía una cara que decía "atrévete a hablarme y te castro".
El motivo por el que estaba así, simple, estuvo reflexionando e investigando y se dio cuenta de algo…
—¡Los guapos han muerto! —Grito, maldijo, por lo bajo, no era justo, investigo en un libro que es solo de criminales rango S y se encontró con Uchiha Itachi—, "papacito…" —Pensó mientras se mordía el labio inferior—"… quiero un hijo tuyo"
Otro que encontró fue: Deidara.
—"Hmmm… en cierto modo parece una chica pero… es endemoniadamente sexy y al taparse un ojo le da un toque emo meow …"
También encontró a: Sasori de Suna.
—"Pelirrojo peligroso" —Pensó en el marionetista, encontró otro también como Pain.
Ya fuera del libro, el segundo y el cuarto hokage no estaban nada mal y debía admitir que Uchiha Madara en tiempos de juventud era muy apuesto. Suspiro, pero adivinen que, TODOS ELLOS ESTABAN MUERTOS, si bien Naruto, Sasuke, Gaara y Sai eran rescatables pero Hanabi pensaba que dolo eran pervertidos de closed, que tarde o temprano se pasarían "al lado oscuro".
Ya estaba atardeciendo, subió hasta los rostros de los hokages para pensar mejor. Se sentó en la hiedra y suspiro pesadamente.
—Malditos, porque tuvieron que morir, acaso quieren dejar solo feos en este mundo… —Decía Hanabi a la nada.
—¿Qué estás haciendo aquí tan tarde, Hanabi? —Dijo una voz a sus espaldas, la ojiperla volteo a mirar y se encontró con Konohamaru, este la veía con curiosidad.
—Nada —Respondió secamente, mirando a otro lado.
—Ya veo… estas enojada, ¿Por qué estas enojada? —Dijo el sentándose a la par de ella.
—Es que… ¡AHRG! Me gustan los guapos pero… LOS GUAPOS HAN MUERTO —Grito colérica.
—¿Eh?... ¿Todos los guapos han muerto?
—¡Sí! —Grito Hanabi.
—¿Y yo Hanabi?... ¿No soy guapo? —Pregunto Konohamaru acercándose un poco a ella, Hanabi se sonrojo.
—T-Tu, tu eres… —Hanabi miro a Konohamaru, sin ninguna duda era muy atractivo, pues Konohamaru a pesar de tener solo catorce años, se le veían fracciones muy maduras y masculinas sin embargo sus ojos siguen siendo suaves y tiernos. Los colores del atardecer se reflejaban en sus ojos, Hanabi había quedado embobada—… eres lindo... —Dijo por fin Hanabi muy sonrojada desviando la mirada.
—Hanabi… —La llamo Konohamaru.
—Que pa… —Hanabi no pudo terminar la oración porque Konohamaru se acercó y la beso. Un beso suave, tierno, dulce e inocente.
—Hanabi, tal vez te gusten los guapos… —Dijo Konohamaru al romper el beso y juntar sus frentes—… pero sabes… —Se puso de pie—. Los lindos somos mucho mejores… —Dijo con una sonrisa radiante que opacaría al mismísimo sol y con eso se fue dejando a una Hanabi muy sonrojada en estado de shock.
Cuando Hanabi pudo reaccionar, se todo los labios con la llema de los dedos, aun los sentía cálidos. Tantas sensaciones no sabía cómo explicarlas.
—Tal vez si tenga razón… puede que me gusten los guapos pero los lindos son mucho mejores… —Dijo Hanabi mirando el cielo con un adorable sonrojo en las mejillas.
Good bye…
