-Le agradezco mucho esto detective- Su tono de voz era sério pero se podia apreciar la gratitud en sus palabras.

-Es mi deber señora Isles.

-Llámeme Constance, por favor.- Insistió la mujer. Jane sonrió ante ese gesto. Se habia imaginado a una mujer desagradable, antipática y arrogante. En lugar de eso, Constance Isles era todo lo contrario, una mujer agradable y atenta.

Iban paseando por las instalaciones del museo, habían pasado la entrada donde habia numerosos cuadros colgados y estaban en la sala principal donde se centraría toda la atención de la exposición. Al fondo de la sala había colgado un cuadro tapado por unas cortinas rojas de terciopelo que impedian que se viera. Faltaba media hora para que se inagurara la exposición y todos los policias y guardias de seguridad ya estaban en sus respectivos puestos.

Constance Isles era una de las mujeres más importantes que habían expuesto en el museo y su família era poderosa y adinerada. Y ya había sufrido varios intentos de robo de sus obras de arte en las exposiciones anteriores, por lo que la seguridad era un tema muy importante.

-He de decirle que últimamente me preocupa el cambio de actitud de las cartas.- Se pararon enfrente de un cuadro.

Jane lo observó antes de contestar. Nunca habia entendido el arte moderno, donde otros veían obras de arte ella solo podia ver cuatro rayajos de diferentes colores sobre un fondo blanco, azul o del color que fuera. Como si un niño de cuatro años lo hubiera pintado con sus manos.

-El sujeto se muestra más confiado.- Jane la miró.- Se siente más seguro y probablemente intente llevarse un cuadro.- Constance la miró con preocupación.- Mi equipo y yo haremos todo lo que esté en nuestras manos para evitarlo y arrestarle lo antes posible. Usted no se preocupe por nad...

-¡Maura Dorothea Isles!- El tono de su voz cambió de inseguro a enfadado.-¿Se puede saber donde has estado durante toda la mañana?

Jane se giró para ver a una mujer de pelo rubio y ondulado que caia en cascada sobre sus hombros, sus ojos eran de color verde avellana, su piel pálida y llevaba puesto un vestido verde por encima de las rodillas que resaltaba sus curvas y lucia unos zapatos de tacón a juego. Era una mujer realmente hermose y la detective era consciente ya que le costó apartar la mirada de ella. Maura se dio cuenta y clavó sus ojos en los de Jane para luego deslizarlos lentamente por todo su cuerpo de una forma que a la morena le resulto algo incómodo y excitante a la vez.

-Hola a ti también madre.- Dijo dirigiéndose a Constance.

-Contesta Maura.- Insistió su madre frunciendo el ceño.

-Estaba con una amiga.- Miró a Jane, que se movió algo incómoda en su sitio.

-¡Tienes que dejar de tenar tantas amigas y centrate de una vez Maura!- Constance era consciente de como era su hija, de lo que le gustaba hacer y no estaba muy contenta con su actitud ya que constantemente ocupaba las portadas de las revistas del corazón y cada vez con una mujer diferente. Ya fuera en un pub, en un restaurante o en cualquier sitio.- Que ya eres mayorcita para ir de fiesta en fiesta todas las noches.- Maura entrecerró los ojos ante ese comentario.

-Madre...

-Ya hablaremos.- Dijo dando por concluida la charla.- Esta es la detective Jane Rizzoli, ella y su equipo se encargarán de la seguridad durante la exposición.

Jane dio un paso hacia adelante y le tendió la mano a la rubia. Maura se la estrechó suavemente sin dejar de mirarla a los ojos. Se mordió el labio inferior sin que la morena se diera cuenta, sus manos eran suaves y fuertes.

-Encantada de conocerla, detective.- Sonrió.

-Por favor, llamame Jane.

-Jane.- La miró a los ojos.- Soy Maura.-Ronroneó.

-Mucho...gusto.- Dejó de estrechar su mano para centrar toda su atención en Constance.- Si me disculpa tengo que hacer una llamada. Si necesita cualquier cosa tiene mi numero.-Se despidió de ambas y se fue.

Maura frunció el ceño al ver la facilidad con la que la detective se había marchado. No estaba acostumbrada a que las mujeres pasarán así de ella. Sonrió al verla alejarse mientras recorria el cuerpo de la detective con la mirada una vez más.

-Ni se te ocurra Maura.- Le advirtió su madre seria como si hubiera adivinado lo que su hija estaba pensando.

-¡Madre por favor!- Se hizo la ofendida.- Que es detective.

-¿Me estas diciendo que no eres capaz?- Alzó ambas cejas sorprendida.- Porque te he visto hacer cosas peores...

-Tengo que irme, puede que venga acompañanada.- Desvió el tema de la convesración, no queria hablar de lo que era capaz o no de hacer con su madre.- Y soy totalmente capaz.- Musitó entre dientes sin que su madre la escuchara antes de empezar a caminar con una sonrisa de suficiencia.

Jane no pudo evitar girarse antes de salir de la sala para contemplar a la rubia, que dejó el lado de su madre para dirigirse a la salida del museo. Sabía quien era Maura Isles, y conocía su reputación. Sabía que siempre conseguia lo que queria y que ninguna mujer se resistia a sus encantos. El por que era evidente.