Disclaimer: Los personajes en la historia a continuación no me pertenecen, son propiedad de CD Comics. Yo escribo esta historia sin fines de lucro.

A Juli,

Que le quedan 17 materias de 37 y sigue esperando que

termine la fucking Rosa y piensa que soy una hdp por ponerme

a escribir otra cosa.

Fucking Loser

I

Vamos des-pa-ci-to

«A ver,

Veamos

¿Por donde debería empezar?

Por mi nombre obviamente»

Garfield Mark Logan

Escribió en las notas de su celular como pudo debido a la oscuridad y a la incomoda posición en la que se encontraba dentro del contenedor de basura.

«Solo Logan para las chicas. Bueno, en caso de que alguna chica quisiera saber mi nombre. Aunque probablemente cualquiera de ellas preferiría quedarse sin internet un mes a mantener una conversación conmigo "el chico del basurero".

Odio mi primer nombre, lo juro, en cuanto pueda legalmente borrare el Garfield de la faz de la tierra y seré Mark Logan a secas. Discúlpame querida madre, sé que era el nombre del abuelo, pero seguramente cuando se le pusieron a él (por allá por la Segunda Guerra Mundial en el 500 a.C.) aun no lo había ridiculizado un gato obeso obsesionado con la comida Italiana»

¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF!

—¡NO! POR FAVOR EL BAÑO NO, HOY DIERON BURRITOS EN EL ALMUERZO —suplicó Logan ante los estrepitosos golpes contra el container.

—Deja las mariconerias, Logan, y trae tu trasero para acá.

Suspiró con fastidio, pero genuinamente agradecido de que solo fuera Trevor.

—Ah, solo eres tú.

De mala gana pateó la tapa del basurero para abrirlo, en cuanto esta golpeo contra el paredón de ladrillos el escándalo hizo que Logan salieron disparado del susto y terminara tendido en el pavimento con el corazón latiéndole a mil por hora. Era, por decir de alguna forma, un chico muy nervioso.

Trevor lo miró con pena ajena y agarrándolo bruscamente por el brazo lo puso de pie.

—Logan, hasta para ser un tonto hay que tener un poco de dignidad, no clames por piedad, eso excita más a los bullyings —le dijo como si aquello fuera una verdad universal. —Oh viejo, por las luminosas pelotas de Luke Skywalker ¡Apestas!.

—¿Qué esperabas? ¿Jazmín? Fue una ducha triple de basurero —respondió con cansancio el muchacho acomodándose la mochila en el hombro.

—Tranquilo, mi padre dice que esas son las cosas que te vuelven un hombre.

«¿Un hombre soltero que ira a terapia hasta que muera...solo?» pensó el rubio, y luego saco su teléfono para ponerlo en las notas.

—Ten, para la peste.

Garfield atrapó torpemente la lata de desodorante, resguardando primeramente su celular (Ese aparato era su mejor amigo, sin ofender a Trevor, que era su mejor amigo ¿humano?).

—No creo que sea buena idea ponerme Old Spice sobre el olor a basura.

—Me han revolcado en la basura cientos de veces —explicó como si aquello lo convirtiera inmediatamente en una fuente sumamente confiable —Es mejor que sientan un olor extraño que no puedan identificar, en lugar de dar por hecho que te dieron un baño en toallas femeninas usadas.

No quiso rebatir la retorcida lógica que tenía eso y se puso el desodorante.

—Es un poco fuerte —expresó con los ojos llorosos.

—Seh, se lo robe a mi papá —Le relato mientras guardaba la lata en su morral —¿Sabes? Por mis problemas de sudoración.

Sí, Trevor sudaba mucho, durante las horas de gimnasia era como ver una patata al vapor, por ende a veces olía raro. Y Garfield era el amigo del chico gordo que olía raro, y es de suponer que es el chico más popular y codiciado del instituto ¿no?.

—Vamos, te animara ver el ensayo de las porristas.

—¡Por poco lo olvido! ¡Muévete! —exclamó el rubio emocionado.

Pocas cosas en el mundo alegraban tanto a Garfield como ver el ensayo de las porristas, ¿Por qué? Pues porque era al final de clases, cuando ya era libre de largarse del lugar que más detestaba en todo el planeta. Pero se quedaba solo para verla a ella, la única razón para no volver a casa temprano a mirar youtube y llorar hasta quedarse dormido: Kori (#CositaHermosa #LaMadreDeSusHijos #SiFueraÉlUltimoHombreSobreLatierraEllaIgualNoSaldriaConÉl) Anders.

—Es tan bonita que duele verla, pero sufro con gusto —dictaminó Logan mientras la miraba embobado desde las gradas.

—Le pondría un cosplay de Starfire, no la de los Teen Titans 2003, sino la de los 1982 —aclaró lascivamente para que Garfield tuviera clara la versión —y me la follaria hasta que solo quedara un agujero negro. —detallo antes de darle otra mordida a su hotdog.

La expresión de ensueño que había mantenido Garfield cambio radicalmente a una de extrema repulsión cuando las palabras de su amigo se transformar en imágenes de ALTA DEFINICION en su cabeza.

—Oye gracias, hermano, por darme algo de que hablar en mi siguiente terapia, se estaban poniendo muy aburridas —señaló desalentadoramente.

—¡Deja el drama, Logan! te estoy hablando de la pelirroja en una licra pegadita y tú me sales con la terapia —reclamó indignado con esos comentarios "tan gays" que se gastaba su compañero. —Sino mejoras esa actitud vas a vivir metido en el basurero, y mira que te quedan par de años aquí…

El eludido prefirió psicológicamente silenciar la verborrea de Trevor, porque en ocasiones como esa se ponía insoportable. O sea, eran casos distintos, pero igual ambos estaban sumergidos en el mismo hueco de la impopularidad, pero a Trevor le funcionaba mejor la negación, como lo llamaba el psicólogo de Garfield. Para él estaba bien ser obeso, peludo y raro si poseías la capacidad de ser obsceno y mandar a todos a la mierda como si en verdad no te importaran sus opiniones (Incluyendo mandar a la mierda a tus padres y hacer grandes berrinches cuando asoman la palabra terapia en la mesa).

Garfield solo podía pensar en lo hipócrita que era, porque a alguien que de verdad no le importa la opinión publica no inicia un chisme sobre la perdida de su virginidad desde una cuenta falsa de Facebook, y luego sale diciendo por su cuenta real que se siente ofendido y humillado por tal violación a su privacidad para causar lastima. En primer lugar: A nadie le importa tu vida, no has hecho nada verdaderamente relevante. Y en segundo lugar: Hacerlo con una prostituta barata que encontraste en internet no cuenta como un acontecimiento relevante.

Pero aunque le molestaran esas cosas sobre Trevor, debía admitir que al menos era un poco más osado que él ¿Y como no serlo cuando has repetido el penúltimo año dos veces y eres el mayor de la clase?. Quizás si él fuera un poco más ancho también tendría un poco más de actitud, o por lo menos sería más difícil meterlo al bote de basura.

Después de todo siempre llegaba a la misma conclusión: No quería quedarse solo, a fin de cuentas con él podía hablar de sus cosas favoritas sin disculparse cada dos minutos como pasaba con el resto de las personas a excepción de...

—Roth, Oh por Dios, bendito sea el culo de Roth.

Y si aquello hubiera sido una misa todos le hubieran respondido a Trevor "¡Aleluya!".

Oh sí, Roth, Rachel Roth, definitivamente ella era el verdadero espectáculo. Garfield llevaba años enamorado de la mejor amiga de la chica más deseada de la Preparatoria, la cual casualmente era su vecina desde que tenía uso de razón.

Kori era hermosa, angelical y amable con todo el mundo (incluso con él, ella no lo recordaba pero una vez le regalo el ultimo pudin de la cafetería) sin mencionar que estaba buena y tenía unos ojos verdes alucinantemente únicos (Algunos rumores decían que eran lentes de contacto, pero Garfield pensaba que los que lo decían eran una bola de envidiosos). Sí, Kori, era única y especial y él lo hubiera dado todo por tenerla para que iluminara su vida y no le dejara espacio para nada más.

Y Rachel, bueno para él era solo Rae, no podía ver a alguien como un objeto sexual después de compartir una piscina de plástico con ella a los 5 años. Pero desde la perspectiva de Trevor, la del grueso de la población masculina del campus y un pequeño, pero no menos importante, grupo de chicas, Rachel Roth era el polvo mejor echado en la historia de la humanidad.

El cuerpo perfecto y curvilíneo de una latina de concurso aunado a la piel y rostro heredados de su madre escandinava, eran solo una pequeña parte de su infernal atractivo, a fin de cuentas, cualquier con algo de fuerza de voluntad y esfuerzo podía tener un buen cuerpo, pero los que habían tenido la dicha que de estar con ella (Que era una lista selecta pero amplia) decían que Rachel Roth era sexo a otro nivel. Y si bien tenía una maldita actitud que dejaba mucho que desear, le venía como anillo al dedo en esos tiempos de adolescencia donde la intimidación era la mejor política. Si Emma Stone era la reina de la bitch face, entonces Rachel Roth era la Institución/RealAcademia/Guru de la bitch face.

Iba en ultimo año, era la capitana de las porristas (Eso era una historia graciosa, porque ella solo hizo la audición por acompañar a Kori y ¡poof! Quedo seleccionada… y como capitana) y se movía como toda una hija de puta. No era como si encajara perfectamente en el perfil de la amiga del chico al que le hacían bullying en la escuela, pero así era, aunque Garfield hiciera todo lo posible por negarlo.

—Quisiera untarle jalea y comerme su cara —decía Trevor apunto de ahogarse con su propia baba.

—Oh viejo, eres un cerdo.

—¡Cállate y ve! —Le ordenó sin apartar su vista del frente.

«Oh no, esa canción otra vez no, por favor no» chilló el rubio en su fuero interno al darse cuenta que Luis Fonsi y Daddy Yankee lo habían perseguido toda la semana. En la tienda, en los pasillos de la escuela, en el autobús, hasta encerrado en su habitación en completo silencio podía escuchar el murmullo lejano de la canción y cuando pensaba que no podía ser peor se encontraba así mismo en la ducha bailando des-pa-ci-to…

—Sí, sabes que ya llevo un rato mirándote —cantó Logan a su amada pelirroja, en una producción cortesía de su imaginación, donde él era la encarnación rubia de Luis Fonsi (Cuando en verdad lo único que podrían tener en común sería una hormona del crecimiento un poco tacaña) en su regreso cool y fitnnes a la palestra artística.

Todos se apartaban de su camino asombrados por su barbarocidad mientras bajaba por las gradas luciendo su envidiable físico para ir al encuentro con su amada que lo espera ansiosa.

—Tengo que bailar contigo hoy.

Cuando llego junto a ella la tomo con fuerza por la cintura derritiendola entre sus brazos.

—Vi que tu mirada ya estaba llamándome.

De repente apareció Trevor con lentes oscuros, cadenas y la gorra hacia atrás.

—¿Qué coño haces en mi fantasía? —Le preguntó Garfield cortando abruptamente la sensualidad de la situación.

—Necesitas un Yandel ¿no? —respondió como si fuera algo obvio.

—Es Daddy Yankee.

—Ok, puede ser ese también.

Gar puso los ojos en blanco y prefirió continuar.

—Tú, tú eres el imán y yo soy el metal

Me voy acercando y voy armando el plan
Solo con pensarlo se acelera el pulso (Oh yeah).

Le cantó cerquita del oído enredando los dedos en su melena roja haciéndola suspirar.

—Ya, ya me está gustando más de lo normal

Todos mis sentidos van pidiendo más
Esto hay que tomarlo sin ningún apuro.

Apareció Yandel, qué digo Daddy Yankee (después de tremendo atracón en Taco Bell) siendo rodeado por el resto de las chicas del equipo que bailaban a su ritmo, Incluso Rachel.

Des-pa-ci-to

Kori se colocó de espaldas a él para destacarse en un sexy movimiento de cadera (De por sí ella bailaba muy bien pero no solía morderse tanto el labio inferior, ni poner cara de orgasmo en puerta).

—Quiero respirar tu cuello despacito
Deja que te diga cosas al oído
Para que te acuerdes si no estás conmigo.

Des-pa-ci-to
Quiero desnudarte a besos despacito
Firmo en las paredes de tu laberinto
Y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito.

—Quiero ver bailar tu pelo
Quiero ser tu ritmo
Que le enseñes a mi boca
Tus lugares favoritos (favoritos, favoritos baby)

—Por supuesto, Mark Logan —Le dijo la Kori de fantasía, sonriente y envuelta en un halo de luz celestial.

—Déjame sobrepasar tus zonas de peligro
Hasta provocar tus gritos
Y que olvides tu apellido.

—Claro, tú eres lo más importante en mi vida, lo demás no importa. —declaró con su suave voz.

—¿En serio, Kori? —quiso asegurarse un emocionado rubio.

—Por supuesto, tontito, solo puedo pensar en una cosa: En ti, Logan…

—Repítelo. —Suplico.

—Logan.

Pero la dulce voz de Kori se iba distorsionando y convirtiéndose en otra no tan agradable.

—¡Ey, Logan!

—Oh no.

—¿Me estás escuchando, idiota?

Fue un brusco jalón hacia la realidad cuando sintió un manotazo contra su cabeza. Seguía en las gradas pero ¿Dónde estaba Trevor? ¿Y no se supone que a la hora de salida la gente se marcha a sus casas? Qué hacían aun ahí esos cinco pelmazos del equipo de lucha, Garfield solo sabía que seguramente nada bueno.

—¿Qué pasa, Logancito? ¿Te comió la lengua el gato? —Se dirigió a él con tono burlón Adonis Bourousis.

Adonis no destacaba mucho por su inteligencia, pero eso aparentemente no hacia mucha falta cuanto tus bíceps eran más grandes que una sandia. Había rumores fuertes que su gran tamaño era gracias a la ayuda de los esteroides, pero no se había comprobado nada aun, de ser así no podría participar en el equipo de lucha de cuyo puesto estaba muy orgulloso. Su cabeza tenía una peculiar forma de avellana y era coronada por cabello negro, que casi nunca dejaba a la vista porque era raro verlo sin el casco protector de luchador. Siempre había molestado a Garfield, le causaba un malsano placer joderle la vida a los mas débiles.

—No, Adonis, él es un gato gordo y flojo —habló otro de los Einstein del grupo.

—Lo de gordo déjalo para la bola de manteca de su novio freak, Logan es tan delgado que Adonis podría partirlo en dos. —agregó otro a su derecha.

Eso hizo que Garfield se pusiera más tenso de lo que ya estaba, sentía que estaba al borde de un ataque de ansiedad.

—Sería divertido ¿verdad? ver como se quiebra el pequeño Garfield Logan. —sugirió Adonis poniéndose en cuclillas para quedar al nivel del rubio tembloroso.

—¿Do…do…nde está Trevor? —inquirió Garfield en un hilo de voz.

—No lo sé, de seguro fue por otra rosquilla para su dieta.

El comentario de Adonis provoco risas en el grupo.

—Y ya que estabas solos decidimos acercarnos a hacerte compañía, esperemos que eso no le moleste a tu gordis —dijo usando un tono condescendiente mientras rodeaba los hombros de Garfield con su descomunal brazo haciendo sonar los huesitos de este —A ver, duende, dinos qué se siente que te coja una ballena peluda.

Sus malvadas risas le hacían daño a los oídos de Garfield, temblaba cada vez con más violencia y se había bloqueado por completo.

Aunque para suerte del rubio, otra risa se unió al coro de los brabucones, desarmonizando con lo sardónica que era.

—Pero Adonis, tú eres un experto en ese tema, no entiendo en que tanto te pueda instruir Logan —acotó Rachel de forma calmada e irónica acercándose a ellos —Mira que te he visto hablando mucho a solas con el entrenador.

La chica se posicionó junto al rubio, parada sobre la tabla que fungía de asiento, portando su uniforma blanco y azul de porrista como si fuera uno de policía. Adonis de inmediato soltó a Garfield como si fuera un trapo, le dedico una mirada frustrada a Rachel y en su rostro de dibujo una mueca que pretendía ser una sonrisa.

—Muy divertida, preciosa, tú siempre con ese humor… combativo —Le habló en un tono entre lascivo y malicioso. —Deberías dedicarte a la lucha femenina, en lugar de perder tu tiempo en "esto" que llaman deporte —dijo menospreciando a las porristas, a las cuales no consideraba más que un grupo de bailarinas exóticas por decir lo menos.

—Esa sería una buena idea si me meta en la vida fuera parecer un Neandertal, Adonis —respondió sarcástica —Ahora qué tal si se van ¿no? Nos están fastidiando la practica —Los corrió de la forma más sutil que pudo.

—Pero ¿Por qué? Si solo estamos hablando con nuestro amigo, Garfield —Se defendió el hinchado musculoso usando un tono ofendido. Sus amigos rieron por lo bajo.

—Pues él parece no querer hablar con ustedes, y pensándolo bien si yo fuera él tampoco querría mantener una conversación con un grupo de mononeuronales hediondos a sudor.

Aunque Logan olía medio raro también pero eso no era lo importante en ese momento. El comentario iba acompañado obviamente de una expresión tan gélida que haría que Kristen Stewart pareciera una muchacha simpática ante las cámaras.

—Largó o llamo a la entrenadora para que los escolte —amenazó.

—Uy que miedo ¿Y qué le vas a decir? —A él francamente le importaba un rábano.

—No sé, que su existencia me fastidia, no necesito una buena razón —explicó hastiada por manteniendo el tono.

Adonis le dedico una mirada furiosa, apretando los puños y controlando su respiración, luego vio a Garfield que aun conservaba la palidez ante su presencia y le sonrió.

—No puedes esconderte bajo la falda de tu mamá gallina por siempre, duende —declaró de forma intimidante.

—Al menos él puede aunque sea esconderse, allá otros que se tienen que conformar con verla de lejos —observó sarcásticamente.

El chico afianzo aun más su mirada rencorosa hacia Rachel y sin mediar más palabras le hizo una señal a su grupo para que se marcharan de ahí.

El silencio se instaló entre el rubio y su salvadora mientras observaban como se alejaba aquellos sacos de testosterona y brutalidad. Rachel no parecía afectada por lo que acababa de hacer, pero Garfield sin saber porqué estaba molesto con ella y era un sentimiento que no entendía.

—Oye ¿estás bien? —preguntó por fin la muchacha con un dejo de preocupación.

Garfield no le respondió.

Rachel miro para los lados y rasco su cabeza exasperándose un poco.

—Ya veo que esto es lo que siente la gente cuando intenta hablar conmigo —concluyo de aquella "amena" situación —Voy a cambiarme, espérame… si quieres —le aviso sin mucho animo antes de volverlo a dejar solo.

Él rodo los ojos y dejo salir un gran suspiro.

. . .

¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué estaba esperándola en esa esquina como un idiota? Idiota, siempre usaban esa palabra con él, y tenían razón; él era un perfecto idiota que esperaba a la chica linda que le ofrecía un aventón en el carro ultimo modelo que le había regalo su padre de cumpleaños parado lo más lejos posible de la escuela para que no lo vieran subirse. Era una estupidez, pero lo prefería así, además era mejor que tomar el autobús y necesitaba llegar rápido a su casa.

El auto de un negro resplandeciente se posicionó frente a él, la ventanilla del copiloto bajo y dejo ver a Rachel que cargaba unos lentes de sol que hacían juego con su auto.

—No me jodas, para la próxima me esperas en la entrada de la urbanización —lo regaño al darse cuenta que lo esperaba a 10 CUADRAS del instituto. —Para eso termínate de ir a pie.

«¿Entonces no puedo montarme?» pensó apenado, estirando los puños de su chamarra gigante y rehuyendo los ojos cubiertos de Rachel.

—Súbete de una vez Logan que estoy apurada —Le exigió.

No había que decírselo dos veces, rápidamente se montó en el asiento del copiloto, Rachel arranco y enfilaron rumbo a casa.

Le agradaba pasear por Miami cuando no había tráfico, se recostaba de la ventana abierta como si fuera un perrito y dejaba que la brisa le pegara en la cara y le revolviera el cabello, con una vieja canción de Wisin y Yandel de fondo que sonaba en la radio.

Se monta en el Gallardo rumbo al tráfico, donde quiera que se mete se le quedan mirando, su cara de fiera tiene algo mágico hace rato que sabe que yo la estoy chequeando

Volvió a ver a Rachel, quien manejaba concentrada en el camino y sus lentes de sol no dejaban ver ni rastro de lo que pudiera estar pasando por su cabeza. Sí, la radio tenía razón.

—¿Por qué Adonis estaba molestándote? —preguntó la chofer a quemarropa.

Garfield lo medito un momento y luego le respondió —Porque no le caigo bien.

—Él tampoco me cae bien a mí y no le ando amargando la existencia.

—Sí lo haces, es solo que no puede hacer nada contra ti —bromeó poniendo una sonrisa triste.

—No me causa gracia, deberías patearle la entrepierna o algo así cuando se quiera meter contigo —Le dijo molesta —Sé que tuviste un año difícil, Gar, pero este no comenzó mucho mejor y me preocupa.

—No deberías preocuparte, no es tu problema, no somos amigos.

—Ya deja de repetir eso…

—¡Pero es verdad, Roth! —Le grito exasperado.

Justo en el instante que Rachel colocaba el freno porque había llegado a sus casas. Ambas blancas, cuadradas, de dos plantas, con patio trasero y pórtico, típicas y americanas, solas las dividía una pequeña cerca.

—No eres mi amiga, mucho menos mi mamá, ni mi hermana mayor o niñera así que deja de meterte en mis asuntos, en vez de ayudar solo empeoras las cosas.

Sin dejarla decir nada salió disparado del auto y corrió a meterse en su casa.

Rachel le dio un puñetazo furiosa al volante.


Nota de la Autora: Si llegaste hasta aquí de antemano te agradezco por leer, hace mucho que no escribía nada y me encantaría saber sus opiniones al respecto de la historia y qué esperan de ella.

Sin más que decir Hechizada se despide, besos.