Sumario: Isabella Swan sufre de un desorden de personalidad múltiple y ha dejado que Edward Cullen, un aspirante a psiquiatra, haga un estudio sobre ella y sus personalidades múltiples. Colaboración entre Bronzehairedgirl620 y Daddy's Little Cannibal, oscuro y divertido. B/E.
Disclaimer: Crepúsculo no me pertenece, ni la historia tampoco. Ha sido escrita por Daddy's little Cannibal y Bronzehairedgirl620. Yo sólo me adjudico la traducción.
Espero que les guste
Los mundos colisionan
Estacioné el auto afuera de la casa de Isabella. Mentiría al decir que estaba emocionado por hacer esta investigación con ella. No es que no me gustara Isabella, porque sí me gustaba. La encontraba extremadamente lista, inteligente, divertida, ingeniosa; tenía todo lo que cualquier hombre pudiera pedir en una mujer, pero desafortunadamente, sus "personalidades", que es como decidimos llamarlas, no eran tan encantadoras como ella.
"Por favor, que hoy no sea Victoria". Rogué en voz alta mientras salía del auto.
Victoria era una de las personalidades más… extremas de Isabella, quien se las había arreglado para crear una alteración que no fuese humana, aunque cada vez que victoria aparecía Bella siguiera siendo igual de humana. La primera vez que conocí a Isabella y a su familia, Victoria había decidido visitarnos. El recuerdo aún estaba claro en mi mente.
Yo había tocado el timbre de la casa, emocionado porque sería el primer día en el que me encontraría con la persona a la que pasaría estudiando por el resto del año. Había oído rumores y leído artículos sobre el desorden de personalidad múltiple (TID), pero la verdad es que nunca había sido testigo de un caso en primera mano. Era tan ignorante como para creer que era algo parecido a alguien que le encanta disfrazarse con un poquito de exceso.
El padre de Isabella, Charlie Swan, abrió la puerta y me invitó a pasar. Me presentó a la madre de Isabella, Renee Swan, y a la amiga más cercana a ella, Alice Brandon. Me guiaron a la habitación de TV, donde Renee me dio galletas añejas y leche aguada. Le pregunté dónde estaba Isabella, emocionado por conocer finalmente a mi primera paciente.
La familia se silenció. A Alice se le escapó una risita estrangulada entre sus pequeñas manitas. Miré alrededor de la habitación con desconcierto. "¿Dónde está Isabella?"
Renee abrió la boca y luego la cerró. "Isabella no se encuentra aquí hoy". Dijo lentamente, dándole miradas a su esposo.
"Pero me dijeron que Isabella estaría aquí. Ustedes deberían saber que…"
"Bella esta aquí" Me interrumpió Alice. "O sea, su cuerpo está aquí, pero Bella decidió que necesitaba irse de vacaciones, así que Victoria tomó su cuerpo".
"No entiendo". Miré desde los ojos de la pequeña chica hacia los de los padres de Isabella. Negué con mi cabeza para demostrar que nada de lo que Alice decía tenía sentido para mí.
Charlie suspiró. "La traeré para ti." Se empujó fuera de su silla y subió las escaleras. Renee le siguió, murmurando algo sobre la posibilidad de que necesitara ayuda.
Fue entonces cuando me di cuenta de que no se trataba de alguien a quien simplemente le encantara disfrazarse con excesos, y de que probablemente me encontraba frente a una posible situación peligrosa. Traté de convencerme a mi mismo que mi profesor jamás permitiría que hiciera algo con lo que pudiera herirme, pero las dudas estaban comenzando a poder con mi lógica.
"Hola Victoria" Dijo Alice hacia las escaleras.
Mi rostro se giró hacia aquella dirección. Me fue imposible contener el grito apagado que se había formado en mi pecho. Isabella, o Victoria, era increíblemente hermosa. Tenía pelo castaño que se ondulaba en sus puntas, su piel era increíblemente pálida, y cada vez que daba un paso hacia el sol que entraba por una ventana abierta, la luz se reflejaría en la brillantina en la que estaba bañada.
Me levanté y le ofrecí mi mano. Estaba tomándose su tiempo al bajar las escaleras, y su espalda se arqueó cuando me vio a Alice y a mí. Su rostro se cubría con una mueca de rigidez. Cuando finalmente llegó al último peldaño, su pie se enredó en su largo vestido y se calló de frente. Me precipité a ayudarla, ya que los modales que mi madre y mi padre me inculcaron salieron a relucir.
"¿Estás bien?" Le pregunté mientras trataba que se levantara.
Sus ojos se agrandaron cuando me vieron, pero en vez de sonrojarse o actuar como si nada hubiese sucedido –lo que una persona normal haría-, sus labios se curvaron y dejó salir de entre ellos un fuerte siseo. Un siseo de verdad. Un siseo que podría ser comparado al de un gato o al de cualquier otro animal que sisee.
Se puso de pie de un salto, murmuró algo en latín y se apresuró hacia el otro lado de la casa, con sus manos sosteniendo su larga falda.
Miré a Alice, en busca de su apoyo.
"Cree que es una vampira". Me dijo como si estuviera diciéndome que el cielo es azul.
Mis ojos se agrandaron por la sorpresa. "No va a intentar comerme, ¿Verdad?" Le pregunté. La imagen de una criatura tan preciosa tirándoseme encima con sus manos como garras y sus dientes rumiando se volvió clara en mi mente.
Alice soltó algunas risitas. "No, es vegetariana. Sólo come animales."
El sonido de un perro llorando de dolor se oyó desde la cocina, haciéndome saltar. El rostro de Alice se desanimó y salió del sillón.
"¡No te comas a rufus, Victoria!" Gritó mientras corría en dirección del perro que lloraba.
Costó un montón para que los padres de Isabella y mi profesor guía lograran convencerme para volver a ese lugar.
Al poco tiempo comencé a visitarla dos veces por semana, por un periodo de tres meses. No me llevó mucho tiempo para conocer y con el tiempo ser amigo de la mayoría de sus personalidades –no todos, porque es difícil ser amigo de una vampira-. Tenía cinco de ellas, cada una completamente diferente a la otra. Estaba la vampira, la loca por la limpieza, la extranjera, la adolescente rebelde (Que creo que acaba de cumplir 16), el ciclista cuarentón (Me intimida), y por supuesto: la verdadera Isabella Swan.
Pude conocer a la verdadera Isabella una vez. Fue después de que le dije a B, la personalidad de Isabella que era una adolescente rebelde (y no es por ser fanfarrón, pero creo que le gusto), que me quedaría a vivir con ellos por algunos meses.
Fue bueno llegar a conocer a la verdadera Isabella, por lo menos una vez. Era callada, a diferencia de sus personalidades, se miraba mucho las manos, y cuando sonreía, era como si toda a habitación se iluminara. No podía imaginarme que alguien como ella quisiera esconderse bajo una máscara. Se lo dije muchas veces mientras nos encontrábamos en nuestras sesiones. Y de verdad esperé que todo lo que le dije se lo haya tomado de corazón.
"Por favor, que tampoco sea dale". Hice mi ruego final antes de golpear la puerta del que sería mi nuevo hogar por los próximos tres meses.
"Ah, Edward, adelante", Dijo Charlie, tratando de sonar cordial, pero pude oír la renuencia en su voz mientras caminé por la puerta.
"Hola, Sr. Swan", Le contesté, tratando de escuchar algún tipo de indicación sobre con quién me encontraría hoy.
"Bella no está aquí", Me dijo yendo directamente al grano, y respondiendo mi pregunta silenciosa. "Pero necesito hablar algunas palabritas contigo antes de que la veas".
No pude evitar de darme cuenta de la manera en la que él evitaba a quienquiera que Isabella era en este momento. Era como si le avergonzara. "Por supuesto", le contesté quitándome la chaqueta.
Charlie me condujo hacia el pequeño sofá, con una postura rígida mientras fruncía el ceño hacia el suelo. Le esperé en silencio, sin estar seguro sobre lo que me quería decir.
"Necesito que ayudes a Bella", dijo con un tono más suave al anterior. "Esto ha ido demasiado lejos, y tiene que terminar. Ella está desechando su vida"
Mis cejas casi se toparon cuando fruncí el ceño. "Creo que no le entiendo… lo hace sonar como si…"
No estaba seguro sobre lo que estaba apunto de acusarlo, si es que había algo por que hacerlo.
"Bella siempre ha sido… imaginativa. Siempre jugando a disfrazarse, siempre tratando de crear sus propios mundos. Pero esto ha durado demasiado tiempo. Puede que sea la culpa mía y de Reneé, por haber permitido que siguiera entre aquellos sueños, pero no podemos cambiar el pasado".
Le quedé mirando fijamente. "Lo que usted está intentando decir es que no cree que sea un problema de personalidad múltiple en realidad". Resumí, reprimiendo una mueca cuando le vi asentirme.
"Sí".
Suspiré, estirando mis piernas hacia delante. "Sr. Swan, haré todo lo que esté en mis manos para que su hija esté de vuelta", le dije. No quería hacer nada para molestarle. "¿Puedo verla?".
Charlie asintió con amargura, saludándome de mano. "Buena suerte".
Odiaba la manera en como lo hizo sonar, como queriendo decir que me estaba encaminando a mi sentencia de muerte, pero le ignoré, llevando mis bolsos a la cocina. Pude ver a Alice desde donde me encontraba, pero quienquiera que había tomado el cuerpo de Bella no se encontraba a la vista.
"Hola Edward", dijo Alice, notándome en la puerta. "¿Te gustaría comer algo?"
Negué con la cabeza, mordiéndome la lengua para no preguntar nada. "No, gracias".
"Oh, maldita sea". Escuché cómo una voz gruñía detrás de mí. Volteé para encontrarme con la presencia física de Bella, aunque había un brillo distinto en sus ojos. Estrechó sus ojos y me miró fijamente a través de sus lentes, cruzando los brazos sobre su pecho.
"¿Cuántas veces te he dicho que te quites los zapatos antes de entrar a la casa?" Me dijo, alzando la voz y apuntando hacia mis zapatillas.
Miré hacia abajo, esperando no haber pisado nada, para no molestarla aún más. Conocía a esta Bella. –Emily, así era como le gustaba que le llamaran. Si veía cualquier objeto fuera de su lugar, o una manchita de suciedad en un radio de 10 millas, se transformaba en una bala limpiando y fregando como si no hubiese un mañana.
"Hola Emily". Le dije, completamente agradecido de haberme memorizado cada uno de los nombres de sus personalidades. No estaba seguro de lo que podría pasar si algún día les confundía.
Asintió cortantemente en respuesta. "Zapatos. Fuera. Ahora."
Inspiré profundamente, tratando de calmarme. "Lo siento", me disculpé, queriendo quedar en el lado de sus aliados, mientras me quitaba las zapatillas. Me devolví hacia la puerta, dejándolas en la alfombra de bienvenida.
"Oh, Edward, estás aquí". Reneé sonrió radiantemente mientras bajaba por las escaleras con un cubo lleno de útiles de limpieza.
Le devolví la sonrisa. "Hola, Sra. Swan. ¿Comenzando con el aseo de primavera por adelantado este año?" Hice un movimiento con la cabeza hacia el cubo de limpieza en sus manos.
Reneé suspiró. "Emily ha vuelto, como estoy segura de que ya te has dado cuenta". Hizo un gesto hacia los zapatos que yo estaba dejando por la puerta principal. "¿Quieres que te muestre dónde te quedarás?"
Asentí. "Por favor".
Me guió escaleras arriba, la madera crujía bajo nuestro paso mientras caminábamos por el pasillo.
"Esta es la habitación de Alice" Dijo, apuntando hacia una puerta cerrada. "Al otro lado del pasillo la de Bella, y al lado de esa habitación esta el baño. Lo tendrás para ti solo, porque Alice y Bella comparten el otro".
"¿Alice vive aquí?" pregunté. Reneé asintió sombríamente, y siguió caminando.
"Decidió quedarse con bella mientras haces tu... investigación".
Asentí, siguiéndola al final del pasillo. Una ventana estaba abierta, y dejaba que algo de aire fresco entrara. Reneé se volteó hacia la habitación de la derecha, abriendo la puerta.
"Tú te quedarás aquí" Dijo. "Las toallas frescas están en el closet, siéntete como en casa, y pide lo que necesites".
Se disculpó y salió de la habitación después de haberme explicado todo lo que necesitaba saber. Dejé mis bolsos en la cama, pellizcándome el tabique de la nariz.
Esto iba a ser difícil, aunque lo supe desde el comienzo. Era mi primer caso y quería que saliera bien, pero también era despertarse y no saber con quién me tendría que sentar en la mesa del desayuno. También se encontraba la verdadera Bella, a la que más quería conocer, pero raramente nos visitaba.
A la que encontraba más fácil para llevarme bien es Maire, la personalidad francesa de Bella. Aún no había logrado descifrar si hablaba el lenguaje con fluidez, si es que lo hablaba, pero su acento era pronunciado. Le conocí un día en el que salí a caminar al patio. Estaba sentada en una silla, usando una boina, bebiendo un tazón de un fuerte expresso, y tarareando al mismo tiempo de un cd francés mientras mordisqueaba una crepe.
Saqué los contenidos de todos mis bolsos y los dejé sobre la cama, mirándolos mientras caían al piso y rodaban bajo la cama.
"Genial", dije mientras oí a alguien, probablemente Emily, subiendo las escaleras, murmurándose a si misma. Hice todo lo posible para levantar todo lo que se me había caído, pero no fui lo suficientemente rápido.
"Más te vale sacar esa ropa del suelo antes de que yo lo haga por ti," advirtió Emily mientras traspasaba la puerta, mirándome. Gemí, cayendo de espaldas al mismo tiempo que escuché que alguien encendía la aspiradora en alguna parte al final del pasillo.
Iban a ser unos largos tres meses.
Que les pareció!? Review plis plis! es mi primera vez traduciendo! Adoro las historias de Daddy's Little cannibal… Y encontré esta, que sólo lleva 6 capítulos, y no me pude aguantar! Espero ponerme al día pronto, e ir traduciendo a medida que se vaya actualizando en inglés, para que todas llevemos la emoción al mismo tiempo. Besitos! Y gracias por leer
