Holaaa! aki Kanakoo! :D

pues veran, en todas mis historias NaLu incluyo gran parte GaLe, incluso tengo un One-shot de ellos, pero me dije: "¡Ya es hora que tengan su propia historia!" :D

pensaba qe fuera un One-shot, pero me emociione tanto qe decidí extenderlo xDD Siempre he amado este tipo de romances *O*

Habra leve NaLu

sin más, espero les guste! :D

Fairy Tail es prropiedad de Hiro Mashima :D

Unexpected

.

.

Fiore, siglo XVIII

—Eso es tan triste Lu-chan...

—Para nada Levy-chan—rió divertida una rubia parada tras una peliceleste de semblante decaído— Ahora que te vas, será muy aburrido aquí.

—Quisiera no hacerlo... —murmuro tristemente, para mirar por el espejo a la chica tras ella. — ¿Quien te ha comprado?

—Umm... —la chica meditó un momento mientras terminaba de arreglar el alborotado cabello de la joven en una perfecta cebolla, ganchando en ella, un pequeño broche que iba unido a un largo velo blanco— Un tal Archiduque Phantom-no-se-que.

Levy frunció el ceño algo extrañada, los ricos y sus tontos nombres rimbombantes. Seguro era un tipo de mucho dinero, su padre no vendería servidumbre por cualquier precio.

—Quisiera poder hacer algo por ti —suspiro tristemente— Para que al menos pudieras estar con Natsu como aquí.

— ¡Eso es lo asombroso! —Sonrió satisfecha la rubia, llenando de perfume a la chica sentada frente a ella— Nos ha comprado a ambos, a Natsu y a mí. Pero no podré ir a tú boda, el tipo quiere irse del pueblo antes de que anochesca.

Levy volvió a suspirar resignada, al menos su amiga podría ser un poco más feliz que ella. O eso quería pensar. A la servidumbre no le quedaba más que aceptar callados los deseos de los ricos prepotentes, que compraban personas como si fuesen mercancías, separándolos sin remordimientos de sus familiares. Al menos si Natsu iba con ella podría protegerla, o podría intentarlo.

—Levy-chan, —pregunto la rubia, buscando sutilmente el rostro de su amiga— ¿Estarás bien? Aún faltan un par de horas para la ceremonia...

—Esta bien, quería que fueras tú quien me arreglara para este día —dijo con un hilo de voz y una débil sonrisa— Ya puedes irte, que tengas un buen viaje, Lu-chan.

Lucy la miró comprensivamente, la tristeza y soledad que reflejaba el rostro de la peliceleste llegaba a contagiarla. Suspiro decidida y sonrió alegremente para animarla.

—Vamos Levy-chan, —la abrazo tiernamente— Ya veras que al final del día todo saldrá bien y serás muy feliz.

—Lo dudo.

Lucy frunció el ceño algo triste, sentía pesar por su amiga, su padre obligándola a casarse con alguien de quien solo conocía el nombre. En la ceremonia de bodas seria la primera vez que lo vería. De cierta forma ella era más afortunada, ya que como ella era parte de la servidumbre era libre de casarse con quien quisiera, claro mientras fuera de su misma clase social. Había sido afortunada de que los compraran a ambos el mismo sujeto, ya que si solo hubiera sido ella o a Natsu, no podrían hacer nada para evitar ser separados.

—Adiós —Lucy sonrió acercandose a la gran puerta que daba paso a la salida de la gran habitación y se detuvo antes de salir.— Te despedire de Natsu. La proxima vez que te vea, no seras mi superior.

—Prometelo...

La rubia sonrió energicamente alzando el pulgar en signo de aprobación a las palabras de la joven, y con un ademan de su mano se despidió de ella, dejandola sola en aquella gran habitación.

Levy miro tristemente su propio reflejo en ese gran espejo redondo, con entrincadas molduras en su marco color perla, que estaba sobre ese peinador lleno de joyas y maquillaje que era obligada a llevar día con día.

Estaba sutilmente maquillada, un leve rubor en sus mejillas y en sus labios un suave color rojo. Sus rebeldes cabellos que ella solía llevar sueltos solo con una banda sobre su cabeza, ese día estaban firmemente sujetos en una coleta alta. Sus alegres y coloridos vestidos, ahora eran remplazados por un insipido vestido blanco de bellos encajes.

Un vestido de novia.

Siempre había soñado con el día de su boda. Cuando ese extraño forajido llegara robando su corazón, y de alguna manera ganando la aprobación de su padre, dejándola ir con él, y no obligándola a casarse con un viejo adinerado.

Y así fue.

Ese día en el carruaje rumbo al mercado del pueblo. Si tan solo pudiera volver a aquel día...

*…*…*…*…*…

— ¡Abajo! ¡Los bandidos dispersaron a la caravana! —un chico pelirosa entro de golpe al carruaje, abriendo a la fuerza con su pie un agujero en la madera para pasar y abrazar a las dos chicas ahí dentro— Huyan por detrás, yo las cubriré.

—Pero Natsu, ¡Si los enfrentas te mataran! —La rubia con lágrimas en los ojos, se aferraba con fuerza al chico— No trates de ser héroe ahora.

El chico apretó los dientes furioso, observó como ambas chicas temblaban de miedo entre sus brazos, mientras a unos metros, fuera del carruaje se libraba una batalla entre vándalos y soldados.

Era obvio lo que querian.

—Seguro buscan a Levy —murmuro pensando en una salida, estando alerta de lo que ocurria afuera.— Tienen que huir.

— ¿A-A mi? —Preguntó asustada la peliceleste—

— ¡Levy-chan! ¡Huye sola! Así te será más fácil escapar —dijo la chica, viendo como la peliceleste temblaba con lagrimas en los ojos. —No nos pasara nada, no sacarían nada de un chofer y una dama de compañía, ¡Corre!

Un fuerte golpe a la madera los hizo estremecerse, la batalla había cesado, seguramente la victoria había sido de los bandidos.

La puerta se abrió de golpe, dejando ver a un joven de oscuro cabello azul, algo lastimado por la batalla.

— ¡Entreguen a la...! —Se detuvo en seco al solo obvservar a una rubia aferrada a un pelirosa de mirada desafiante— ¡¿Donde esta la chica?!

—So-Solo soy yo, nuestro Amo nos mando a hacer unas compras al pueblo —murmuró la joven mostrando entre sus manos unas monedas de oro dentro de un pequeño saco de tela de terciopelo rojo— P-Por eso la caravana...

El peliazul alzó la ceja incrédulo.

—Es mucho dinero para unos sirvientes, ¿No es así?

—Maldito —murmuro el pelirosa que era detenido por la rubia— ¡Voltea el carruaje si quieres! ¡Solo veníamos nosotros!

— ¡Ya veras bastardo!

—Basta Gray —un chico peliceleste y de un extraño tatuaje en su ojo derecho, lo detuvo sosteniendo su hombro abriéndose paso dentro del carruaje, y con una sonrisa pacifica se inclinó a tomar el pequeño saco de dinero— Supongo que ha sido un error, lo haremos mejor la próxima vez.

Al salir, ambos peliazules se miraron pareciendo estar de acuerdo.

— ¡Vámonos! ¡Falsa alarma!—gritó Gray para todos— ¡Amarren y amordacen a estos dos y tirenlos frente la mansión del Duque McGarden!

El pelirosa solo atino a maldecir antes de ser noqueado y llevado junto a la rubia.

Ambos chicos se retiraron a paso tranquilo, mientras los demas bandidos saqueaban lo que quedaba del transporte y juntaban a los caballos.

— ¿Solo falta él, cierto? —Preguntó despreocupadamente el peliceleste a su compañero—

—Si, es el jefe. Siempre hace lo que le viene en gana. Ya regresara.

Ya no podía más. Había corrido tanto que le faltaba el aire y se sentía mareada.

Llegó a esconderse en las raíces huecas de un árbol, sujetando sus rodillas recargada en las muertas ramas, llorando amargamente por su cobardía o quizá por su inutilidad. No había querido huir, pero antes que se diera cuenta, Natsu ya la había lanzado fuera, obligándola a correr.

Su pomposo vestido naranja se habia rasgado de la vastilla, sucabello estaba despeinado y se había torcido un tobillo. Ya no podía correr, se cubrió la cara con sus manos, se sentía culpable y sus lamentos eran fuertes llantos de miedo.

Pero su corazón casi se detiene al escuchar unos pasos acercarse. Cubrió su boca, tratando de detener su desconsolado llanto, pero solo lograba asustarse y llorar más.

Un alto chico pelinegro caminaba por entre unos hierbajos y árboles altos. Odiaba eso, siempre había hiedra por ahí. Pero no tenía opción. Estaba seguro de haber visto una melena azul. Seguramente la malcriada esa.

Jamás había visto a esa chica, pero todos los ricos eran iguales. Prepotentes, malcriados, soberbios y asquerosamente ricos. Por eso era el plan. Secuestrar a la hija del Duque McGarden y pedir una fuerte suma de dinero, para ellos seria como un pelo de caballo y para los suyos, comida y sustento por un largo tiempo.

Se detuvo en seco, podía escuchar sollozos. Seguro era ella.

Se acerco poco a poco hasta un árbol de raíces huecas. Podía divisar una pequeña silueta escondida dentro.

Como su instinto de ladron le dictaba fielmente, tomaria a la chica, una bofetada si gritaba mucho y se la llevaria al campamento.

Sin perder tiempo apareció de golpe frente las raíces, dejandole ningun escape a la persona dentro. Aunque no pudo articular palabra.

— ¿Eh?

Era una chica, era peliazul, llevaba ropa fina, era obvio que era a ella a quien buscaba.

Pero había algo en ella, algo que la hacia diferente a los otros ricos que conocía. Todos eran iguales, incluso las mujeres, soberbias y prepotentres aunque su vida pendiera de un hilo.

Pero la chica acurrucada frente a él parecia distinta. Parecia una niña pequeña llorando por sus padres.

En otra situación similar, la hubiera sacado de ahí a la fuerza, de los cabellos si fuera necesario. Pero algo le impidió moverse, la sorpresa era evidente en su rostro, quiza por la imagen desconsolada y de terror de la chica, quien mantenia ambas manos cubriendo su boca, mientras temblaba.

—Mi-Mis... —susurró con voz entre cortada, mientras miraba, sin poder evitarlo, los frios ojos rojos del chico frente a ella.— Mis amigos... Los he dejado atras... ¿E-Estaran bien?

Que estúpida, pensando en los demás antes que en si misma. ¿Y porque rayos le hablaba? ¿Acaso él no tenia pinta de ladron? Bueno, aunque estaba bastante lejos del lugar del atraco, quizá pensaba que era un bandido distinto.

Bufó molesto desviando la mirada.

—¿Que te importa? Cuando sus familias paguen los dejaran ir.

—P-Pero ellos no son nobles... —susurro temerosa—

—¿Sirvientes? —espetó burlon— ¿Que niña rica es amiga de sus sirvientes?

Ella no dijo nada. El chico fruncio el ceño, y apretó los dientes. Algo de seguro andaba mal con él, ya que de otra manera no se explicaria por que hizo aquello.

—Sal de ahí —dijo de golpe extendiendo su mano hasta la chica—

Ella lo miró temerosa, dudó un momento y aún temblando, tomó la mano del chico aceptando la ayuda.

Maldito fuera el día que le tendió su mano a esa chica, si tan solo hubiera seguido su instinto, se habria evitado muchos problemas.

.

XxXxXxX

.

.

(((XVIII - Dieciocho)))

Kanako here! qe les pareció? un Review?! xDDD!

Esta historia me sale hasta por las orejas, asi qe actualizare rapido ((o tratare de xD))

de verdad, espero qe les haya gustado :3

Review! xDD

sin mas, me despido.

Kanako, fuera,

¡Paz!