¡Hola! En esta nueva historia, como dice el resumen, veremos a Sherlock, un estudiante bastante obstinado, cuya vida da un giro de 180º al conocer a su nuevo profesor, el Dr. John Watson.
Espero que les guste.
En fin, sin más preámbulo, espero que sea de su agrado y que me dejen sus comentarios.
Nota: Este FF es mucho más explícito que el anterior y contiene escenas sexuales explícitas entre dos hombres, si no te gusta, no lo leas :)
Nota 2: Esta es una historia de ficción sin fines de lucro, los personajes son propiedad de Sir Arthur Conan Doyle y la BBC.
La imagen de portada le pertenece a MadLori en Tumblr.
Cap. I. Introducción.
POV. Sherlock
Lo recuerdo perfectamente. Esta, es una de esas historias que no se olvidan, que nunca se olvidan.
Sucedió cuando aún era un simple estudiante de química. La semana anterior discutí con mi profesor de Farmacología, al parecer, no es correcto señalarle a las personas su ineptitud frente a toda una clase, pero qué más da. Lo hice, y se enojó tanto que renunció. Débil. Aunque debo reconocer que el hombre era insufrible y esas no fueron las únicas observaciones que le hice, en fin.
Todo iba transcurriendo sin mayor sobresalto en la universidad hasta que un normal y aburrido día lo vi entrar a mi clase. Era el sustituto del estúpido Profesor Kerry. Este no parecía tan estúpido, sin embargo. Y era significativamente más joven que su predecesor. Es un hombre joven, unos 5 años mayor que yo, máximo. Recién egresado de la carrera de medicina, queriendo ganar algo de dinero extra, bien parecido y con un excelente sentido del humor. ¿Mencioné bien parecido?
Se presentó ante nosotros como el Doctor John Watson. Pretencioso. Queriendo imponer respeto ante nosotros con su título de "Doctor". Enseguida, comenzó a dar su tema, no sé si eran los nervios del momento o realmente es un inexperto, pero lo hizo muy torpemente, y yo, por supuesto, se lo hice notar con un comentario. Quizá dos comentarios. Está bien, interrumpí su clase en varias ocasiones pero era sólo porque quería ayudar, lo juro.
Sé que le había llamado la atención cuando me vio, y también sé me encontraba atractivo, obviamente. Además, yo era el más inteligente de la clase, y bueno, quizá, gracias a mis apellidos, era algo conocido dentro de la institución, probablemente le advirtieron sobre mí, sin embargo, también sé que le parecí totalmente diferente a lo que él se imaginaba, pude sentir como su mirada me recorrió una y otra vez, y cómo se contuvo de responderme la mayoría de las veces en las que me dirigí a él.
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—Y bien, Doctor Watson. Cuénteme, ¿cómo le fue en su primer día como catedrático de esta institución? ¿Los alumnos cumplieron con sus expectativas? —preguntó el Profesor Davis, rector de la universidad, mirándolo desde el otro lado de su escritorio.
—Sí… Bueno… Hay un estudiante, algo… difícil—respondió el Doctor John Watson, con un tono serio, eligiendo cuidadosamente sus palabras, pues sabía que el apellido Holmes tenía cierto peso en la universidad.
—Déjeme adivinar…¿El Señor Holmes? —dijo, sin sorprenderse.
—Así es, todo el tiempo estuvo corrigiéndome, y es… es… verdaderamente molesto.
—¿Ha intentado hablar directamente con él?
—Me gustaría, sí. Pero, él… eh, es algo prepotente y la última vez que se dirigió a mí, me dio a entender que mi clase era inútil.
—Parece que tendremos que tomar cartas en el asunto, Doctor Watson—dijo el Profesor Davis mientras revisaba lo que parecía ser un expediente sobre su escritorio.
—Oh, eh… sí, claro, profesor.
—El Señor Holmes es un estudiante muy bien posicionado, sabe…—continuó el Profesor Davis—así que… sea cuidadoso, sé que podrían llevarse bien, usted sabe, como profesor y alumno…
John lo miró confundido y en silencio sin saber a qué se refería el rector.
—Le sugiero hable con él.—siguió diciendo el profesor—Lleguen a un acuerdo, solucionen sus asuntos.
—¿Asuntos? No tengo ningún asunto con él, no tengo ni idea de por qué me ha tratado mal desde el momento en el que entré al salón de clases.
—Doctor Watson… el señor Sherlock Holmes se entretiene con esto. Sabe que no podemos hacerle nada, así que goza al 100% de la libertad de demostrar que es más listo que sus profesores.
—Bastardo fastidioso. —susurró John, de manera casi inaudible.
—¿Perdón?
—Oh, no, nada. Descuide, ya veo. Está bien, profesor Davis. Solucionaré el problema con Sherlock, pierda cuidado.
John salió de la oficina del rector, enojado y distraído, con ambas manos ocupadas, en una llevaba unos libros y con la otra cargaba su portafolios, caminaba a prisa sin despegar la mirada del suelo, hasta que sintió chocar con alguien.
—Lo siento, no vi mi camino, disculpa, estás…
—No se preocupe, Doctor Watson.—le dijo un sonriente Sherlock al mismo tiempo que lo ayudaba a levantar sus cosas del piso—Son demasiadas cosas para una sola persona, ¿le ayudo?
—No, gracias, Sherlock. Yo, eh, ya me iba. Gracias.
—Nada de eso, Doctor. Déjeme ayudarle—Sherlock sonrió y tomó un par de libros, mientras, ambos caminaron hacia el auto del médico.
—Bien, llegamos. Puedo solo. Gracias, Sherlock. Nos vemos. —dijo John, tratando de huir lo más pronto posible de ahí.
—Espere, doctor.
—¿Sí?
—Tengo un par de dudas que me gustaría que me aclarara, ¿si no es mucha molestia?
John soltó una carcajada.
—¿Dudas? ¿Tú? Pero ¡por favor! Si eres el más listo de la clase.—dijo irónicamente mientras arrancaba su auto para salir. —Nos vemos, Sherlock.
Sherlock se sintió despreciado. ¿Cómo era posible que este doctor novato lo tratara como si fuera un estudiante más del montón? Por favor. Qué monada.
-0o0o0-
Al día siguiente, John llegó a su aula de clases un poco más temprano de lo normal para preparar la exposición que daría ese día, y se sorprendió cuando vio que ya había alguien esperándole.
—Buenos días, Doctor Watson, llega temprano—lo saludó un sonriente Sherlock.
—Buenos días, Sherlock, eh.. Sí, lo mismo digo. ¿Qué haces aquí a esta hora?
—Bueno, esta es mi primera clase… y como le dije, hay algunos temas que no entiendo y me gustaría que… me explicara mejor… ¿si no hay problema?
—Sherlock, hace apenas dos días te la pasabas corrigiendo mis anotaciones y dejándome en evidencia frente a la clase, te juro que si estás planeando algo…
—No, Doctor Watson, no tiene que amenazarme. Pasa que he recapacitado, y creo que podría aprender mucho de usted, claro, si me lo permite—dijo Sherlock, desafiantemente.
John se quedó perplejo, abrió un poco la boca y no tardó mucho en reaccionar, quizá habían comenzado con el pie izquierdo y su alumno de verdad necesitaba de su ayuda.
—Está bien, Sherlock, te veré después de tus clases en la sala de maestros.
Sherlock sonrió y volvió la vista a uno de sus cuadernos.
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Durante todo el día, Sherlock estuvo ansioso por reunirse con su profesor, cuando por fin llegó el momento, intentó lucir casual y despreocupado, como de costumbre.
Se acercó a la sala de maestros y lo vio llegar, cargando menos libros que de costumbre, con la cabeza por las nubes, los anteojos bien puestos y dando pasos cortos pero rápidos.
Sherlock sintió un pequeño escalofrío recorrer su cuerpo.
—Hola, Sherlock. Empezaremos en un minuto, ¿está bien? —dijo un confiado John Watson.
Sherlock asintió con la cabeza y se sentó a esperar a que John terminara de acomodar sus cosas, sacara sus apuntes y encendiera su laptop.
Al cabo de unos minutos, John ya se encontraba listo para dar inicio a sus asesorías.
—Bien, creo que si me haces preguntas específicas, terminaremos con eso más que pronto, ¿no crees?
—Sí, claro. El problema es que no tengo nada claro, ni de esta clase, ni de la anterior, ¿podríamos repasarlas?
A John se le hizo algo extraña la petición de Sherlock, pero terminó accediendo pues su alumno se comportaba genuinamente interesado por la clase.
Así, pasaron más de una hora extra hablando de fármacos anticolinérgicos y nicotínicos, un tema en el que Sherlock parecía especialmente interesado, sin embargo, también pasaron una buena parte de ese tiempo hablando de ellos mismos, y John descubrió que quizá Sherlock no era tan malcriado como él pensaba, y Sherlock descubrió que John era aún más encantador de lo que aparentaba.
—Vaya, se está haciendo tarde.—dijo John, mirando su reloj—Continuaremos con el tema mañana, ¿está bien?
—De acuerdo, Doctor Watson. ¿Le importaría si intercambiamos números de celular para ponernos de acuerdo?
A Sherlock le pareció un poco tonto el pretexto que utilizó para conseguir el teléfono de su profesor, sin embargo, decidió arriesgarse.
—Oh, por favor, llámame John. —le sonrió. —Siéntete libre de escribirme, no tiene que ser exactamente por temas de clase, podemos ser amigos, ¿sabes? —dijo, amablemente, mientras escribía su número de teléfono en un trozo de papel.
—Claro, John. Nos vemos pronto. —y le sonrió.
Por la noche, Sherlock no se resistió y decidió enviarle un mensaje a John. Pasó una hora buscando en internet "cómo romper el hielo" e "iniciadores de conversación", dudó un poco, pero por fin, logró sonar casual, y sin ayuda de internet.
Hola, John. ¿Cómo va tu noche?
-SH
Hola Sherlock! Todo tranquilo. Un poco de problemas para dormir.
-JW
Nicotina es la respuesta.
-SH
Lo dudo, creo que tomaré un vaso de leche tibia.
Es tarde, ¿no deberías estar durmiendo?
-JW
Creo que mi profesor va a llegar tarde.
-SH
Crees mal! Jaja, buenas noches, Sherlock.
Hasta mañana.
-JW
Buenas noches, John.
-SH.
Espero que les haya gustado este primer capítulo., aprovecho para dar las gracias a mi amiga Krumy, que fue quien me motivó a escribir esta historia y quien me ha dado muchas ideas para desarrollarla. :P
¡Saludos a todos! :)
