Suspiros en los Pasillos
Es mi primer Fic. Espero que os guste
Los personajes son creación de J. pero han podido sufrir alguna modificación a mi gusto pero, que se le va a hacer.
Me ha empujado a escribir las preciosas historias de PerlaNegra, mi trabajo es basura a su lado. Únicamente he escrito algún relato corto en mi blog, donde suelo escribir semanalmente.
Ya no me enrollo más, espero que os guste. En una o ods semanas actualizo y pongo el 2º capitulo.
Capítulo 1: Reencuentro
Llegaba tarde, ¿cómo podía llegar tarde?, tenía que ser precisamente ese día, solo eran 30 minutos pero a la hora de que le contasen el parte del cuidador (enfermero) tenía que ser puntual. El parte era la parte en la que el cuidador del turno anterior le cuenta al del siguiente como han estado los pacientes en ese turno y todo lo que se ha llevado a acabo, era una parte importante.
Bueno, menos mal que era su prima Rose la que le contaba el parte de sus pacientes, ella no se enfadaría… no demasiado.
Albus siempre era puntual pero esa noche su hermano James le había llamado y no había podido dormir mucho. James era sanador y un poco abusón e idiota con los cuidadores que compartían con el a los pacientes y resulta que el día anterior Albus había estado trabajando con su hermano… era lo peor que podía haberle ocurrido. Le había estado llamando toda la noche para preguntarle cosas de los pacientes porque a él (james) le había tocado guardia.
Bueno, por lo menos hoy cambiaba de pasillo, así que tendría otro Sanador a su lado hoy. Además hoy empezaba nuevo un nuevo sanador residente, Albus rezaba porque fuese menos presuntuoso que su hermano y pudiese dedicarse tranquilamente al cuidado de sus pacientes sin estorbos.
Se apareció en la puerta de San Mungo con sudor corriéndole por el rostro de haber estado corriendo por su casa para prepararse. Subió corriendo las escaleras, era más rápido que esperar al ascensor. Al llegar al control de cuidadores se encontró de frente con su prima.
Rose estaba con el ceño fruncido y le miraba con cara de pocos amigos. Parecía ser que si se había enfadado, daba golpecitos con el pie en el suelo, mala señal.
- Hola Rose – Dijo Albus un poco mudo.
- Pues si, Hola, ¿Pensabas avisar? O simplemente te da igual, tengo cosas que hacer, me tienes que venir a relevar antes, estaba preocupada. Nunca llegas tarde.- Estaba casi al borde de las lágrimas, estaba realmente preocupada.- Te he escrito las pociones que tienes que repartir a cada paciente. En un par de horas vienen los sanadores a pasar visita así que yo me daría prisa a repartir las pociones y medicaciones del desayuno, además la paciente de la habitación 345 se ha cortado, tienes que curarla, sabes que los hechizos de reconstrucción dérmica se te dan mejor a ti, yo ya he parado la hemorragia.
Madre lo que hablaba esta mujer.
- Gracias Rose, lo siento. James ha estado llamando con preguntas de los pacientes que llevé ayer. Se cree que porque yo no soy sanador como el puede abusar de mi. Dios, que asco le tengo.
- Bueno, no pasa nada. Me voy a cambiar que estoy reventada, menuda noche a dado el paciente de las 346, se desorienta por las noches y ha estado gritando toda la noche, le di una poción de sueño pero no le hacen nada de efecto.- Rose ya estaba mas tranquila, ya empezó a sonreír como siempre hacía, su sonrisa era tranquilizadora y contagiosa, como una droga para los pacientes.
- Vale, se lo comentare al Sanador cuando pase hoy. ¿Llevo las habitaciones de la 340 a la 360, no?
- Si, te cuento el parte mientras me cambio.
Rose se fue dándole dos besos y Albus se puso a trabajar, algo que le encantaba.
Repartió las pociones y medicaciones del desayuno y ayudo a comer a los que no se podían mover. Se puso a charlar con los pacientes para ver como iban y estuvo de un lado a otro sin parar. Llego la hora de la revisión de los Sanadores.
Albus estaba en el control junto con las otras dos enfermeras de la planta y estaban riendo de uno de los comentarios de uno de los pacientes mas graciosos de la planta. En ese momento llego su hermano y Albus le miro con rencor en la mira mientras James pasaba de su cara y se iba a hablar con una de las enfermeras:
- Penny, Vamos a pasar visitas a los pacientes.- dijo sin mirar siquiera a Albus.
- Claro Dr. Potter. Voy a por los pergaminos de los pacientes- Penny se levanto y entro dentro del cuarto donde se guardaban los historiales de los pacientes.
- Hola James, ¿has dormido mucho hoy? Porque yo no.- dijo Albus mirando a su hermano pero sin ninguna expresión aparente en la cara.
- Cosas del trabajo Albus, acostúmbrate. Por cierto mama quiere que este fin de semana vayamos a comer con papa y ella, ya he avisado a Lily.
- Gracias por la información, esta mañana no he mirado el correo, no he tenido t-i-e-m-p-o.
- Venga Albus, ¡no seas rencoroso!. Sabes que no lo hice aposta, se me pusieron malos cuatro pacientes a la vez, no ha sido una noche fácil. Además Penny está enfadada conmigo, ¿no la has visto que no me ha llamado ni por mi nombre?
-Está bien James, pero por favor, no me lo vuelvas a hacer, no he pegado ojo y sabes que ayer doble turno. Por ahí viene Penny, ya puedes portarte bien, hayas hecho lo que hayas hecho.
Penny apareció en ese momento con los pergaminos y le dirigió una mirada un poco de asco a James, quien tragó saliva.
- Bueno Penny, ¿nos vamos?- dijo james con una risita nerviosa.
- Claro Dr. Potter. –Y hecho a caminar hacia la habitación, james la siguió muy de cerca. Los dos se perdieron de vista.
- Espero que El Dr. junto con el que trabaje no se como mi hermano, necesito un respiro- comentó Albus a la otra compañera con la que estaba mientras volvía la cabeza al libro de pociones que estaba consultando antes de que James les interrumpiera.
Tras un momento en el que Albus ya estaba solo porque la otra cuidadora, Alice, ya se había ido a pasar visita junto con el Sanador se oyeron unos pasos por el pasillo, un poco apresurados. Albus ni si quiera había levantado la cabeza del libro el cual el había absorbido cuando los pasos se detuvieron justo enfrente del control. Oyó los golpes apresurados en la puerta y ésta al abrirse produciendo cierto chirrido molesto.
Albus levanto la cabeza encontrándose con los ojos del Sanador que iba a ser su compañero durante esa semana. A Albus se le calló el libro de las manos, "NO puede ser, es imposible, ¿por qué? ¿por qué a mi?".
-¡Tú! Esto tiene que ser una broma.-La forma de arrastrar las palabras- El destino es un bromista, mira que tener que hacerme soportar tu presencia- Sí, era el, el hijo de Draco Malfoy ese bastardo al que tuvo que soportar durante 7 años en Howgarts.
-Buenas Malfoy, ¿Qué haces aquí? ¿No me digas que eres tu el nuevo residente, el nuevo sanador?- dijo Albus sabiendo ya cual era la respuesta, ya sin esperanzas de que esto fuese una horrible pesadilla.
-Pues pare ser que si. Así que levanta el culo y vamos a hacer esto ya.- Se giro y empezó a mirar los historiales de los pacientes mientras Albus se fue a coger la carpeta con los papiros en los que tenia todo lo importante de sus pacientes.
Albus entro en el cuarto donde estaba su carpeta. "Sigue igual, igual de imbécil. Este hombre me va a llevar a la tumba. Pero por el bien de mis pacientes tengo que soportarlo".
No había cambiado nada, ese pelo rubio corto, pero no tan rubio como el de su padre un rubio más oscuro, como a mechas. Esos ojos azules tan claros y penetrantes; y esos labios que formaban una sonrisa encantadora. Se parecía a su padre pero era 100 veces más atractivo, En el colegio las chicas suspiraban por él, aunque fuese un maldito Slytherin.
Era de la misma altura que Albus, 182cm. En el colegio las chicas se peleaban por conseguir una mirada de Albus o de Scorpius. Eso sumado a la enemistad de sus padres le prohijó en todo llevarse bien, pero eso a Albus no le preocupaba en absoluto.
Albus era alto y tenia un precioso pelo marrón oscuro, antes era tan oscuro que se parecía al de su padre, pero había claread con el tiempo. Sus ojos eran clavados a los de su padre pero incluso más claros con lo que todo el mundo se fijaba en su mirada porque parecía sobrenatural. Odiaba a Scorpius y no entendía como un ser como aquel podía ser Sanador, como una persona sin corazón podía ser algo que requería ser buena persona.
Salió del cuarto y se dirigió suspirando al control, donde se encontraba Malfoy.
- Ya estoy preparado Malfoy, empecemos ya que tengo que realizar las curas de los pacientes.- Albus dijo esto lo más simpático que pudo y se dio la vuelta dirigiéndose hacia la primera habitación que tenían que visitar. Se sorprendió al no oír como Scorpius le seguía y se giro- ¡Malfoy! ¿vamos o no vamos?
-Potter, eres igual que siempre, no has cambiado nada ¿eh? Sigues igual de simpáticos con todos Ja ja ja Un momento que mire una última cosa, dirígete tu a la habitación, en seguida voy.
-Como quieras Dr.- Se volvió a girar y siguió su camino ¿qué habría querido decir con eso? Siempre había sido buena persona y amable con todos, incluso el, ¿para que recalcarlo? Malfoys, todos iguales.
Malfoy llegó un momento después, casi enseguida.- Bueno, este es Michael se le han detectado unas masas en el pecho y tiene programada una extracción mágica de las mismas con el objetivo de analizar su procedencia. Pueden ser producto de un parasito tropical de patas aladas o por el uso excesivo de una poción reconstitutiva.- Dijo Albus que ya conocía al paciente de hace una semana.- Hola Mike, este es el nuevo doctor el Dr. Malfoy, trátale bien que es su primer día.
-Ja ja ja, lo tendré en cuenta Albus. ¿Así que nuevo eh? Pues la verdad es que pareces muy profesional. ¿Eres tu el que va a encargar de hacer la extracción? Espero que seas bueno. Ja ja ja.- Mikel era un paciente muy dicharachero que se conocía a todo el personal sanitario de San Mungo.
-Encantado Sr. Michael. Si seré yo el que haga extracción mágica y si, soy el mejor.- Si, Era un Malfoy con su carencia de modestia.- Veo que se encuentre muy bien, vamos a hacer unas pruebas para ver como se encuentra, cuidador Potter ayúdeme y tómele la frecuencia cardíaca no quiero que el hechizo le haga algún daño, dígame si se acelera.
Toda la mañana siguió igual entre hechizo y hechizo. Albus se dio cuenta de que a Scorpius le encantaba este trabajo, era "su Trabajo" al igual que ser cuidador era "el trabajo" de Albus. Scorpius se olvidaba de todo lo demás cuando estaba con un paciente, al igual que le sucedía a Albus. Bueno, por lo menos Scorpius no era peor que su hermano, pero tampoco mucho mejor con el personal cuidador. Estuvo toda la mañana dando órdenes como si fuese su jefe o como si su trabajo fuese ser el criado del Sanador. Pero Albus estaba acostumbrado, porque muchos Sanadores eran así Además Albus noto que Scorpius lo Hacía solamente con el, lo hacía para fastidiarle, cómo no. Con las otras cuidadoras era simpático y amable, ¿por qué tenia que estar jodiendo a Albus?. Maldito Bastardo…
Tras terminar de pasar lista Scorpius se sentó un rato ene l control de enfermería a charlar con las compañeras de Albus y en algún momento le pareció a Albus que le miraba de reojo. Bueno, menos mal que dentro de poco se iría a su despacho y no le volvería a ver…hasta mañana. Pero parecía ser que Scorpius no tenía esa intención y tras ganarse la atención de todas las cuidadoras en el control y estar echandose unas risas con ellas mientras Albus preparaba las pociones de los pacientes y miraba los hechizos que le harían falta en las curas de las herdas de los pacientes, se levantó del sofá y se dirigió a Albus que estaba intentando ignorar su intención.
-Potter, he pensado que como soy nuevo me gustaría ir a ver las curas contigo, si no te molesta.- Albus estaba flipando, Scorpius siendo amable.
-¿Estas siendo simpático? Que bajo has caído Scorpius- dijo Albus burlándose.
-Pues realmente no, porque voy a ir te guste o no, pero pretendo hacer creer a las otras cuidadoras que soy "simpático" para que caigan rendidas a mis pies- dijo entre susurros para que solo Albus lo oyese.
-Eres igual de imbécil que siempre.
-Y tú igual de ingenuo, Gryffindor. – respondió Sacorpius con una sonrisa malévola en os labios.
-Venga Albus intentando no iniciar una discusión que desembocaría en una posible pelea.
Scorpius se mantuvo en la distancia observándole mientras Albus se dedicaba en cuerpo y alma en realizar su trabajo curativo y daba las pociones a los magos ancianos que solos no podían. Se mantuvo distante y observante mientras ponía una sonrisa en los labios. Albus se hubiese desconcentrado si no se dedicase en cuerpo y alma en cada persona que trataba.
Cuando termino todas las curas Scorpius volvió con el al control sin decir nada hasta que no pudo más.- ¿Por qué cuidador y no Sanador? Eres muy bueno con la varita y eres dedicado y tienes concentración.
-¿No podías irte sin decirme que mi trabajo es poco comparado con ser Sanador? No me gusta diagnosticar enfermedades, en realidad no me parec es lo importante, lo es pero solo para curarla. A mi lo que me gusta es ser el apoyo de las personas que carecen de uno, ser aquella persona que se convierte en un amigo para el paciente porque es el que se pone a charlar con el, el que le da la medicación, pero que también le da de comer y le limpia. Me encanta mi trabajo, al igual que a ti te gusta el tuyo, pero yo prefiero cuidar, no diagnosticar. Todo es importante, todo es por el paciente, pero a mi me gusta lo mío.
Scorpius se quedó sin habla y solo se quedo mirando a Albus con gran curiosidad y con… ¿eso era admiración? Albus nuca lo supo porque enseguida cambió la cara y dijo:- Bueno, pedazo de discurso para decir absolutamente nada. Adiós inútil. –Se giró hacia el control y se fue a hablar con las chicas pero antes de que Albus se fuese en otra dirección se dio cuenta de que Scorpius le había mirado un solo segundo con esa extraña mirada anterior.
Terminó la mañana sin muchos sobresaltos más, Albus no volvió a ver a Scorpius en toda la mañana y termino su trabajo a tiempo y bien, con lo cual estaba contento pero no se podía quitar a Scorpius de su cabeza, el por qué no lo sabía. Se dirigió a los vestuarios de la primera planta tras contar el parte a su relevo. Estaba realmente cansado y solo tenía ganas de ir a su casa a dormir pero todavía tenía que cambiarse e ir al vestíbulo para poder desaparecerse.
Abrió la puerta de los vestuarios. No parecía que hubiese nadie. Se dirigió a su taquilla y se desvistió y saco una toalla y jabón. Se empezó a duchar. Solo oía el sonido de la ducha. Era relajante. Cuanto había necesitado eso. Tras un largo día la ducha era lo que más necesitaba. Abrió los ojos tras mojarse durante 2 minutos sin parar la cara y de repente vio que en la ducha de al lado había un figura desnuda. Del susto que se llevo se cayó para tras cayendo de espaldas y golpeándose la cabeza.
Cuando dejo de ver las estrellas se incorporó un poco y vio con más detalle la figura que estaba a su lado. Un cuerpo bien marcado con horas de gimnasio y un miembro bastante sugerente. Siguió subiendo hasta clavarse en los mismos ojos que había estado mirando hacia 8 horas más o menos, esos ojos azules penetrantes.
Se levantó enseguida y se quedó mirándole con cara de pocos amigos. Estaba respirando entrecortadamente por el susto y por que hubiese sido Scorpius quien le hubiese visto desnudo. Pero ¿quién se creía para entrar sin hacer ruido y asustar a las personas?
-Dios Scorpius, que susto me acabas de dar. Podrías avisar ¿no crees?. Podría haberme abierto la cabeza.
-Y perderme la diversión de verte caer desnudo al suelo, no. Estás sangrando vamos fuera que te cierro la herida.-dijo mientras cerraba los dos grifos, se dirigía los bancos y se tapaba con una toalla su miembro.
El agua le recorría todos los músculos del cuerpo. Bajo la bata de médico no se le notaban, pero ahora Albus estaba mirando el esfuerzo de horas de gimnasio, que también él había realizado. Albus bajo de las duchas y se sentó en el banco y espero a que Draco sacase la varita y le curase.
-Potter, ¿no piensas taparte? No me hace gracia estar viendo tu polla mientras te curo.
-No, tengo que terminar de ducharme. Además estamos entre tíos, que mas te da lo que a mi me cuelgue, ni que me tuvieses envidia.-Dijo Albus mientras fruncía el entrecejo impaciente de que le curase la herida para poder irse a casa y poder olvidar esta vergonzosa situación.
-¿Envidia de ti?, puff ya ves, la tengo igual de grande que tu payaso, ¿qué te crees? - dio un golpe un poco exagerado con la varita en la cabeza de Albus y se giró para las taquillas.- Mañana nos vemos, no te olvides de llegar pronto, no me gusta esperar .Además mañana he quedado con una de tus compañeras así que no me hagas cabrearme que tengo que ganármela- Y sin decir nada más se vistió y salió por la puerta.
-Gilipollas-susurro Albus mientras se dirigía a las duchar para terminar de ducharse- será imbécil…
Volvió a encender la ducha y empezó a frotarse el cuerpo con el jabón. Le vino a la mente el momento en el que abrió los ojos una vez se había caído antes y vio desde el suelo a Scorpius desnudo y esa polla mojada en semierección. Su polla dio un respingo y Albus paró de frotar el jabón.- Pero qué… Llevo demasiado sin echar un polvo, estoy demasiado ocupado trabajando como para buscar chica… eso es…- empezó a tocarse la polla mientras crecía, pero no puedo evitar que la imagen de Scorpius desnudo le asaltara la mente en ese momento.
Siguió con aquello de lo cuál llevaba tiempo sin disfrutar, poco a poco mientras su polla rogaba que lo hiciese mas deprisa y más. No puedo seguir un ritmo lento y empezó a agarrarse la polla y dar tirones de ella mientras movía sus caderas, cada vez más rápido y más. Estaba a punto de correrse cuando le asalto la imagen de Scorpius con esa sonrisa seductora y no pudo evitar gemir al venirse.
Se terminó de duchar, se vistió y se fue a casa. Por la noche le costó dormir pensando en lo que había pasado a medio día en los vestuarios. Eran las 2 de la mañana cuando por fin lo consiguió.
Toda la semana estuvo intentando mirar a Scorpius lo menos posible e intentar no hacerle mucho caso cuando se ponía muy pesado y borde. Llegó el sábado, el primer sábado que libraba en dos meses. Y como James le dijo al principio de la semana, ese sábado había comida familiar. Tenía unas ganas horribles de desconectar y estaba seguro que en casa de sus padres podría hacerlo. Cada vez que pensaba en el hospital, lo que le venía a la mente era Scorpius. Estaba seguro de que con el tiempo se le olvidaría hasta que existía, pero ahora era todo un estorbo y un desastre. El único momento en el que se olvidaba del estúpido de Malfoy era cuando estaba con sus pacientes, el resto del tiempo su mente era un caos.
El caso es que hoy podría descansar. Desayunó tranquilo sin hacer las cosas con demasiado esfuerzo, fue un desayuno simple puesto que su madre hacia unas cenas demasiado abundantes ya que sacaba la receta de la abuela Molly. Se puso una ropa normal, vaqueros ajustados y una camiseta que le quedaba un poco pequeña por lo que se marcaban todos los músculos, encima de esta se puso una camisa de manga corta. Estaba soltero y le gustaba presumir de cuerpo, no era malo.
Se peinó el pelo para dar envidia a su padre que no se podía peinar y se echó colonia. Momentos después se estaba apareciendo en el valle de Godric cubierto por una capa esmeralda. Sus padres se fueron a vivir allí, ya que para Harry ese era un lugar especial .Y como tenía dinero de sobra pues se hizo construir una casa bastante grande oculta a los ojos de los muggles. A Albus le encantaba la casa de su infancia y la historia del Valle de Godric, su padre le contaba la historia de Voldemort siempre que Albus se lo pedía.
Cruzó la puerta sin llamar puesto que se sabía la contraseña, una forma de seguridad que su padre había puesto a la casa ya que el jefe de los aurores tiene que ser precavido por la cantidad de enemigos que puede tener. Llegó a la cocina donde se encontró a su madre de espaldas haciendo la comida, Albus le tapó los ojos situándose detrás de ella.
-¿quién soy?- Imitando la voz de James con un hechizo.
-Albus, James esta en el salón con tu padre y te he visto por el reflejo de la ventana- dijo Ginny girándose y dando un beso a su hijo en las mejillas.- que guapo estás, no sé como sigues soltero.
Dirigió a su hijo hacia el salón donde estaban los demas
-Tenemos visita, un amigo de tu hermano ha venido a comer con nosotros. Se amable, no me gustaría tener que hechizarte-dijo su medre no tan en broma cuando le miró.
-¿ser amable? ¿Cuándo no soy yo amable con la ge…?-Dijo cuando entrando al salón se encontró con que Harry estaba sentado al lado de James y hablando con otra persona que estaba enfrente de ellos, de pie.-Tú, ¿que hace tu aquí?...
-A ¡hola! Albus, tu hermano me invito a comer y no pude negarme a comer con todos los Potter. Tu padre es muy simpático y muy amable, me ha estado contando lo mal que se llevaban mi padre y él cuando iban al colegio, ¿te suena? Pero bueno, lo importante es que ahora trabajan juntos y se llevan bastante bien, una vez que mi padre dejó su orgullo a un lado ¿no crees?
-Si, parece que te dejo todo su orgullo en herencia. ¿Voy a tener que verte hasta en mi casa? No es bastante con el trabajo parece ser…- dijo Albus sentándose al lado de su padre y dándole un beso en la mejilla.- ¿Qué tal papá? ¿Qué tal van los aurores? ¿Qué tal Lily?
Scorpius se sentó justo enfrente de Albus, éste le ignoró completamente y fijó la mirada en su padre.- Pues, hijo, bastante bien, en un par de meses cojo vacaciones así que me iré con tu madre a algún sitio como París o Venecia. Por lo demás, los aurores están muy activos últimamente, la gente esta loca como siempre. Lily va progresando que da gusto, la he puesto al mando de un batallón
-Que bien, parece que al final quien salió a ti en carácter fue Lily, ja ja ja. ¿No va a venir hoy? ¿Y los tíos?- dijo Albus dándose cuenta de que Scorpius intentaba quitarle la mirada de encima, como si le costase.
-Pues no creo que vengan hijo, tus tíos están de viaje visitando a tu primo Hugo que esta trabajando con Charlie en Hungría y tu hermana tiene que trabajar.-dijo su padre mirándole fijamente.- ¿Te pasa algo Albus? estas como pálido.
-No papá no es nada. Pues entonces creo que seremos los de aquí los que vamos a comer porque Rose creo que no podía venir.- dijo Albus mientras se tocaba la frente, porque reaccionaba así ante la presencia de Scorpius, no le gustaba mucho pero tampoco era para tanto… ¿o si?
Su madre llegó en seguida con un montón de platos que la seguían por detrás y cuando ella se puso al lado de la mesa los platos se colocaron solos en cada uno de los sitios.-A comer mis deliciosos spaghetti a la carbonara.- Todos se levantaron de los sofás y se sentaron en la mesa. Scorpius se sentó justo en frente de Albus sin darse cuenta y éste último se dio cuenta tarde.
Empezaron a comer todos y a hablar. Scorpius dejo a todos fascinados en un momento como era costumbre en él. Albus se encontró de repente mirando la boca de Scorpius al comer, como los spaghetti entraban en su boca y como la salsa mojaba sus suaves labios. Scorpius se dio cuenta y le miró fijamente, Albus se atraganto y empezó a toser bruscamente. Cuando paró se excuso.
-Perdonarme, me voy al baño que me encuentro un poco mal- retiró la silla y se dirigió al baño con el paso acelerado.
Ya en el baño dejando la puerta entornada se mojo la cara y se miró al espejo."¿Por qué le miro tanto? Es solo Malfoy, tampoco es tan terrible que haya venido a comer a casa con mis padres. No es ningún mortífago como su abuelo. Es normal, pasa mucho tiempo con mi hermano, los dos son Sanadores y se llevan bien, son igual de prepotentes." Volvió a mojarse la cara y al secarse vio desde el espejo que a su espalda había alguien.
Del sobresalto que se dio se escurrió con el agua del suelo que había caído al lavarse la cara y se cayó.- ¡SCORPIUS! ¡¡¡Deja ya de asustarme, cuando entras en una habitación en la que hay alguien tienes que llamar joder!!! coff coff ¿Qué haces aquí? Dije queme encontraba mal.- gritó mientras se levantaba del suelo y se secaba la cara bien.
-Lo siento Albus, es que eres muy fácil de asustar jajaja. Les dije a tus padres que iría a ver como te encontrabas, creen que somos amigos y bueno, estar mirándome los labios fijamente debe de darnos confianza ¿no crees?- Aclaró mientras levantaba una deja y miraba con una sonrisa a Albus
-Yo no te mirada nada estúpido, deja de mirarme así… ¿me has llamado Albus?- pregunto extrañado.
-Es tu nombre, un nombre un poco feo pero tu nombre ¿no es así?-dijo acercándose poco a poco.- Lo de mirarme la boca ¿es por que me había manchado? o ¿porque no tenias otra cosa que mirar? Al igual que el otro día, que me miraste entero, la otra vez que te asusté, aunque en esa vez no me miraste la boca precisamente. ¿Sabes que antes irme ese día volví porque me había dejado una chaqueta? ¿A qué no sabes que vi?
-No se de que me hablas-dijo Albus casi sin voz. "Ese día me vio masturbarme, no puede ser, dios la he cagado, ¿por qué no me lo puedo sacar de la cabeza? Será entupido…
-Si, lo sabes. Menuda corrida, nunca había visto a otro hombre correrse…
-Bueno, es algo natural, seguro que tú te tocas también… Es algo natural…
-Si, me toco ero no después de haber visto a otro hombre en pelotas- insinuó Scorpius.
-No se de que coño me estas hablando, era un día muy largo y me desfogué, ya está.-Clavó sus preciosos ojos verdes en Malfoy- No se porqué le estamos dando tantas vueltas a esto, vete y déjame en paz, no necesito que me cuides, ya me encuentro mucho mejor.- No podía retirar su mirada de la del rubio. Su quedaron mirándose el uno al otro y sin querer, Albus dio un paso hacia el rubio.
-Pues parece ser que te encuentras igual que antes, sabes que no puedes dejar de mirarme y yo tampoco puedo dejar de mirarte, pero me da igual porque mi corazón palpita tan fuerte que no escucho otra cosa. – Scorpius dio otro paso hacia Albus, sus narices casi se tocaban y sentían el aliento del contrario y sus respiraciones aceleradas.
Albus estaba muy confuso, sabía que lo que sentía no podía ser cierto, pero lo sentía. No paraba de mirar a Scorpius a lo s ojos. Necesitaba probarlo, necesitaba probar si eso era cierto, tenía que comprobarlo… pero tenía miedo, miedo a que fuese verdad, porque el no era así a el no le gustaban los hombres.
En ese momento se encontraba muy mal, el estómago le daba vueltas y los ojos le escocían de no parpadear. Scorpius se humedeció los labios con la lengua y Albus se quedó perplejo mirando los labios brillantes por la saliva y se relamió sin pensarlo. En ese momento se dio cuenta de que estaba empalmado y de que su dura erección apretaba los pantalones con mucha fuerza. Miro para abajo para ver si se notaba y se fijó en que Scorpius tenía el mismo problema que él. Volvió a mirarle a los ojos, su expresión había cambiado de la duda al deseo. Scorpius había tomado ya su decisión, estaba igual de confuso que Albus pero ahora Scorpius se había decidido a dar el primer paso.
Las manos de Scorpius se posaron en la cadera de Albus. Este noto los dos miembros calientes y empezó a respirar mas fuerte y con mayor frecuencia. Sacorpius lo atrajo hacia si y sus erecciones se juntaron. Albus gimió ante este roce y en ese momento se dio cuente de que ya le daba igual todo, en ese momento lo importante era Scorpius.
Albus acercó más su cara a la de Scorpius y la ladeo poco a poco. No pudo resistir más y juntó sus labios. Albus creía que se corría del placer, no puedo esperar y abrió la boca para esperar la lengua de Scorpius que no tardó en aparecer y subió sus manos hasta la cara de Scorpius donde se quedaron ayudando al beso y acariciándole. El beso se transformó de ternura a pasión y el ritmo del beso subió frenéticamente y una de las manos de Albus bajo hacia el trasero de Scorpius donde hizo fuerza para apretar aún más sus erecciones. Un gemido de placer pasó de la boca de Scorpius a la de Albus.
Albus empezó a desabrochar la camisa de Scorpius y éste metió la mano por debajo de la camiseta de Albus. Scorpius se quedó con el torso desnudo y también dejó así a Albus en un momento. Sus cuerpos se juntaron otra vez piel contra piel y Scorpius empezó a mover las caderas. Albus se dio cuenta de que la puerta estaba abierta y la cerró de un portazo. Empezó a desabrochar el cinturón de Scorpius mientras éste se dedicaba a besarle el cuello y hacerle gemir. Scorpius aprovechó a que Albus se quitó los zapatos para insonorizar el ambiente con un hechizo. Inmediatamente después se bajó los pantalones y los tiró a un lado tras quitárselos. Los dos estaban ahora en calzoncillos. Scorpius metió la mano bajo el calzoncillo de Albus por detrás y acarició sus suaves nalgas mientras seguía metiéndole la lengua y acariciando todo el interior de su boca con la misma. Albus no espero un momento más y descubrió la erección de Scorpius.
Empezó a tocársela. Era raro tocar una polla que no fuese la suya. Scorpius le siguió con la misma técnica mientra gemía de placer y movía sus caderas follando la mano de Albus. Siguieron así subiendo el ritmo cada vez más rápido, y más; cada vez con mayo fuerza, acompañando la masturbación con besos por todo el cuerpo. Albus estuvo a punto de correrse, pero Scorpius se lo impidió y le susurro:"juntos". Así que Albus subió el ritmo de la masturbación de Scorpius para hacer que el se viniese. Los gemidos siguieron subiendo de volumen hasta que prácticamente se corrieron los dos juntos. Los chorros bañaron los vientres del contrario. Tras el esfuerzo se dieron un largo morreo y se limpiaron. Después sin una palabra Scorpius se vistió y salió del baño sin mirar atrás.
Albus se quedo en el baño se vistió y se miró al espejo. La duda se había aclarado, pero aun así seguía con miedo. ¿Qué pasaría ahora?. Dejo de mirarse al espejo y bajo las escaleras. Donde se encontró con Scorpius al pie de las mismas.
-Le he dicho a tus padres que me tengo que ir porque mi madre me ha llamado al móvil y me tiene que consultar algo. Esto no puede volver a pasar Potter. Yo no soy maricón.- tras esto cogió su chaqueta del recibidor y se marchó.
Albus se quedo de pie, pensando. "Yo tampoco lo soy, esto es un error." Aún así Albus sintió una especie de vació a la que no hizo caso y se sentó a comer con sus padres. ¿Por qué le había gustado tanto lo que había pasado?
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