"Beteado por Day Aguilar, Beta FFAD. www . facebook groups / betasffaddiction / "
¡Day! otra vez gracias por el beteo :)
Disclaimer: como ya la mayoría sabe, nada me pertenece, excepto la trama que salió de mi cabeza.
Este Two shot participo en el contest Año nuevo de "Elite FF"
Bella Pov.
Diez años atrás…
—Vamos muñequita, compláceme y ven conmigo. —¿Cómo negarme a esos ojos esmeraldas enmarcados con sus gafas, que ahorita me ven como si hubiese atropellado a su cachorro? Y para acabar se empiezan a abnegar en lágrimas.
Chantajista, suspiro rindiéndome.
—Está bien, está bien, pero… —No termino de hablar porque me está aprisionando entre sus fuertes brazos, cortándome la respiración.
—No te arrepentirás —asegura—, esta noche cambiaran nuestras vidas, así que ve a alistarte, te quiero más hermosa de lo que eres. —La sonrisa ilumina su rostro, me da una beso en la mejilla y un empujón a mi recamara. Vuelvo a suspirar y me encamino al baño, no sé qué trama y tampoco sé a que lugar iremos, pero no creo que esté bien ir en pantalón y mis vans.
Una hora después estoy lista, enfundada en un vestido rojo de un solo tirante, que llega a medio muslo y con la espalda al descubierto. Con el cabello suelto y maquillaje tenue, mis labios rojos combinando con mi vestido. En un pequeño bolso guardo mis llaves, dinero y el móvil, por cualquier emergencia. Para cuando salgo al living, Edward me está esperando, observando la cuidad por la ventana. Oye el sonido de mis tacones, se da vuelta y, ¡Dios mío! Que bien se ve con su pantalón azul oscuro y esa camisa blanca arremangada hasta los codos, con los tres primeros botones sin abrochar. Se pasa la mano por su cabello murmurando algo por lo bajo.
—Estás… Estás preciosa. —Me dice con voz ronca.
—Tú tampoco estás nada mal —digo, carraspeando para disipar el momento incomodo.
—Si estás lista, podemos irnos. —Me ofrece su brazo para salir y no dudo en tomarlo, dejándolo guiarme a donde sea que vayamos a ir. Afuera un taxi se encuentra esperándonos, lo interrogo con la mirada, pero sólo se encoge de hombros y dice: "Lo necesitaremos de regreso". Me distraigo en el camino preguntándole de su familia, ya que últimamente no he visto a su madre trabajando en la cafetería de la universidad, al parecer ha tenido una gripe que la dejó en cama por dos días, pero ya está mejor.
El taxi para y me doy cuenta de que estamos en "Leios" un lugar muy exclusivo. Me pregunto cómo habrá hecho para reservar, ya que Edward no es de clase alta. Le resto importancia y disfruto el momento.
Mientras disfrutamos de nuestro postre, no puedo evitar poner atención al comportamiento de Edward. No deja de mover sus manos y tartamudea de vez en cuando. Está nervioso y me empieza a contagiar el sentimiento.
— ¡Ya está bien, Edward! Ahora mismo me dices qué te pasa —exploto, haciéndolo dar un respingo en su lugar. Suspira largamente para luego observarme con determinación.
—Te amo —Me atraganto con el agua, logrando que me dé un ataque de tos—. Lo si-siento, no quería de-decir eso. Bueno sí, pe-pero no así. Sí te amo, tan sólo… Debo parecer un idiota, ¿cierto? —Sonríe tristemente y le correspondo la sonrisa. Me acerco a él con todo y silla, acaricio su mejilla y le retiro las gafas para poder ver sus preciosas esmeraldas.
—Un idiota, sí, pero eres mi idiota —digo, sorprendiéndolo, para luego darle un beso en sus labios, beso que moría por darle desde hace tiempo. Se queda quieto por un momento, para luego mover sus labios firmemente contra los míos. Después de un rato me separo de él, recargando mi frente en la suya—. También te amo, cariño, te estabas tardando en decirlo.
—Bueno, tenía pensado hacerlo antes, ya sabes, lo cliché, pero James adelantó mis planes —dice enfurruñado, haciéndome soltar una carcajada y atrayendo las miradas de las demás personas. Recuerdo a James, nuestro compañero, el cual me invitó a salir para pedirme consejos sobre cómo conquistar a alguien.
—Bebé, sólo quería que lo ayudara a conquistar a Laurent, su chico. —Recalco "chico" para que entienda. Cuando lo hace se sonroja y empieza a balbucear cosas incoherentes.
—¡Rayos! Por eso cuando le dije que lo golpearía si te hacía daño me vio como si tuviera dos cabezas. —Me rio por lo que dice, él no es fanático de la violencia. Pongo mi mano en su nuca, atrayéndolo hacia mí para darle un beso. Ahora que es mío, no pararé de besarlo y hacerle otras cosillas que me hace pensar cuando se pone todo inocente. Me quedo rígida cuando me doy cuenta de algo.
—¿Qué sucede? —cuestiona preocupado, acariciando mi mejilla.
—No lo sé, ¿qué somos ahora? —pregunto dudosa, ya que no me ha hecho la pregunta. Se da un golpe en la frente.
—Lo siento, cielo, olvidé preguntarte lo más importante —Inhala una bocanada de aire y me toma el rostro con sus manos, quedamos frente a frente—.Muñequita, te conocí hace un año, pero desde entonces haz revolucionado mi vida, haz iluminado mis días y alegrado mis malos momentos, pero, lo más importante: me haz abierto los ojos para darme cuenta de que no sabía lo mucho que te necesitaba hasta que creí perderte. Así que, Isabella Swan, ¿me harías el honor de ser mi novia?
— ¡Por supuesto que sí! —Me arrojo a sus brazos y empiezo a besarlo por todo su rostro para, finalmente, darle un beso lleno de amor en sus labios.
Sí, esa fue una de mis mejores noches, una de tantas, porque nuestra historia acababa de iniciar y, si en nuestras manos estaba decidirlo, nunca terminaría.
Actualidad.
Recorrer todo el centro comercial es agotador después de seis horas seguidas de puras compras. No me malinterpreten, amo las compras, el problema es venir con Rosalie (Mi mejor amiga y cuñada), la cual me obliga a probarme toda la ropa que le gusta sólo porque ella no puede lucirlo a causa de su barriga de siete meses de embarazo, así que yo hago el trabajo por las dos.
En fin, habíamos venido de última hora a comprar el vestido que usaré para la importantísima fiesta de fin de año que hacen los Cullen cada año. Ésta tenía por motivo la gran alianza que se hace con las editoriales Swan, aunque tengo la sospecha de que el más pequeño de los Cullen hará su "gran hazaña" y pedirá mi mano enfrente del toda la gente, confiado en que no le haré el desplante de rechazarlo. Pues se quedará esperando, ya lo he rechazado anteriormente, no entiendo por qué piensa que aceptaré esta vez.
Lo que nadie sabe es que hace mucho dejé de usar mi apellido de soltera. Hace cuatro años, para ser más exacta, y cada vez falta menos para que pueda gritar a los cuatros vientos que ya le pertenezco a alguien. Sólo espero que el tiempo avance rápido, no sé cómo he podido vivir sin…
—¡Isabella! —Sip, creo que hasta los de China oyeron el grito de Rose.
—Rosalie, no me grites, estoy junto a ti. —Le doy un golpe juguetón en el brazo.
—Pues no lo parece. Apresúrate, a tu sobrina ya le dio hambre. —Acaricia su vientre, dándole más énfasis a sus palabras. Ruedo los ojos.
—Claro, échale la culpa a Emma. —Doy media vuelta, lista para cambiarme e ir a comer. Es suficiente por hoy, tenemos que tener todo listo, mañana será la dichosa fiesta y tengo que estar preparada para lo que pasará.
Creo que una carrera de caracoles sería más emocionante que esta "gran fiesta". No entiendo por qué reunir a toda la gente en un salón de baile, si lo que menos se hace es bailar. Todo el mundo va de grupo en grupo, presumiendo lo que tiene, por ejemplo: la Sra. Stanley, que trae del brazo a su hija, Jessica, presentándola y diciendo lo buena, atenta y educada que es. Sí, como no. Ella no la vio maldecir como un marinero y agarrarse a golpes en la universidad con una de mis compañeras, y todo porque el imbécil de Newton no pudo mantener su polla guardada en sus pantalones durante su "relación".
La voz de Carlisle Cullen me distrae de mis recuerdos.
—Bienvenidos sean todos ustedes, se les agradece el que hayan asistido. También quiero agradecer a Charlie por haber aceptado esta fusión entre nuestras empresas, sé cuan difícil es aceptar un socio. —Papa sólo sonríe y hace el gesto de brindar a su salud. Un murmullo en la entrada atrae nuestra atención. Volteo.
Allí vienen entrando los gemelos Cullen, tan iguales, pero a la vez distintos. Los dos rubios de ojos azules, sin embargo Alec es frio, déspota, menospreciando a todos. Por el contrario, Jane es tímida, noble y cariñosa, administrando y ayudando a algunos de los orfanatos de la ciudad.
—Lamentamos la demora, padre —dice, no sintiéndolo en lo más mínimo. Bien que le gusta que todo el mundo le ponga atención. Observa a su alrededor, buscando a alguien y parece ser que quien sea que esté allá arriba me odia, pues a la que busca es a mí. Me observa con lujuria y triunfo. Ruedo los ojos con fastidio por su escrutinio.
—Tranquilo hijo. Ahora, pasemos a cenar. —Estiro el cuello buscando a Rosalie, cuando de repente dos brazos se ciñen a mi cintura, levantándome del suelo.
—¡Bellita! —La voz gruesa de Emmett atrae varias miradas reprobatorias de la gente, doy media vuelta para abrazar a mi hermano.
—Emmy, ¿cuántas veces tengo que decirte que no me digas así? —Ruedo los ojos y él sólo sonríe, haciendo que se le marquen los hoyuelos en sus mejillas. Levanta las manos en signo de rendición.
—De acuerdo, de acuerdo, pero ya quita esa cara de vieja treintona… Espera, pronto lo serás —dice para luego soltarse a reír a carcajadas. Rosalie, a quien no había notado, solamente le da un golpe. Nos sonreímos por el comportamiento de mi hermano.
—Emmett, recuerda que yo ya tengo treinta, compórtate o si no sucede ya sabes qué. —Con eso mi hermano deja de reír abruptamente. Mira a Rose, incrédulo.
—Pe-pero nena, ¡no es justo! Fue sólo una bromita —reclama haciéndose el inocente. Me rio entre dientes haciendo que Emmett me fulmine con la mirada.
—Ya hombre, pasemos a cenar, cada vez falta menos para que termine esto. —Dicho esto nos encaminamos hacia la mesa en donde nos esperan nuestros padres y, para mi desgracia, los Cullen. Trato de sentarme lo más lejos posible de Alec pero éste, adivinando mis intenciones, retira mi silla como si fuera un caballero. Voy a ignorarlo, pero mi madre me mira, advirtiéndome con la mirada que no me atreva a hacerlo.
—Que hermosa estás esta noche Bella. —Me halaga y toma mi mano sobre la mesa, educadamente retiro la unión.
—Gracias Alec —contesto secamente y me volteo para platicar con Jane, la cual me cuenta sobre la situación de uno de los orfanatos. Al parecer habían tenido una fuga de gas que los hizo desalojar por una semana, afortunadamente no había pasado a mayores.
La fiesta va normal, pero no puedo evitar pensar en que me gustaría estar en otro lugar, con otras personas. Alec no deja de atosigarme con que es mi obligación bailar con él. Este hombre sí que es insistente, no se da por vencido. Harta de su insistencia tomo su mano y lo arrastro a la pista, cuando llegamos a esta, me presiona a él con sus brazos.
—El que haya aceptado el estúpido baile, no quiere decir que me agrade —murmuro enojada sólo para que nosotros escuchemos.
—Deberías de aceptar nuestra atracción, cariño, te haces de rogar para llamar mi atención, pero no hay necesidad de eso, me traes loco desde hace tiempo —contesta el muy sinvergüenza. Me quedo de una pieza, viéndolo incrédula y sin darle crédito a lo que sale de su boca.
—¿Qué mierda dices Cullen? ¿"Atracción"? Si ignorarte cada que puedo y rechazarte cada cita que me pides es atracción, no quiero ni saber que entiendes por enamoramiento. —Me zafo de sus brazos y lo dejo ahí, en medio de la pista con la mandíbula tensa, conteniéndose.
Camino hacia el tocador malhumorada. Me tiene fastidiada, antes se me hacía divertido verlo hacer méritos para que yo le haga caso, pero sólo era eso: diversión.
Edward, cuanta falta me haces en este momento, daría lo que fuera porque estuvieras aquí conmigo. Sin darme cuenta mi vista se torna borrosa a causa de las lágrimas, me las limpio y salgo de ahí como si no hubiese pasado nada. Ya va a ser medianoche y había escuchado a mis padres decir que habrá una sorpresa cuando den las doce campanadas. Vuelvo a la mesa por el móvil, tengo que hacer una llamada antes de que me entretenga. Salgo a un balcón que encuentro y, al tercer tono, la voz dulce de Elizabeth me contesta.
—Lizzy, buenas noches —saludo con voz neutral.
—Cariño, que bueno es saludarte, ¿cómo estás? —contesta con tono emocionado. Escuchar su voz hace que se me forme un nudo en la garganta.
—Igualmente Lizzy. Estoy bien, sólo llamaba para desearles un buen fin de año. —Mi voz se entrecorta y carraspeo para que no se dé cuenta, pero no es fácil engañarla.
—¿Qué sucede, querida? —cuestiona preocupada.
—Nada, sólo… Los extraño. Si por mí fuera no estaría en esta fiesta, estaría con ustedes —digo eso y se me llenan los ojos de lágrimas.
—Cariño, nosotros también te extrañamos. Y no digas nada de eso, sabes que a tus padres no les hubiera gustado que no estuvieras con ellos, por nosotros no te preocupes que no estamos solos, nos llegó una grata sorpresa. Recuerda que a nuestro hijo no le hubiera gustado verte triste en una fecha tan especial para él. —Su voz animándome y el que lo haya nombrado hace que mi llanto se desate.
—Tienes razón Lizzy, pe-pero… No puedo.
—Lo sé cariño, lo sé, pero haz el intento. —El ruido que se oye del otro lado me hace darme cuenta de que la interrumpí en su celebración. Incluso olvidé que yo también estoy en una.
—Lo haré. Tengo que dejarte Liz, deben andar buscándome. Mándale mis saludos a Edward Sénior, y feliz año nuevo.
—Le diré cariño y feliz año también. Te queremos Bells, nos vemos pronto —dice con voz misteriosa y cuelga.
Para cuando regreso al salón me gano una reprimenda por parte de mi madre, aunque sinceramente me vale lo que diga, dejé de contar con su apoyo hace mucho. En esta ocasión el discurso de año nuevo le toca a papá.
—Esperemos se la estén pasando bien y queremos desearles un buen inicio de año. Deseo de todo corazón que a todos nos siga yendo bien, como hasta ahora. Salud. —Alza su copa y todos los demás brindamos, un minuto después inician las campanadas.
Entre abrazos y saludos no veo venir a Alec, el cual de repente me tiene aprisionada en un abrazo férreo. Por cortesía no le hago un desplante y, así como llega, se va. Me encojo de hombros ignorando su actitud. El sonido de la copa al ser golpeada con un cubierto atrae la atención de todos, el causante de dicho ruido es Alec.
—Como dijo Charlie, se les agradece su asistencia, pero en esta ocasión quiero hacer un anuncio, espero y celebren conmigo.
¡Mierda! Que no sea lo que estoy pensando, que no sea lo que estoy pensando, repito como una mantra en mi cabeza.
—Un año atrás conocí a la mujer de mi vida y no dudé en hacerle saber de mis sentimientos, sin embargo se ha hecho de rogar, pero creo que ya llegó el momento de hacer la ansiada pregunta. Isabella, querida, ven por favor —No me muevo de mi lugar hasta que mi madre me da un codazo que me hace ir hacia él. ¡Dios Mío! Le ruego con la mirada, pero me ignora—. Bella, ¿te casarías conmigo?
—Amm… Yo… Alec… —No puedo decir las palabras con claridad. Me doy cuenta de que mis balbuceos lo están desesperando.
—Ella no lo hará —Una voz clara y fuerte, esa voz, se escucha por algún lugar del salón. Volteo para todos lados, buscándolo desesperadamente. No lo puedo creer, él está aquí, aunque no debería estarlo, sin embargo eso es lo menos importante ahorita.
De repente la gente se hace a un lado, dejándolo pasar y ahí está, en toda su gloria, viéndose increíblemente guapo en su smoking, con su cabello arreglado y sus manos dentro de los bolsillos, observándome con esas esmeraldas brillantes detrás de sus gafas, está Edward. ¡Dios Mío! En verdad está aquí, lo único que quiero hacer es correr a sus brazos, pero su inesperada llegada me tiene completamente en shock.
—¿Qué mierda haces aquí Masen? ¿No deberías de estar pudriéndote en la cárcel, como el asesino que eres? —Las preguntas despectivas de Alec hacen que la audiencia jadee del asombro y el horror.
—Eso es algo que a ti no te concierne. Si estoy aquí, es para detener la estupidez que planeas hacer —contesta Edward, sin inmutarse por sus palabras.
—Y según tú, ¿cuál es esa "estupidez"? —Para cuando Alec termina de decir esas palabras, Edward se ha acercado lo suficiente a mí, haciendo que su aroma penetre mis fosas nasales.
—Quitarme a mi mujer, por supuesto. —Y para darle más énfasis a sus palabras, me toma de la cintura posesivamente. Ya para este momento estoy más que segura de que no es una alucinación, ¡él está aquí! Como tantas veces lo soñé.
No dudo en abrazarlo por la cintura y pegarme más a él. A ninguno le pasa desapercibido el estremecimiento que nos provoca nuestra cercanía. Suspiro emocionada y lo observo a los ojos, demostrándole todo mi amor, mi apoyo y mi comprensión. El bufido del gemelo Cullen rompe nuestra burbuja.
— ¿Tu mujer? Por favor, ¡si su relación terminó en el momento en que te metiste con Tanya y la asesinaste! —El que la nombre hace que mi cerebro despierte del letargo en el que estaba.
—¡Si no sabes nada es mejor que te calles Alec! Porque yo sé muy bien que pasó el día del asesinato y créeme, todo fue un teatro muy bien elaborado para separarnos. Sin embargo, el que lo planeó todo no contó con eso nos uniera más, si es posible. —Lo miro, desafiándolo a que contradiga mis palabras.
—¡No, Bella! ¡No puedes creer en él! Te ha lavado el cerebro, haciéndose el inocente contigo. Es un asesino —replica con furia. Ya no lo soporto más.
—¡No me convenció, maldita sea! La verdad es que el día del dichoso asesinato, él estaba conmigo en un registro civil, ¡casándose! C-o-n-m-i-g-o. —Separo las palabras para que su diminuto cerebro entienda, aunque, en mi arrebato, no proceso las palabras antes de decirlas y las suelto así, sin más, causando que la gente y mi familia jadee por la sorpresa.
Sí, definitivamente esa no fue la mejor manera de que todo el mundo se entere de que estoy casada, sobre todo si mi esposo es Edward Masen, a quien culparon injustamente de un asesinato, porque estoy completamente segura de que él no es el responsable. Únicamente espero que mi noche no terminé en un desastre, aunque, con Edward a mi lado, no me importa nada más. Su regreso opaca cualquier cosa que me pueda hacer sentir mal.
hola :) aquí les traigo la primera parte de este Two shot con el cual participe, pero no gano xDD no se porque pero los concurso me motivan a escribir...
espero les haya gustado, y me dejen su opinión.
"COBRIZO"
