Cualquier parecido con otro fic es pura coincidencia…. –que conste que no creo en las coincidencias- = *_- =
Discleimer: los personajes de CCS no me pertenecen, son de la Clamp, pero Syaoran se piensa escarpar y nos fugaremos juntos, nos casaremos en las vegas y nos mudaremos a las Bahamas yo me cambiare el nombre a Aya-saku y el a Xiao lang así nadie nos reconocerá ñ_ñ!
Advertencias: no es una historia de amor, si vienes buscando algo así busca otro fic
Advertencia II: juro que mi dudoso sentido del humor (no) hará acto de aparición…
Estos es mero drama, sacada de una canción –y dale con las canciones-
Mis omnipresentes faltas de ortografía…
Genera violencia en las (os) lectores por lo malo que salió…
Muerte de un personaje.
Cuerpo sin alma
Regresaba a su casa después de un gran día, había estado con su amiga toda la tarde, fueron de compras, pasearon por el parque y recordaron viejos tiempos, aquellos que nunca debieron haberse ido. Aquellos que hoy añoraba con toda el alma.
Disfrutó como tenía tiempo que no hacía, fingió ser feliz, al punto que justo hasta ahora se acordaba que no lo era, que la capsula de la felicidad no se encontraba estipulada en el contrato que firmo cuando decidió entregar su vida a la persona que amaba. Si, entregar… porque ellos no comparten sus vidas, sino más bien, ella vive para él… para todas. Menos para ella.
Más de una vez se había preguntado ¿Por qué él le pidió matrimonio? Ella lo amaba, se desvivía por él, por eso había aceptado la unión, pero el… no entendía, al principio, todo era como un sueño, incluso mejor.
Pero los sueños se rompen, se acaban… al final, todos terminan despertando, encontrándose con una realidad, que es preferible quedar en coma, solo para continuar la idílica fantasía de la vida perfecta, cuando esta no existe… bueno, tal vez no todos tenían la misma dicha… esperaba que su amiga, aquella persona que la hacía feliz solo con verla, no compartiera su suerte.
Muchas veces, mientras se encontraba navegando en el delirio de su soledad, su mente rememoraba su noviazgo, tratando de encontrar una respuesta que lograra satisfacer el hueco que iba creciendo en su alma, al ver como su vida se destruía por un matrimonio que estaba destinado al fracaso, respuestas que contestaran a las preguntas de ¿Por qué su vida es lo que es ahora? ¿Qué había hecho mal? Muchas veces se encontraba considerando la posibilidad de que él jamás la amo. El problema residía en que no podía decir –ni siquiera a ella, cuando apiadándose de sí misma intentaba mentirse- el grado de veracidad que tenia dicha conclusión, no sabía si esa respuesta era correcta o realmente el amor se calló por algún costado de la cama mientras dormían, y ellos jamás se preocuparon por levantarlo, pensando que él se levantaría solo a la llegada del alba.
Tal vez, pensaba a veces, la pedida de mano había sido mas por compromiso que por amor, tal vez, porque esa era la meta que él se había trazado, casarse después de su graduación, poco importaba que fuera ella u otra la "agraciada".
Pero eso no era razón suficiente para atarse a una persona, un amor no se sostiene porque alguien en la relación ame, de nada servía si ella le amaba y el no, porque si de algo ella estaba segura en estos momentos era de eso.
El no la amaba.
Y solo con el amor de ella el matrimonio no podría sobrevivir.
Realmente no lo entendía, no está bien autodenominarse, pero hay que llamar las cosas por su nombre, ella era buena, siempre lo había sido, ¿Por qué? Porque ella lo ama y cuando amas a alguien eres capaz de morir por esa persona.
Dicen que en las relaciones, cuando uno de los dos ama más, ese es el que más pierde.
Es verdad…
A estas alturas del juego ella ya había perdido su esencia, su sonrisa, su calidez, su orgullo, su amor propio y hasta sentía que el alma ya no estaba. A veces se consideraba poco menos que un títere, donde su dueño movía los hilos a su antojo. A veces pensaba que no era más que un cascaron sin esencia...
Nunca le contaba sus penas a nadie, ni siquiera a su mejor amiga. Odiaba mentir, pero odiaba mas ver preocupación y tristeza en los hermosos y expresivos ojos de su amiga, además ¿porque andar despertando la lastima de los demás? Sabía que le dirían, le dirían "que le dejara", "que él no se merecía su amor", "que las cosas no podían seguir así"… y tal vez tuvieran razón, pero a veces es más fácil decir las cosas que hacerlas. A demás, no quería que le odiaran a él, tal vez como marido no fuera el mejor del mundo, pero era bueno para con sus amigos, y puede que ellos le miraran diferente si ella se atrevía a decir cómo van las cosas en su matrimonio.
Realmente no podía decir eso… no podía perjudicarle a él de aquella manera. No era justo…
Ella se había buscado su destino, ahora tenía que buscar la forma de cómo lidiar con él.
O simplemente dejarlo, si no podía… porque nadie debería de cargar con más peso del que puede soportar. Si, A fuerza de muchos golpes, hasta el hierro se quebranta…
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Estaba acostada en su cama, cansada de llorar. Hacía mucho tiempo que sabía que su matrimonio se estaba yendo al traste, él llegaba tarde casi todas las noches, a veces no llegaba,- como hoy,- y siempre oliendo a alcohol y a perfume de otras mujeres, ella trataba de convencerse de que no era nada, pero ya no podía hacerse la ciega por más tiempo…
… no hoy…
Cuando se había preocupado por prepararle el almuerzo, que nunca comió, porque tenía una "reunión" de trabajo muy importante y no podía llegar a comer. Tampoco llego a la cena, que se encontraba sobre el microondas fría. Como su corazón.
Ella se había arreglado para él, incluso había comprado un hermoso camisón de seda, que él nunca vio, ni vería. Porque ¿para qué intentar conquistar a quien sabes, no se va a rendir? Ya estaba harta de romper su corazón por tantos rechazos. Traiciones.
Estaba cansada de "comprender", aunque la palabra correcta seria aceptar, él estaba seguro que ella le amaba, por eso lo hacía, ella estaba segura que él la engañaba, lo había visto, mas de una vez, pero como cualquier mujer enamorada había cerrado los ojos y había murmurado para sí "le daré otra oportunidad, solo fue un desliz… se que él me ama".
Ella nunca le había sido infiel, no quería pagarle con la misma moneda que él le pagaba. Y aunque a veces sentía el impulso de desahogarse, hablar con alguien, prefería morderse los labios a decir una sola palabra, ¿para qué hablarlo? Si al final, eso no daría con la solución.
Por momentos sentía que se asfixiaba con sus propios sollozos, con el dolor de su alma que anudaba su garganta convertido en un nudo lagrimas que no podía expulsar, sus ojos no daban a basto para diseminar por sus hinchados lagrimales tanto dolor líquido.
Estaba cansada de divagar sin rumbo entre el mar muerto de la autocompasión.
"ya no más" se dijo así misma, ella pondría un alto a esta situación, no podía seguir así, ya estaba harta, tenía que ponerle un fin de una vez y por todas… "Pero hoy no…"
Mañana, cuando tuviera la mente más despejada.
Eran las tres de la madrugada, y aun no podía conciliar el sueño, los pensamientos, los remordimientos no la dejaban.
Remordimientos. La sensación de culpa por aguantar todo esto, cuando sabía que no estaba bien.
Busco en la cómoda, que estaba al lado de la cabecera de su cama, un frasco de pastillas para dormir, casi nunca las tomaba, pero esta noche las necesitaba de verdad.
No se fijo en la cantidad que tomó, solo quería dormir y olvidar. Soñar que todo estaba bien. Aunque sea por esta noche, prometiéndose que mañana las cosas iban a cambiar… tomo la jara que estaba sobre la misma cómoda y lleno un vaso con agua, y se tomo las pastillas.
Unos minutos más tarde… se durmió.
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Pasaban de las siete y media de la mañana cuando Eriol abrió la puerta de su casa, estaba ebrio. bien borracho. Su rostro y cuello estaban pintados de pintalabios, pintalabios que no eran de su esposa, pero él no le dio importancia.
Ella comprendería. Como siempre.
Se dirigió a su habitación, y se encontró a su mujer durmiendo, parecía un ángel con su largo pelo esparcido por la almohada y los ojos –que sabia eran- amatistas, que adornaban su hermoso rostro de tez blanquecina cerrados, las huellas de unas lágrimas secas se divisaban perfectamente sobre sus mejillas, por un instante un pequeño aguijonazo de culpa le pincho, pero él estaba tan ebrio que no le dio mente.
Se acerco a ella.
-Mi amor-le toco del hombro- ya llegue- su voz sonaba un poco distorsionado por el abuso de alcohol.
Ella no despertó.
-Mi amor, levante por favor, para que me hagas el desayuno- Le paso una mano por sus pálidas mejillas. Estaban inusualmente frías.
Era raro. Ella siempre se levantaba cuando él llegaba y la tocaba. Entonces le sonreía y le calentaba la cena, o el desayuno en este caso. Casi por inercia se fijo en la cómoda del lado de la cama de ella. Tomo el frasco que ahí se encontraba, y miró el vaso de agua medio vacío.
-¿Qué hacías con estas pastillas tommy?-pregunto mas para sí mimo que para sus esposa que seguía sin moverse.
-Mi amor- volvió a llamar, esta vez su voz sonó más clara, algo no andaba bien.
-Mi amor!- la zarandeó fuerte… esto no podía estar pasando, puso su mano en el cuello de ella. No había pulso. Intento escuchar los latidos de su corazón colocando su oído en el pecho de su mujer…
Nada.
No podía creerlo, no quería creerlo… no era verdad, esto no era cierto… pero…
-MI AMOR!- Grito. En su voz ya no se notaba ni rastro del alcohol ingerido. La culpa le había traído la sobriedad, como regalo de despedida. – ¿Por qué?- susurro entre sollozos al cuerpo que estaba frente a él. Mientras se abandonaba al llanto.
El cuerpo de Tomoyo yacía sin vida, en la cama matrimonial que él le había regalado cuando le prometió amarla para toda la vida y serle fiel hasta que la muerte los separara.
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Hola! ¿Qué tal?
.He
It's not funny… verdad que no! Lo siento… mi humor no es el mejor del mundo ahora mismo… y necesitaba desahogarme… realmente lo necesitaba.
Si, si, si fue trágico. También se que dije que mi "dudoso sentido del humor no haría acto de presencia en este fic" no, no mentí… solo se me olvido que lo dije.
Lamento haber asesinado a Tomoyo, ya sé que ella no se quería morir, solo dormir… pero así va la canción. :P
No se enojen conmigo, a mi me encanta Tomoyo y amo a Eriol…
¿Algún insulto?
¿Aunque sea de insulto?
Bueno
Abrazos
Con cariño –sádico-
Saku-Aya.
