Antes de comenzar, quiero presentarme brevemente. Este es mi primer FanFic, pero no mi primer escrito, porque lo que he decidido apostar por algo complicado, como lo es un Crossover, en el que daré lo mejor de mi por hacer un buen trabajo.
Desde ya, agradezco sus reviews, que me dictarán si la historia está siendo bien aceptada o si debo dejarla sepultada.
Comienzos
En la mente de Shaoran
-¿¡Pero dónde la he dejado?! ¿¡Como puedo ser tan descuidado?! y en un día como este...- caminaba como loco, de aquí a allá, observando con especial cuidado, guardando en mi memoria lo que ya había visto para no tener que pasar de nuevo por ahí. Estaba hecho un mar de nervios y ¡Ahora esto!...
-Joven Shaoran, estoy seguro de que la traía con usted el día de ayer cuando se dirigía a su habitación...- Wei, mi inseparable mayordomo y amigo, intentaba ayudarme.
De todos los días en que podía sucederme esto... ¿Porqué hoy? Es decir, el vuelo iba a dejarme en China sin ningún miramiento si no me daba prisa. ¡Claro, podría tirar el avión con el dios de Trueno!... si tan sólo encontrara esa maldita espada reducida en el collar.
-Shaoran...- escuché la voz, bajita y menos chillona si se le comparase con la de hacía ya unos años.
-Ahora no, estoy bastante ocupado... lo que tengas que decirme, me lo dices en el vuelo...- respondí sin cortesía.
¡Si es que realmente lograba abordar ese vuelo!
-Pero Shaoran...- repitió. Normalmente me hubiera detenido y le regalaría 2 minutos para ayudarla, pero ahora no estaba para eso.
-¡En el vuelo Meiling, en el vuelo!- le respondí una octava más agudo en la voz, mientras hacía un revoltijo en la habitación de huéspedes.
De pronto, sentí una ráfaga de aire que me puso alerta, pero para ser sincero, ese golpe pudo haber impactado en seco contra mi mejilla. Por suerte impactó la pared, que sorprendentemente se desgajó un centímetro justo donde su nudillo había hecho contacto.
Ello logró por fin mi atención.
-¿Es esto lo que buscas?- me sonrió, colocando entre los dedos índice y medio mi espada reducida en el collar.
-¡La has encontrado!- exploté de felicidad, lo que en mí es solo haber sonreído ampliamente.
Intenté tomarla de su mano, pero veloz como el rayo logró dejarla fuera de mi alcance. ¿Irónico?
-¡No estoy para bromas Meiling!- me enfadé, cuando pronto intenté obligarla a darme la espada y ella, sorprendiéndome, logró escapar de nuevo con un salto mortal hacia atrás.
¿Cuándo se había vuelto tan ágil?
-Si la quieres, me la tienes que quitar...- sonrió ella bobamente, con su dedo índice bajo uno de sus ojos, jalando su mejilla y sacándome la lengua. ¿Es que ella había planeado vengarse volviéndome loco justo en este momento?
En la mente de Sakura
No estaba segura cuanto tiempo tomaría un vuelo desde China a Japón. Pude investigarlo en Internet, pero eso solamente me hubiera puesto más impaciente. Él dijo que llegaría al aeropuerto de Tomoeda al rededor de las 10 de la mañana, lo que me daba unas 16 horas de espera lenta y cruel.
Estaba feliz porque él por fin vendría de visita. ¡Esta había sido la espera más larga! 14 meses de relación por Facebook, Whatsup y Skype. La videoconferencia simplemente no podían sustituir el contacto real. Antes de eso, solía venir cada época vacacional, lo que hacía la espera de entr meses.
En estos 14 meses habían sucedido tantas cosas tan sorprendentes, que lo dejarían con la boca abierta, estaba segura. ¿Por donde empezar? Por ejemplo, la noticia de que mi padre y la madre de Tomoyo habían transformado todo ese odio en... ¡amor!...
Lo sé, es tan sorprendente que la noche en que lo supe no pude pegar los ojos para dormir. Jamás hubiera entendido que lo hubieran apresurado todo hasta que supe la verdad, tendría un hermanito o hermanita muy pronto, en 6 meses para ser exacta. Shaoran se iba a sorprender tanto cuando 'mi casa' estuviera en la dirección de la de Tomoyo...
Desde luego, aunque me moría de ganas, logré guardar el secreto solamente para poder observar su rostro cuando recibiera la noticia. ¡Ahora yo tenía una hermana, que a la vez es mi prima, que locura!... y el nuevo bebé Kinomoto Daidouji, que esperaba fuera una chica, desde luego...
-¿Qué te tiene tan ausente Sakura?- Tomoyo se dirigió a mí con la cortesía que la caracteriza cuando no le dan esos ataques de ansiedad.
-Pensaba en Shaoran...- admití con rubor en las mejillas.
-El joven Li ya debe estar sobre el avión justo en estos momentos...- comentó ella también pensativa.
-En 16 horas lo estaré abrazando...- suspiré audiblemente, lo que llamó la atención de Tomoyo.
-Eso será sólo si el joven Touya lo permite...- ¿Ella se estaba... burlando de mi desgracia?
-Para eso estás tú, hermanita...- le sonreí pícaramente.
-¡Deja eso ya Sakura!...-
Ella parecía molesta, conmigo. Apagó la luz, dejándome sonriendo como tonta en la mitad de la oscuridad. Quizá debía dejar de molestarla con el tema, pero es que, a pesar de la diferencia de edades, nada me haría más feliz que Tomoyo y Touya juntos.
La relación entre Tomoyo y yo se había transformado en los últimos 2 meses, justo cuando empezamos a dejar de ser amigas y nos convertimos en hermanas. Ahora ella era un tanto más tranquila.
Aún me obligaba a ser su modelo personal y, a pesar de que recibí mi propia habitación gigante cuando nos mudamos a la residencia ahora conocida como 'Kinomoto Daidouji', ella se había encargado de convertirla en el armario de vestidos y atuendos más grande de Japón.
Debido a eso y a su insistencia de dormir en la misma habitación, que ahora teníamos una enorme cama en la que ambas pasábamos todas las noches juntas.
Suspiré, conteniendo una risita burlona por haber hecho enojar a Tomoyo y después me cubrí con las mantas hasta la cabeza. El corazón me latía con violencia, estaba tan emocionada que no iba a poder dormir en toda la noche.
En la mente de Tomoyo.
¿Porqué se empeñaba en molestarme con eso?... ¡Él es también mi hermano, mi primo...! No veía a Touya de esa manera, era por lo menos 100 años más viejo que yo, incluso ya había terminado la universidad.
Pronto se iba a casar e iba a dejar la casa, ¡tan pronto! Que lástima... ¿Cómo es que ella lo había logrado amarrar? ¡Debía ser magia, no hay otra razón!
Pero... al final todo estaría bien... él iba a ser en un futuro mi cuñado, cuando yo y Eriol formalizáramos algo... lo que caso era tan patético que me daba vergüenza, ajena, de mi misma. Lo sé, no tiene mucho sentido.
¿Porqué el joven Shaoran no tenía un hermano? Uno mayor o incluso aceptaría un chiquillo, lo que fuera para ya dedicar mis pensamientos y energías para una relación tan seria como la de Sakura y Shaoran.
Todo se había ido al carajo cuando me encontré en medio de la ducha, 'lavándome más de lo que debería', pensando en lo sexy que era Sakura. Fue entonces cuando lo entendí, ella me gustaba.
¡Qué duro darse cuenta de que eres lesbiana o al menos bisexual!... quiero decir, ahora el mundo es más abierto y seguramente mi madre lo hubiera entendido. Seguro que incluso Sakura no le hubiera dado importancia, si no fuera porque ella era la causa de mi obsesión. ¿De qué servía gritarle al mundo que Sakura era mi adoración? Al final, ella era tan inocente y se encontraba tan enamorada de Shaoran, que no había más que ser rechazada por ella.
¿Qué pasaba si ella se empezaba a sentir incómoda? ¿¡Si perdíamos nuestra amistad!? Y luego, ¡Boom!
Inicia Flashback
-...te lo decimos primero porque queremos que nos ayudes con Sakura, creemos que lo tomará mejor si tu estas con nosotros cuando le digamos la noticia- La voz de mi madre sonaba con eco en mi mente. Sus labios se movían, pero yo ya no le estaba prestando atención.
Ella tenía una mano en su vientre, que no parecía tener un bebé creciendo ahí mismo y sin embargo así era.
-Sé que parece intempestivo...- se disculpó el papá de Sakura... mi nuevo padrastro.
Entonces ella lo besó enfrente de mí.
Finaliza Flashback
¿Cómo iba a poder soportar el tener a Sakura en casa?... No me malinterpreten, la quiero mucho, más que a nadie en realidad. Era por ello que su presencia iba a martirizarme. ¡Acababa de darme cuenta de que la besaría si tuviera la oportunidad de hacerlo sin que ella lo supiera!... y ahora, los Kinomoto se habían metido en mi casa. !Incluso uno de ellos se había metido hasta en mi madre!... el bebé, por supuesto.
-¡Sueño!- susurró Sakura en la habitación, bajo las mantas, sacándome de mis pensamientos. Después una luz brilló y pronto la escuché dormir profundamente. ¿Para qué usar pastillas contra el estrés si contabas con la carta sueño?
¡¿Por qué carajo no me había aplicado la misma carta?! Estaba tan envuelta en mis pensamientos que no iba a poder dormir, otra vez, maldición.
En la mente de Meiling
Realmente no podía creerlo, estaba dándole pelea a Shaoran Li... uno de los guerreros más fuertes de mi familia. Desde luego, despojado de su arma se encontraba en desventaja, pero, en lo que a artes marciales respecta, no había podido alcanzarme en los últimos 5 minutos.
Quizá te preguntas el cómo mejoré en mis artes marciales y para responder esa pregunta, debemos ir 2 meses al pasado, cuando decidí salir de viaje en China por cuenta propia. Desde luego no avisé a nadie, principalmente a Shaoran, ya que lo más seguro es que me impidiera salir a la aventura.
En aquél viaje me topé con un pequeño pueblo donde sólo vivían mujeres, según ellas, las mujeres más fuertes de toda China. Desde luego no podía dejar de probar mis aptitudes de pelea con ellas en un evento que tendría lugar tan sólo 2 días después del momento en que llegue y que traía vuelta loca la zona.
La campeona se llama Shampoo y digo que así se llama, porque perdí la final contra ella. A pesar de que la batalla fue reñida y eso significó un golpe a mi ego, debo admitir que logró derrotarme.
En realidad mi viaje no fue muy largo, ya que pasé más de 1 mes en ese pueblo. Me hice buena amiga de la campeona Shampoo y me enseñó la gran mayoría de sus técnicas. Aunque, desde luego, no todo fue entrenamiento.
También conversamos sobre mil y un temas, entre ellos el amor. Me pareció difícil creer que una mujer tan bella y fuerte estuviera envuelta en el desamor. Ella tenía su propio 'Shaoran', llamado Ranma Saotome. También tenía su propia 'Sakura', llamada Akane Tendo.
Ella había vivido en Japón el último par de años, atendiendo un restaurant al lado de su abuela. Había intentado de todo para atraer a Ranma, pero jamás lo pudo lograr.
Según me contó, Ranma es realmente fuerte y realmente estúpido, porque había preferido a una chica ruda y sin mucho que ofrecer, en vez de ella. Al final, ella se desilusionó y regresó a China para buscar ser tan fuerte como jamás lo fue para regresar una vez más a Japón y vencer a Ranma. Al parecer dentro de sus tradiciones, si vencías al hombre en batalla, entonces ya no era digno para casarse contigo.
Me despedí con nostalgia y nos prometimos encontrarnos en Japón. Yo iría al lado de Shaoran en su visita y Shampoo al parecer se sentía lista para ir a retar a Ranma.
Esta batalla contra Shaoran era mi prueba para él. Desde luego el se hubiera negado a una batalla seria conmigo, por eso lo había obligado a luchar por su collar en este momento, donde el nerviosismo y la presión de perder el vuelo lo harían dar lo mejor de si mismo.
-¡Meiling, voy a tener que luchar enserio si sigues comportándote así!- me gritó Shaoran realmente molesto.
-Entonces hazlo Shaoran...- le reté con una sonrisa.
-Señorita Meiling, por favor sea comprensiva, este no es momento para jugar...- intercedía Wei por Shaoran, lo cual sería inútil.
Shaoran se lanzó contra mí a lo que yo pude identificar como su máxima velocidad. Noté que a pesar de todo, no buscaba lastimarme, ya que sus puños tenían la intención de arrebatarme el collar y no de golpearme. Decidí darle el collar, solo para volver a arrebatárselo con una de las técnicas que aprendí con Shampoo.
-¡Lo tengo!- sonrió Shaoran victorioso. Yo fingí un puchero.
-¡Dámelo, dámelo!- grité infantilmente, intentando arrebatárselo con torpeza. Él me sonrió satisfecho, pero aún molesto.
-Basta de tonterías Meiling, debo admitir que eres muy fuerte... pero llevo años entrenando, haz hecho un buen trabajo...- y pasó su mano sobre mi cabeza. ¡Que engreído!
-¡Técnica de las castañas calientes!- grité, lanzándole tantos golpes suaves, que no lo lastimarían, pero que lo distraerían. Al finalizar mi técnica, tenía conmigo de nuevo el collar.
Él me miró sorprendido y se quedó inmóvil viendo collar colgando de mi cuello. Pareció derrotarse por un segundo.
-Te daré la oportunidad de luchar por el cuando lleguemos a Japón... ahora vayámonos ya o realmente perderemos ese vuelo...- le sonreí, acariciando su cabeza con una de mis manos, en revancha.
-Ya lo hemos perdido de todas formas, en lo que nuestras maletas llegan, las hacen pasar por el aeropuerto...- Shaoran miraba el suelo, muy molesto.
-No, de eso Wei ya se ha encargado, nuestras maletas deben estar en el avión justo ahora... si manejas a más de 120km, llegaremos con tiempo de sobra...-
Shaoran miró a Wei sorprendido. El mayordomo le lanzó las llaves del auto deportivo más rápido.
-Que tengan un buen viaje joven Shaoran, señorita Meiling...-
Shaoran recuperó la sonrisa y corrió hacia el auto. Yo me fui detrás de él, alcanzándolo pronto.
-¡Nos vamos a Japón!- grité emocionada cuando el motor del auto gruñó como león.
-¡Sí, nos vamos a Japón!- sonrió Shaoran en un momento y en el otro, el auto pasó de 0 a 100 en 4 segundos.
Continuará...
