—Grupo, Agreste y Dupain-Cheng —dice la profesora—. Excelente trabajo —espeta.

Los ojos verdes y azules se miran con alegría, sonríen y sin premeditar están chocando los puños como si fuera algo que hacen todos los días. Sus brazos se estiran en un movimiento familiar y se permiten pegar sus nudillos en la unión, ocasionando que por esa acción, sus ojos se expandan como si hubieran revelado un terrible secreto, sus labios aun recordando sus palabras pronunciadas al unisono—:Buen trabajo.

Esas palabras que solo dicen cuando llevan un traje puesto. Retiran los puños al mismo tiempo y desvían la mirada avergonzados. Tragan saliva por los nervios, Marinette se corre un mechón de pelo detrás de su oreja mientras Adrien rasca su cuero cabelludo. Los dos teniendo el mismo pensamiento—:¿No se dio cuenta, verdad?