Capítulo 1: La Decisión del Dragón

Harry iba llegando a la torre junto a Dumbledore; todo estaba en penumbra, solo lo iluminaba la marca tenebrosa que brillaba en el cielo, se oyeron unos pasos acercándose hacia la torre, antes de que Harry hiciera cualquier movimiento se sintió rígido y fue ocultado tras un estante, vio como la imagen de Draco Malfoy se reflejaba en el marco de la puerta, acababa de desarmar al director Albus Dumbledore y se acercaba peligrosamente a él.

-Bienvenido Draco, hace tiempo que te esperaba- ironizó el viejo profesor.

-En serio, ¿Está solo viejo loco o hay alguien más con usted?- señalando las dos escobas que se encontraban en el piso cerca de la puerta.

Dumbledore sonrió -Creo que el que debería preguntar eso, soy yo, ¿No crees?

-Usted ya no tiene por qué fingir, sabe porque estoy aquí, lo sabe, ¿No?- Draco estaba nervioso, le temblaba la voz al hablar, por su frente surcaban pequeñas gotas de sudor.

-Así es Draco, lo sé, y creo que deberías hacer ya tu trabajo, no aplazarlo más, creo que a Tom, no le gusta esperar.

-Usted, realmente no sabe porque he venido- lo gritó tan fuerte que su eco retumbo en las paredes frías de la torre.

-Claro que lo sé. Has venido a matarme ¿No es así? Bien, has tu trabajo, iníciate como mortífago, acaba con tu misión de una vez- a pesar de lo frío de las palabras, el viejo director se mostraba tranquilo y con una mirada serena.

Draco se le quedo viendo, no esperaba enfrentarse así de frente al anciano profesor, estaba ansioso, como esperando algo o alguien, volteaba a todos lados, buscando una salida, una falla, una esperanza, pero se encontraba solo, y delante del su víctima.

-¿Y bien? no dices nada, creo que has tardado mucho en completar tu misión, ¿No crees? al Él no le gusta esperar.

-Cállese viejo idiota, estoy a punto de matarlo, ¿No se da cuenta?

-No Draco, el que no se da cuenta eres tú, todo este lapso has tenido el suficiente tiempo para hacerlo, estoy desarmado, y sin embargo, estamos charlando, de hecho, has sido más que obvio al intentarlo, primero con el collar, que dañó a Katie Bell, y después el hidromiel envenenado que por poco y mata a Ron Weasley, tengo la impresión que querías que te descubriera, ¿No es así?

El joven Slytherin estaba pálido, más de lo habitual.

-¿Y por qué no hizo nada para detenerme? Pudieron haber muerto esos dos.

-Pudieron, tú lo has dicho, pero están vivos, como tú y yo, ha sido ingenioso realmente como has tratado de deshacerte de mí, pero te has descuidado, ninguno de tus dos intentos dio resultado, sin embargo tengo curiosidad por saber, ¿Cómo lo has hecho tu solo, sin que nadie te ayudara? Has sido muy inteligente y hábil si me permites decirlo.

El joven se sintió confundido, lo estaba elogiando, como si le gustara la idea de morir al profesor.

Draco sonrió, después de todo si estaba chiflado Dumbledore.

-Sí, lo he hecho yo solo, claro que con la ayuda, ¿De quién lo diría? la sangre sucia de Granger, claro que la muy tonta no se dio cuenta, ella y su gran bocota, por demostrar que lo sabe todo ha sido de mucha ayuda, fue ella quien me dio la magnífica idea de envenenar el licor que tomó el pobretón de Weasley, oí como le decía a Potter que Filch no sabía distinguir las pociones.

-Ingenioso, realmente muy ingenioso, sabias que él no sospecharía de Rosmerta, ¿Cierto? y perdona mi curiosidad, pero ¿Cómo te comunicabas con ella?

Draco volvió a sonreír.

-Ya se lo dije, gracias a la estúpida sangre sucia. Un método que usó el año pasado con el ejército de Dumbledore, galeones falsos; así Rosmerta me decía si usted iba al pueblo, cuando llegaba y con quien iba.

-Te agradecería que no uses ese lenguaje por favor, tal vez más tarde te puedas arrepentir de llamar de esa manera a la señorita Granger, es una bruja muy inteligente y talentosa.

-¿Le preocupa mis modales? En este momento tengo su suerte en mis manos, en el que estoy a punto de matarle, creo que se preocupa mucho por esa chica, ¿No cree? Después de todo ella y todos los de su clase morirán.

- Te equivocas, yo tengo tu suerte en mis manos, o dime ¿Por qué no has acabado conmigo? creo que tú no eres ningún asesino Malfoy, de ser así, yo no tendría esta amena charla contigo, todavía estas a tiempo, a tiempo de cambiar de bando, tus actos no han perjudicado a nadie.

-Usted no entiende ¿Cierto? ya no tengo tiempo, esta noche, aquí hay mortífagos en su castillo.

Un fuerte estruendo vino desde afuera, se oía un caos, Harry trataba de moverse inútilmente, escuchaba los gritos, tenía miedo por sus amigos, por Ginny, veía al viejo más acabado, ya casi no se podía sostener en pie, sin embargo trataba de convencer a Draco, como si esto fuera posible.

-Lo sé, y también deberías saber que hay miembros de la Orden del Fénix aquí, así que hablemos de tus opciones.

-Yo no tengo opciones, tengo que matarlo, o Él me matará… matará a mi familia.

-Sé por lo que has pasado, y por lo que estás pasando, pero todavía estás a tiempo de ser parte de la Orden. Draco tú no eres ningún asesino; créeme, sino ya me hubieras matado sin piedad.

Draco dudaba, le temblaba la mano.

-¿Y mis padres? ¿Qué pasará con ellos? ¿Qué pasará conmigo?

Dumbledore sonrió y con profunda calma, miro al joven Slytherin.

-No te preocupes por ellos, estarán bien, ¿Entonces esto significa que desistes de tu encomienda impuesta por Voldemort?

-Yo no he dicho eso, mis padres… ¿Qué pasará con mi madre? Está sola en la mansión y mi padre en Azkaban…- Draco tragó saliva con bastante dificultad.

-Entonces ¿Qué es lo que quieres? yo no dispongo de mucho tiempo, tus amigos están aquí y pronto llegarán a la torre a ver si cumpliste ya tu misión, como te dije antes, tu familia estará bien, Snape se hará cargo de ellos.

-¿En serio confía en él? Es un espía doble, todo este tiempo ha pasado información a Lord Voldemort.

-Confió en él, y tú deberías hacer lo mismo- Dumbledore giró su vista hacia donde se encontraba Harry y suspiró- Bien dime, ¿Confiarás en nosotros, en la Orden, en Severus y en Harry y sus amigos, serás parte de nosotros Draco?

Malfoy trataba de digerir las palabras del viejo profesor, bajó su varita, donde Harry pudo divisar una marca verde de su blanquecino brazo.

-Sí, lo haré, pero tiene que prometerme que ellos estarán bien, que seguirán con vida, que…- antes de que Draco siguiera hablando llego Severus Snape, veía de hito en hito al joven mago y al viejo director.

-Severus, él ha aceptado.

Snape alzó su varita y apuntó hacia Draco, en un instante al igual que Harry el Slytherin estaba paralizado y no podía moverse -Duplo- exclamó y apareció un doble de Malfoy, al que sin miramientos Severus le lanzó un hechizo que hizo que cayera al suelo, estaba con los ojos abiertos y la mirada perdida, el gemelo del chico parecía que estaba muerto, volvió alzar su varita y mimetizó a Draco con los muebles del lugar. Viendo al anciano asintió con la cabeza, el profesor Dumbledore entendió el mensaje, apenas podía sostenerse por sí solo, y sin varita o hechizo pronunciado, formó un patronus que voló hacia la ventana, perdiéndose entre la negrura de la noche y la poca luz que desprendía la marca tenebrosa.

De pronto y sin ser invitados llegaron tres mortífagos Harry y Draco los reconocieron en el instante que pasaron el umbral de la puerta.

-¿Qué ha pasado Severus?- preguntó uno señalando el cuerpo del doble de Draco, - ¿No es el hijo de Lucius? creo que no le agradará el saber que su único hijo ha muerto

-¿Bromeas? se sentirá muy orgulloso al saber que Draco murió en el intento-, esta vez Harry, reconoció la voz de la mujer que iba entrando, era Bellatrix, de aspecto lúgubre, ella no tenía la máscara puesta, su mirada parecía la de una desquiciada, ni siquiera se inmutó al ver el cuerpo de su sobrino, parecía feliz- Siempre supe que Draco era muy débil, la pobre de Cissy sufrirá, pero es mejor esto, que el saber que su hijo era un cobarde- lo dijo señalando el cuerpo de su sobrino.

-¿Y bien Severus, qué esperas? ¿Vas a matar al viejo o lo hago yo?

-Severus, por favor- la voz del director temblaba.

A Draco le parecía casi imposible creer lo que su tía había dicho, y el ver que Snape apuntaba hacia el director.

Avada Kedavra!-

De la varita del hombre salió una luz verde que apuntó directo hacia el pecho del director, haciéndolo volar entre las cabezas de los mortífagos, cayendo al otro lado de las almenas perdiéndose de vista. Para los dos chicos parecía un sueño, el viejo director había sido asesinado por uno de los profesores del colegio, Harry gritó, pero no se escuchó gracias a su inmovilidad. Draco estaba tan asombrado de que su padrino fuera un asesino, el verlo fue demasiado para el joven rubio, que sentía ganas de vomitar, pero al igual que el Gryffindor, no pudo mover ni un pelo.

-Bien, es tiempo de irnos, hay que llevarnos el cuerpo de Draco, supongo que mi hermana querrá enterarlo.

-¡No hay tiempo, Bella, déjalo aquí como advertencia!, que los demás sepan que con el Señor tenebroso nadie puede y no hay favoritos- Snape pasó de lado de Bellatrix, rodeando el cuerpo del joven Slytherin, esbozó una sonrisa, que provocó que al mismísimo Draco se le erizara la piel.

Los mortífagos salieron de la torre, siendo el ultimo Severus Snape que dio un último vistazo hacia donde se encontraba Draco –Cuídate- y dicho esto salió de la torre, en cuanto Severus cerró la puerta de la torre, Harry sintió que podía de nuevo moverse, se quitó la capa de invisibilidad corriendo tras él, dejando a Draco en la penumbra de la torre.


Capítulo editado