The Secret
- No hagas esto más difícil – dijo una mujer alta de cabello negro recogido en una moña caía sobre su espalda con elegancia sentándose en la cómoda y grande silla roja detrás del escritorio central de la habitación – es una decisión tomada y punto.
- No me parece justo – el joven que la observaba desde la mitad de la inmensa habitación caminó furiosamente hasta el escritorio – no lo consultaste conmigo.
- Es lo mejor para ti.
- Quiero ayudar
- Si quieres ayudar, entonces no pongas más problemas y ve a terminar tus estudios.
- El problema es que yo quiero quedarme aquí y ayudarte.
- Sé que desde que murió tu padre las cosas se han complicado un poco, pero estaré bien.
- Mamá… - el joven miró a la hermosa mujer que estaba frente él, sentada detrás del inmenso mueble de madera tallada, la mujer de cabello negro y tez blanca, observaba a su único hijo varón con comprensión.
- Syaoran, es una decisión tomada y no hay marcha atrás – dijo su madre con autoridad, él bajo la mirada enojado, Ieran Li suspiro – hijo es una gran oportunidad, es una de las mejores universidades en Japón.
- Aún así mamá, quiero ayudarte con lo de la empresa, puedo estudiar aquí y ayudarte, pero si me voy…
- Dedícate a tus estudios Syaoran, lo que suceda aquí es mi problema y me encargaré de ello, no te preocupes – le dijo su madre con suavidad convenciendo al castaño, sus ojos de color como el chocolate se clavaron en el suelo y sabiendo que nada de lo que dijera lo salvaría de su destino, salió de la oficina de su madre.
Aquel momento no dejaba de rondar por su cabeza, suspiro resignado y abrochó su cinturón esperando el aterrizaje y cerró sus ojos recordando a su familia y su casa, iba a estar mucho tiempo lejos de casa y, para agregarle más sal al asunto, era en contra de su voluntad. Bajó del avión en silencio y siguió a la manada de gente que se dirigía hacia la salida, allí tomó su equipaje y observó con detenimiento a las personas que esperaban detrás de las transparentes puertas que daban paso a la gente para encontrarse con amigos y familiares, suspiro al ver un cartel con su nombre y se dirigió hacia él. Un hombre alto, de pelo negro que se escapaba debajo del sombrero de chofer y ojos oscuros, tomó el equipaje de Shaoran y lo guió hacia una limusina negra, el castaño lo siguió en silencio.
- Buenas tardes joven Li – lo saludo un hombre de pelo canoso y anteojos, Syaoran asintió con la cabeza y trató de sonreír, pero le fue imposible – mi nombre es Ryo y estoy a cargo de usted mientras Sonomi-sama regresa a casa, ella quería venir a darle la bienvenida, pero tuvo un pequeño inconveniente.
- De acuerdo – dijo Syaoran fingiendo estar interesado en por qué era la amiga de su madre no lo venía a recibir.
Después de eso, el recorrido hacia la residencia Daidouji fue tranquilo, el señor Ryo le explicaba los horarios de cada comida y la cantidad de beneficios que tenía vivir en Japón, también señalando sitios importantes que él debía conocer para poder guiarse y no terminara perdiendo, el joven observaba escuchando atentamente las recomendaciones y explicaciones del señor Ryo. Syaoran se sentó para observar mejor la casa Daidouji, las rejas de color negro se abrieron para dar paso al auto y mostrar el hermoso jardín que precedía a la casa, la fuente central hecha en mármol blanco lucía imponente frente a la entrada a la casa, la limusina se detuvo frente a las escaleras que llevaban a la puerta principal y el señor Ryo le indico a Syaoran que debían bajar.
- Hijo, esta oportunidad no las dejes pasar, aprovéchala, hay muchas cosas que tal vez no entiendas ahora, pero en el camino todo se irá aclarando, aunque las cosas se tornen oscuras no olvides quien eres y no te rindas, a partir de ahora todo va a cambiar, pero debes aprender a vivir con el cambio – las palabras de Ieran Li retumbaron en su cabeza al ver la inmensa puerta de madera abrirse para permitirle la entrada, no entendía porque su madre había hablado tan misteriosamente en ese momento, pero sabía que algo detrás de aquella conversación se ocultaba y su madre quería ayudarlo a que él lograra descifrarlo.
Sin esperar más Syaoran entró a la inmensa mansión que tenía frente a él, suspiro resignado recordando las palabras de su madre antes de subirse al avión y encaminarse a su nueva vida en Japón, no tenía de otra y sabía que era un reto acostumbrarse a ese nuevo lugar, el mayordomo le sonrió tratando de animar un poco al serio chico mientras ponía sus maletas cerca de la puerta y otros empleados se encargaban de recogerlas y llevar las maletas al segundo piso, Shaoran observó con detenimiento la limpieza y magnificencia que emanaba de cada parte de la casa, la blancura de las paredes combinada con una suave y sencilla decoración hacía de la casa un espacio agradable y relajante, la escalera con barandas de mármol a lado y lado se dividía en dos en la mitad, el mayordomo llamo de nuevo su atención guiándolo hacia la sala, el comedor y la cocina, él lo siguió con fingido interés, pero algo en verdad llamó su atención, una hermosa melodía que provenía del cuarto al lado de la sala, en un descuido de su guía se introdujo a la habitación. Jamás pensó que aquella hermosa tonada que emanaba de las teclas de aquel piano de cola era producida por una joven de pelo castaño claro, caía en cascada sobre su espalda, cerró sus ojos sin poder evitarlo debido al mágico poder de la melodía mientras sentía como la tranquilidad lo iba embargando por completo, la sensación de serenidad lo hacía sentir relajado y menos molesto de sus problemas. De pronto, la melodía dejo de sonar y Syaoran abrió los ojos de golpe.
- Tomoyo-chan… ¿eres tú? – preguntó con timidez y miedo la joven del piano, lentamente fue girando su rostro hacia él, si su voz le había parecido encantadora, ver su rostro lo había dejado sin aliento, su pelo combinaba a la perfección con su tez clara, sus finas facciones y su dulce sonrisa eran cautivantes, pero lo que más llamaba la atención de aquel castaño eran los ojos esmeralda que tenía aquella cautivadora joven, aquellas orbes verdes mostraban tanta dulzura y calidez que dejaron sin habla al joven.
- Señorita Sakura, disculpe si el joven Li la asustó – dijo la voz del anciano mayordomo, ella asintió y le dedico una sonrisa a Li, él se sonrojo y miró hacia otro lado.
- Soy Li Syaoran – se presentó él cuando recupero la compostura, ella volvió a asentir y a sonreírle.
- El joven Syaoran es el hijo de una de las amigas de Sonomi-sama y se quedará con nosotros para terminar sus estudios aquí en Japón – comentó el mayordomo, luego añadió – ella es la señorita Sakura, es la mejor amiga de la señorita Tomoyo y Sonomi-sama la quiere como si fuera su hija.
- Mi nombre es Kinomoto Sakura, mucho gusto en conocerte Li-kun – dijo ella inclinando la cabeza, él hizo lo mismo y al levantar de nuevo su rostro quedó atrapado por la cálida mirada de la chica.
- ¡¡Sakura-chan!! – dijo una joven de pelo largo negro, sus ojos de color violeta eran expresivos y dulces, ella se acercó a la joven que permanecía sentada en el banco y la abrazo - ¡Por Dios! Me asustaste Sakura, pensé que te había pasado algo – dijo ella mirando a su amiga con preocupación, la castaña solo sonrió y negó con la cabeza.
- Me encuentro perfectamente bien, de hecho el señor Ryo me estaba presentando al joven Li – dijo Sakura dirigiendo su mirada a su amiga.
- ¿Ah? – la amatista se giro para ver al mayordomo y al castaño - ¡oh! Hola Syaoran, pensé que llegabas más tarde.
- Mi madre adelantó el vuelo – dijo Syaoran de mala gana – de todas formas no importa Tomoyo.
- Ya veo… bien, discúlpame, debo acompañar a Sakura a su habitación – dijo ella, Sakura se levantó y tomó la mano de Tomoyo en silencio, en su rostro permanecía aquella dulce sonrisa, ambas salieron de la habitación sin decir más mientras un pensativo Syaoran las observaba perderse en las escaleras.
- ¿Vive aquí? – preguntó Syaoran mientras salían de la habitación, Ryo asintió con la cabeza - ¿y su familia?
- La señorita Sakura perdió a su familia en un accidente… recientemente, lo único que le queda es su hermano que está estudiando en Francia, no ha podido venir a verla a pesar del estado en el que se encuentra la señorita, así que Sonomi-sama se hizo cargo de ella y como aun le falta un año para la mayoría de edad, mi señora está buscando su custodia.
- Pero, supongo que algún pariente querrá hacerse cargo de ella.
- Me temo que no tenía más familia que su padre y su hermano.
- Entonces… ¿contra quién pelea la custodia? – preguntó confundido el castaño y el señor Ryo bajo la mirada con tristeza.
- El señor Clow Reed – contestó a la pregunta del joven, Syaoran lo miró incrédulo.
- ¿Clow Reed busca la custodia de esa joven? No lo creo.
- El padre de la señorita Sakura, Fujitaka-san, era muy amigo del señor Clow, nunca se casó y por lo tanto no tiene hijos, al parecer la señorita Sakura es como la hija que nunca tuvo y por eso quiere quedarse con ella, pero desconozco los motivos por los cuales un señor tan importante quiera como hija justo a la señorita Sakura, son solo suposiciones.
- Interesante – murmuro Syaoran y observó de nuevo las grandes escaleras que llevaban al segundo piso.
El señor Ryo, muy amablemente terminó de mostrarle la residencia Daidouji al nuevo inquilino, por último lo guió hasta su cuarto y haciendo una reverencia se retiro, Syaoran cerró la puerta de su nuevo cuarto y se dispuso a desempacar, sin embargo los suaves golpes en la puerta le indicaron que esto tendría que esperar un poco, con pereza abrió la puerta y se encontró con…
Sakura se dejó guiar por su amiga en silencio, aun estaba algo asustada por aquel nuevo chico, no sabía como era y no tenía ni idea como hacer para reconocerlo, eso le causaría problemas un poco, su amiga no se cansaba de hablar y reprocharle el no haberle avisado que iba a estar en el cuarto de música, estaba tan concentrada en sus pensamientos que se olvidó de las indicaciones de Tomoyo y trastabillo en el último escalón, cerró sus ojos por instinto y espero el golpe, pero solo sintió las manos de su amiga sosteniéndola para evitar que se cayera.
- Sakura te dije que faltaba un escalón – le dijo Tomoyo ayudándola a recuperar el equilibrio, Sakura rió apenada y asintió con la cabeza – trata de ponerme atención mientras memorizas la casa, no quiero que te pase nada.
- Estaré bien Tomoyo-chan – dijo Sakura sonriéndole para tranquilizarla – no tienes que preocuparte tanto.
- ¿Qué tal si no hubiera estado yo a tu lado? Te hubieras pegado muy duro y… ¿Cómo que no me preocupe tanto? Eres mi amiga – le dijo Tomoyo preocupada, Sakura bajó al cabeza y su sonrisa se torno triste.
- No siempre vas a estar ahí cuidándome Tomoyo...
- Mientras pueda lo haré – dijo ella con seguridad – ahora vamos que debes reposar, ya sabes lo que te dijo el médico.
- Pero, ya me siento mejor, además ya van a hacer 7 meses desde que… sucedió el accidente.
- Sakura, debes cuidarte mucho aun, el golpe fue grave y sabes todos los problemas que tienes ahora por no cuidarte bien, no quiero que empeoré tu estado de salud.
- Lo sé Tomoyo, siempre te preocupas mucho por mí, pero no quiero causarte problemas, ya me acostumbre a subir la escalera sin ayuda y a arreglarme yo sola.
- Aún así, estaré a tu lado mientras acaben las vacaciones y aunque regrese a estudiar, por las tardes estaré pendiente de ti.
- Gracias amiga – dijo Sakura abrazándola, ella sonrió y guió a su amiga a su cuarto.
- Bien, pero no me has contestado una cosa – dijo Tomoyo cerrando la puerta tras de sí, Sakura camino con lentitud tocando la pared hasta sentir su cama, luego se sentó en ella y se giro a ver a su amiga - ¿Cómo te pareció Syaoran?
- No lo sé – dijo Sakura bajando la mirada – tiene una voz preciosa, de eso estoy segura, pero no sé como es y me asusta, no quiero incomodarlo.
- Deja eso, Syaoran es un buen amigo mío y de Eriol, mi mamá le ofreció a su madre la estancia mientras él haga sus estudios aquí en Japón – comentó Tomoyo sentándose al lado de la castaña – tiene 19 años, pronto cumplirá los 20 y va para cuarto semestre de…
- ¿Ya termino la preparatoria? – preguntó Sakura asombrada – pensé que venía a terminar e iniciar la universidad… no que ya estaba en ella.
- Pues ya ves que no, de todas formas tú con 17 años pronto vas a terminar la prepa, inclusive primero que yo.
- Sí, pero lo mío es un caso especial – dijo ella y mordió su labio inferior tratando de evitar la tristeza.
- Sakurita… no pienses en eso, antes ponte feliz que haz aprendido y que estás saliendo adelante con todo esto.
- En eso tienes razón – dijo más animada la castaña – sin embargo aún no lo he 'visto' – dijo Sakura retomando el tema del nuevo joven.
- La curiosidad mató al gato ¿sabes? – dijo la amatista para luego reír, Sakura no pudo evitar unirse a su risa, su amiga siempre la animaba un poco y era su único apoyo en Japón, sabía que podía contar con ella en todo momento, además, Tomoyo era muy especial con ella, al ser ella una gran diseñadora, le hacía probar todos sus vestidos, pero su extraña manía era filmarla en todo momento, en esos momentos de verdad apreció haber podido observar las grabaciones de su amiga durante toda su infancia y juventud, cuando pararon de reír, Tomoyo miro de nuevo a su amiga y comenzó a describirle al nuevo inquilino, Sakura solo la escuchó atentamente mientras cerraba sus ojos y se imaginaba al joven que describía su amiga.
Syaoran se hizo a un lado y dejó pasar al sonriente joven que había venido a visitarlo, sus ojos, azules como el zafiro, reflejados en sus gafas mostraban curiosidad y serenidad, su cabello de un tono azul oscuro contrastaba con su blanca tez, camino hacia la silla frente al escritorio y se sentó mientras observo como el castaño suspiraba y tomaba sus maletas para desempacar.
- Parece que ya te acoplaste – bromeó el ojiazul mirando al castaño desempacar.
- Un poco, de todas formas no tengo de otra Eriol, no hay más opción – dijo Syaoran guardando en el armario sus chaquetas, Eriol suspiro y luego sonrió.
- Vamos, Syaoran, las cosas no son tan malas como crees, además la última vez que fui a visitarte no te pareció tan mala idea venir a Japón – comentó Eriol mientras recordaba su viaje a Hong Kong
- ¿Será porque eso fue hace 4 años y mi padre aun estaba vivo? – preguntó sarcásticamente Syaoran mirando a su amigo, este se encogió de hombros y volvió a sonreír.
- Bueno, es cierto, pero tienes que pensar que todo esto pasa por una razón, no existen las casualidades… solo lo inevitable – dijo Eriol en tono serio, Syaoran se giro a mirarlo, su madre le había dicho lo mismo antes de subirse al avión, un tono enigmático se había apropiado de la voz de Eriol al decir esa frase, luego retomo su postura de calma y sonrió otra vez – así que búscale el lado positivo.
- Ya lo dije, no hay de otra – dijo Syaoran volviendo a tomar algunas de sus prendas y guardarlas en los cajones, de pronto una duda lo asaltó y no pudo evitar que la pregunta saliera de sus labios – Kinomoto… ¿por qué vive aquí?
- Veo que ya la conociste – dijo Eriol sonriendo – aunque estoy segura que ella no quería que nadie la viera, es la consentida de la familia Daidouji, tanto por la mamá como por la hija, creo que son primas… como sea, Tomoyo la quiere demasiado y la cuida… como si fuera una muñeca de porcelana y de hecho lo es.
- Eso no responde a mi pregunta – dijo Syaoran bajando su maleta de la cama y sentándose en esta, Eriol lo observó y todo atisbo de broma desapareció de su rostro.
- Hace unos 7 u 8 meses Sakura sufrió un terrible accidente en el que murió su padre, ella estuvo en coma durante un mes y en varias ocasiones parecía que no iba a sobrevivir, sin embargo despertó, pero las cosas cambiaron para ella drásticamente.
- Un mes en coma…
- Desde entonces ha cambiado mucho, ya no es la dulce niña ágil, alegre y divertida que era, su mirada aunque sigue siendo dulce esta llena de tristeza y melancolía, se culpa constantemente por la muerte de su padre, ya no suele salir mucho y se ha dedicado a salir adelante en su nueva condición, Tomoyo y su mamá la han cuidado y apoyado desde entonces, pero también mi tío.
- Si, me sorprendió mucho saber que Clow Reed estaba interesado en su custodia, mi padre siempre dijo que era un hombre de cuidado.
- Lo sé, nunca da una puntada sin dedal, no sé que es lo que realmente hay detrás de todo, pero Sakura es un joven especial y temo que mi tío solo quiera utilizarla, antes era más fuerte, ahora es muy frágil y sensible.
- Vaya que es especial – dijo Syaoran mirando el cielo a través de la ventana, alguien tocó a la puerta asustando un poco al castaño – pase.
- Joven Li, pronto va estar la comida – dijo la joven mucama inclinando la cabeza, Syaoran miró el reloj sorprendido, no se había dado cuenta que ya eran las 6 de la tarde, el tiempo se le había pasado en un abrir y cerrar de ojos, asintió con la cabeza, luego la señorita miró a su compañero – Joven Hiragizawa, Tomoyo-sama lo esta buscando.
- ¡Oh! Ya veo, lo mejor será ir a ver que pasa – dijo Eriol poniéndose de pie, la mucama volvió a inclinar la cabeza y se retiro, Eriol se encamino a la puerta – no demoró.
- Tomate tu tiempo – le dijo Syaoran y el ojiazul sonrió para luego cerrar la puerta tras de sí y dejar al castaño completamente solo.
Hola, este es mi primer fic de ccs, espero que les guste y sean sinceros con todo sobre este fic, acepto ideas sobre la carrera de Syaoran, en eso si estoy algo mal, en fin... estoy abierta a todo tipo de sugerencias y comentarios, en verdad espero que les guste! Bye.
