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CRUITHNE

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Aclaración – Como ya he especificado en todos mis otros fics, ninguno de los personajes de Sailor Moon me pertenecen. Naoko Takeuchi es la dueña de todo. Yo solo escribo para perder el tiempo.

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La felicidad es una mariposa que, si la persigues, siempre está justo más allá de tu alcance sin embargo, si te sentaras en silencio, podría posarse sobre ti.

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CAPITULO

I

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-LO INEVITABLE-

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Nadie nos pertenece, salvo en el recuerdo.

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Desde tiempos remotos se ha dicho que el planeta Tierra se caracteriza por se el único planeta del sistema solar, junto a Plutón, que posee un solo satélite natural. Sin embargo, esto no es realmente así.

Cruithne… Es la segunda luna que rodea el planeta Tierra. Tarda 770 años en dar una rotación completa a su orbita, de manera que cada 385 años alcanza el punto mas cercano a la Tierra, a 15 millones de kilómetros.

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Cruithne, al igual que cada planeta del sistema solar, también es gobernado.

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Rey Tentei. Dueño supremo y gobernante querido por sus seguidores. Hombre bueno y amado por su familia. Su sueño siempre ha sido mantener la paz entre su gente.

Reina Shiori. Hermosa. Antigua princesa del único satélite natural de Plutón.

Y por ultimo, Príncipe Seiya. Hijo único y heredo a la corona. Muy pronto cumplirá veinte años, día en el que tendrá que comprometerse con una desconocida. Curioseando, siempre termina metiéndose en problemas ante los ojos de su padre. Y trabajando arduamente en convencer a su madre de su futura boda. La razón de su rechazo, era la chica a la que él quería.

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Nuestro sistema solar se encuentra en el brazo de una galaxia espiral llamada La Vía Láctea. Siendo la única gobernante de esta galaxia, la Reina Serenity siempre ha llevado la misión de paz y alianzas entre los planetas. Planetas que cuidan de ella y de su única hija, la Princesa Serenity.

Princesa Serenity. A sus diecisiete años, su corazón ya tenía dueño. Todas las noches sale al balcón de su habitación con la esperanza de que él regrese. Todas las noches ella lo vigila. Vigila a su amor imposible. Siempre se le ha dicho que entre la Luna y la Tierra no puede haber más que espacio, pero ella sigue sin entender.

Seguía soñando con el día en el que una Luna pudiera unirse con un planeta.

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"No lo haré de nuevo, Príncipe, no lo haré." Moviendo la cabeza de un lado a otro, Taiki, uno de los tres guardianes de aquel príncipe, se negaba rotundamente a hacer lo que se le pedía.

"Solo será esta noche." Volvió a insistir. "Prometo que hablare con mis padres mañana, cuando se den cuenta que no estoy en el palacio." Otra escapada nocturna. Cada vez eran más continuas. ¿Y como no? Si su princesa lo espera.

"La ultima vez no lo hiciste y el Rey a quien sanciono fue a mi."

"Pero prometo que esta vez lo haré. Dudo mucho que pueda hacer esto después de aquel compromiso tan…"

"Necesario." Taiki pudo hablar antes. "Sabes que son las reglas."

"¿Me vas a ayudar?" Ahora mas serio que antes, ante aquel recordatorio, Seiya pregunto cruzando los brazos.

"Yo te ayudare." Ambos voltearon en dirección a la puerta. "Yo si te ayudare."

"No lo harás." Taiki, de inmediato, respondió. "El Rey no aprueba esto y lo sabes. No podemos contrariarle."

"Taiki…" Yaten, el segundo guardián del príncipe, coloco su mano derecha sobre el hombro de su amigo. "No se por que te niegas cuando sabes perfectamente que terminaras haciéndolo. Siempre haces lo mismo." Sin recibir respuesta, volteo a ver a Seiya. "¿A que hora nos vamos?"

Seiya, dibujando su única sonrisa de triunfo, camino hacia la puerta. "Media noche." Y salio de la habitación de Taiki.

"Lo siento Taiki." Tratando de ocultar su sonrisa al ver la expresión de Taiki, Yaten encogió los hombros. "Ordenes…son ordenes." Hasta salir y cerrar la puerta, fue cuando pudo reír incansablemente.

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"Necesito verlo…por favor." Con una de esas miradas de suplica, la Princesa Serenity no hacia mas que pensar en como convencer a sus cuatro guardianas. "Por favor, Venus, yo se que tu si me ayudaras, ¿Verdad?"

Aquella guardiana casi salta de su asiento al escuchar su nombre. ¿Por qué siempre tenia que meterla a ella en problemas? Recordando las últimas palabras que la Reina Serenity le dijo, Venus no hizo más que bajar la cabeza. "Lo siento, Princesa."

Serenity abrió los ojos de par en par. ¿Su mejor cómplice se estaba negando? Era imposible de creer. "Esta bien." Molesta, la princesa se puso de pie. "No me ayuden, pero si mañana no me encuentran en el palacio y descubren que estoy muerta…será su culpa." Salio corriendo de su habitación. Las cuatro guardianas se miraron unas a las otras y sin pensar mas, salieron corriendo tras su princesa.

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La Tierra es el planeta más hermoso del sistema solar. Pero su gobernante no lo es tanto. El Rey Nissho nunca estuvo de acuerdo con que fuera la Luna la regidora de esa galaxia. Él no buscaba otra cosa más que el poder. Por esta simple razón, la Tierra se excluyo de los demás planetas buscando su propio regimiento.

La Reina Mitsuko siempre ha querido parar esa pequeña guerra entre la Tierra y su satélite superior. Pero nada funcionaba.

El heredero a la corona terrestre es su único hijo, Endymion. A pesar de pensar en todas las ideas posibles, para este príncipe cada vez le era imposible salir de su planeta. No sin antes pasar por la seguridad de sus cuatro guardianes y de su padre. Endymion siempre supo que nunca debería de hacer ningún tipo de contacto con la Luna o los demás planetas. Supo que estuvo mal conocerla pero ahora ya era tarde. A sus veintiún años, el corazón de Endymion ya latía por alguien más…y no era precisamente su prometida.

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La galaxia más brillante, desde nuestra Vía Láctea, es la Gran Nube de Magallanes. Es predominantemente visible desde el hemisferio sur. La Gran Nube de Magallanes es la segunda galaxia más cercana y vecina de la Pequeña Nube de Magallanes. Es una de las once galaxias enanas conocidas, que orbitan nuestra Vía Láctea. Es una galaxia irregular compuesta por una barra de viejas y rojas estrellas, nubes de jóvenes estrellas y una brillante región de formación.

Un solo hombre gobierna esta galaxia, desde el planeta Kinmoku, y es el Rey Rikyu. Siendo un hombre exigente pero bueno y recibiendo la mejor propuesta por parte de un planeta llamado Tierra, el Rey Rikyu accedió en comprometer a su única hija a pesar de las peticiones que ella le hacia.

Ruegos y peticiones fueron suficientes. Kakyuu llora todas las noches, al recordar aquel compromiso. A sus dieciocho años, su corazón solo le gritaba el nombre de un príncipe lunar. Son pocas veces las que ha tratado a su prometido, suficientes para saber que no es nada comparado al hombre de su corazón.

Olvido las advertencias de que un planeta y una luna jamás podrían estar juntos.

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"Buenos días, padre." Mientras saludaba, el príncipe se arrodillo ante el Rey.

"Endymion, ¿Tan pronto?"

"¡Endymion!" La reina salio corriendo del palacio. "Has regresado antes de lo planeado." El príncipe se puso de pie y recibió el abrazo de su madre. "¿Por qué?"

"Madre, Padre." Miro a uno y luego al otro. "El rey Rikyu ha hablado conmigo y…" No quería continuar.

"¿Ocurre algo?" La reina se expreso mientras se llevaba la mano derecha al pecho. "¿La princesa? ¿Cómo esta tu prometida?" Esa palabra hizo que Endymion bajara el rostro.

"Bien…esta bien." Volvió a pausar. "Pero…" Definitivamente no quería continuar. "Pero…el rey ha querido…" Segundos fueron los que pasaron antes de que continuara. "…Adelantar el compromiso." Ambos reyes se miraron, sorprendidos.

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"Padre, por favor." Los preciosos ojos rojizos de Kakyuu estaban llenos de lágrimas, tanto que ni siquiera podía ver bien a su padre. "Por favor."

Levantando la mano, su padre le seco unas cuantas lágrimas. "Yo se que no es precisamente lo que tu quieres pero…"

"Pero él no me quiere…y yo tampoco."

"Son nuestras reglas, Kakyuu, nuestras tradiciones……con o sin amor."

La princesa lentamente asintió, sin querer hacerlo. Minutos después entraron sus tres guardianas, al recibir la señal de aquel soberano.

"Vamos, princesa." Maker ayudo a Kakyuu a ponerse de pie. Las cuatro salieron para que la princesa fuera escoltada a su habitación.

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"¿Me ha mandado a llamar, majestad?" Seiya reverencio adecuadamente a su padre.

El rey se puso de pie y camino hacia su hijo. "Así es." Hizo una breve pausa. "Tu madre y yo viajaremos esta noche." ¡Que bien! Viajaran y así no se darán cuenta de los planes que el joven príncipe ya tenia en mente.

Seiya no evito dibujar una pequeña sonrisa en sus labios. "¿Y quieren que yo me quede a cargo?" Ambos reyes se miraron. Seiya nunca ha querido 'quedarse a cargo' de las obligaciones del reino.

"No." Le respondió de inmediato la reina. "Tu vendrás con nosotros." La mini-sonrisa del príncipe desapareció por completo. Él no quería ir, ¿Qué hay de su escapada esta noche?

"No…no creo que me puedan necesitar para algo. Ustedes viajan por…"

"Para conocer a tu prometida." Su padre hablo antes de que él terminara. "Pensamos que es mejor que te familiarices con ella…antes del compromiso." Eso si molesto a Seiya.

"Yo no quiero conocerla." Replico de inmediato. "¿Para que conocerla ahora si voy a compartir el resto de mi vida con ella?" Y eso era lo que mas le molestaba. "Padres, yo respeto las decisiones que se hacen en Cruithne y en la galaxia. Me casare con una desconocida para que la dinastía lunar continué. Solo pido poder seguir con mi vida hasta el día de mi cumpleaños." La seriedad del joven llevo a sus padres, después de varios minutos, a asentir con la cabeza, dudando. Un simple "Gracias." Susurrado fue la respuesta de su hijo.

Nada ni nadie impediría que esa noche se escapara para ver a su princesa de fuego.

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La princesa Serenity entro con cautela al salón del trono, en donde su madre la esperaba. "Estoy aquí, madre." La dulzura y respeto con la que se caracteriza esa princesa hizo que su madre se pusiera de pie.

"¿Estas lista, Serenity?" Su voz fue dulce pero a la vez exigente.

"N…O." Dudo pero al final la princesa pudo contestar. "Lo siento." De inmediato bajo la cabeza.

Al ver que su hija estaba por llorar, la reina camino hasta llegar frente a ella. "Sígueme." La princesa hizo lo que se le ordeno. Ambas llegaron al recinto 'prohibido'. Era el lugar en el que el corazón de la galaxia reposaba. El cristal de plata brillo intensamente al sentir la presencia de ambas. "Yo también tuve miedo." La reina tomo con delicadeza aquel cristal. "Pero después, cuando el cristal te muestra tu camino, no habrán mas lagrimas."

La princesa no pudo evitar llorar. "Tengo…miedo." Pausó y levanto el rostro lleno de lágrimas para ver a su madre. "No quiero este compromiso."

La reina dejo que el cristal flotara por si solo para que llegara frente a su hija. "Tómalo y dime que te hace sentir."

Serenity hizo lo dicho. Al tomar el cristal, de inmediato cerró los ojos. "Nada." Sus ojos permanecieron cerrados unos segundos mas, al abrirlos se dio cuenta que el cristal ya no estaba frente a ella, estaba de nuevo en las manos de su madre.

"El miedo no es un sentimiento digno de una princesa. Tu valentía y amor alimentaran el cristal por siempre. Mientras no puedas despertar estos sentimientos, el cristal te rechazara. Cuando estés lista…" Dejo el cristal en el mismo lugar del que lo había tomado. "…El cristal se regalara a ti."

Serenity, de alguna manera, sabía que ese día jamás llegara.

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"Llevo una hora esperando."

"Paciencia, Príncipe, la Tierra solo cuenta con veinticuatro horas." Neflyte y Malachite, rieron ante el comentario de Zoisite. "Es imposible viajar y lo sabes."

"No seria imposible si ustedes no estuvieran de parte de mi padre." Endymion comenzaba a molestarse. Lleva una hora tratando de convencer a sus guardianes de viajar pero ellos no hacen más que negarse ante la petición. "Bien si no quieren acompañarme…iré yo solo."

Jadeite, de inmediato se puso de pie. "Sabes que te acompañaremos."

"Para eso somos tus guardianes." Le siguió Neflyte, sabiendo que, posiblemente, tendrían problemas por esto.

"Además……será la ultima vez." El recordatorio de Malachite entristeció a Endymion.

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"¿Pero ahora?"

"Si, Healer, ahora." Kakyuu tomo un enorme abrigo y se lo puso. "No perderé mas tiempo sin ver a Seiya antes de esa boda."

"Pero…" Fighter estuvo por protestar de nuevo pero se detuvo al ver que los ojos de su princesa eran mas rojos de lo usual…había llorado mucho. "Preparare todo."

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"Ni lo piensen…no cuenten conmigo." Lo sabían. Yaten y Taiki sabían que seria imposible convencer al tercer guardián.

"Entonces te ordeno hacerlo." Seiya hizo gesto de autoridad.

"No funciona. Aun no eres el rey así que no me puedes dar ordenes." Sentado, sin tratar de moverse, seguía persistente ante su puesto de guardián.

Ya era tarde, media noche estaba por llegar, y aquel guardián aun no quería cooperar.

"Aunque hay una manera de que les ayude." Al menos dio una mínima esperanza.

"¿Cuál?" Preguntaron al mismo tiempo.

"Que ustedes dos…" Señalando a Yaten y Taiki. "…Hagan todos los trabajos que el rey quiera que haga, por un mes." Los otros dos se miraron y después voltearon a ver a Seiya. "Saben que sin mi…ustedes no podrán salir." Les recordó. "Hay que usar la inteligencia para salir de Cruithne y ustedes dos solos, no tienen la necesaria." No era que no fueran inteligentes pero sus compañeros no tuvieron más opción que solo asentir con la cabeza. El último guardián se puso de pie. "Bien, vamonos."

Seiya volvió a sonreír al lograr lo casi imposible…convencer a Haruka de otra escapada. Cada vez era más difícil.

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¡Hola!

Creo que me emocione con los universos alternos. Espero les guste este nuevo proyecto. Aclaro que aquí nadie tiene doble. Separe a las Sailors de Seiya, Taiki y Yaten. No pude resistir la tentación de no poner a Haruka, pero aclaro que Haruka no es Uranus y es hombre.

No se cuanto me tome actualizar pero igual espero que les guste.

Díganme, por favor, que opinan. Esperare sus reviews.

¡Gracias!

♥…Serenity Kou…♥