Aquello era penoso, Midorima nunca pensó que caería tan bajo que tendría que recurrir a internet para encontrar la solución a sus problemas amorosos, gracias a Dios lo que estaba haciendo no era buscar pareja por internet ni nada por el estilo, sino algún tipo de consejo para parecer sexy delante de Takao. Había terminado buscando aquello en Google ya que su otra alternativa era preguntarle a Aomine o Kise, y realmente no sabía que opción era peor de las dos, así que optó por internet ya que así al menos no pasaría la vergüenza de tener que pedirle consejo a alguno de esos dos.

Tras algunos minutos de búsqueda encontró algo, aunque no entendía el por qué de aquel consejo parecía que resultaba efectivo, así que decidió ponerlo en práctica la próxima vez que fuese a casa de Takao.

- Shin-chan...- Le llamó el moreno mirándole fijamente.- Si tienes hambre solo avísame y te traeré algo, no hace falta que te comas el plástico de las gafas.- Informó intentando aguantarse la risa al ver a Midorima mordiendo una de las patillas de sus gafas intentando parecer seductor como las típicas secretarias sexys (No tan suavemente como debería sino de una forma que pareciera que de verdad se las quería comer).

- ¿Eh? N-No tengo hambre, Bakao.- Respondió el mayor frunciendo el ceño aún sin sacarse las gafas de la boca.

- ¿Entonces?

- Estoy intentado...

Crack.

Midorima acababa de quedarse con la mitad de la patilla en la boca y con el resto de las gafas en la mano. La tarde acabó con Takao riéndose a carcajadas, no sabía si más por la cara de desconcierto de Midorima al ver que había roto las gafas o al enterarse de la razón de por qué las mordía, y con Midorima gritándole que ahora tendría que ayudarle a volver a su casa a ciegas.

Moraleja: Si eres un tsundere y necesitas consejos de seducción pregúntale a tus amigos de secundaria y deja a Google en paz.