Every Moment

—¿Harás nampa? —cuestionó su amiga—. O sea, pregunto, por cómo vas vestida, ¿A qué sitio irás?

—Pues… la que hará nampa no seré yo, pero aprovecharé la oportunidad —respondió tomando un abrigo de su armario para ponérselo y dar un par de medias vueltas para ver cómo le quedaba—. ¿Te gusta?

—¿No eres tú la diseñadora? —cuestionó nuevamente antes de levantar su vista y ver la mirada de su amiga con una ceja levantada. Suspiró—. Oye, Sora, ¿tienes alguien en mente o solo es una aventurilla con cualquiera?

Ambas rieron.

—No tengo a nadie en mente, pero tampoco es que me iré con cualquiera. —despeinó un poco a la castaña a lo que esta gruñó. Amaba oírla gruñir. Tomó un labial y pintó sus labios hasta que estos se tiñeron de aquel color—. ¿Quieres que te traiga algo, Mimi?

—¿Qué tal si me voy a mi casa en tu carro? ¿Sí? —dio una pequeña sonrisa cuando su amiga le fulminó en cierta manera con la mirada—. Ouh, vamos, Sora, te lo devolveré intacto, por favor.

—¿Y cómo me iré a Roppongi?

—Taxi. —otra mirada fulminante—. Ya sé que no quieres que te vean en esos lados porque eres figura pública, pero vamos, toda figura pública tiene que tener su escándalo, ¿no?

La pelirroja pareció mirarle unos momentos de pie a cabeza antes de suspira y alzar las llaves de su auto en señal de entrega —Sin un solo rasguño. — su amiga chilló por un momento para luego tirarse en la cama de espaldas. Ella solo negó con la cabeza divertida. Marcó el número de un taxi y cuando este llegó, sonrió—. Ya me voy. Cierra bien cuando te vayas. Te amo. —tomó sus llaves y salió.

—¿Y si mejor intentamos otra cosa? —cuestionó el castaño mientras colocaba sus manos en su chaqueta antes de mirar a su alrededor; la multitud de personas paseando a prisa—. Digo, no es como si esto fuera lo más divertido.

—No seas así, mira cuántas chicas lindas. —su vista se fue a un grupo de tres chicas, en donde una de ellas lo miró y rio de manera coqueta—. Chicas lindas. Chicas, principalmente, ¿sabes lo que es eso?

El castaño suspiró mientras se llevaba una de sus manos a su frente en modo de frustración, mientras el otro chico que andaba con ello se arregló sus lentes y guardó su celular en el bolsillo—. Según he leído, este no es el lugar apropiado para las conquistas, ya que las mujeres suelen andar de prisa. Es mejor una cafetería, bar o discoteca. —Ambos miraron al mayor de manera extraña—. ¿Qué? Soy el mayor de los tres, tengo que encargarme de investigar para que esto funcione.

—Claro. —asintió su amigo castaño—. Yamato, como dijo Joe, este lugar es algo incómodo, mejor vamos a un bar.

—Taichi, amigo. —colocó una de sus mano en el hombro del castaño, este solo se limitó a mirar la mano antes de fulminar a su rubio amigo, no tenía que ser un adivino para saber lo que diría—. Son mujeres, lo que necesitas. Últimamente estás muy tenso, relájate. —ante tal discurso, el castaño tomó la mano ajena con dos de sus dedos, como si esta fuera un trapo sucio—. Ah, mira a esa chica, ¿por qué no vas y ligas con ella? —señaló a una chica que hablaba con un hombre. Los tres miraban atentos.

—Quizás es para trabajo de kyabakura, leí sobre eso también.

—Bueno, señor lector, ¿quisieres ser el primero en ir a coquetear?

—No, me niego a hacer esto de ligar. —dio un paso hacia atrás acomodando sus lentes.

—¿Y tú, Taichi? ¿No quieres ligar con esa chica? —le golpeó el brazo un par de veces con su codo mientras le mostraba una sonrisita fastidiosa.

—No, yo solo vine porque creí que la pasaríamos bien.

—La pasaremos bie…

—Juntos. —interrumpió al final.

La sonrisa del rubió se extendió por su cara antes de reír. —¿En serio no participarán? —hubo silencio por parte de los dos chicos restantes. —Está bien, soy el primero. —dicho esto, se fue caminando hacia la chica, la cual había terminado de hablar con el hombre y estaba mirando la tarjeta que este le había dado. —Hola… —levantó su mirada abruptamente al escuchar la voz ajena. —¿Te molestaría si vamos a una disco y bebemos? Sabes, un rato especial.

La chica pareció mirarlo por un rato, analizándolo un poco de arriba abajo, era un chico guapo, alto y de cabello rubio. Le pareció que el chico era muy astuto en esto, demasiado, pero no arruinaría su noche de de diversión. —Sí, claro. Me gustaría.

—¡Wow! Genial. —exclamó sorprendido mientras colocaba sus manos en los bolsillos. Miró a los lados y luego sacó su celular. —¿Me das tu número? Por si quieres acordar otro día.

—No, gracias. No me gusta, no suelo hacerlo. —negó con sus manos para luego tomar al chico de la camisa. —Vámonos, conozco un bar cerca de aquí, amigo. —le guiñó el ojo con una sonrisa coqueta antes de comenzar a andar con el chico a rastres.

Mientras los dos comenzaba a ir hacia una dirección, dos chicos miraban como su amigo había conseguido una cita sin siquiera haber pedido mucho.

—¿Ves eso, Joe?

—El poder de ser atractivo.

Al llegar a la discoteca, el olor a alcohol los golpeó. Miraron a los alrededores, las personas bailaban pegado, mientras otras bebían, el lugar era muy animado y muy iluminado. Parte de la vida nocturna japonesa en un lugar de diversión.

—Vamos a sentarnos. —le sugirió ella sin soltarle la camisa y caminar hacia una mesa a sentarse. —Y dime, ¿qué haces?

—Pues, estoy sentado contigo. —contestó antes de reír. Sí, un chiste totalmente malo para ella.

—Preguntaba a qué te dedicabas, tu trabajo.

—Ah, soy cantante, tengo una banda. ¿Nunca nos has oído? Somos famosos.

—¿Cantan rock? No me gusta el rock, ¿cómo se llaman?

—Somos los Knife Of Dawn, realmente somos buenos. Sí no te gusta el rock, realmente cuando nos escuches, empezará a gustarte. —ella asintió un poco extrañada, Hubo un silencio incómodo entre los dos, realmente él era aburrido para ella. —¿Tu cabello es pelirrojo natural? —cuestionó, a lo que ella tocó su cabello un poco antes de asentir con su cabeza y el silencio reinó nuevamente entre ellos. —Yo… voy al baño, te voy a traer una cerveza, ¿sí? Ya vuelvo.

Ella miró cómo él se iba y solo quedó apoyar su cabeza en su mano en señal de aburrimiento. —Gracias por preguntarme.

Ya después de 10 minutos (y de pedir dos piñas coladas), decidió irse al ver que el chico no se disponía a volver, y no fue hasta que se pudo de pie que pudo ver a lo que parecía su acompañante hablando con dos chicas como si ellas fueran su cita. Lo olvidaría, de seguro ellas sí lo sabían quién era él porque chillaban de emoción. Patético.

Salió de la discoteca y se dispuso a volver a las calles de Roppongi para ver con quién podía pasar el rato.

—Oye, Joe, no sabía que por esta zona vendían takoyaki. —expresó antes de tomar el pequeño palillo, incrustarlo en la bola y meterla en su boca. —Y son deliciosos. —habló con la boca llena.

—No hables con la boca llena, Taichi, es de mala educación. —le regañó para así poder uno de los takoyaki en su boca y comerlo con cuidarlo. Miró al chico y luego su comida, el pack era de seis bolas de takoyaki y en menos de dos segundos ya llevaba la mitad del pack vacío. —¡Taichi, come con cuidado, te puede dar indigestión!

El chico rio antes de tragar y darle un leve golpe con la palma de su mano a su amigo de lentes en la espalda. —Tranquilo, Joe, no me pasará nada… Wow, oye, ¿esa no es la chica que estaba con Yamato? —ambos la miraron sorprendidos, generalmente cuando se hablaba de chicas y su rubio amigo, las cosas no acababan tan rápido. —Creo que viene hacia acá. Creo estamos en problemas. —ambos se quedaron mirando como la chica caminaba hacia ellos. Quizás entre los dos esperaban lo peor, pero lo que no se imaginaban fue a ella tomando al moreno del cuello de la camiseta y llevándoselo con ella, haciendo que al él se le cayera el pack de takoyaki.

El chico de lentes se quedó pasmado al ver tal escena. —No. Sí claro… Nos vemos mañana.

—Entonces… —ella lo miró intrigante mientras bebía de un poco de su sake. —Jamás me habían hecho gyakunampa, de verdad.

Ella rio divertida y dejó el mini vaso de cristal encima del mostrador. —Eso no fue gyakunampa, de verdad.

Miró el lugar un par de veces antes de mirarla a ella. —Chicas como tú en lugares como estos, ¿por qué? —tomó su pequeño vaso de cristal y bebió del sake que había en este.

—¿Qué tiene de malo? Es entretenido, y más si tienes buena compañía. —llevó su dedo índice a la mano del chico que estaba en la barra de bebidas; él la apartó de inmediato en señal de nerviosismo, ella le dio su espacio.

—¿Crees que soy buena compañía? Mis amigos dicen que soy aburrido porque ya no hago este tipo de cosas.

—¿Aburrido? Pues yo sí estaba con un chico aburrido, nuestra plática fue de tres minutos, sobre él. Tú en cambio no lo eres, te ves y eres interesante.

—Wow, eso sí es un alago. —la chica volvió a rellenar su vasito de cristal para beber, él en cambio se tomó unos leves segundos para mirarla. No se veía mal, le gustaba, aquel vestido entallado no le dejaba para menos, pero negó con su cabeza ante tales pensamientos. —¿Cómo te llamas? Me gustaría saber tu nombre, no pienses que no eres interesante.

—Como me llame, creo que no importa mucho. —ambos rieron ante el comentario y terminaron de beber sus tragos cuando una nueva música sonó por las bocinas del lugar. —Bailemos. —sugirió y fue entonces que lo tomó de la camisa para arrastrarlo a la pista de baile y mezclarse con las demás personas que bailaban.

Ella empezó con movimientos sensuales, pero lentos, él en cambio se quedó mirándola por unos segundos, recordó aquellos días de desenfreno donde baila hasta altas horas de la noche, diversión desenfrenada. Cerró sus ojos y respiró profundo para calmarse, pero los abrió al sentir como algo tocaba su brazo, los abrió y se encontró con ella mirándolo con una ceja alzada, él le sonrió de vuelta y le tomó de la cintura para bailar con ella, a lo que esta siguió.

Quizás lo que decía su amigo Yamato tenía razón, necesitaba soltarse más y ese día era para eso, decidió que lo mejor era dejarse llevar solo por esa noche. Bailaron durante un buen rato y entre movimientos sensuales por parte de ella, fue que sus manos llegaron a tocar levemente su trasero, haciendo que se separar de él para mirarlo. No supo si fue el alcohol o la excitación por parte del baile de la chica contra él, pero lo que sí supo fue que quería besarla, no sabía de dónde venían las ganas, pero quería. La tomó de los hombros suavemente y así poder acercar sus labios a los de ella, pero ella lo apartó suavemente colocando su mano en el pecho de él.

Se miraron por unos segundos antes de que ella se acercara para tomarle de las manos y entrelazarlas. —¿Quieres ir a un lugar más privado? —él entendió el sentido de la pregunta, pero no dijo nada por unos breves segundos.

—Sé de uno, ven… —y sin esperar respuesta de parte de ella, la tomó del brazo para salir a casi a empujones de la disco. Un pequeño desliz no le haría mal.

Cuando él abrió la puerta de su departamento, no se molestó en encender la luz, la pelirroja se encargó en besarle el cuello apasionadamente, mientras sus manos de aferraban a los anchos hombros del castaño.

Él por su parte, la tomó de la cintura antes de acariciar todo su cuerpo, apretando levemente su trasero por un momento antes de separarla para cargarla y hacer que ella rodeara las caderas de chico mientras él le besaba el cuello y le mordía las clavículas levemente.

Caminó con la chica encima hacia su habitación para sentarla a la cama y quitarle el cierre que estaba en la espalda y así darle espacio a sus suaves y blancos pechos, a los que no dudó en llevarse a la boca uno mientras acariciaba el otro con movimientos suaves y circulares, apretando el pezón ajeno de vez en cuando con su índice y su pulgar, eso hacía que de la boca de ella salieran suspiros. Cerró sus ojos, echó su cabeza hacia atrás y colocó su diestra en la cabeza del chico para acariciar sus cabellos en señal de lo que hacía se sentía realmente era placentero, pero dejó escapar un pequeño grito al sentir que su pezón había sido mordido por el contrario, pero no le dijo nada, solo le haló un puñado de cabello, él solo rio.

Cuando terminó de chupar y mordisquear, la miró por unos momentos y se acercó a besar sus labios, pero ella lo apartó nuevamente, era obvio ella no quería besarlo, y estaba bien, podía "aceptarlo". La tomó de los hombros y le dio un leve empujón para que cayera de espaldas a la cama mientras él aprovechó para quitarse la camisa y la camiseta que quedaba debajo de esta. Se desabrochó el pantalón mas no se lo quitó. Se posicionó encima de la cama a horcadas para terminar de quitarle lo que quedaba del vestido, ella no se opuso, pero se separó un poco de que diera el siguiente paso. Se puso a horcadas igual que él para quedar frente. Su boca empezó a besar nuevamente el cuello, pero fue bajando hasta sus clavículas, donde las mordió con levedad; siguió bajando hasta llegar a los pezones de él, donde los besó y los mordió en venganza a lo de cuando él lo hizo, pero él solo rio porque no había que ser adivino para saberlo. Ella siguió besando mientras sus manos bajaron despacio por su cintura hasta llegar a sus caderas, pero se dio el lujo de acariciar y apretar el trasero del chico un par de veces, a él le pareció algo realmente atractivo de ella y un tanto coqueto; dejó de apretarlo y dirigió sus manso al pantalón del chico para bajarle le cierre para introducir su mano izquierda y tomarle por encima de la tela del bóxer el miembro semi erecto del contrario para acariciarlo y así terminar de ponerlo erecto.

Dejo de acariciarle para bajarle los pantalones hasta las rodillas. Él la separó cuando consideró que era suficiente de sus caricias, se terminó de quitar los pantalones y sin más, volvió a la cama. Se sentó y ella se sentó encima de él a horcadas, podía sentir perfectamente como el miembro del chico le hacía presión en su entrada. Acariciaron la espalda del otro mutuamente mientras sus sexos se frotaban energéticamente y fue cuando entre suspiros de ella, aprovechó para besarla, ella al principio puso resistencia, pero luego se dejó llevar por el momento y decidió no preocuparse tanto.

Él apretó el trasero de ella para hacer presión hacia abajo y sentir mejor su húmeda entrada. Luego de unos muy breves minutos, la acostó en la cama y se posicionó entre sus piernas para introducir sus dedos en la entrepierna de la chica; primero uno, luego otro, ella en cambio empezó a suspirar por las acciones del chico, tomando entre sus puños un poco de las sábanas de la cama, pero lo que no se esperó fue cuando la lengua ajena entró en contacto con su clítoris. Le fue casi imposible no lanzar suspiros más ruidosos, aquello se sentía realmente bien.

Taichi escuchaba a la contraria expresarse, le encantaba ese sonido, pero necesitaba más, mucho más. Sus dedos comenzaron a moverse con más rapidez y con un poco más de rapidez, empezó a escuchar que esos suspiros se convertían en suaves gemidos, pero necesitaba más, por lo que aumentó la velocidad de sus acciones, pero se detuvo cuando consideró que la chica ya estaba lo suficientemente húmeda, se quitó sus bóxer y dejó al aire su miembro, el cual estaba más erecto.

La pelirroja se echó un poco para atrás para que él tuviese espacio de subir, elevó su cabeza y cuando vio el pene del chico, pudo sentir cómo sus mejillas se sonrojaban, era algo prominente. Él se colocó en la cama de rodillas entre las piernas de la chica, la acomodó mejor y así finalmente penetrarla. Ella suspiró ante tal contacto. Todo empezó despacio, pero al poco tiempo sus penetraciones se volvieron más precisas y rápidas. Tomó a la chica de las piernas para alzarla un poco y tener un poco más de control sobre lo que hacía. Se detuvo por un momento antes de dejar las caderas de la chica en la cama y acomodarse para acostarse encima de ella y poder penetrarla nuevamente, ella aprovechó la cercanía para colocar sus manos en la espalda de él y clavar sus uñas en la piel del moreno con cada embestida, haciendo que se enterara más cuando sentía que el intruso en su interior la penetraba.

Sintió como las uñas de la chica en cierta forma le daban placer, enterrándose cada vez más en su espalda y arañándolo. Tomó como pudo ambas manos de la chica para juntarlas con una mano y mantenerlas así como pudo para tener el control pleno de lo que pasaba, pero no contaba con que ella usaría sus dientes y mordería su hombro izquierdo, sintiendo una descarga de placer inmensa, dejando escapar un leve gemido. Le gustaba aquello. La besó y ella no se opuso, sino que le correspondió.

Las penetraciones se hicieron más intensas y con ella los suspiros y gemidos no se hicieron esperar y así continuaron por un rato más; el calor los invadía, sudaban y sus cuerpos chocaban. Ya cuando el final se acercaba, él colocó una de sus manos en el cuello de ella despacio, ella por el contrario colocó ambas manos en la muñeca del chico. Él fue apretando cada vez más alrededor del cuello de ella. La pelirroja comenzó a toser levemente, aunque debía admitir que todo aquello se sentía de una manera más satisfactoria, pero también estaba asustada, el solo pensar que podía morir a manos de él, no le agradaba para nada. Empezó a toser y arañar levemente la mano; cerró sus ojos y justo cuando pensó que era el final para ella, se vino totalmente, gimiendo totalmente. No fue hasta un par de embestidas más que se corrió en ella, dando un grotesco gemido al mismo tiempo que soltaba el cuello de la chica. Se acostó al lado de ella mientras ambos trataban de regular sus respiraciones. Giró su cabeza para ver a la chica y se dio cuenta que ya estaba dormida, la miró por un momento antes de bostezar, estaba cansado, había consumido mucha energía y necesitaba reponerla. Cerró sus ojos y se dispuso a dormir, mañana sería otro día.

Despertó cuando su cuerpo ya no quiso descansar, restregó sus ojos antes de bostezar, se sentó en la cama y antes de pararse, vio que su ropa estaba en una silla, no estaba doblada, pero al menos ya no estaba en el piso.

Se cambió y antes de salir de la habitación, dio una rápida mirada a la habitación, era grande, y estaba algo desordenada, pensó que era lo típico para un hombre, entonces cayó en cuenta que era muy probable el que él fuera un soltero, no veía rastros de que estuviese en una relación o algo. Se encogió de hombros y salió del cuarto.

Notó que el chico estaba sentado en el sofá, gritando por un gol, se encontró un poco raro aquello y justo cuando iba pasando cuando un grito de él la asustó, lanzando un pequeño grito, haciendo que él girara para mirarla, bajando el volumen de la TV para dirigirse a ella. —Buenos días. —le dijo con una sonrisa, a lo que ella correspondió el saludo. La miró de arriba abajo y supo de inmediato que ya se iba. —Veo que dormiste bien y ya te vas. ¿Ya quieres decirme tu nombre? —ella solo lo miró por un rato antes de caminar hacia la puerta. —Qué grosera. —susurró.

Abrió la puerta y salió del lujoso apartamento y se echó contra la pared. La migraña la estaba matando.

Nampa: Es una técnica japonesa para ligar en donde los hombres se ponen en grupo y uno a uno va hacia una chica para ligar y pasar la noche.

Roppongi: Es un lugar de Japón; junto con Ginza, son los lugares donde más se hace nampa por su vida nocturna.

Gyakunampa: Es nampa, pero hecho por mujeres, es poco probable, pero igual existe.

Takoyaki: Es una comida japonesa, tiene forma redonda y hay de diferentes tipos, el más común es de pulpo. Se come con palillos pequeños

Kyabakura: Significa "hostess". Un hostess es un oficio para atender pasajeros en aviones o trenes, como las azafatas.

Creo que ya es todo, pero si quieren obtener más información de lo que es el nampa, pueden ir al vídeo de nekojitablog "¿Cómo ligar en Japón?"

Espero poder subir el próximo capítulo pronto. Zài jiàn