CeroPositiva
Disclaimer: Los personajes pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer, yo sólo juego con ellos, pero la trama es completamente de mi autoría, por favor digan no al plagio.
Estar enfermo es algo horrendo, tu ánimo decae, tú no eres la misma, simplemente no tienes ganas ni de vivir cuando estás muy mal... ahora imagina vivir enferma, siempre pendiente de tomar tus medicamentos a la hora correcta, cuidándote de no resfriarte porque podrías llegar al hospital. ¿Linda vida no? Pues eso exactamente es mi forma de vivir. Me llamo Isabella Swan y soy seropositiva.
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¿Porque yo? ¿Por qué de entre los miles de millones de personas en el mundo tuve que ser yo? ¡Joder! ¡Era solo un bebé! Nunca le había hecho daño a nadie, nunca pude hacerlo, por la simple y sencilla razón de que acababa de nacer, era solo un bebé. Pero la puta que se hacía llamar mi madre había tenido que ser una estúpida y contagiarse de esta horrible enfermedad.
— ¡Bella! ¡Hora de levantarse!— escuchó a su padre desde el piso inferior
Isabella Swan o Bella era una joven de veinte años muy hermosa, tenía un sedoso cabello caoba que hacia resaltar su nívea piel, no era un chica voluptuosa, pero tenía las curvas suficientes para considerarse atractiva. Aunque su distintivo eran sus ojos, pues ella era poseedora de un par de ojos azules que cautivaban a todos.
Ante el mundo era la chica perfecta, ella era buena estudiante, muy popular en el instituto, tenía amigas que la querían, un padre al que adoraba y una madre... madrastra, muy buena. Además de un hermano que era demasiado sobreprotector con ella. Bueno, esa era la versión que conocían la sociedad en la que ellos vivían, porque solamente su familia conocía la verdad.
Bella decidió que ya era momento de salir de su nube negra y enfrentarse a un día más. Se levantó de la mullida y cómoda cama para caminar hasta su baño, donde tomó una relajante ducha, y al salir se vistió con un par de jeans ajustados, una blusa sin mangas color negra, acompañada de su chaqueta de piel roja, y para complementar su atuendo, se colocó unos botines de tacón alto en color rojo.
El rojo era su color... era su símbolo, siempre llevaba algo en ese color, ya fueran sus labios o en su ropa; desde que pudo navegar en la internet y encontró aquel artículo supo que ese era su color. Afortunadamente nadie se había dado cuenta de que siempre llevaba algo rojo, y lo agradecía porque no iba a poder explicarlo.
Bajó al comedor minutos después de haber cepillado su cabello y haberse colocado algo de maquillaje, encontró el cuadro de la familia perfecta. Yo no encajo aquí pensó amargamente. Pero sonrió un poco cuando las miradas se posaron en ella
—Buenos días Bella durmiente — se burló Seth de de su hermana cuando esta entraba al comedor
—Buenos días para ti también flacucho— le contestó Bella con una sonrisa
—Sientate Bella, he preparado waffles y un poco de jugo de naranja especialmente para ti— comentó Sue, su madrastra.
Sue era una mujer increíble, pues ella conoció a Charlie cuando Bella tenía apenas unos meses y aun no sabían nada de su padecimiento; Charlie un día la llevó a su casa y le presentó a su hija, que en ese entonces era un hermoso bebé de ojitos azules.
Él le dijo que no podía obligarla a querer a un bebé que no era de ella, pero Bella era su prioridad; Sue conmovida por las palabras de Charlie, tomó al pequeño bebé que era Bella y la acunó entre sus brazos "Es nuestra ahora Charlie, si me lo permites, yo quiero ser una madre para ella" le dijo Sue, y así lo había sido, pues aunque Bella sabía la verdad, era a Sue a quien llamaba "mamá" porque en lugar de salir corriendo como la otra, ella se quedó, aún cuando al año de edad diagnosticaron a Bella.
Bella le sonrió y asintió en agradecimiento, caminó hasta su lugar en la mesa, al lado izquierdo de su padre, siempre se sentaba ahí. En una charolita de aluminio reposaban dos pastillas diferentes y un vaso con agua.
—Tómalas antes de que comas— indicó su papá, Charlie Swan, como cada mañana desde que tenía memoria
Bella asintió, tomo ambas pastillas, las metió a su boca y con ayuda de un poco de agua, las tragó. Y en ese momento, Sue le llevaba su desayuno.
—Gracias mamá— agradeció Bella con una sonrisa
—¿Por qué ella obtienene Waffles y yo una tortilla?— cuestionó Seth
—La vida es injusta, tal vez el karma está regresándote algo— comentó Bella
—Si el karma se llama Sue, y es madre del guapísimo Seth y la flaquis Bella, entonces si, es el karma cobrándome el no haber lavado los platos anoche— se rió Seth y Sue le dio un zape—¿Por qué me pegas?— le preguntó
—Eso si fue el karma cobrándose lo de ayer— declaró Sue
Charlie y Bella comenzaron a reír, cada día era así en la casa de la familia Swan, Sue regañando a Seth por no hacer sus deberes del día anterior, y Bella y Charlie riéndose de sus regaños.
Esa era la familia Swan, Charles Swan era un padre amoroso, complaciente algunas veces, pero sobre todo protector; él era un arquitecto respetable y de gran prestigio en la ciudad en la que vivían; Chicago. Sue era la segunda pareja de Charlie, pero era su primera esposa, ella era ama de casa a tiempo parcial y una gran decoradora de interiores el resto del tiempo. Seth era el menor de sus dos hijos, tenía casi dieciocho años y era todo un don Juan en el instituto, su padre quería que al igual que su hermana mayor, Isabella, siguiera en el negocio de la arquitectura, pero esa no era la vocación de Seth, el chico estaba empeñado en estudiar medicina, y a su padre no le quedó más que apoyarlo.
Terminaron de desayunar entre bromas, y Seth inmediatamente se fue al instituto, Bella se iba media hora después, por lo que Charlie lo vio como una oportunidad para hablar con ella, necesitaba decírselo por mucho que no quisiera.
—Renée llamó— habló Charlie cuando Bella estaba ayudando a Sue con los platos
—¡No me digas! ¿Que quería la puta esta vez?— preguntó Bella enojada
—¡Bella! Cuida tu vocabulario— la reprendió Sue
—Lo siento mamá, pero yo no tengo porque respetar a esa mujer, y a las personas se les llama por lo que son— se defendió Bella
—Bella, quieras o no es tu madre, por mucho que no queramos— objetó Charlie
—¡Bueno, ya! ¿Que quería la "señora"esa?—dijo Isabella con desdén
—Quiere que vallas a Seattle...—
—¡No, no, no y no! ¡Me niego a hacer algo por esa mujer! ¡¿Que pretende?! ¿Que yo deje la escuela así como así solo para ir a verla? Pues no, si vuelve a llamar dile que no iré— sentenció Bella interrumpiendo a su padre
—Renée no quiere que vallas a verla a ella—
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—¡Bella! ¡Te extrañe mucho!— gritó Rosalie en cuanto Bella bajo de su auto
—Te vi el viernes Rose, es imposible que me hayas "extrañado mucho" en sólo dos días — contestó Bella irritada
—¡Oye! Hoy vienes medio limonsita ¿no?— le contestó su amiga levantando una de sus cejas perfectamente depiladas
—Lo siento Rose, pero no tuve muy buena mañana— se disculpó Bella, porque de ninguna manera tenía que sacar su molestia con ella.
—¿Que pasó? Sabes que puedes decirme— la animó Rose, acercándose a ella y rodeándola con su brazo
Y Bella fue salvada por la campana, o mejor dicho, por la entrada de un Posrche amarillo al estacionamiento.
El auto pertenecía a Alice Cullen. Alice y Rosalie Hale eran sus mejores amigas, pues cuando llegó a Chicago, quince años atrás, ellas fueron las primeras que le brindaron su amistad, y con el paso de los años y el hecho de que vivían muy cerca, esa amistad fue creciendo y llegaron a verse como hermanas.
—¡Alice! Es bueno verte, el Caribe te trató bien ¿eh?— saltó Bella en cuanto su amiga bajó de su auto, acompañada por su novio y hermano de Rose, Jasper Hale.
Irónicamente, los novios de sus amigas eran el hermano de la otra; pues Alice salia con Jasper, el hermano mellizo de Rosalie. Y Rosalie salia con Emmett, el hermano mayor de Alice. Muchas veces las chicas bromeaban con Bella, diciéndole que ojalá le llegara a una de ellas un hermano o medio hermano guapo para ella; Bella siempre reía y les decía que estaba bien sola.
—¡Hola Bellis! ¡Rose! ¡Las extrañe mucho estas vacaciones!— les dijo Alice eufórica
—¿Como estuvo París?— preguntó Rose después de saludar a su cuñada
—París se canceló, y a que no adivinan la razón— comentó Alice
—¿Qué pasó?— preguntó Rosalie curiosa
—¡Hola chicos!— gritó Emmett Cullen, hermano de Alice y novio de Rosalie
—Hola Emm, ya se me hacia extraño no verte al rededor de Rose— comentó Bella burlona
—Tenía que ir por los horarios antes de que la dirección se abarrote de los nuevos— contestó Emmett muy pagado de si mismo por su idea
Él les entregó una hoja de papel con sus nombres, las materias que tomarían ese semestre y las horas; Emmett y Rose estaban estudiando medicina, aunque Emmett iba dos grados por delante de su novia; Alice estaba en diseño de modas, Jasper en Ingeniería Civil y Bella en Arquitectura. De modo que todos asistían a edificios diferentes.
—¡Mierda!— murmuró Bella al darse cuenta que su primera clase comenzaba pronto— Me voy, los veré para almorzar si coincidimos, tengo clase en diez— explicó
Los chicos asintieron, le desearon suerte y ella se fue.
El edificio de Arquitectura no estaba muy lejos, pero el salón al que iba quedaba en el segundo nivel, y eso le dejaba muy poco tiempo para llegar y encontrar un lugar vacío donde ubicarse.
Caminó lo más rápido que pudo, pero a la vez iba pensando en lo ocurrido esa mañana, ¿porque cuando pensaba que su vida no podía ser peor, algo llegaba y le decía "¡Ey aquí estoy! ¡Vengo a joderte más!"? pero Bella presentía que ese era el peor de sus días, y lo peor de todo es que recién comenzaba.
—¡Auch!— se quejó cuando sintió el golpe contra otra persona
—Lo... lo... lo siento... no... no... no te vi— se disculpó la persona con la que había chocado
—¡No importa!— contestó Bella, tomando su carpeta rápidamente y la hoja con su horario que le tendía la persona con la que chocó—¡Joder! ¡Voy tarde! Adiós— le dijo Bella sin verlo y subió corriendo al segundo piso.
Llegó unos minutos después al salón donde tomaría su primera clase, afortunadamente aun no estaba lleno y ella pudo elegir un asiento hasta el fondo del salón.
—Hola primor, ¿Puedo sentarme aquí? — saludó Mike Newton a Bella
—Jodete Mike, ve con Jessica y que te den— espetó Bella
—¡Hey cariño! ¡Yo solo quiero sentarme junto a ti! Pero si quisieras, podríamos formar la tercera parejita de tu grupito— propuso el chico con una sonrisa
—A volar Mike, ¿no has aprendido en quince años la palabra "no"?— preguntó Bella molesta, lo único que le faltaba era que se pusiera meloso
Mike se fue de su lugar, dejándola sola nuevamente. Pronto entró el profesor al salón, el profesor Smith era el favorito de Bella, le encantaba la forma en la que explicaba sus temas, además de que era un amante de las matemáticas al igual que ella.
—Buenos días jóvenes, muchos ya me conocen, pero para los que no, soy el profesor Smith, impartiré la cátedra de Cálculo durante todo el semestre, y de una vez les aclaro, la persona con la que están sentados será su pareja de trabajo durante todo el semestre— indicó, paseando la vista por todo el salón— señorita Swan, ¿sola nuevamente?— preguntó
—Si señor Smith...— Bella iba a agregar algo pero dos golpes en la puerta la interrumpieron
—Lo... lo... lo siento... soy nuevo aquí — habló el chico desde la puerta
El chico nuevo era todo un adonis desde los ojos de Bella, su cabello cobrizo que a simple vista parecía indomable y sus ojos verdes eran únicos, el verde que poseía era un verde esmeralda precioso que la cautivó. Pero algo en esa voz tan tersa y su forma de hablar, le resultó familiar.
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¿Que les ha parecido? Este capitulo es el más corto que verán, pero necesito saber si el tema de este fan fic les resulta cómodo, yo sé que muchas veces somos sensibles a estos temas, porque en algunas sociedades aún se considera como Tabú. Por eso quiero saber su opinión.
Promocional: Les recuerdo que podrán encontrar adelantos, fotografías y mucho más referente a este y a mis otros Fics en el grupo de Fb Bella Readers (link en mi perfil)
Besos desde México, Bella.
