The Vampires Diaries - Diarios de Vampiros no me pertenecen.
Hola a los que se les apetezca leerla, es mi primera historia de TVD, es como UA porque no tiene nada que ver con la serie, pero verán que algunos personajes son lo que eran en esta. Espero les guste.
Despertando
Sí, la rutina era perfecta, precisa y la música que había escogido lograba que no quitaras los ojos de las muchachas en esos pequeños uniformes vino con blanco. Caroline miraba con una sonrisa de completa satisfacción todos estos acontecimientos. El mes trabajando en ello había valido la pena, esta noche, aunque el equipo no ganara el juego, todos los espectadores quedarían más que conformes y estimulados con las animadoras.
Desvió la mirada a l reloj en su muñeca derecha y con asombro descubrió que había pasado hora y media desde que empezaron.
—Bueno chicas, créanme, nosotras seremos las verdaderas estrellas esta noche— su sonrisa se hizo más grande mientras pronunciaba estas palabras a la vez que las muchachas detenían sus movimientos— Eso fue todo, descansen y nos veremos en unas horas.
—Caroline, dulzura, ¿sabes que se llama inicio de temporada, de futbol y no de animadoras verdad?— escuchó decir al muchacho que se coloco a su lado cruzando los brazos.
—Tyler, querido, primero que nada no me llames dulzura eso déjaselos a tus ligues de una noche y segundo cuando pierdan y tengan ganas de llorar no van a tener que preocuparse porque nadie los vea, todos los ojos estarán puestos en nosotras—la pequeña y delicada mano de la chica se deslizo lentamente hasta su rubio cabello, el cual coloco detrás de su hombro izquierdo en un presumido movimiento.
—Lo que tu digas Care, pero te advierto ten cuidado al dormir no vaya a ser uno de estos días te aplaste tu colosal ego— el chico se empezó a reír al ver que ella fruncía su ceño con insistencia y cruzaba sus brazos como si lo que había dicho hubiese sido una completa injuria a su persona.
— ¡Eso no es verdad!— exclamó mientras sacaba su lengua tal cual lo haría si tuviera seis años y le hubieran llamado fea.
— ¿Qué son estas muestras de madurez a estas horas?—una nueva voz se unió a la conversación.
— Matty podrías, por favor, decirle a Tyler que soy un ejemplo de modestia y sencillez— los azules ojos de la chica se movieron hacia el nuevo individuo en la conversación levantando una ceja de forma acusadora y mandona.
—Bueno Caroline, tú, tienes un gran corazón— Matt evito reírse al pronunciar esas palabras a la vez que despeinaba su rubio cabello como signo de nerviosismo. La risa de Tyler no se hizo esperar bajo la mirada airada de Caroline.
— ¡Matt!
— ¡Chicos! ¿Por qué tantas risas?— preguntó Bonnie llegando al lugar junto con Elena, ambas saludando a los dos muchachos presentes.
—No es nada solo otro de los ataques neuróticos de Caroline.
—No, no estoy teniendo nada, es sólo que quiero que todo sea perfecto, ya saben el primer partido el inicio de nuestro último año aquí, tiene que ser un año perfecto.
—Care debes relajarte, las cosas serán como tienen que ser, no te preocupes más de la cuenta.
—Lo sé Elena. Bueno debo ir a casa los veo en la noche.
—Si también debo irme nos vemos.
Caroline sonrió mientras miraba a sus amigos marcharse en direcciones diferentes, los recuerdos acudían a su cabeza como una de esas películas en blanco y negro con música de fondo melancólica. Realmente deseaba que su último año fuera inolvidable para todos ellos, se conocían desde niños el terminar juntos la preparatoria era uno de sus más grandes deseos.
Los observo marcharse a cada uno de ellos Elena con su largo y lacio cabello castaño que danzaba con cada paso que ella daba junto con esos ojos negros que miraban con suavidad a cualquiera de ellos, hacían de su amiga de la infancia alguien a quien todos querían tener a su lado. La forma de sonreír de Bonnie no había cambiado desde que perdió su primer diente a los siete y sus ojos verdes seguían siendo el perfecto contraste contra su piel chocolate. Tyler seguía siendo el mismo cabron que jalaba sus trenzas, con esa sonrisa de suficiencia y sus despeinados cabellos negros. Y Matt, que continuaba como el chico bueno de bonita sonrisa que hacia relucir sus celestes ojos. El deseo de Caroline era que fueran realmente felices durante todo el año, ya que para eso era justamente el año de graduación.
Sonriendo se dirigió a su auto y empezó a andar hasta llegar a su casa, su solitaria casa. Desde que su padre se había ido a otra ciudad al ella tener doce su casa era más tranquila que nunca; ya que ella era prácticamente su única habitante. Su madre, la sheriff, apenas paraba en su supuesto hogar para comer. Caroline se preguntaba que tanto disturbio podría haber realmente en un pueblo como Mystic Falls, donde nunca pasaba nada raro y todos se conocían. Quizás simplemente era que su madre no quería pasar tiempo con ella, no se llevaban de las mil maravillas y ella misma tenia gran parte de la culpa.
—Bueno… ¿Qué podemos comer?— pregunto al aire la rubia mientras inspeccionaba la alacena, quería comer algo ligero para poder sentirse bien durante el juego por lo que se decidió por colocar cereal de colores en un tazón agregarle leche y empezar a alimentarse. Después del juego, independientemente del resultado se realizaría una fiesta en lo de Tyler por lo que si le agarraba hambre comería allí pizzas o algún otro aperitivo.
Cuando termino lavo todo y se recostó en el sofá a ver Friends, esa serie se podría llegar a ver cien años después y seguiría siendo igual de genial, la pregunta de cómo le quedaría un estilo Rachel paso como una abeja en busca de polen por la cabeza dorada de Caroline.
—Quizás...—exhalo como un suspiro tocando su cabello. Continúo viendo televisión hasta las cinco cuando decidió por fin entrar a tomar un relajante baño. Debía estar perfecta esa noche. ¡Era como la presentación a los nuevos! Ella, bueno todos los de ultimo año mandaban. Ese pensamiento la hizo reír, quizás si estaba un poco neurótica como la acusaban sus amigos.
A las seis y media partió de nuevo a la prepa lista para empezar a derrochar espíritu y porque no belleza por el lugar. No termino de bajarse del auto cuando escucho a Elena y Bonnie llegar junto a ella.
—Bien chicas ¡Debemos hacer un juramento!— exclamo eufórica abrazándolas.
— ¿De qué hablas Care? No me digas que empezaste la fiesta en casa— la voz de Elena sonaba divertida pero sin ocultar el ligero tono de reproche.
—Como se te ocurre, mamá olería cualquier cosa ilegal antes de poner sus dos pies en la entrada— rodo sus ojos con lo obvio, también divertida.
—Bueno gracias a eso, todavía sigues en el mundo de los vivos— la risa de la morena después de las palabras de Bonnie no se hicieron esperar. —Bueno, ahora si ¿de qué juramento hablas Care?
—Ya sabes Bonnie, como esos que hacen en las películas clichés que tanto nos gustan, porque este año sea el mejor de todos, ¡que nuestra amistad florezca!¡No lo sé! ¿Qué les parece intercambiar algo entre nostras?—pregunto la rubia completamente entusiasmada con su nueva idea.
— ¡Oh! Me parece una idea genial— Elena ya se encontraba quitándose el brazalete que le dio su mamá como regalo de sus dieciséis y lo intercambio con Caroline
— ¿Estás segura Elena?
—Claro, mamá dice que es para encontrar el verdadero amor o eso le dijo el vendedor, yo todavía no lo encontré pero quizás haga su magia contigo—la sonrisa de su amiga transmitía que aunque no creía en eso, esperaba que ella encontrara felicidad.
—Está bien, Bonnie— su sonrisa se hizo nostálgica mientras colocaba el collar que su padre le dio a los diez en el cuello de la chica.
— ¿Estás segura Care? Te lo dio tu papá.
—Claro que si, el siempre envía regalos para mi cumpleaños, aparte este pequeño accesorio espanta a los demonios de la noche de ti— apenas termino de decirlo carcajadas salieron de su boca, quería a su padre pero podía negar a estar un poco loco, menos mal eso no le quitaba el buen gusto, el collar era realmente bonito.
—Dado que tu no conociste a ninguno estoy segura me protegerá. Bueno, Elena, toma, póntelos siempre pensé que se ven mejor en ti y según mi abuela hacen que la tierra cuide tus pasos— Bonnie coloco los aretes en las orejas de su amiga con una sonrisa
— ¿Es cosa mía o las tres provenimos de familias de locos?
— ¡Caroline!— las tres se sonrieron con complicidad mientras veían a Matt llegar con ellas.
—Bueno, bueno basta a los secretos de chicas y si realmente quieren ser las estrellas de la noches vayan a preparase en la entrada.
— ¡Vamos! ¡Timberwolves!
El partido termino en empate, pero no importaba porque tal como lo predijo Caroline ellas fueron las estrellas. Ahora mismo estaba yéndose a los de Tyler cuando la rubia toco su muñeca y noto la falta del brazalete que Elena le había entregado hace dos horas.
—Adelántense ustedes, olvide algo— al ver a sus amigos asentir con la cabeza ella volvió rápido al campo, esperaba encontrarlo, de otra forma sería una mala forma de mantener un juramento y lo más importante se lo había dado su mejor amiga.
Fue al lugar de las animadoras y a cuatro pies busco por todo el césped. Estaba comenzando a desesperarse cuando lo vio, brillando enfrente suyo. Lo tomo y con cuidado lo volvió a colocar en su muñeca.
—Vaya te ves completamente sabrosa desde aquí—una voz llego a sus oídos
— ¿Por qué eres tan vulgar Tyler?
— ¿Lo soy amor?— Caroline, quedo paralizada mirando su mano, esa no era la voz de su amigo, esta tenía un marcado acento inglés. ¿Quién era el que estaba detrás de ella? y ¿por que de repente sentía tanto miedo? Su cabeza empezó a girar lentamente pero nunca llego a ver su objetivo ya que todo se volvió completamente negro.
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Mystic Falls, un pequeño pueblo en Virginia, completamente pacifico y normal a simple vista. ¿Quién diría que era un lugar tan preferible para los seres como él? Bueno, en cierta forma alguna vez fue su hogar, miles de años antes. Una sonrisa vacía apareció en su rostro mientras miraba por la ventana. Quería tomar un descanso, y que mejor que este lugar para hacerlo. Pero así también como era un pueblo pacífico a simple vista, si empezabas a explorar te encontrabas con fanáticos de muchas cosas, algunos realmente desagradables. Debía de ser discreto en esto.
La puerta detrás de él se abrió en un estruendo y él pudo apreciar por medio del reflejo el rostro enfadado de su pequeña hermana.
— ¡Nick! ¿Por qué vinimos aquí? Es demasiado aburrido— la voz de su hermanita era tan tranquilizante como un vaso de deliciosa verbena.
—Rebekah, amor, yo vine aquí porque quiero estar aquí. — su voz sonó tranquila y calculadora mientras giraba su cuerpo. —Ustedes por el contrario vinieron porque les gusta ser ¡una maldita molestia!— grito con demasiado fuerza las últimas tres palabras, sus hermanos menores lo matarían antes de que exista siquiera una forma de hacerlo.
—Ya, ya. Iré a ver si alguna fiesta o algo en este lugar.
—Se cuidadosa cariño. O clavare una estaca en tu ya muerto corazón.
—Ninguno más que el tuyo— la voz sonó amortiguada debido a la distancia entre ellos al ver a su hermana partir. Decidió seguir contemplando las estrellas cuando la puerta volvió a abrirse con demasiada fuerza.
— ¡¿Ahora qué Rebekah?! — se permitió estar sorprendido al encontrarse ahora con su hermano pequeño cargando lo que parecía una rubia animadora.
— ¡Hey confunde pero no ofendas!— la sonrisa de Kol fue como la del gato del cuento de Lewis Carroll. — Te vi bastante aburrido, ya sabes, con esa aura deprimente que tu emanas. Y entonces como soy tan buen hermano pensé: Que mejor que una animadora, ya sabes, para levantar los ánimos— La risa de Kol llegó a sus oídos mientras él se le acercaba y apreciaba a detalle al sujeto en cuestión.
—Tu estupidez, mi querido hermano, continua incuestionable a pesar de los años; pero así también, tu buen gusto— Klaus detallo a la chica en brazos de Kol, como el artista que era detallando una nueva obra. Era bellísima, su cabello de caireles de oro, su piel blanca cual porcelana, un rostro de muñeca y cuerpo encantador ataviado en esas pequeñas ropas propias de las épocas actuales. La nariz de la muchacha se frunció graciosamente un momento mientras seguía en su estado de inconsciencia a la vez que sus mejillas se sonrosaban, claro signo de la latente humanidad en ella; como así también lo era el constante latido de su arteria carótida taladrándole los oídos.
La tomo de los brazos de su hermano mientras este sonreía socarronamente, sabiendo haberlo complacido. Se sentó en el sillón con ella en su regazo y la miro imperturbablemente a la vez que colocaba sus cabellos, realmente suaves, detrás de su oreja.
—Comprobemos amor, si eres tan exquisita como aparentas— su voz se torno ronca al final, mientras sus ojos oscurecían al grado de la oscuridad total marcando parte de su rostro. Sus colmillos crecieron y con velocidad se acercaron al cuello de la chica perforándolo, el delicioso sabor lo deleito solo segundos antes de que una descarga de insoportable dolor lo hiciera separarse del cálido cuerpo dejándolo en el sofá y a él parada a una corta distancia. La muchacha continuaba durmiente.
— ¿Qué sucedió? ¡Verbena!— la voz exaltada de Kol sonó mientras se acercaba a la rubia.
—No lo creo— y era verdad, la verbena no era nada comparado con el dolor que sentía recorriendo su cuerpo. —Es algo mucho peor, si es que tengo la razón.
— ¿De qué hablas Nick?
Klaus se acerco veloz a la chica y rasgo un poco de su traje en la parte delantera dejando expuesto una pequeña parte del pecho izquierdo.
—Ahí esta— justo entre el pecho y el esternón, el lugar donde internamente latía su corazón, en la piel se marcaba una frase.
—Finemque potentia caeli.
— ¿Qué acabas de decir? No entiendo
—Mi querido hermano, que platillo más conveniente fuiste a escoger. ¿Sabes lo que ella es?
— ¿Cómo piensas que sería capaz de saberlo si tu no me iluminas?
— ¡El poder del cielo! Pequeño Kol—grito mientras tomaba las solapas de la camisa de hermano zarandeándolo. —Acabamos de despertar su marca protectora.
—No tengo idea de que estás hablando Niklaus. Y si es tanto problema matémosla y ya.
—No podemos tocarla. Pero anda porque no lo intentas— Sus furiosos ojos azules miraron a su hermano ordenándole que lo hiciera. Kol se acerco a la muchacha intentando abarcar su cuello con las manos y al siquiera rozar su piel la suya empezó a arder.
— ¡Que mierda!— Kol miraba atentamente su mano.
—Es una cazadora hermanito, una realmente especial.
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Bueno pues este va a ser el primer capitulo y espero guste para poder continuarlo. Realmente amo la pareja de Klaus - Caroline y su EPICO tratare de ser tu ultimo amor. Esa frase la hizo mi pareja favorita. También amo a Delena (como pareja) pero también adoro a Stefan pero solo jaja. Me servirían consejos o sugerencias. ¿Les gustaría incluir a Kol en una disputa por la rubia favorita?. Espero sus comentarios.
Saludos.
