Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto.
Aviso: Esta historia participa en el reto De amor y otras tribulaciones del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
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De viajes y cuentos
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Era mediodía cuando salieron de la taberna.
— Ah… siempre es bueno darse un descanso en las tabernas —dijo la única chica del grupo.
— ¿Lo dices por la bebida o porque te encontraste con Sai? —preguntó curioso Naruto.
— ¡Ja! Como si a mí me interesara ese vampirito carente de emociones. Además, tiene a la cerda-ninfa de Ino —contradijo ella.
Sakura era una guerrera que había sido entrenada por la legendaria Tsunade Senju, una mujer con carácter de sobra, adicta al alcohol y violenta. No era muy experta cuando el asunto trataba de faldas y esas cosas pues, vamos, con semejante hacha en su espalda, ropas pesadas y botas que bien podrían ser del tamaño de su cabeza —que ya era adornada por un casco lleno de púas—, no resultaba ser muy femenina que digamos.
— Solo bromeaba, Sakura-chan —dijo el rubio alzando las manos en señal de defensa, no quería que las cosas fueran a mayores para después recibir un buen golpe en la cabeza.
— Olvídense de eso chicos —les dijo un hombre vestido con una túnica azul, tenía el cabello plateado tapándole el ojo izquierdo, un pedazo de tela cubriéndole la cara hasta la nariz y encima de su cabeza reposaba un sombrero enorme del mismo color.
Era Kakashi, el mago de los Mil Hechizos.
— Vean —les volvió a decir, arrodillándose en el suelo y extendiendo un mapa—. Ayer recorrimos el Bosque de la Muerte —señaló con un dedo el dibujo de un árbol con carita triste—, luego logramos atravesar el Pantano de la Perdición y finalmente llegamos aquí —vieron la figura de un lago verde con carita confundida y un pato al final, se extrañaron por eso y voltearon para ver a la taberna.
— ¿El Patito…Mudosito? —leyó Naruto, bastante confundido.
— Como sea —carraspeó Kakashi, volviendo la vista al mapa—. Ahora solo falta ir por uno de estos dos caminos —todos voltearon a ver el mapa y como decía el mago, el camino se dividía en dos. El de la izquierda mostraba un lindo puente mientras que el de la derecha era un laberinto.
— ¿Pero el puente no estaba medio roto? —cuestionó Sakura.
— Sí, y del laberinto nunca ha podido salir nadie…o al menos regresar —añadió Sasuke, quien no había hablado hasta ahora porque el maldito autor de ese libro no había reparado en él.
...
— ¿De verdad dice eso, papi? —preguntó asombrada una niña de no más de cinco años de edad.
— Tú solo sigue oyendo el cuento, Sarada.
La niña asintió, sonriendo por las sabias palabras de su padre.
...
Sasuke era un ser de la nobleza, perteneciente a una especie que, por siglos, había sido digna de respeto. Él era, de entre su especie, uno de los pocos híbridos entre elfos y usando una capa verde musgo en todos los viajes que hacía y llevando consigo un arco hecho por elfos de los bosques del norte, junto con incontables flechas a su espalda.
— Ya, ya. Eso lo decidiremos cuando lleguemos —intervino Kakashi, enrollando el mapa y metiéndolo en su sombrero mágico. Poniéndose de pie.
— ¡Bien, vamos Sasuke-kun, Naru…! —la chica de ojos jade se quedó de piedra al ver al rubio.
— Aww, ¿quién es un buen chico? Sí, tú lo eres, tú lo eres 'dattebayo—canturreaba el guerrero mientras acariciaba con su mano izquierda por debajo de la mandíbula a lo que parecía ser un dragón pequeño de color rojo. Este, en toda respuesta, soltaba pequeñas llamas azules, contento por los cariños del Uzumaki.
— ¡Naruto! ¡¿Qué demonios estás haciendo?! ¡Deja al pobre animal y vámonos! —le gritó Sakura, señalándole con el dedo el enorme castillo que se alzaba a lo lejos.
— Eh, chicos… —habló por lo bajo el de vestimentas azules, viendo como Sakura lanzaba gritos en contra del rubio, Naruto lloriqueaba porque había espantado al pequeño animalito y, Sasuke, en contra de todo sentido común, miraba su espada como si fuese lo más interesante del mundo.
Soltó un suspiro de cansancio y, chocando su cetro de madera contra el suelo dos veces, logró callarlos, llamando su atención.
— Vámonos.
...
Caminaron bastante tiempo hasta que, al fin, lograron ver que el sendero se dividía en dos.
— Mmm —el del sombrero puso una mano bajo su barbilla, pensando. Había dos letreros delante de ellos. El de la izquierda decía "Castillo" mientras que el de la derecha decía "Aquí no hay ninguna Rapunzel".
— ¿Qué camino tomamos? —preguntó Naruto.
— Solo hay una forma de saberlo —afirmó Kakashi, asintiendo con la cabeza varias veces.
¡Oh, ya entiendo ´dattebayo!
¿Acaso es…lo que creo que es?
Deben estar pensando algo muy, muy, pero muy estúpido.
...
— Les dije que el puente estaba roto —habló la de pelo rosado.
— Ya, pero no dijiste que… ¡estaba partido a la mitad! —desesperó Naruto.
Después de haber decidido tomar el camino izquierdo mediante un emocionante duelo de piedra, papel o tijera —en el que Naruto terminó ganándole a Sasuke—, llegaron finalmente a lo que, supuestamente, debió ser el puente de madera que mostraba el mapa.
El único problema era…
— ¿Ahora cómo diablos cruzaremos? —quiso saber el de ojos azules mientras veía como las dos mitades del puente reposaban en sus respectivos lados del acantilado.
— Miren, ahí hay un sendero —les dijo Sasuke, señalando un puente de rocas justo al costado de ellos.
...
— ¡Oh, papi se dio cuenta! —exclamó la pequeña sonriendo y frunciendo levemente el ceño, orgullosa. Hasta que una duda asaltó su mente— ¿Y por qué los demás no lo hicieron?
— Porque todos eran unos tontos —aseguró Sasuke.
— Oh… ¿incluida mamá? —se preguntaba qué diría ella si le decía que su papá le había llamado tonta.
— No, claro que no —se apresuró a decir el pelinegro. No quería enfrentar el carácter temperamental de su esposa.
...
— ¡Oh, miren! ¡Desde aquí se puede ver el pueblo, y en él, el mejor puesto de comida de todo el mundo, Ichiraku! —gritó emocionado al reconocer el puesto de comida que, en uno de sus tantos viajes, había tenido la inmensa suerte de hallar.
— ¡Naruto, deja de hacer eso!
— ¿Hacer qué, Sakura-chan? —dijo extrañado.
— ¡Eso, caminar de lo más normal en medio de un puente de rocas a punto de derrumbarse! —exclamó de lo más aterrada, viendo como algunas piedras pequeñas caían al abismo solo por las pisadas del rubio.
— ¿Sakura, no me digas que le tienes miedo a las alturas? —preguntó Kakashi, intentando disimular su sorpresa.
— ¿Qué? ¿Pero qué dice? —se alarmó la de ojos jades; mirando al cielo, nerviosa— ¡Claro que no!
— ¿Entonces por qué en todo lo que vamos de cruzar el sendero, has dirigido la mirada hacia arriba? —intervino Sasuke.
— ¿Eh? —Se sonrojó— ¡E-Eso no es cierto! —negó rotundamente.
— Ya, ya. Cálmense, haremos esto —Kakashi, que era el que iba a la delantera, chasqueó los dedos y, en un dos por tres, Sakura ya estaba del otro lado del abismo.
Solo hicieron falta tres segundos para que ella reaccionara.
— ¡¿Si podía hacer eso, porque no lo hizo antes?! —explotó, enojada.
— Nunca preguntaron… —se defendió el de los Mil Hechizos.
Silencio.
— Solo sáquenos de aquí —dijo Sasuke.
— De acuerdo.
...
Ahí estaban, admirando el enorme e imponente castillo que se mostraba majestuoso ante sus ojos. Gloriosamente edificado.
— Bien, ahora solo tenemos que entrar y matar al dragón —supuso Sakura— Andando —dijo feliz al saber que todo terminaría pronto y podría ir a casa con una buena suma de dinero.
Buscaron por todo el lugar, abrieron puerta tras puerta, fueron por los pasajes secretos, incluso hicieron que Kakashi —ya desesperados de no encontrar nada— hiciera uso de sus poderes mágicos para localizar al dragón…pero nada.
No fue hasta que encontraron a una chica de cabello castaño que pudieron preguntar.
— Eh, disculpa —habló Sakura—. ¿No sabes de algún dragón que habite por aquí?
— ¿Are? ¿Un dragón? —preguntó de lo más sorprendida la chica. Naruto abrió grandes los ojos.
— ¡¿Ayame, eres tú?! —gritó el rubio.
— ¡Oh, Naruto! ¿Cómo has estado? —sonrió la chica, en reconocimiento.
— Pero, no entiendo… ¿Qué haces aquí?
— Vine a dejar un pedido a los reyes, a ellos les encanta nuestra comida —explicó.
— Ya veo, tú y el viejo Teuchi deben estar ganando bien —se alegró el de ojos azules.
— Lo siento, señorita, pero tenemos algo de prisa —intervino el mago—. ¿No sabe nada acerca de un dragón?
— La verdad es que sí —dijo, para sorpresa de todos— Hoy en la noche se dará el festival del dragón en el pueblo, rememorando el día en el que un valiente hombre acabó con la vida del enorme dragón negro que atemorizaba a los aldeanos, convirtiéndose en el rey.
— ¿Qué? —preguntó Sasuke.
— Tal vez debieron entender algo mal.
— Pero si en el mensaje decía "Matar al dragón" —dijo de lo más confundido el Uzumaki.
Kakashi se quitó el sombrero y metió una mano por este, sacando el mensaje.
— Naruto…no leíste lo que estaba a la espalda —reveló el mago. Les mostró el folleto a todos. Decía "Matar al dragón" en letras grandes, pero volteando la hoja se podía apreciar claramente:
"Evento Teatral en memoria de la fundación de este reino".
Silencio.
— Entonces… ¿no hay ningún dragón real que matar? —preguntó Sakura, sin poder asimilarlo.
— No puede ser… —gimoteó Naruto.
— Dobe… —dijo Sasuke con voz de ultratumba— Eres un idiota.
— Lo sé, teme, lo sé.
...
— No sé cómo pudiste iniciar una conversación tan trivial en un momento como ese —se quejó Sakura, con una venita en la frente.
— ¡Oh vamos Sakura-chan, no la veía hace mucho tiempo! —se defendió el rubio.
— ¡No me contestes! —Le gritó la de pelos rosados mientras le daba un golpe en la cabeza, haciendo que se arrodillara en el suelo y que el broche en forma de calavera se cayera, desplomando su capa por la tierra— ¡Encima que te equivocaste en el mensaje!
— Pero de verdad, Sakura —empezó a decir el enmascarado—. Nunca me hubiese imaginado que le temieras a las alturas.
El rostro de la muchacha se encendió ante lo dicho.
— Cada uno tiene sus debilidades, ¿no? —le dijo Sasuke con una mirada afilada.
— ¿A qué viene eso? —el mago sudó un poco.
— Se lo que lee —el mitad elfo mitad duende entrecerró la mirada. Los demás solo los miraron sin entender—. Se lo que guarda en ese sombrero suyo…
...
— ¿Y qué era lo que guardaba, papi?
— Lo entenderás cuando crezcas, ahora duerme, hija —Sasuke se levantó, arropó a la pequeña y salió del cuarto.
Apenas unas horas antes había llegado a Konoha, llegó de imprevisto pues su esposa le había amenazado con que si no venía para el día de San Valentín, dejaría que Sarada vaya a donde Bolt...y por nada del mundo dejaría a su hija con esa copia del rubio idiota.
Solo por precaución él se encargaría de guardar ese libro, Sarada nunca sabría lo que había en ese sombrero.
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— Oigan… ¿y si regresamos por ese laberinto? —propuso Naruto.
— ¿Por qué no? He oído que hay una princesa atrapada en una torre por ese camino.
— Ya que —dijo el pelinegro restándole importancia.
— Recuerden que nadie ha salido de ese laberinto —advirtió el mago.
— Usted nos puede sacar de ahí con un chasquido…
— Buen punto.
Y así, los cuatro emprendieron el viaje de regreso a casa, pero esa es otra historia.
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¡Lo terminé! Bueno, estoy segura que cumplí con el género propuesto, pues si no me equivoco, Adventure se trata de las hazañas de los protagonistas en lo que generalmente involucra viajes, búsquedas y circunstancias riesgosas. Se realza la figura de un héroe o heroína, quien debe atravesar grandes pruebas antes de llegar a su objetivo final.
Se que Sasuke no habla mucho, pero le trato de aumentar protagonismo al ser él el que le cuenta el cuento a Sarada. Así que creo que sí cumplí.
¡Incluso tuve problemas para subirlo! Ya que misteriosamente me cortaron el Internet y estoy en una cabina ¬¬.
Bueno, espero participar en el próximo reto.
¡Matta ne!
Carol.
