PEQUEÑO AFGANISTÁN

Eso era Sherlock para John.

Su droga, la dosis necesaria de adrenalina para poder seguir viviendo.

Y como amaba esa sensación.

Le hacía estremecerse con cada caso. Adoraba que Sherlock se emocionara como un niño en navidad siempre que oía de algún caso complicado y le resultaba indiscutiblemente tierno que se enojara cuando el criminal no resultaba ser un verdadero reto.

Sólo era amistad y adrenalina fluyendo en conjunto por sus venas.

Sólo amistad.

Que gran mentira.

Porque John ya no veía a Sherlock con los ojos de un amigo, había pasado a ser algo más que eso, un hermano. No. Algo...más.

Se había enamorado irremediablemente del detective consultor.

Porque cuando Sherlock hacía cosas estúpidas como ir él solo tras un criminal era John quien pagaba las consecuencias. Se preocupaba por el estado del condenado detective que no se paraba a pensar que había personas a quienes les importaba. Para Sherlock sólo existían los casos. Para John, Sherlock era su mundo.

Cuando se enfermaba por andar tratando de probar sus teorías, era John quien cuidaba de él. Era John quien siempre le aguantaba todos sus caprichos.

Hay una gran diferencia entre resignarse y tolerar.

Hay una gran diferencia entre tolerar y amar.

Y había pasado de resignarse a lo que, a primera vista, en los primeros días que vivía con Sherlock, eran sus desvaríos de grandeza y locura, a tolerarlos y aceptarlos como algo de su vida.

Pero allí no terminaba. No faltó mucho para que ese "algo de su vida" se convirtiera en "algo IMPRESCINDIBLE en su vida".

Sherlock era imprescindible. Lo amaba por cómo era, tan desconectado de los sentimientos, tan desconectado de las personas que se le hacía difícil relacionarse con ellas. Y John había llegado para quedarse y cambiar eso.

Porque, ¿qué mejor retribución a la buena obra de Sherlock? Si el detective le había devuelto la vida, la razón de despertarse cada mañana. Una dosis diaria de adrenalina y diversión que sólo podía funcionar cuando era Sherlock quien se la daba.

Porque Sherlock era su pequeño Afganistán.