Disclaimer: Todos los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a la gran J.K Rowling.

Este Fic participa en el mminireto "Verano mágico" del foro "Las Cuatro Casas"


Un verano diferente

Este verano iba a ser diferente. Tras la muerte de Dumbledore, su madre no quería que ni Ginny ni él volvieran a Hogwarts. Lo que su madre no sabía era que él no iba a volver, que se iría con Harry y Hermione a buscar los Horrocruxes. Aún no había pensado como darle la noticia a su familia, iba a necesitar su ayuda para crear una tapadera que justificara su ausencia en el colegio.

Habían pasado dos semanas desde que volvieron del colegio. Ron se encontraba desgnomizando el jardín, como todos los veranos, cuando vio aparecer a Pig. Cuando se despidieron en King's Cross, Ron le dijo a Hermione que se llevara a Pig por si necesitaba enviarles alguna carta a Harry o a él, así no tendría que ir a la lechucería del Callejón Diagon. Cuando la lechuza se posó a su lado, le cogió la carta que llevaba en la pata y le dio una golosina como recompensa.

Querido Ron,

Sé que solo han pasado dos semanas, pero necesito pedirte un favor. ¿Puedo ir a la Madriguera con Ginny y contigo a pasar el verano? Ha pasado algo y no quiero seguir aquí en mi casa. No puedo contarte más por aquí. Espero tu respuesta.

Besos,

Hermione.

Ron leyó la carta varias veces. En otro momento, se habría sonrojado con el comienzo y el final de la carta, Hermione nunca le había escrito esas cosas ―"Querido Ron", "Besos"― pero las cosas estaban cambiando, cada vez era más seguro que iba a haber una guerra y Ron estaba preocupado por su amiga. Entró deprisa a la casa y fue a buscar a su madre, la encontró en la cocina preparando la comida.

―¡Mamá! Acaba de llegar una carta de Hermione…Dice que ha pasado algo y que si puede venir a pasar el verano con nosotros…Que no quiere estar en su casa... ―Ron hablaba entrecortado, no podía esconder el pánico que sentía por lo que podría haberle pasado a Hermione―. No tengo ni idea de lo que ha podido ser, dice que no puede contarlo por carta.

―¡Por Merlín! ―su madre había dejado de hacer las cosas y le miraba preocupada―. Ron contéstala ahora mismo. Dile que puede venir en cuanto tenga preparado todo el equipaje, que no se preocupe por la hora que sea.

Ron escribió la contestación de forma rápida y torpe, ni pensó en cómo iba a comenzar la carta o cómo iba a despedirse. Cuando acabó, ató la carta a la pata de Pig y la lechuza salió volando velozmente.

Fue el día más largo de la vida de Ron. Estuvo toda la tarde esperando en el salón, impaciente por ver a su mejor amiga salir de la chimenea. Las cosas entre ellos habían comenzado a cambiar hacia unos años, pero el curso pasado los cambios se habían hecho más evidentes. Hermione llegó esa noche, pillando a Ron dando cabezadas en el sofá. En cuanto vio aparecer a la chica, Ron se levantó y corrió a abrazarla. Ahora que la tenía en su casa podía estar tranquilo, ella estaba bien y estaba allí entre sus brazos.

Este no iba a ser un verano como los demás. No habría partidos de Quidditch en el jardín ni excursiones a la colina. A finales de julio se reunirían todos para la boda de Bill y Fleur, pero después Harry, Hermione y él se irían a una búsqueda casi suicida. Ron se había dado cuenta de que era el momento de madurar, de proteger a su familia y a sus amigos. De cuidar de Hermione.