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Yuri On Ice no me pertenece, ni sus respectivos personajes, son obra y propiedad de Mitsurō Kubo-sensei & Sayo Yamamoto-san, hago este One-shot sin ánimo de lucro y solo por pasatiempo.

La noche cayó junto con el cielo nublado y oscuro, el viento estaba demasiado frío que podía helar un suspiro, la parafina de las velas estaban por terminar de consumirse, un joven pelinegro veía como su madre iba de un lado a otro, organizando y bloqueando cualquier entrada de aire que se pudiese percibir en su cuarto.

Jean…— la voz de su madre sonaba nerviosa y preocupada, pero él creía que estaba siendo exagerada. —Es hora de descansar, recuerda que cualquier cosa rara que notes, no dudes en gritar. — le recordaba al joven mientras lo acostaba y acobijaba cómodamente, mientras su madre recitaba una oración, el pelinegro veía fijamente la ventana cubierta de dientes de ajo, sintió los labios de su progenitora dándole las buenas noches, apagando las velas y retirándose a descansar también.

Jean suspiró, sus ojos se cerraban lentamente y entre sueños escuchó susurros. Quería contarle a su madre su mal presentimiento, pero no lo veía necesario si su madre estaba algo mal por la situación, así que se dejó caer en los hechizos de Morfeo.

''Jean…Jean… ¡Huye! '' Escuchó entre sueños, su mente estaba oscura, no veía nada, hasta que el ruido de un fuerte golpe en la ventana lo despertó estrepitosamente, su corazón latía erráticamente, sudado y mareado el joven fue bajando de su cama, retiró las cortinas viendo como una tormenta se aproximaba a humedecer aquella noche, otro golpe en la ventana sobresaltó al pelinegro, ''Solo es el viento'' pensó.

Volvió sobre sus pasos, acostándose de nuevo pensando que solo es la paranoia que su madre y la comunidad le ha influenciado, pero podría darle algo de razón al miedo que tienen, no es común que hayan encontrado tantos jóvenes muertos antes del amanecer sin una gota de sangre y mordidas como las de un mosquito. La primera víctima fue el pequeño Minani y el último hallado sin vida fue Otabek, el único quien se salvó del ataque de aquel asesino en serie, fue el hijo de los Nikiforov, Víctor logró salvarse pero está en un estado de inconsciencia profunda.

Toda esa situación ha sido tan abrumante, su madre ya no lo deja salir como antes, perdió a varios de sus amigos y los rumores de que hay un vampiro en los alrededores crece cada vez más. Jean ahogó un suspiro, recostado de lado derecho prefirió concentrarse en dormir.

Frío, mucho frío. — Dijo quejándose Jean, además los relámpagos sonaban más fuertes, sus ojos se abrieron desmesuradamente — ¡Oh no, no, no! — estaba aterrado, la ventana está abierta y las cortinas se ondeaban feroz mientras caía un diluvio. —Fu…fue solo el viento, si solo es viento— se decía como si fuese un mantra, debía calmarse.

''Tranquilo JJ, solo debemos pararnos e ir donde mamá'' planeó el joven, pero al momento de tratar mover sus pies, algo lo imposibilitaba, su cuerpo estaba de piedra, sentía algo pesado oprimiendo su pecho y el cuarto se notaba más oscuro.

Shh… todo estará bien, Jean— su boca era tapada por una mano tan pálida llegando a lo enfermizo, sus uñas eran puntiagudas de color negro, fijó su mirada al frente tratando de ver a ese ser, un rayo cayó partiendo el cielo, viendo al fin el rostro con unos ojos de un vino intenso y el cabello demasiado sombrío. —Hueles…delicioso— se acercó la criatura olfateando su cuello y lamiendo su yugular. —Eres lo que siempre he estado buscando, serás mi favorito Jean— empezó a recorrer con sus escuálidas manos los muslos del joven, con la punta de sus uñas rasgaba la camisola y chupeteaba cada parte del pecho mientras el chico trataba de retorcerse, pero la inmovilidad que daba la fuerza del vampiro era imposible siquiera pestañear. El pulgar de la mano que lo acallaba acariciaba sus labios.

El miedo empieza a corroer su cuerpo, sus sistema nervioso manda fuertes señales a su cerebro creando altos niveles de adrenalina, sus ojos se dilatan y la saliva le falta, se empalidece su piel y los vellos se erizan, lo único que piensa es 'o huyes o mueres' sus venas se contraen y el corazón siente salirse de su pecho, no aguanta y sus lágrimas se reflejan en sus claros ojos. — ¡Hermoso! — dijo con gran éxtasis el ser oscuro al ver la vulnerabilidad de su presa, lamiendo con su pegajosa lengua el agua salada de las mejillas del joven. —Lo puedo sentir, hueles a miedo e incrementa mis ganas de devorarte— habló de nuevo, ahora apoderándose de los labios castos, Jean sentía que su alma podía salirse por su garganta, el oxígeno faltaba y la fuerza lo desganaba, los colmillos filosos habían desgarrado parte de su labio inferior, dejando disfrutar un grado pequeño de delirio carmesí, pero no era suficiente y nunca lo será para él. —Tan puro y virginal, lo que siempre he querido— Jean, quien no había emitido palabra alguna, ni siquiera un parpadeo, dejó que sus lágrimas brotaran desparramándose sobre la almohada.

''Ojalá hubiese dicho a mi madre un Te amo y buenas noches '' pensó, arrepintiéndose en sus últimos instantes. —Lo siento Jean, dolerá al principio, pero tu sangre servirá para mi posteridad— dijo el chupasangre dirigiéndose hacia su cuello, buscando la carótida mientras se extendía su placer al clavar los filosos caninos en la carne jovial. Los ojos del chico empezaban a perder brillo, la piel perdía más lucidez y su cabello perdía tonalidad, su respiración fue disminuyendo y su corazón…dejó de latir.