Partitura De Amor Fantasma

Agradecimiento:

Nejo, te robe el titulo, ya sabes que me había gustado mucho. n.n, claro que tu fick no se compara con este, ese es mucho más dramatico, pobre shunny bunnie, espero que le des almenos un hyoga para abrazar; lo va a necesitar demasiado.

Disclaimer:

Los personajes de Yu Yu Hakusho no me pertenecen sino que son propiedad exclusiva del exitoso mangaka Yoshishirou Togashi, yo sólo escribo este fic como una manera de divertirme, desestresarme, y mejorar tanto mi redacción como mi escritura.

En este capítulo, las frases en cursiva, son pensamientos de los personajes y a veces míos.


-Capítulo I-

"Locura, amor y odio"

-Centro de Tokio, 9:30 pm-

Escuchó como el apresurado latir de su corazón se apoderaba de sus sentidos, como un rastro de amargura y de confusión se adueñaba de su rostro invadiendo al mismo tiempo su mente.

Atormentándolo de un momento a otro…

Gritándole frases hirientes e inentendibles….

-Fue tu culpa-

Se llevó las manos por sobre la cabeza, olvidándose del hecho que no se encontraba sólo en aquel nefasto lugar. ¡Pero necesitaba arrancársela, para que su mente dejase de jugar con sus emociones!; deseó, muy en el fondo, que alguno de los que se encontraban junto a él le hubiesen golpeado, pero al parecer ninguno, ¡ni siquiera el idiota de Yusuke se movía de donde estaba!, ¡y obviamente él no iba a ir a ayudar al moreno, cuando siquiera él podía asimilar lo que estaba pasando!

Respiró, intentando mover levemente sus labios, pero como siempre, no pronunció una sola palabra; sólo un vació y solitario murmullo.

-¡Kurama!, ¡Kurama reacciona!- escuchó como esa frase que él no fue capaz de pronunciar brotó de la boca de Yusuke, quien sin saber como, corrió hasta donde se encontraba su compatriota pelirrojo, herido; arrojado en el frío suelo de aquella ciudad mórbida y abandonada rodeada por la penumbra de la noche, donde sólo la luz de la luna iluminaba las aceras y los pocos edificios que aún quedaban en pie.

Levantó la rojiza mirada, para toparse con el rostro nauseabundo del demonio junto al cuerpo casi inherte del baka kitsune, mientras movía sus labios juguetonamente para sacarlo de sus casillas o quien sabe que, de inmediato el demonio agitó una ráfaga de gas venenoso en contra de Yusuke con sus brazos cubiertos de largas espinas, para impedirle el paso al detective espiritual.

El moreno le fulminó con odio en su mirada…

El otro sólo se largo a reír…y de inmediato, sus platinados y lujuriosos ojos descendieron al piso…

La presa pelirroja que tenía era realmente atractiva…

-¡Maldición!, ¡Tú!… ¡Maldito monstruo!-

-Que cómico son los humanos- exclamó el ser repulsivamente-mira como se ponen cuando hieren a uno-

La rabia terminó por consumir al moreno. ¡Esto no podía estar pasando!; ¡se suponía que era una misión simple!; lástima que quizás era el único de los cuatro que aún estaba en pie para poder seguir en la pelea.

-¡Toma maldito!, ¡Reigan!- aquella luz impactó directamente en el cuerpo del ser, provocando que tambaleara, pero no fue la suficiente energía como para matarle; el disparo del moreno sólo provocó que algunas heridas se abrieran levemente en torno a su cuerpo, dejándole una agradable y "erótica" sensación.

Algunas veces los demonios podían ser muy enfermos…

-Mierda-

-Que ataque más pobre, cambie de idea, te comeré a ti primero-

-Maldición, ¡Hiei, no te quedes allí como un maldito zombi!, ¡muévete de ese lugar!-

-¡Enano!-

Sin embargo...a pesar de que el pelinegro había captado los gritos del moreno, no fue capaz de desplazar ni un sólo músculo.

-Fue tu culpa que lo hirieran, ¡Por qué demonios no le hiciste caso Hiei!- otra vez su cabeza comenzaba a torturarle, pensamientos indeseables que no" necesitaba" que le dijeran; pero resultaba que lo más cómico era que él mismo se las decía.

-Soy tan mierda- pensó deliberadamente, cuando experimentó, como una de sus manos recuperaba su autocontrol.

Pero…apenas levantó su rojiza mirada, se quedó perdido otra vez.

La noche, la misión, el monstruo…Kurama herido.

Aquella imagen del baka kitsune, tirado sobre el suelo, con los brazos a un lado de sus piernas, y el rostro semi-cubierto por sus cabellos pelirrojos, no le sirvieron de nada para moverse otra vez.

Al contrario… le arrebataron gran parte de su corazón…

Sintió que no podía formular palabras "ingeniosas" en ese momento, ya que ni siquiera podía unir las ideas que llegaban hasta su mente, miró una de sus manos, cansada de tanto apretar la espada que traía en ella.

La dejo caer…

El sonido del contacto de esa caída con la húmeda tierra le hizo tambalearse, experimentando un escalofrío alrededor de toda su espalda mientras leves y diminutas gotas de sangre le bajaban por los brazos. Quedándose en blanco por una gran cantidad de tiempo, la cual, exactamente no pudo definir.

-Lo hirieron, herido por tu culpa, por tu maldito orgullo-

La punta de sus labios temblaba levemente, al mismo tiempo que su mirada rojiza teñida por la furia y por el deseo irrefrenable de atacar por mero instinto a ese monstruo comenzaba a desvanecerse.

Experimentando extraños sentimientos, que ni el mismo creyó que tenía.

Furia, impotencia…dolor.

Ni si quiera se dio el lujo de levantar la rojiza mirada, ni de moverse del congelado suelo donde reposaba su cuerpo, como queriendo que alguien le golpeara para que sus piernas reaccionasen.

¡Maldita sea la hora en que había aceptado esta absurda misión!

-No se levantará… no lo hará…por que no puede hacerlo-

-¡Hiei!-

-¡Maldita sea!, ¡váyanse todos a la mierda!-

El moreno se quedó en shock.

Hiei frunció el seño, apretó los puños, y enseguida se desgarró parte de su labio inferior con sus filudos colmillos, esperando sentir el liquido fresco y rojizo pasar por sobre sus labios. Quería sentir aquel sabor, experimentar el dolor, la sangre. Experimentar como su vida era desgarrada, para que una descarga eléctrica le hiciese reaccionar y así pudiese levantarse.

Y cuando lo hiciera…entonces, quizás, si juntaba valor dentro de su cuerpo, correría hasta él.

-No correrías aunque pudieras… por que no pega con tu personalidad; ¿verdad Hiei?-

Su cordura, no era la mejor en estos momentos, y si contamos con que más encima algo desconocido había penetrado en su corazón cuando vio al Kitsune tirado por el piso bañado en sangre, impotente de atacar al monstruo, y más encima cansado de pelear por meras órdenes del niño odioso del mundo espiritual podríamos decir que no estaba psicológicamente bien.

Agachó la cabeza con frustración; apretando sus párpados con una fuerza descomunal; mientras azotaba la húmeda y maloliente tierra con sus puños; experimentando como poco a poco la lluvia que caía le mojaba por completo, pasando desde la punta de su cabellera negra hasta los huesos de toda su piel.

La lluvia era muy fría…

Fría…

Fría como la descarga eléctrica que le había traspasado cuando hirieron al baka kitsune.

Fría como la mirada que le dirijo Yusuke o el deforme cuando golpearon al pelirrojo por protegerlo a él.

-¡Cuidado Hiei!-

La voz del kitsune cuando pronunció esas palabras le atormentaron…no se iban de su cabeza, no "pretendían" hacerlo.

¿Cómo había llegado a esta situación?

-Me parece que tu amigo se volvió loco, ¡te mataré ahora!-

Del odio a la maldita impotencia…

Y aunque intentaba hacerse el duro consigo mismo, le fue imposible mantenerse así, como si en verdad nada tuviese importancia…

Koedma tenía la culpa…

-¡Hiei!-

La culpa por haberlos mandado a una misión sin sentido…

-¡Arrg!, ¡te desgarraré los brazos niñato!-

-Eso lo veremos; ¡reigan!-

La culpa por pelear con un monstruo del que no sabían absolutamente nada…

-¿Estas…estas bien Hiei?...-

-Kurama-

La culpa…por hacerle ver sus sentimientos por el baka kitsune.

-Que bueno…que estas bien-

Todo era culpa de ese bebé miserable, ¡era su culpa que Kurama estuviese inconciente!

-¡Eres un estúpido, baka kitsune!- pronunció deliberadamente, aunque jamás admitiría el hecho de que en aquel momento quiso gritar, ¡o arrojarse a defenderlo antes de que aquella bestia a la que ese odioso de Koedma les había ordenado destruir por matar a un insignificante humano le atravesara parte de su pecho!.

No podía más…no podía soportar más la presión de las imágenes en su cabeza.

Kurama, el monstruo, él; Kurama tirándose encima cuando aquel demonio le atacó con una de sus garras; los ojos perdiendo brillo…Kurama cayendo, él sin saber que hacer; el monstruo riéndose en su cara, Kurama mirándole con cierta preocupación…y luego…luego todo pareció volverse negro, atacar su cerebro una y otra y otra vez.

Como una maldita película que no quiere detenerse…

Pero…no lograba entenderlo, ¿Por qué le dolía tanto el hecho de que el baka kitsune estuviese inconciente por salvarle la vida?

-Te quiero Hiei-

Entonces…volvió a sentir como se le apretaba el corazón…

-Mal…dita…sea-

En ese momento en que el moreno contempló esa mirada en sus orbes, apenas el levantó la vista, dejó de respirar.

Sus ojos…eran demasiado peligrosos, y no estuvo seguro de que el medio koorime le reconociese como aliado esta vez.

-Hiei…-

-Ena…no-

No, ese no era Hiei…

El pelinegro elevó a un grado su poder espiritual quemando todo lo que estuviese a su paso, sin importarle el hecho de que sus compañeros estuviesen en el mismo lugar que él.

Heridos, sangrando…sufriendo.

-Te mataré-

-Oh, parece que tengo un nuevo contrincante, ¡quítate del medio basura!- de inmediato otra ráfaga de viento hizo acto en aparecer y Yusuke salió despedido, azotándose el cuerpo en uno de los edificios.

Sangró…gimió, cayendo inconciente en el pavimento.

-Humanos de porquería-exclamó el monstruo, sobando delicadamente con una de sus manos largas el cuerpo malherido del pelirrojo que descansaba debajo de él.

Aquella fue la gota que le hizo hervir la sangre al koorime.

-Muere-

Su traje negro, ahora harapiento, cubierto por grandes magulladuras, dejaban entrever parte de su torso desnudo; al mismo tiempo que cada vez que respiraba para intentar tomar una bocanada súbita de aire provocaba que su pecho subiera y bajara, cambiando el ritmo de esos nefastos y odiosos latidos de su corazón que osaban con volverlo loco.

Y es que nada hubiera pasado, si él hubiese sido más rápido. ¡Pero con un demonio!, ¡es que jamás previó aquel movimiento por parte de ese baka kitsune!

-¡Que demonios!-exclamó el monstruo, tratando de esquivar las llamaradas de aire caliente, y los ataques del medio koorime, saltando, protegiendo su cuerpo con sus garras. El pelinegro, sonrió sarcásticamente, y un brillo extraño de apoderó de sus camines ojos.

-Te sacaré las manos- esa voz…esa voz le hizo tiritar de un momento a otro, quedándose quieto, contemplando la extraña sonrisa que surcó sus sarcásticos labios.

-Haré que todo tu corazón explote, ¡demonio de mierda!- la voz lúgubre de ese chico, le hizo sudar de un momento a otro…pero no se dejaría intimidar por ese medio Koorime. ¡Nunca!; le atacó con sus garras...

-Baka Kitsune...debiste dejar que me hirieran a mí…por que…- en ese momento, en que la noche se volvió tormentosa, y las gotas de sudor de su frente se mezclaron con las cristalinas gotas de lluvia, aumentó su velocidad, atravesando con su filuda espada el cuerpo del monstruo, quemando todo rastro de él.

Entonces, un rayo se dejó caer, alumbrando el lugar donde comenzó su maldita pesadilla.

Transcurrió un segundo, quizás dos, pero la cabeza comenzó a dolerle terriblemente

-Debiste dejar que me hieran…por que…- ¡dios!, ¡le costaba tanto decírselo!, ¡con un demonio!; ¡ni si quiera era capaz de reconocer sus sentimientos incluso estando solo!

La visión se le nublo...

Las piernas comenzaron a dolerle...

Y allí en medio de aquella ciudad, el pelinegro se dejó caer sobre el piso, palpando la textura de la tierra.

-Por que preferiría morir, antes que verte a ti herido…Kurama -


-Templo de Genkai, 11:50 pm-

-¡Cuidado Hiei!- escuchó el sonido de unas gotas de agua cayendo por su frente, experimentando al mismo tiempo la textura de algo suave pasarle, rozarle por toda la cabeza.

Unas manos acariciar sus cabellos azabaches…y quizás…muy remotamente una voz le hablaba mientras dormía.

-…rmano-

-Hn- de inmediato, una bocanada de aire brotó de sus labios, y movió una de sus manos para saber donde estaba.

Abrió los ojos.

Ese lugar no se parecía en nada de lo que estaba esperado, por el contrario, tenía un agradable aroma a café, y las sábanas donde reposaba era sumamente cómodas.

Hubiera deseado quedarse así para siempre…

Se quedó unos segundo contemplando el techo de tonalidades blancas, sin poder enfocar nada más. Y es que las imágenes volvían con rapidez hasta su mente, causándole un hormigueo por todo el cuerpo.

Intentó levantarse, pero, enseguida unas suaves manos le atajaron, cuando sin quererlo su cuerpo reaccionó apunto de caerse en contra del piso.

-No te muevas, aún estas muy débil-

Esa voz….

Esa voz no era la de Kurama…

No era la que quería escuchar…

-Yukina- le fulminó con su mirada, contemplando la habitación.

Ahora sabía donde estaba…el templo de la vieja esa.

Su mirada descendió por el cuarto, no tenía más que una pequeña vela encendida, y unas cuantas sábanas y mantas mojadas.

Pero… esta sensación de vacío en su corazón no lo dejaba tranquilo…

-Hiei-san, ¿sucede algo?- giró su rostro, cuando la voz de ella le hizo mirarle. Ahora que lo pensaba, ¿Qué era lo que tanto había escuchado antes de despertarse?

-rmano-…parecía una frase incompleta…. ¿hermano?, imposible, ella no sabía… ¿pero...y si sólo se estuviera haciendo la tonta frente a él?

-¿Hiei-san?-

-Hn, no…nada- No la volvió a mirar. Se levantó de la cama, haciendo un gran esfuerzo por no caerse al piso.

-¡Que estas haciendo!, ¡no puedes levantarte aún!- nunca la había escuchado gritar, pero ¿Qué le importaba?, tenía mejores cosas en que pensar, como encontrar al baka kitsune, y gritarle que era un gran estúpido por ponerse en medio de él y el monstruo.

-¡Hiei!-

Él no le escuchó, y cerró la puerta del cuarto, dejando sola a una dolida Yukina.

-Eres un tonto Hermano-


-Habitación de Kurama Minamino-

-¿Quién se lo dirá?-la voz de la maestra Genkai, penetró en todos los oídos de los presentes en la alcoba. Mas, ninguno osó con levantar la vista. El moreno se quedó mirando una vez más la cama donde se encontraba el pelirrojo, y es que simplemente no podía creérselo. ¡Era imposible!

-Si nadie le dice nada, me veré en la obligación de pedirte que lo hagas tú Yusuke- o si, ya sabia que le diría eso. Vamos, no había que ser un genio para saberlo. ¡Era obvio que lo haría enfrentar a Hiei!

-No sé…como hacerlo- por primera vez se dejó dudar en frente de ella. ¿Cómo hacerlo?, ¿Cómo hacerle entender al medio koorime, que su mejor amigo quizás…no despertaría?

-No te preocupes, le diremos en cuanto se despierte-

-Vieja, tú no sabes lo que podría pasar-

-Se volverá loco- exclamó Kazuma, que estaba mirando silenciosamente la escena, había veces, mejor dicho, "muy pocas veces"en que decía algo coherente.

Genkai, cerró los ojos, dejando que una bocanada de aire saliera de sus labios, apretó las manos, y llevó su rostro sobre el del pelirrojo que dormía placidamente.

Quizás nunca despertaría…pero no quería perder las esperanzas, aunque fueran pocas.

-Él esta aquí-exclamó con tranquilidad, haciéndole una señal a Yusuke de que el medio koorime se encontraba detrás de ellos.

Como siempre en silencio.

Yusuke sintió que el mundo se le caía encima, y fue peor cuando la mirada rojiza del pelinegro se posó sobre él.

-¿Qué tanto tienes que decirme Yusuke?-


-En el patio del templo Genkai, 3 a.m.-

-¿Qué tienes que decirme?- las palabras volvieron por si solas a su cerebro, mientras, comenzaba a llevar su cabeza por debajo de sus rodillas.

Hubiera deseado no hacer la pregunta…

Hubiera deseado jamás despertar de la inconciencia, pero…

-Yo, bueno...Hiei verás- en ese momento, deseó cortarle la garganta al moreno, ¡era tan difícil entenderle tartamudeando!

-Aún duerme, baka kitsune- recordó la mirada de ellos cuando él hablo, Dios, ¡se sintió tan miserable y estúpido en ese momento!

-Él esta en coma- y ahora, la maldita de Genkai volvió a su cerebro, ¡por que demonios no pudo decírselo más suave!

-Vieja, ¡así no planeaba decírselo!- ahora la expresión de Yusuke en su cabeza…

-Te estabas tardando demasiado, pupilo idiota-

-Esta situación es distinta vieja, ¡piensa como se siente!-

Si….ojala alguno hubiera pensado en eso, lástima que a nadie le importaba lo que sentía su corazón; sólo le "quería" el baka kitsune, y ahora no lo tenía junto a él.

Y como lo necesitaba…aunque aparentára otra cosa.

No tenía a alguien que le dijera que entrara al templo por que hacia demasiado frío… no tenía a alguien que le llevase una manta o le sonriera gentilmente; ni siquiera tenía sus molestos y odiosos gritos.

-Te quiero Hiei-

Levantó la mirada por sobre el piso, llevándola hasta el cielo cubierto de ese manto negro, que muchas veces contempló desde el cuarto del baka kitsune.

-Esta en coma…y es probable que no despierte en mucho tiempo-

En ese momento, en que todo pareció no tener sentido, dejó que una bocanada de aire saliera de sus pulmones.

Después de tanto tiempo, al final, habia logrado asimilar una situación demasiado simple, y "estúpida".

Ahora que se daba cuenta, cuando debió decirle algo al baka kitsune no tuvo el valor de pronunciar ni una mísera frase. Simplemente...no "pegaban" con su manera de ser; pero ahora, estando completamente sólo, ¿Le importaba en realidad lo que los otros pudiesen pensar?.

No

Y a decir verdad, estaba cansado de seguir negándolo.

-Te quiero-

-Yo también-


-Cuarto de Kurama Minamino, 5:50 a.m.-

-Kurama- pronunció silenciosamente, mientras dejó caer su cuerpo en el medio de la habitación. No le importó como lo miraron cuando ingresó al templo, ni mucho menos los gritos de Yukina de que estaba mal y debía dormir.

-Soy tan débil, ¡maldita sea! - pensó, cuando sin quererlo una de sus manos se posaron en la cabellera del baka kitsune, jugando con las hebras de este. Nunca se había dado esa debilidad, pero…hace mucho tiempo que ya no le importaba lo que pensasen de él

Ahora…estaba sólo, sin el baka kitsune no entendía nada de nada, y tampoco quería entenderlo.

Sin ese baka kitsune su vida no tenía un mísero sentido, aunque nunca lo hubiese querido reconocer en frente de él.

-Me duele…Kurama- lo que más le fastidiaba era el hecho de no poder decirle nada de cómo se sentía, ni de haber tenido el valor de hacer esas estúpidas cosas cursis que el baka kitsune le pedía que hicieran juntos de vez en cuanto.

-Eres un tonto…baka kitsune- pronunció, dejándose caer sobre la cama.

Recordó…que alguna vez ese baka kitsune le había dicho que las personas duermen por que esperan a esa persona que los despertaría del profundo sueño.; vaya bobería la que le había dicho. Sin embargo, en ese momento levantó la mirada, y comenzó a inspeccionar el cuarto.

No había nada más que un mísero libro, y un espejo en frente de él. De inmediato tomó el libro, aunque no supo bien por que estaba reaccionando de esa manera tan "poco él".

-Esta en blanco- exclamó en voz alta.

-Hiei, ¿me lees?- o si, y ahora esa estúpida frase regresó a su cabeza como un balde de agua fría, ahora entendía por que Yukina le había dicho que no entrara, por que sólo terminaría lastimándose.

Sólo recordaría las cosas que hacía con el baka kitsune. Seguro kamisama estaba riendose de su situación, divirtiendse con su manera de reaccionar, o quien sabe que.

Nota mental: quemar después el despacho de Koedma

Sin quererlo la mano comenzó a flaquearle, y no tuvo ganas de hacer nada más que dejarse caer a un lado de la fría cama.

Dejó caer el libro…

-Es mejor que me vaya…baka kitsune - no supo por qué, pero creyó sentir como una cabellera rojiza se posaba encima de sus hombros, haciéndole cosquillas en el cuello, y como unos labios le besaban la comisura de la boca, recorriendole desde la punta de los labios y viceversa. Asustado se miró en el espejo, pero no había nadie más que él en esa lúgubre habitación.

Pero cuando levantó el libro, contempló como una frase aparecía en medio de la hoja.

-Quédate conmigo-

-Continuará-


Si, ya ¡ahora mátenme!, pero necesitaba sacarme esta idea de la cabeza, espero les haya gustado, a mi me gusto demasiado a decir verdad, pero sentí que quizás Hiei me quedo algo occe, espero sólo que no se haya tornado molesto a la hora de leer. (rogando)

Gracias por leer este fick.

Recuerden dejarme al menos un review para saber si quieren que le continúe, por que no me gustaría escribir un fick por las puras en esta página. (Costumbre de siempre en el primer capitulo).

Próximo capítulo:

"Capítulo II" - sin título por el momento, tengo el cap pero no el título.

¡Nos veremos!


Bésalo mientras sus labios estén rojos…
…Mientras él este en silencio…
…Descansa mientras su pecho este intacto, sin velar…
…Sostén su otra mano mientas ellas estén sin utilidad…
…Ahógate en sus ojos mientras ellos estén ciegos…
…Ama mientras la noche este escondida en el fulminante amanecer…

-While your lips are still red-

-Nightwish-