C a m b i o
Columpiándose, Manta balanceó sus pies, preguntándose si estos tocarían el suelo algún día. No era acomplejado, sólo meditaba… y no siempre tenía reflexiones alegres.
- ¿Joven Manta?
- … ¿Tamao?
Sosteniendo numerosas bolsas, ella le sonrió tímidamente; él la imitó.
- Permíteme ayudarte.
- ¡N-n-no es necesario…!
- Insisto.
La acompañó hasta la pensión.
Yoh estaba entrenando; Anna, entrenándolo.
- ¿C-cenará con nosotros hoy?
La miró, sorprendido. Ella se sonrojó y sin saber por qué, él también.
Desde entonces, Manta dejó de contemplar sus pies colgando del columpio cuando iba al parque, demasiado ocupado manteniéndose pendiente de cuando Tamao pasara.
F i n
:O Espero haya sido de su agrado.
Se pueden decir tantas cosas más de esta pareja, que me entró la tentación de hacerles un oneshot más grandecito, je. ¡Saludos!
