Espíritu del bosque

¿Han escuchado el dicho "Es bueno estirar las piernas"? En mi caso seria "Estirar las patas" ya que por parte de mis padres soy una loba. Difícil de creer puesto que estudio en una escuela de artes y casi toda mi vida he vivido en Hollywood Florida, mi padre es un hombre de negocios y mi madre...falleció cuando tenía siete años, un cazador le disparó cuando ella estaba transformada mientras daba un paseo, desde entonces mi padre decidió que para mantenerme a salvo debíamos vivir en la ciudad. En verano siempre vengo a este bosque en california, porque está lejos de mi hogar y amigos, además que es prácticamente nuestro, mi padre es dueño de estas tierras "como lobo" y líder de las manadas que en este se encuentran.

En estos lugares se suelen hacer los típicos campamentos vacacionales donde asisten niños y algunos jóvenes, especialmente scouts. Pero no se alejan mucho del campamento por seguridad, el bosque es muy espeso y fácilmente podrían perderse o ser atacados por algún animal.

-Recuerda que nadie debe verte - dijo de nuevo mi padre - no olvides llevar ropa para cuando vuelvas a ser humana, no quiero enterarme que estabas desnuda por el bosque o que volviste a romperla.

-Si papá, me lo has dicho tantas veces que no podría olvidarlo - suspiré molesta - me controlaré y nadie sabrá lo que somos.

Se limito a asentir, ya estábamos llegando al campamento. Claramente yo no estaría con esas personas en sus actividades pero él siempre alquilaba una de sus cabañas para que yo pudiera quedarme, además que así podía cenar tranquilamente en la cafetería.

Estacionó el vehículo y los líderes del campamento nos dieron la bienvenida, solo lo hacían porque mi padre a demás de alquilar la cabaña, donaba cierta cantidad de dinero al lugar, ignorándolos bajé mi equipaje y lo metí a mi habitación, inspeccionando que estuviera limpio.

Los niños y jóvenes ya estaban comenzando a llenar las afueras del lugar, no es como que eso me molestara...mucho. Por lo general daba paseos adentrándome al bosque y nadie me molestaba allí. Cuando noté que mi padre se quedaba solo salí a despedirme de él.

-Ya sabes las reglas Jade - asentí rápidamente para que no vuelva a repetirlas - prometieron no entrometerse en tus cosas así que debes ser cortés y si necesitas algo no dudes en llamarme.

-Aullaré - sonrió y volvió a su vehículo marchándose de allí. No podía esperar para recorrer el bosque, tomé una pequeña manta y me escabullí cerciorándome que nadie me mirara comencé a desvestirme, colocando toda mi ropa en la manta la até a mi cuello.

Dejé que mi animal interior saliera, con una ligera contracción mi cuerpo cambió al de un lobo de aproximadamente tenía un metro y medio de largo y un metro cuarenta de altura, grande para ser un lobo normal pero mi padre tenía unos centímetros más que yo, aunque supongo que eso es porque es el alfa de estas tierras. Mi color de pelaje es similar al de los husky siberianos, desde mi cabeza hasta la cola grisácea y lo demás de color blanco, además de mis característicos ojos grises. Corrí por el bosque disfrutando de la brisa, me sentía libre y feliz, como si fuera una mascota que ha pasado encerrada por mucho tiempo y por fin su amo la saca a pasear.

Perseguí a unos cuantos mapaches y ardillas, tomé agua de pequeña corriente y dormí bajo la luz del sol. Ya estaba comenzando a atardecer así que volví al campamento, quitando mi transformación y vistiéndome rápidamente.

-¿Jade? - me detuve en la entrada de mi cabaña, volteando lentamente esperando que no me haya descubierto - no creí que te gustaran los campamentos - rió la mitad latina. ¿Por qué tenía que aparecer por aquí? Se supone que venía a este lugar porque ninguno de los que conocía estaba por los alrededores.

-Estoy aquí por otras razones Vega - noté que los demás se dirigían a la cafetería para la cena, pase de ella dirigiéndome a ese lugar. Tome la comida y me senté en una mesa alejada de la muchedumbre.

-¿También vienes como voluntaria? - tomo asiento a mi lado - debajo de toda esa maldad hay una buena persona después de todo.

-Solo estoy aquí porque me gusta la naturaleza - algo malo de transformarme era que sentía más hambre de lo normal y se me estaba dificultando comer normalmente frente a ella - No me digas que los demás también están aquí.

-Solo somos Trina y yo - pronto su hermana se nos unió a la mesa.

-Fantástico – sonreí sarcásticamente, acabé mi plato de comida y quería pedir otro más "claramente allí tenia privilegios" pero con ellas aquí sería imposible, no quería qué me interrogaran o Trina se ponga más insoportable de lo normal, no estaba de humor para soportarla, suficiente tenia con escucharla hablar de los mosquitos que la molestaban, que no tendrían televisión ni nada con que distraerse y que odiaba la naturaleza. Mientras ella hablaba yo tenía mi vista su comida, aun tenia hambre y creía que babearía si continuaba allí - me largo.

Ante sus miradas desconcertadas salí de la cafetería y comencé a dar vueltas fuera de mi cabaña, que ambas Vega estuvieran aquí era un problema, esperaba poder huir de ellas en la mañana para seguir con mi plan de caminar y explorar el bosque, si ambas venían como voluntarias para ser una especie de anfitrionas estarían muy ocupadas para fijarse en mi. Esperando que eso sucediera en la mañana volví a mi habitación para descansar.

….

Mis planes de escabullirme no salieron como esperaba, cuando vi que los niños se marchaban en grupos decidí salir para huir de allí, pero Tori aun no se había marchado, no sé como lo hiso pero al final terminé viniendo con ella a una tonta "excursión por el bosque", pero no estábamos a más de dos kilómetros del campamento, me quejaba con la mitad latina de esto, no había nada interesante que ver pero aquellos niños estaban entusiasmados, recolectaron algunas plantas y madera para una fogata que habría dentro de unos días.

No sé cómo fue que atardeció tan pronto si no hicimos nada más que caminar en círculos, almorzamos unas frutas y barras de cereal, moría de hambre y apenas llamaron para la cena fui la primera en llegar. Sentándome en el mismo lugar de ayer devoré mi cena y ahora si podría pedir otra ración de comida, pero Tori junto a su hermana tenían que venir.

-Sí que tienes buen apetito – Trina arrugó la nariz. Quise gruñir para que se alejaran y me dejarán en paz, respiré profundamente tratando de calmarme, levantándome con brusquedad salí del lugar dirigiéndome a mi cabaña de nuevo, no me gustaba pasear en las noches, así que de nada serviría quedarme fuera.

….

-Mátenme – susurré cuando Tori volvió a atraparme para que me uniera a las actividades, naturalmente las otras personas adultas del lugar se sorprendían que no armara una escena o la asesinara con mi mirada, ya que algo así sucedió la última vez cuando quisieron incluirme en sus jueguitos de exploradores.

-Te divertirás, lo prometo – sonrió algo coqueta.

Estábamos en los típicos juegos de halar la soga, Tori, Trina y yo contra unos cinco niños de doce años, parecía que yo era la que tenía más fuerza al tirar, solté la soga y ambas hermanas terminaron siendo arrastradas y cayeron al fango. Reí con fuerza mientras se levantaban con todo el cuerpo embarrado y la Vega mayor hizo un berrinche de diva.

-¡No es gracioso! – Tori gritó.

-El fango en tu rostro se ve perfecto – pasé de largo, ella me abrazó por la espalda provocando que una corriente eléctrica subiera por mi espalda, pero sentí que se limpiaba el rostro en mi camiseta - ¡Vega!

Corrí tras ella con una porción de fango entre las manos, para estampárselo en el rostro, pero se ocultó detrás de Trina y fue ella quien recibió mi pequeño obsequio.

Luego de todo ese incidente el día pasó rápidamente con actividades de carrera de ensacados, carreras de tres piernas y la revancha en la de halar la cuerda. Antes de ir a cenar aproveché para tomar un baño rápido, sabía que de nuevo tendría mucho apetito y no podría tomar otra porción, así que al mal tiempo darle prisa, fui a la cafetería y comí lo más lento que pude para engañar a mi estómago.

-Si quieres puedes comerte esto – Tori sacó unas cuantas frutas – he notado que te quedas con hambre – alzó sus hombros, no hice ningún comentario y las comí, sin duda me sorprendió que lo notara.

Han pasado cuatro días en los que he estado con Tori en sus actividades y no he podido recorrer el bosque como quería, no es que me haya disgustado pasar el tiempo con ella, pero mi cuerpo necesita sentirse libre.

-Es todo por hoy chicos, descansen, mañana habrá varias competencias y los ganadores tendrán estos lindos llaveros en forma de lobos – sacó un llavero color dorado en forma de un lobo aullando – también nosotros concursaremos así que den lo mejor.

Todos se retiraron a sus cabañas, apenas comenzaba a atardecer así que vi mi oportunidad, tomando de nuevo mi manta corrí hacia el bosque transformando mi cuerpo, se sentía tan bien que sentí ganas de aullar con fuerza, corrí libremente por los alrededores hasta que oscureció y decidí volver.

-¡Jade! – escuché decir, noté una luz a lo lejos, me acerque despacio tratando de olfatear, aun era un lobo así que no debían verme - ¡Jade, sé que estas aquí!

-Rayos – gruñí un poco, era Tori la que me estaba buscando, ¿Sería posible que me vio transformarme? Despacio trate de caminar lejos de ella para volver a mi apariencia humana, pero apuntó la luz a mí dejándome algo ciega.

-¡Ahhh! ¡Un lobo! – gritó y echó a correr hacia el campamento, resoplé y también corrí tras ella, quería llegar antes para meterme a la cabaña y no levantar sospechas, pero creo que ella creía que la comería ya que por voltear a mirarme cayó y tomó una rama para defenderse, me limité a mirarla y pasé de ella, llegando pronto al campamento y volví a ser la misma de siempre - ¡Jade! – me abrazó con fuerza, parecía que lloraría en cualquier momento - ¡Hay un lobo cerca de aquí! Pero era gigante, quería comerme – sentí algo de culpa por asustarla, la abracé con fuerza hasta que se calmó.

-Tranquila, ya no está – ella asintió y limpió unas cuantas lagrimas de su rostro – De seguro el pobre animal se asustó al verte y huyó – reí, porque de cierta forma era verdad, me asusté al verla, ella frunció el ceño y golpeó mi brazo, alejándose de allí. No sé porque pero sonreí al ver que ahora estaba bien.

….

Naturalmente iría a esas tontas competencias, aunque esta vez Tori no me obligó, sino que quería ganar ese llavero y demostrarle que era muy hábil en esas competencias. Claro que tendría que entrar en las que participaban jóvenes o los líderes de los grupos, para que sea equitativo.

Entré al concurso de tres piernas junto a Tori, pero ella caía a cada momento que me daba ganas de arrastrarla hasta llegar a la meta, extrañamente Trina llegó en primer lugar sin necesidad que su pareja la cargara.

-Gracias Vega – bufé al saber que perdimos.

Llegué en segundo lugar en la carrera de ensacados, un tipo similar a Beck me ganó por una nariz, literalmente, cayó y rostro quedó al otro lado de la meta, era trampa y protesté hasta el cansancio pero al final él terminó ganando. En una carrera por el bosque me avergüenza decir que perdí por seguir a una ardilla, no sé qué sucedió conmigo pero mis instintos fueron mayores que terminé desviándome de la ruta.

Quedaban solo dos eventos, una carrera en canoas y otra de varios obstáculos. La primera era en parejas y Vega me escogió, antes de que pudiera protestar ya estábamos en la embarcación esperando el conteo para salir.

-Más te vale que remes de prisa – ella asintió, escuchamos el disparo y salimos, teníamos un buen ritmo y parecía que ganaríamos - ¡Rápido, ya estamos cerca!

-De acuerdo – pero en su intento de remar más a prisa me golpeó con el remo, haciendo que cayera al lago. Rápidamente traté de volver a subir pero la canoa se movía dificultándome hacerlo.

-¡Ayúdame si no quieres que te mate cuando logre subir! – tomó el borde de mi camiseta y haló de mi hasta que conseguí pasar una pierna y volver a la embarcación, la ropa mojada se pegaba en mi cuerpo y se quedó mirando mi figura, gruñí fuerte, de nuevo habíamos perdido.

En la carrera de obstáculos ella no se presentó, así que era mi oportunidad de ganar, salté ágilmente entre las barras, escalé y cuando teníamos que arrastrarnos por el fango aproveché que Trina quedo atrapada y pasé velozmente, consiguiendo llegar a la meta algo agitada, pero al fin había ganado.

Para finalizar el día habría una fogata, así que asaríamos malvaviscos mientras contaban historias de terror o algo por el estilo. Me coloqué ropa normal y salí para unirme al círculo de personas que se encontraba rodeando el fuego.

-Hay una leyenda que cuenta que este bosque está encantado – dijo el guardabosques – se dice que varias personas han desaparecido sin dejar rastro, como si la tierra los hubiera tragado, pero hay un espíritu que se las lleva, lo llamamos el espíritu del bosque – reí por lo obvio que sonaba eso – aquel espíritu se alimenta de las personas que se adentran en el bosque, principalmente son mujeres pero también hay casos donde hombres desaparecen. En todos estos años que he custodiado el bosque no he podido encontrar siquiera una pista de ellos, algunos forenses creen que son los lobos de gran tamaño quienes se los comen – Tori dio un respingo al escuchar eso, naturalmente ella ya conoció a uno – pero los lugareños aseguran que es ese espíritu malvado quien se los lleva, aunque un grupo reducido cree que en realidad es un espíritu animal que está protegiendo el bosque. Si aprecian sus vidas no se adentren en el, nadie sabe que podría sucederles.

-Demasiado fantasioso – Trina se levantó y caminó con su celular buscando señal.

La noche continuó con absurdas historias, hasta que conté la mía sobre un títere que asesinaba personas en una licuadora, todos temblaron de miedo y casi mojan sus pantalones como Robbie. Cerca de las diez de la noche todos se dirigieron a dormir, pero Tori fue en dirección al lago, decidí seguirla y ella se encontraba sentada el borde del muelle de madera.

-No es seguro que una chica esté aquí a esta hora – dije con tono indiferente, ella sonrió y me senté a su lado – muy buena vista – miré el reflejo de la luna nueva en el agua y el cielo estrellado.

-Hermoso en verdad – suspiró – ya había olvidado cómo eran estos lugares, Trina solía hacer demasiado escándalo cuando papá quería traernos de excursión.

-¿Por qué está aquí entonces?

-Quería salir con un chico durante el verano, pero él vendría como voluntario a este campamento – asentí comprendiendo que esa era una razón lógica para que alguien como ella esté aquí – prácticamente me arrastró con ella – me miró – nunca esperé encontrarte aquí, siempre creía que desaparecías en los veranos porque ibas a alguna casa embrujada o a asustar niños.

-No estás tan equivocada, esos mocosos casi mojan sus pantalones al escuchar mi historia de terror – ella rió con fuerza.

-Casi mojo los míos también – golpee levemente su brazo, unos aullidos se escucharon a lo lejos, ella se apegó a mi asustada.

-¡Auuuuu! – hice una mala imitación, pero aun así escuchamos otros aullidos de vuelta – me respondieron – sonreí, ella se separó de mi cuerpo.

-¡Auu-auuu! – Tori también lo hiso, aunque de una forma extraña, pero de igual aullaron de vuelta – también respondieron – se quedó mirando al cielo -me habría gustado poder tener uno de esos llaveros.

-Yo tengo uno – lo saqué de mi bolsillo, por alguna extraña razón ese lobo se parecía a mí, tomé su mano y se lo entregué, me miró confundida – aquí tienes un lobo que te cuidará sin importar lo que suceda, solo debes aullar cuando estés en problemas – sonreí, naturalmente ella solo lo vio como que aquel pedazo de metal seria quien la cuidaría y tal vez como algo romántico que dije en la ocasión

-Gracias – besó al lobo de metal y me dedicó una gran sonrisa, para todos (excepto ella) era obvio que me gustaba, con ese gesto consiguió acelerar mi corazón, juro que si no tuviera autocontrol ya me habría lanzado a besarla.

-¡Tori! – los gritos de Trina quitaron la paz del momento - ¡Tori, empaca tus cosas hermanita, volvernos a casa!

-¿Porqué? – ambas la miramos extrañada.

-El chico guapo de intercambio aceptó salir conmigo, así que tenemos que estar lo más rápido posible en casa, nos vamos ahora – volvió sobre sus pasos.

-¡Son dos días en auto, además está oscuro! – Tori fue con ella.

-No pasará nada hermana, además si viajamos ahora más rápido estaremos allí, tu nos acompañaras ya que él llevará a su hermano – ambas desaparecieron. Suspiré con fuerza, gracias Trina, arruinaste el momento.

Entré a mi cabaña enfadada sin despedirme de ella, metiéndome a mi cama, no tendría ninguna oportunidad de conquistarla y si por algún milagro consiguiera que se fije en mí de esa forma, le asustaría el hecho de que no soy totalmente humana. Golpee mi almohada y hundí mi rostro en ella, mañana seria un día aburrido.

….

Un sonido de sirenas y varios murmullos me despertó, apenas estaba amaneciendo pero había más ruido de lo normal. Salí a mirar que sucedía, un policía estaba hablando con el guardabosques, discretamente caminé cerca de ellos para saber que sucedía.

-¿Está seguro que eran ellas? – el guardabosque asintió – pues el auto que encontré concuerda con su descripción – mi cuerpo se tensó al escuchar eso.

-¿Qué pasó? – pregunté al guardabosques.

-Al parecer las señoritas Vega tuvieron un accidente – me miró preocupado – su auto cayó por un barranco.

-¡¿Pero están bien?! – miré al policía.

-Señorita, hacemos todo lo posible pero aun nadie ha podido bajar a mirar el vehículo – guardó la libreta donde anotaba la declaración del guardabosques – cuando venia hacia aquí vi el barandal de seguridad roto y un auto en el fondo, como estos lugares no son muy transitados pensé que pudo tratarse de un accidente que sucedió hace mucho tiempo.

-¡Demonios! ¡Lo primero que debía hacer es pedir ayuda! – lo tomé por su camisa - ¡Usted es un inepto, ellas pueden morir mientras usted viene a tomar nota como si nada pasara!

-Mis compañeros estarán aquí en algunas horas y bajarán a mirar el vehículo – quitó mi mano – pero no creo que hayan salido con vida.

Gruñí y me alejé de ellos en dirección a la carretera, cuando no estaba en su campo de visión me transformé y corrí lo más rápido que pude para encontrar el auto, quería matar a ese estúpido policía, a la tonta de Trina por no manejar correctamente y llevarse a Tori con ella. Luego de unos minutos pude ver el barandal roto y huellas de neumáticos en el suelo, me acerqué al borde y el auto se entraba varios metros hacia abajo, al parecer había quedado en posición normal luego de la caída ya que se podía ver claramente el capó rojo. Bajé por la tierra resbaladiza, clavando mis garras para no resbalar, estaba demasiado empinado y debía cuidarme de no caer en picada.

Cuando conseguí bajar y llegar al auto pude ver a Trina dentro de él, tenía sangre en su rostro y al parecer estaba inconsciente, pero Tori no estaba allí. Olfatee alrededor del lugar pero no podía encontrar su aroma, la puerta del copiloto estaba cerrada y los vidrios intactos por lo que no pudo haber salido disparada durante la caída. Aruñé la puerta del piloto haciendo que Trina despertara y se asustara al verme, pero la abrió y cayó como un saco al piso, resoplé y la empujaba con mi hocico para que se levantara.

-Maldición – moví su brazo y ella me miraba fijamente, esperaba que no volviera a desmayarse, agarró mi pelaje con fuerza y se levantó con un grito de dolor.

-No puedo caminar – dijo apenas, me acosté en el suelo esperando que subiera a mi lomo, no era algo que me agrade pero ella era la única que debía saber donde estaba Tori, además no era tan mala para dejarla morir aquí. Subió y tomó con fuerza mi pelaje de la nuca – Llévame al campamento por favor – susurró a penas.

Me levanté con fuerza y corrí en dirección a ese lugar, claro que ahora por la ruta larga que era el bosque, en más de una ocasión casi cae de mi lomo, su cuerpo pesaba y no podía moverme normalmente lo cual me enfadaba. Cuando llegué a los alrededores del campamento fui directamente a la enfermería, aruñando la puerta para llamar la atención y cuando escuché que la abrirían la arrojé fuera de mi cuerpo, dirigiéndome rápidamente a mi cabaña.

Tenía rastros de su sangre en mi cuerpo, tomé un baño rápidamente y salí hacia la enfermería esperando que la chica dijera algo sobre Tori.

-¿Cómo está? – pregunté a la enfermera.

-Bien, al parecer solo sufrió golpes, una pierna fracturada y una herida en su cabeza, nada grave – miró a Trina – lo que me sorprende es que haya podido llegar sola en ese estado.

-Si, como sea – me acerqué a la paciente – necesito que me digas donde está Tori.

-No… lo…sé – miró a su alrededor – estaba conmigo…en el auto. Un animal se atravesó y caímos por el barranco.

-Allí no había nadie – susurré mirándola a los ojos, ella pareció notar algo familiar - ¿Algo que recuerdes, no sé, quizás haya salido por ayuda?

-Una especie de sombra nos encontró y se llevó a mi hermana – cerró sus ojos – no recuerdo nada más – comenzó a llorar – búscala por favor.

Estaba tan frustrada que parecía que iba a llorar, Tori estaba sola en el bosque y al parecer algo o alguien se la había llevado, volví a mi cabaña y llamé a mi padre, contándole lo sucedido, necesitaba su ayuda en esto.

-Lo siento hija, pero no puedo ayudarte.

-¡¿Porqué?! ¡Estás solo a cuatro horas de aquí! – gruñí.

-Tuve que viajar a Washington por negocios – su tono de voz se puso serio – esos temas le conciernen a la policía, solo aléjate de todo ese asunto.

-¡Con o sin tu ayuda voy a encontrarla! – colgué el teléfono, no me había fijado pero tenía un correo de voz de Tori, en la noche no debí haber tenido señal cuando ella me llamó, rápidamente pulsé el botón para escucharlo.

-Jade, gracias por el obsequio, sé que te esforzaste mucho por conseguirlo y en verdad me sorprendió que me lo dieras. Me habría gustado poder charlar más contigo, quería decirte que yo…. ¡Cuidado con ese animal! – el ruido de las llantas y unos gritos se escucharon – Trina… ¿Estás bien? – su voz estaba débil y la llamada terminó.

Lancé el teléfono a la cama y tome mi manta, saliendo de prisa hacia el bosque, esta vez sí tuve cuidado de mi vestimenta guardándola y volví a mi apariencia lobuna, corrí de nuevo por la carretera hacia el lugar del accidente, mirando el bosque frente a mí, comencé a sollozar como lo hace un canino, aullé con fuerza esperando que ella me escuchara y respondiera de la misma forma extraña que lo hizo la noche anterior, pero en su lugar otros aullidos se oyeron en el lugar, Tori, te prometo que te encontraré.


Bueno, espero que les haya gustado y ya saben que cualquier crítica constructiva es bien recibida :D. Gracias por leer.