Hola!!! bueno cómo en uno de los reviews de mi otro fanfic "Porque está mal" me preguntaron si iba a poner lemon, hmm realmente estoy indecisa. Así que decidí hacer este twoshot, si les gusta el lemon lo pondré en el fanfic sino pues nada qué se le va hacer. Sufriré los golpes de Hibari hasta la muerte T.T
LamboxI-PinxHibari (aclaración:casi invisible I-PinxLambo)
NUESTRA BODA.
Oneshot 1 La duda
Tenía el traje, el lugar dónde celebrar la boda, dónde celebrar el banquete, el fotógrafo, la orquesta, las flores, los invitados pocos porque ella no quería que hubiera demasiada gente, quería algo íntimo y no demasiadas fotos, I-Pin suspiró. Parecía que estaba organizando una boda para ella e Hibari y no para Lambo, se estremeció sólo de pensarlo.
No debía pensar en Hibari, Lambo la convenció para que salieran juntos a pesar de que sabía que amaba a Hibari, I-Pin aprendió a querer a Lambo hasta hacerle un pequeño sitio en su corazón por lo que le pidió que se casara con ella, el Bovino aceptó sin duda y sabiendo que Hibari ocupaba un gran sitio en el corazón de la china.
Hibari se encontraba desde hacía dos meses en Italia, por asuntos Vongola y de su investigación, I-Pin rechazó la idea de invitarle y más de decirle sobre la boda puesto que no se sentía bien con eso, era como si lo engañara, pero sabía que no era así pues durante catorce años había sido invisible para él, de todas formas no lo quería en su boda porque estaba segura y eso I-Pin lo sabía con certeza, de que si estaba presente ella le diría que no a Lambo.
Se excusó con los demás miembros alegando que a Hibari no le gustaba ver a tantos herbívoros juntos. No mentía porque esa parte era verdad, sólo omitía sus sentimientos. Afortunadamente evitó gracias a Tsuna que Haru, la embarazadísima esposa de Gokudera, organizara la boda más extravagante nunca vista. I-Pin estaba aliviada, había organizado la boda en tiempo récord mientras duraba el viaje de Hibari y mañana a esas horas, a sus diecinueve años, sería la esposa de Lambo, le pertenecía exclusivamente a él.
De repente se sintió sobrecogida por la evidente realidad: estaría atada hasta la muerte con otro hombre que no era Hibari, era como si el anillo en su mano pesaba toneladas. Pero nadie de la fiesta de compromiso lo notó, nadie vio cómo ese anillo se le quedaba cada vez más grande y pesado, I-Pin dio gracias en silencio a que nadie lo sintiera pues no quería que nadie le preguntara, simplemente quería disfrutar de su fiesta con sus amigos, no había faltado nadie en el cuartel Vongola: Iemitsu y Nana Sawada, Lal y Colonello, Chrome siempre con Mukuro, Ken y Chikusa, Lancia, su adorado maestro Fon, Tsuna con su esposo Kyoko y su hijo, Gokudera, Haru y su hija, Yamamoto, Fuuta, Giannini, Ryohei y Hana, Dino con su esposa y sus dos niños, Spanner, Irie, el tío Kawahiro, Uni siempre protegida por Gamma, Reborn y Bianche, quién cubrió parte de su rostro por el bien de su pequeño hermano, además de algunos miembros de la familia Bovino que tenían a Lambo en alta estima.
Realmente era una fiesta concurrida.
-¿Qué………….demonios…….hace………tanto………..herbívoro junto………como si fuérais borregos?
A I-Pin se le heló la sangre, ¿no se suponía que regresaba dos días después?
-H-H-Hibari-san-balbuceó Tsuna-Nosotros….eh……..veras………
Cuándo I-Pin lo miró ya tenía sus tonfas en las manos y esa expresión de "Os golpearé hasta la muerte"
-Ciaossu, Hibari. Es la fiesta de compromiso de Lambo e I-Pin-soltó Reborn con naturalidad-Debido a unas misiones tuvimos que retrasarla hasta el día anterior a la boda, en otras palabras, mañana se casan.
I-Pin notó como sus piernas apenas eran capaces de sostenerle cuándo Hibari posó sus fríos y profundos ojos azules sobre ella, su vista se deslizó desde el rostro de I-Pin hasta el anillo en su mano, I-Pin luchó contra el impulso de esconder su mano, tuvo suerte de que Lambo se la tomara en aquel mismo instante fijando su mirada en la de Hibari, una advertencia muda, el guardián de la nube hizo una mueca de desagrado y salió de allí.
-Oye I-Pin-la llamó Mukuro-¿os casáis porque estás embarazada?
Si hubiera sido una serie de dibujos animados, ella y Lambo estaban seguros de que todo habrían caído con los pies para arriba.
-C-Cl-Claro que n-no estoy e-e-embarazada-musitó I-Pin completamente sonrojada-L-L-Lambo ha sido u-un c-c-caballero.
Chrome le lanzó una mirada reprobatoria a Mukuro, el ilusionista puso las manos en alto.
-Oh vamos….sólo……lo decía……porque nadie se casa hoy en día con diecinueve años, cómo mínimo con veintidós-se excusó.
I-Pin eso lo sabía pero deseaba no hacer daño a Lambo y la única forma de conseguirlo era estar atada a él, estaba convencida que Lambo en vida marital la haría inmensamente feliz, incluso más que en el noviazgo y ella haría lo imposible porque él no se arrepintiera.
Estaba decidida a no tener dudas.
Horas más tarde llegó el momento de despedir la fiesta, agradecieron la asistencia de los presentes y dieron bolsas de caramelos para los niños.
-¡Tengan cuidado al máximo!-les advirtió Ryohei-Dicen que da mala suerte verse el día antes de la boda.
-¡Ryohei!-gritó Hana tirándole de la oreja-No les digas esas cosas a los dos.
Ryohei rió como un niño abrazando a Hana por detrás.
-Lo siento-se disculpó sonriendo-Seguramente mañana vaya todo bien.
"Nada de dudas" se repitió constantemente I-Pin "No tengo ninguna duda"
3.00 AM
I-Pin se revolvió en su cama sin gota de sueño. No dejaba de pensar cómo cambiarían las cosas cuándo se cara, no es que nunca antes no pasara muchos días seguidos con Lambo o no cocinara para él pero haría eso todos los día, dormirían en la misma cama, harían esas cosas, eso de…….de……..hacer niños. ¡Caray! ¡Si ni siquiera se atrevía a pensarlo! ¡¿Cómo haría mañana en la noche de bodas?!
Intentó mantener la menta en blanco para dormirse pero luego de media hora se dio cuenta de que sería imposible y de que mañana luciría unas preciosas ojeras para las fotos.
Se levantó de la cama, hizo caso omiso de su cabello desarreglado cayéndole por la espalda, de su camiseta azul de tiras y de su pantalón azul de pijama que revelaban su femenina figura, ¿quién iba a estar despierto a las tres de la mañana?
Caminó en silencio hacia la cocina, prendió la luz y tomó una taza llenándola de leche y la puso a calentar en el microondas. Estaba segura de que beber algo caliente como leche con miel le templaría los nervios. Se mordió los labios mirando el tazó de leche girar dentro del microondas, ¡¿Cómo diablos se podía hacer tan largo un minuto?! Y las manecillas del reloj iban cada vez más lentas hasta que, para I-Pin, pareció que hubo un momento en que se pararon.
Cuándo el microondas se dignó a terminar, sacó el tazón de leche y le añadió unas cucharadas de miel removiéndolo.
"Todo irá bien" pensó dándose la vuelta "Todo…….."
I-Pin dio un respingo al encontrarse con Hibari, el cual llevaba su yukata negra, pasado a pocos metros. Oh no, esto no iba a ir nada bien.
"No he visto nada" se repitió I-Pin bajando la vista al suelo, dio un sorbo a la leche con miel y se dispuso a irse.
-¿Nervios?
I-Pin paró en seco al oír la profunda voz de Hibari y, sin atreverse a mirarlo, asintió con la cabeza.
-Si hay nervios, hay dudas-volvió a hablar con la voz más ronca-y por consiguiente no te casaras.
Si I-Pin no hubiera hecho acopio de toda su sangre fría, su piel ahora mismo sería de gallina.
"No hay dudas" quería decir, sin embargo, ella sabía perfectamente que su voz la delataría y el guardián de la nube descubriría la mentira.
-Formar otra familia de herbívoros-masculló Hibari, aparentemente con asco-cómo si no hubiera ya suficiente.
Quería abofetearlo por ese comentario tan cruel, aún con esas ganas se tomó de un sorbo lo restante de la leche y lavó la taza meticulosamente en el fregadero. Por una parte I-Pin estaba disfrutándolo, porque aunque no fuera vengativa tenía su orgullo y estar ignorando al guardián de la nube de una forma tan deliberada, le producía cierto grado de satisfacción, era como pagarle por los años que la ignoró, cómo pasarle por los narices que se iba a casar con otro, que iba a ser de otro, que iba a tener un hijo de otro.
Esos cinco minutos a solas con Hibari le habían servido para reforzar su decisión, pero tampoco quería tentar su suerte, era mejor marcharse ya.
-Ven-ordenó Hibari autoritariamente.
I-Pin tembló de arriba abajo como un flan quedándose parada. El guardián de la nube pasó caminando por su lado haciendo un ademán de que lo siguiera, no sabía concretamente si obedeció por la autoritaria voz o por curiosidad, ¿acaso pensaba darle la felicitación por la boda? ¿El regalo? Desechó esa idea.
Hibari no era de esos.
Caminaron largo rato por los pasillos a oscuras sin decir ni una palabra, sólo se escuchaban sus pasos en el oscuro pasillo, no había nadie cerca. A I-Pin repentinamente no le pareció tan buena idea haber ido con Hibari. El pelinegro finalmente se paró corriendo una puerta, I-Pin no tardó en percibir que era la habitación de Hibari dentro de los territorios del guardián de la nube. "¿Por qué me ha traído aquí?" pensó observando la habitación del guardián de la nube.
Era la primera vez que lo veía pero era como la había imaginado: un techo de madera cómo en el resto de las dependencias del territorio de Hibari, un gran futón extendido en el suelo, algunos pergaminos en una pequeña estantería que era lo único destacable, un armario con doble estantería para guardar más futones, una cómoda……Hibari realmente no tenía nada en esa habitación que pudiera mostrar algo oculto en su personalidad se veía cómo los demás lo veían a él: sereno y frío. Aquella habitación necesitaba un toque femenino.
I-Pin dio un paso atrás al sentir un escalofrío recorrerle por la espalda. No debía entrar ahí, había sido un completo error seguirle. Porque sabía que estaba a punto de traicionar a Lambo. ¿Qué le pasaba? Sus piernas no se movían, sabía que debía correr lejos de é antes de cometer la traición y sus piernas no la obedecían.
Todo el cuerpo de I-Pin se derritió en cuánto Hibari pasó sus labios sobre los de ella, el guardián de la nube mordisqueó un poco los labios de I-Pin abriendo su boca. La joven china tenía los ojos muy abiertos, completamente anonadada, no reaccionó ni siquiera cuándo los fuertes brazos de Hibari la alzaron sosteniéndola en vilo, pero su reacción llegó al sentir cómo se adentraban en la habitación del guardián de la nube, empezó a resistirse, se removió tratando de romper el beso sin éxito.
Realmente Hibari estaba siendo muy insistente y……..tenía que…….reconocer que apasionado.
¿Qué pasó con Hibari? Lo conocía desde hacía catorce años y era la primera vez que lo veía portarse de esa manera.
Sintió su piel erizarse al percibir que estaba siendo acostada en el futon. Su respiración se aceleró y volvió intentar deshacerse de Hibari pero él era mucho más fuerte que ella y la dominaba con facilidad.
I-Pin soltó un pequeño gemido de dolor al notar como Hibari mordía su cuello con fuerza, claro que, ¿qué otra cosa podía esperar de alguien con sed de sangre e inclinación hacía la violencia? Aunque al acostumbrar ya no se sentía tan mal. Contuvo la respiración, se incorporó un poco viendo cómo ahora Hibari levantaba con sus dientes su camiseta dejando su ombligo al aire, Hibari lo empezó a besar, las manos del guardián continuaron deslizando la camiseta acariciando la piel que iba siendo descubierta. Hibari continuó subiendo, succionando algunas zonas de la piel con sus mordiscos, dejándola marcada.
I-Pin se mordía el labio, soltando gemidos y jadeos, entonces lo notó. ¡Casi grita de sorpresa!
¡¿Cómo no se lo había esperado?! ¡Hibari era un hombre! ¡¿Cómo no iba a tener eso?! Pero que se le notara ya……..I-Pin se sonrojó con fuerza cerrando los ojos, cubrió con sus manos su pecho para que el guardián no pudiera verlo ¡no! ¡qué vergüenza! Y……y………aún por encima estaba esa cosa……ahí…….alzada………..
Pero Hibari tomó igualmente su mano, el corazón de I-Pin se aceleró al notar a través de su tacto el torso de Hibari, era duro y se notaban con facilidad los músculos bien formados, el moreno siguió bajando la mano de I-Pin por su anatomía. De repente ella quitó la mano.
¡Lambo!
I-Pin se escurrió de debajo del cuerpo del guardián y salió corriendo cubriéndose con su camiseta, corrió todo lo que antes de que él pudiera darle alcance, volvió a ponerse la camiseta mientras corría, finalmente consiguió orientarse en la oscuridad y encontró su habitación encerrándose bajo llave.
Se derrumbó en el suelo apoyan la espalda en la puerta, gimoteó tratando de limpiar las lágrimas que le recorrían por el rostro, de todas formas, estas siguieron resbalándole por la cara.
¡Ella era un monstruo!
¡Un repugnante monstruo!
Se llevó las manos a la cabeza, clavándose los dedos en el pelo con fuerza. Su pequeño cuerpo temblaba ante cada sollozo.
-No puedo casarme con Lambo-murmuró llorando con más fuerza-No después de esto.
Había engañado a Lambo de la peor forma posible, ¿cómo se lo diría? No podría mirar a la cara.
Nunca más.
Bueno pues el siguiente capi es el último a ver qué tal el lemon.
Nos vemos!!
