Reto a la carta.
Tabla de los enamorados.
#8 Miradas
Claim: Mimi Tachikawa y Yamato Ishida.
Notas de autor: Esta tabla tiene 14 retos en total. Pero, a parte de Mimato habrá Taiora. Oh sí 7 de cada uno. Así que esperen poco para que me atreva a publicar el primer capítulo para Tai y Sora. Son retos distintos, pero con algo en común es para el día de los enamorados. No tendrán conexión en sí, uno que otro sí, serán más bien distintos escenarios, tal y cómo lo dice el sumario. Gracias de nada.
Disclaimer; Digimon no es mío. El reto sí. No al plagio. Gracias de nada.
MIRADAS
Por enésima vez, en dos horas, clavó su vista en ella. La mujer que se suponía que debía estar a su lado, pasando ese día lo había ¿Ignorado?, ¿A qué jugaba? Si era a ella a quién le encantaban esas cosas tan cursis como el San Valentín y ahora resultaba que no estaba con él... conviviendo como lo estaban haciendo muchos.
Ella era la organizadora del festival del "día de los enamorados" en el colegio. Acto que la llevó a estar, días atrás, separada de él. Mimi había pensado que cuando llegara el catorce podría estar todo el día con Matt, porque al fin de cuentas todo estaría perfecto, cómo ella lo había planeado. Pero fue todo lo contrario, ese día fue la más solicitada de la escuela. Cuando llegaba un repartidor de flores, ella tenía que ubicarlo y decirle a dónde tenía que ir. Tenía que supervisar que los puestos estuvieran bien, que las cartas que mandaban llegaran a su destino. Y para colmo sentía la penetrante vista de Matt sobre ella, ¿Pero qué podía hacer?
Matt apuñó sus brazos. Tenían días de no estar juntos y ahora que se suponía que debían estarlo, con más razón, ella era la que estaba ausente.
Y siguió mirándola, Mimi estaba parada frente a él —a una considerable distancia—. Estaba de lado, hablando con una chica, la que suponía que era la que le ayudaba.
Se sentía irritado. Porque era irritante ver cómo los planes que tenía se iban desplomando poco a poco. Era irritante ver a los demás divirtiéndose frente a él y era más irritante estar solo, esperando como idiota a que a la princesa se le diera la gana ir con él. ¿Qué era más importante el festival o él?
La castaña se giró a donde Matt y lo miró directamente a los ojos lazándole una mirada de súplica que le decía "Espera un momento más"
Matt se volteó hacia otro lado rápidamente porque sintió sus mejillas arder... se había sonrojado y no quería que Mimi viera eso. Toda la irritación que mantenía en su ser desapareció al ver esos ojos miel.
Él estaba de acuerdo que estar enamorado a veces no era bueno para su salud, porque le bastaba una sola mirada de Mimi para que cambiara de opinión de un momento a otro.
Y ella sabía que con eso, podía tranquilizar, aunque sea un poco, a Matt. Se sentía tan mal, dejarlo solo y al no poder pasar un buen rato con él, a ella le encantaba tanto esa fecha, porque era tan mágica, tan especial y tan hermosa.
—Y al ver el edificio verde, das vuelta a la izquierda, caminarás por un pasillo y enfrente estará esa aula —le indicó Mimi, al fin tenía tiempo de estar con Matt.
Caminó hacia él que estaba sentado en un banco junto a unos de sus compañeros de la banda. Le soltó una sonrisa, al notar que la veía. Ambos se dedicaron una mirada, la más profunda de todas. Los ojos miel de Mimi le decían que al fin tenían tiempo de estar juntos. Además la mirada de Mimi podía provocar demasiados efectos en él, desde un simple escalofrío que recorría toda su espalda, hasta hormigueo en sus manos y una rara pero agradable sensación en su estómago, y para colmo Mimi siempre lograba idiotizarlo con su mirada. Siempre.
—Discúlpame por no haber estado contigo —le dijo arrepentida.
Mimi había bajado un poco el mentón, pero seguía mirando a Matt, de esa manera que le hacía tanto efecto, estaba anclado a los ojos de ella. Navegaba en un río de caramelo.
—No —tragó saliva —importa ya.
Y era cierto. No importaba nada, cuando lo miraba así.
—Está bien —le sonrió —¿Nos vamos ya?—le tomó de la mano para salir de ese lugar.
Mas sin embargo, a penas dieron unos cuantos pasos fueron interceptados por la chica que hace más de una hora hablaba con Mimi, esa chica de cabellos negros y demasiado corto estaba frente a ellos disculpándose por haberlos interrumpido, pero aclarando que era asunto de vida o muerte. Matt dejó de escuchar cuando la chica pronunció algo de que nuevamente Mimi, ¡Su novia!, parecía que nadie lo sabía o lo había ignorado, tenía que ausentarse nuevamente.
Frunció el ceño, apretando con más fuerza la mano de la castaña, para así lograr evitar que se marchara. En cambio ella giró sus ojos de un lado a otro, tratando de encontrar una respuesta.
—¿Es necesario Nanami? —le repuso achicando el ojo izquierdo.
—Si no fuera así, no hubiera venido a buscarte.
Se giró a dónde Matt y lo miró nuevamente. El rubio también la observó y predijo lo que se iba a venir, así que se volteó al lado contrario.
Al instante la castaña pintó una mueca en su rostro y soltó un suspiro al ver que Matt seguía en las mismas. Por un lado lo comprendía, pero por otro debía de entender que ella hizo un compromiso y tenía que cumplir. Además, ellos todavía podían estar juntos por la noche.
Mimi le clavó la mirada en la espalda del chico. Él podía sentirla.
—Te prometo que en la noche te recompensaré esto.
Matt solo gruñó.
—Matt —esta vez, la miró de reojo. Ya que había usado ese tono de voz, tan infantil, tan meloso —¿Si me entiendes verdad? —había puesto la mirada de borreguito a medio morir.
El rubio soltó lentamente la mano de la castaña a verla a los ojos que brillaban más de lo normal, ¿Desde cuándo sus ojos brillaban así? él no lo sabía, pero le gustaba. Ese mirar, lo podía llevar a hacer cualquier cosa, a aceptar o a darle todo lo que ella pidiera. También había perdido la cuenta sobre en cuántas ocasiones los ojos de la castaña lo habían dejado anclado al suelo o a ellos mismos. Pero le gustaba estar así y no le importaba, porque él podía perdonarle todo a esos ojos color miel.
—¿Vamos a bailar? —le propuso.
—¡Sí vamos! —gritó alegre —lo siento Mimi.
—No importa Nanami.
La castaña miró marchar a su amiga junto con el chico que la había invitado a bailar. Ambos iban a la pista de baile. Observó que había demasiadas parejas bailando alegremente y se miró a ella, que estaba sola. Hizo un puchero y se cruzó de brazos. Matt no llegaba. Vio con recelo a todos los novios en la pista, todos se miraban tan enamorados, tan felices. Parecía que habían pasado un San Valentín tan bonito. Y el de ella había sido un asco. Tuvo que sacrificar el suyo para que los demás pudieran ser felices, eso era lo que le daba un poco de consuelo.
Pero había quedado de pasar el baile con Matt, sin interrupciones y él no llegaba. Ahora estaba molesta porque miró el reloj, y que su espera iba para más, cada vez avanzaban más lentos los minutos y el rubio no llegaba. Y para colmo, ella se había arreglado para ese ojiazul, era la más bonita ¿Pero de qué le servía si él no estaba ahí? ¡Se había arreglado para él!
Ahora estaba triste por ella y molesta con Matt ¡Lo iba a matar! o mínimo iba a sacarle los ojos con un popote.
Frunció el ceño, cuando la figura del susodicho apareció. Él estaba parado, mirándola esa manera, que hacía que sus movimientos fueran totalmente torpes, que las piernas le temblaran y sobre todo, que las ganas que tenía de matarlo se esfumaran. Es que esos ojos azules eran tan traicioneros. Eran cómo un imán que la llevaba a quedarse sumergida en Matt. Y de la manera más dulce le obligaba a olvidar el pasado.
Porque es tan guapo. Porque amaba su mirar.
Le sonrió.
Sinceramente no estoy segura del fic. Me parece que quedaba mejor en mi mente. Está un poco raro. Pero ya saben que siempre he pensando en Matt cómo el chico que no le dice no a una mujer. Y también que la mirada de Meems lo volvía loco, o algo así. Ya saben. Ten aquí está el dinero para la renta, tus zapatos y cosas así.
Prometo que el otro capítulo va a estar mejor. Aún me quedan 6 Mimatos. Pero ahora iré por el Taiora. Estaré a la par. Gracias por leer de antemano.
Reviews bienvenidos.
EDITADO. Muchos errores u.u
