Es el primer fanfic que me animo a publicar, todos los santos tienen un año mas que en la serie e hize que Shun fuera el menor de todos no Seiya, esta es una pareja que no se ve muy a menudo, la pense un dia que no dormi nada y tenia que levantarme y no desaba hacerlo, ojala les guste y espero sus comentarios.


UNA TRISTEZA PARA DOS


La mañana había llegado, aun con los ojos cerrados podía percibirla. El cantar de las aves que estaban en el árbol o quizás en el balcón la anunciaba, si continuaba con lo ojos cerrados, tal vez se había tratado de un sueño. Sí eso debió ser, eso le dictaba el breve de estado semi-inconciencia, cuando no despiertas del todo pero ese recuerdo lo obligo abrir los ojos de golpe enfocando una habitación que no era la del joven santo, los rayos del sol indicaban que era mas de media mañana. Recostado sobre el costado izquierdo su mirada recorrió desde el amplio balcón hasta el gran tocador lleno con cepillos, bandas para el cabello, labiales y demás "cosas" de mujer todo concluía que había sido real.

Desde esa posición, la visión de la recamara pintada de azul era limitada, no podía permanecer mas ahí, era cuestión de minutos para que Tatsumi se preguntara porque ella no había bajado aún. Se incorporó rápidamente deslizando sin querer las suaves sábanas alrededor del cuerpo, se arrepintió de inmediato pues una gran punzada llegó a su cabeza. Ella lo observaba, con esos hermosos ojos llenos de tristeza esa que él conocía tan bien; esta mirada era diferente le pareció que iba acompañada de una suplica silenciosa ¿Acaso, no deseaba que se fuera? Tal vez solo era su imaginación ¿Como podía conocer lo que sentía tan bien? No era su imaginación algo dentro de su corazón lo confirmaba, ella lo entendía, porque esa misma tristeza era reflejada a través de sus hermosos ojos verdes.

- No te vayas, aun no –le dijo ella abrazándolo.

- Debo hacerlo, es lo mejor.

- Fue extraño, sentí como si mi tristeza fuera compartida.

- Lo sé, dijiste eso mismo ayer.

- Entonces por favor no te vayas, solo tú lo entiendes Shun.

- Saori … yo ...

El beso que Saori le dio no lo dejó seguir hablando. Shun podía sentir esas tiernas caricias en su delgado pero marcado cuerpo, estás le demandaban cada vez mas de él, de sus besos, de sus abrazos, de su sentir. Sus respiraciones se fueron intensificando, pronto la ligera sábana que los separaba dejó de ser un obstáculo; esta vez sus cabezas estaban libres de las grandes cantidades de sake que, apagaron el no la noche anterior y sin embargo...

La noche anterior

- Buenas noches, Saori- san –dijo un joven de cabello verde con ojos a juego, al mismo tiempo que se quitaba una gabardina llena de nieve en la entrada de la mansión Kido.

- Buenas noches Shun, que imprevista nevada ¿No crees? –Afirmó mas para ella misma –. Debes estar cansado ¿Alguna novedad?

- No, aun no. Me sorprendió ver llegar Tatsumi en compañía de Hyoga –Shun ladeó la cabeza confundido.

- Sé, que no lo tienen en un buen concepto pero es generoso a su manera.

- Muy a su manera –susurró.

- Él estaba muy preocupado por Seiya, tenía muchas ganas de poder hacer algo útil. Sé que los trató muy duramente cuando eran niños, pero sin duda esta arrepentido, después de todo lo que hemos pasado juntos.

- Todos merecen una segunda oportunidad independientemente de los motivos de su corazones –sonrió dulcemente.

- Solo tú podrías dar una respuesta así –dijo entusiasmada –. No he cenado, me incomodaba hacerlo sola ¿Quieres acompañarme Shun?

- La verdad, tampoco he comido gran cosa.

- No sabía que cocinaras tan delicioso Shun, en verdad lo haces muy bien –dijo la joven, mientras se servía mas sake caliente en su propio vaso y en el de su compañero, una vez que hubieron cenado generosamente.

- No es para tanto Saori-san, tuve que aprender. Al vivir en orfanatos donde la comida era mala. Algunas veces cuando, lograba escaparse mi hermano, traía algo de comida que si mal no recuerdo nunca era obtenida legalmente –dijo divertido –como él vigilaba que nadie se acercara, yo tenia que improvisar y cocinar algo rápido además, durante el entrenamiento tienes que valerte por ti mismo no importando lo cansado que estés.

- Debió de ser muy difícil crecer de esa manera –susurró tristemente Saori desviando la mirada.

- Algo, pero como dice mi hermano ese fue nuestro destino y lo afrontamos lo mejor que pudimos y estando juntos fue mas sencillo ¡Oh! creo que no debería estar contando esto Saori-san –. Calló Shun al notar la triste mirada que le dedicaba Saori al otro lado de la mesa.

- Yo solo era una niña caprichosa y tonta, nunca me importó lo que ustedes estaban por pasar o habían vivido. Ahora me doy cuenta de ello, siempre han cuidado de mi, aun a costa de sus vidas.

- Ese es nuestro destino, la misión de los santos de Atena, eres nuestra diosa.

- Si y es por eso…por eso Seiya ha estado en el hospital los últimos tres meses en coma por mi culpa –sollozó. Shun la veía atentamente y entendía muy bien lo que pasaba en su corazón.

- Shun, cuando me miras así siento que también tienes un gran dolor que no le has dicho a nadie –dijo recargada sobre la mesa.

- Así es mejor, todos tienen suficiente con las guardias para cuidar a Seiya, con sus propios temores y preocupaciones –afirmó cabizbajo.

- El dueño del corazón mas puro de la tierra, prefiere guardar silencio o ¿Tiene que ver precisamente con ello? –preguntó astutamente la joven.

- Saori-san yo... –dudó y desvío su mirada de alguna manera ella había adivinado sus pensamientos.

- Shun, hemos pasado por tanto que puedes dejar los formalismos fuera –suplicó la joven diosa

Saori lo observaba atentamente, Shun hasta ese día no había hablado con nadie de lo que había sucedido mientras Hades había tomado posesión de su cuerpo y las terribles consecuencias que sufría. Como ella suponía, le había afectado ser el cuerpo elegido para ser la rencarnación de Hades un Dios que parecía ser lo mas alejado de esta alma tan bondadosa, ella había aprendido a aceptar que era la rencarnación de Atena pero recordaba que no había sido tarea fácil al menos había tenido un par de años para aceptarlo y dejar de luchar con el hecho que no era una chica normal. Aunque había aceptado su destino, había días en los que deseaba que no hubiera mas batallas porque los resultados estaban siendo muy dolorosos, ahora solo quedaban los santos de bronce vivos. Egoístamente Saori varias veces pensó en huir y dejar todo atrás; hasta que duramente se dio cuenta que nada lograría huyendo, aun así unas mañanas odiaba ser la rencarnación de Atena.

Shun no podía seguir callando; esos ojos llenos de tristeza sabían lo que había en su corazón, lo que había querido ocultar desde el momento en que él, Hyoga, Ikki y Shiryu habían abandonado el hospital, donde permanecieron por un mes recuperándose de sus heridas tras la batalla con Hades, esa voz dentro de su cabeza que incesantemente dictaba pensamientos que no eran los suyos, no había vuelta atrás, comenzó a relatarle todo lo que asfixiaba su alma.

- Ese es el problema, hay tantas cosas que pasan por mi mente cuando estoy frente a Seiya, si no fuera por "este puro corazón", que todos ven como un estorbo, incluso yo mismo lo he cuestionado. Creí que Ikki acabaría con mi vida y así evitaría los planes de Hades, él tiene todo el derecho del mundo a odiarme, desde niño ha tenido que cargar con su hermano el "llorón", sino fuera por mi; estoy seguro que no seria tal como es ahora. Debiste huberlo conocido sin el odio que albergó por todos nosotros al regresar de Isla Muerte –. En su voz se notaba el intento por no quebrarla –prefiere estar apartado de todos…debió hacerlo –dijo rotundamente –deshacerse de mi mientras pudo, no me hubiera importado, con ello toda la maldad hubiera acabado y Hades no se hubiera atrevido a seguir adelante. Consideraba muy valioso su cuerpo para luchar con el, de esa manera Seiya sería el que estuviera aquí contigo además…–pensó mientras entrecerraba los ojos, estaba eso que parecía acompañarlo siempre.

- Deseas que nadie sufra por tu culpa y al mismo tiempo, sabes no puedes hacer nada para cambiar tu destino, los dioses lo habían decidido y debes cumplirlo pero en corazón se rompe cada vez que lo haces y sabes que …

- Si no continuas, la paz de toda la nuestra amada tierra, así como toda la humanidad quedaría reducida a cenizas y si alguno de mis compañeros llegara a saberlo me …

- Consideraría un traidor, un malagradecido con el destino; porque anhelas desesperadamente tener una vida normal y esos pensamientos siguen, sintiéndote egoísta y...

- Cuando los demás hablan de la virtud de ese corazón puro y el gran amor que se albergas te hieren por todo lo que estas sintiendo y pensando.

- No somos tan diferentes, siento lo mismo. Un gran peso atormenta nuestras almas y corazones, no fue tan difícil de decir ¿Verdad? –Saori sintió alivio.

- Se lo debemos en gran parte, a esto –dijo agitando con su mano un vaso y bebiéndolo todo su contenido.

Siguieron hablando largo rato, de sus mas profundos sueños, temores y hasta de lo malo que había estado el clima, de todo aquello que suelen hablar los grandes amigos y algunos de los mejores se encuentran al calor de un par de copas, aunque en este caso fueron mas allá de solo un par.

- Lo mejor será irnos a dormir, es mas de media noche –sugirió Saori intentando tomar los platos vacíos, después de voltear a ver torpemente el reloj empotrado en la pared.

- Me gustaría ayudarte, pero no puedo garantizarte que lleguen hacia la cocina completos Saori-san –Shun se puso en pie sintiéndose algo mareado por el alcohol.

- Solo Saori. Pues me pasa lo mismo –dijo divertida –creó que es la primera vez en mucho tiempo que me siento tranquila y ¿Porque no? Feliz. Fue un gran consuelo el saber que alguien entiende lo que me pasa todos los días, es como si se hubiera convertido una pena mas ligera entre los dos.

- Es extraño, pero no deja de ser un gran alivio –sonrió el joven sintiendo una conexión con Saori que hasta el momento no había experimentado.

Alegres como hacia mucho no lo eran, Shun y Saori desistieron de llevar los platos a la cocina para dirigirse hacia la planta alta rumbo a sus habitaciones, pero la escalera nunca les había parecido tan larga y difícil de subir, al punto de que Saori resbaló de un escalón lastimándose el tobillo. Shun puso el brazo de ella al alrededor de su cuello para ayudarla a caminar; aunque no existió una gran diferencia como si decidiera intentarlo sola, la condujo hasta su habitación de lo cual se arrepintió dos minutos mas tarde cuando al intentar encender la luz tropezó con algo cayendo al suelo con ella encima.

- ¿Te encuentras bien? –dijo la joven preocupada y divertida sentada en el piso.

- Si, esta casa es peligrosa dos accidentes en una noche –afirmó al mismo tiempo que se frotaba la espalda lastimada por el piso.

- Casa mala nos quiere dejar en el suelo, apuesto que es eso –bromeó Saori.

- Totalmente de acuerdo –sonrió. Al mismo tiempo que aceptaba la mano de Saori para quedar sentados en el piso. Sus rostros quedaron muy cerca, se miraron largo rato tratando de descifrar esa extraña mirada que tenia el uno en el otro reflejada. No eran aquellos ojos tristes y culpables que por meses habían tenido, ahora se veían tal y como siempre habían sido; cargados de ternura, pureza y algo mas que no sabían bien como nombrar. Shun solo podía ver esos ojos violetas que lo miraban con tal intensidad que lo invitaban a perderse en ellos; nunca los había tenido tan cerca. Quiso grabar en su mente aquella cara tan hermosa; bajó la mirada inconscientemente hacia esos labios que ahora parecían tan delicados, suaves, irresistibles, ¿Y si se acercaba un poco a ellos? Solo un poco –pensó –mas cerca de esos tibios labios, algo que no entendía, ni quería hacerlo lo estaba conduciendo irremediablemente hacia ellos –¿Estaba bien, que diría su hermano, que dirían sus amigos, que dirían los dioses, y si esto era lo que llamaban pecado? –esa voz cada vez la oía más lejana, su mente estaba obsesionada por probarlos una vez, solo una vez –se convenció –sus labios se unieron al fin en un ansiado beso ¿Fueron unos minutos? o ya eran horas cuando por fin se separaron con algo de rubor en sus mejillas.

- Lo…siento –se disculpó Shun.

- ¿Tan malo fue? Yo jamás...–mencionó algo turbada. Saori recordó la vez Shun había traído una chica inconsciente entre sus brazos y sintió una punzada en el estomago.

- Tampoco yo –afirmó incorporándose y ofreciéndole su mano a Saori –. Debo irme.

- Buenas noches –la chica cerró la puerta tan pronto Shun salió. Se recargó de espalda contra ella y paso delicadamente dos de sus dedos por sus labios húmedos, no sabia que era lo que había pasado, pero sabia que no quería que terminara así que abrió de nuevo encontrándose a Shun a punto de tocar a su puerta.

- No quería despedirme así ¿Es un atrevido darte otro beso? –preguntó algo nervioso.

- El atrevimiento es, si no me lo das –afirmó lanzándose hacia sus brazos.

El beso se hizo cada vez mas apasionado haciendo que dentro de sus pechos sintieran muchas sensaciones desconocidas para los dos. Shun embargado por esa emoción comenzó a besar el cuello de Saori a lo que ella respondió mordisqueando su oreja ambos; dejaron escapar un ligero sonido que al ser escuchado agitó aun mas sus entrecortadas respiraciones, entonces ese sentimiento para el cual no encontraban palabras se adueño de sus labios, manos y cuerpos.


Espero te haya agradado el primer capitulo, no es muy largo para queno te aburras leyendolo espera proximamente el segundo lo estoy editando LO QUE VENDRA DESPUES...