¡Hola a todos! Últimamente las ganas de escribir fics de PoT me están volviendo loca, así que aquí traigo un drabble sobre una pareja que, en lo personal, me encanta, pero de la que casi no hay material: ChitosexTachibana (es que amo a Chitose)
Serán dos drabbles con un tema en común (aunque no están vinculados entre si) El tema es la muerte de un pariente. Espero que les guste o lo puedan disfrutar aunque sea un poco.
Advertencias: Shonen ai (ChitosexTachibana)/Muerte de un personaje.
Aclaración obvia de siempre: Prince of Tennis le pertenece a Konomi-sensei porque, de ser mío, sería un yaoi.
Hasta que la muerte nos separe.
I
¡No me toques! ¡Quiero estar solo!
Lo sujetó con fuerza, aferrándolo entre sus brazos. Nunca lo dejaría en ese estado. Su pareja (o lo que quedaba de ella) lo necesitaba más que nunca. Incluso si le gritaba o golpeaba él no se marcharía. "Miyuki, si tú hubieses muerto él estaría a mi lado", le decía a su hermana por el teléfono, para dejarla más tranquila, sin conseguirlo.
Dos años eran los que llevaban viviendo juntos. Y un mes desde la muerte de Ann Tachibana. Los paseos, las pequeñas discusiones en el desayuno y ese amor loco que se profesaban a la hora de las relaciones terminaron por disolverse. En su lugar habitaban los gritos y llantos, acompañados del estoico silencio.
Golpéame.
Estaban haciendo el amor luego de dos meses en que ni sus labios se habían rozado. Chitose miró el rostro bajo él. Su novio lloraba y le suplicaba que hiciera algo inimaginable. Lo besó, limpió sus lágrimas y bajó hasta su oído.
Kippei. Mi Kippei.
Los sollozos se hicieron más intensos. Sus manos, que antes permanecían inertes a los lados, rodearon el cuello de ese que pronunciaba su nombre con tanto amor. Ese al que no era capaz de responder. Ese al que estaba haciendo sufrir inevitablemente.
No fue tu culpa, Kippei.
Sentados, uno frente al otro, le tomó la mano, besándole los dedos. La menor de los Tachibana también se había llevado al mayor. Y aunque Senri tenía la esperanza de "revivirlo" estaba claro que tardaría, quizá, hasta años. Su amado no tenía la culpa del accidente en bus, por más que el grito "no estuve con ella" todavía resonara en las murallas.
Chitose… no hemos alimentado a los gatos en la calle.
El moreno sonrió, se paró y lo abrazó con fuerza. El llanto de su amado era silencioso. Una mejora. ¿Cuánto tardaría en recuperarse completamente? Esperaría, no importaba cuánto. Se mantendría a su lado, a sabiendas de que no lo necesitaba precisamente a él, sino a ella, la hermana muerta.
Ya habrá tiempo para eso, Kippei.
