Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.

Aviso:Este fic participa en el reto Celos del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.

Número de palabras: 496.

Leve Gaamatsu.


Reuniones


Si alguien le preguntaba por qué se sentía así, no tendría una respuesta muy concreta.

Tsunade era tan fuerte... Era una gran ninja, nada menos que una sanin y, por si eso no fuera suficiente, la quinta hokage. Era una mujer de carácter duro. Y por no mencionar su descomunal fuerza, su extraordinaria capacidad de curación y... su excesivo busto.

Sin embargo ella era una simple ninja de Suna, tan prescindible como el resto, sin ninguna autoridad ni importancia. Su carácter era débil, no imponía nunca ningún tipo de miedo, no sabia ni decir que no a los demás, se consideraba una torpe alumna y, con miedo a las armas.

Si bien era verdad que Tsunade no soportaba la sangre, eso ya era parte del pasado. En cambio en ella, aún hacía mella su miedo.

Aún después de todo eso, realmente ninguna de las anteriores era la razón por la cual se sentía así y, le parecía un tanto estúpido estar de esa manera por unos malditos... Celos.

Sí, celos. Sentía unos profundos e inmensos celos hacia la hokage de Konoha.

La razón, se remontaba a la multitud de reuniones entre la hoja y la arena, en las cuales también estaba implicado... el kazekage.

Sí, todos los celos arraigaban en las reuniones que tenían ellos dos.

Era cierto, como bien sabía toda Suna, que estaba irremediablemente enamorada de su maestro. Tal vez sonaba un tanto estúpido, pero estaba celosa de cuando Tsunade llegaba a Suna y se dirigía directamente a la oficina de su maestro, de cuando pasaba a su lado antes de entrar en esta -pues ella como ayudante del kazekage su mesa estaba fuera de la puerta de este- y, la miraba con esos ojos que tantas experiencias parecían haber pasado, que tanta determinación y bondad demostraban, esa sonrisa que tan serena se notaba y, ese busto podía hacer caer a cualquier hombre ante la lujuria. Tras verla pasar y sentirse considerablemente inferior, Tsunade entraba, durante horas, en el despacho del kazekage.

Durante todo el tiempo que se la pasaba en la oficina, ella se sentía angustiada, un deshasosiego le oprimía el pecho y una ola de celos la invadía.

Siempre tras la hokage, era ella quien entraba en la oficina, y siempre con una excusa u otra, solo para ver si había un rastro que le diera indicios de lo que allí había pasado.

Entró en la oficina, con su actitud un tanto más infantil que de costumbre por culpa de las reiteradas visitas de la hokage.

Él levantó la mirada de los papeles, se puso de pie y caminó hasta estar frente a ella.

—¿Otra vez te pones así? —ella esquiva su mirada, y se cruza de brazos.

—No sé de que hablas —contesta con las mejillas infladas, él sonríe quedadamente, adora ese gesto suyo. Antes de besarla dice una última frase.

—¿Matsuri, no se supone que mi mujer eres tú? —y ella sabe muy bien eso, pero, no puede evitar sentir celos.


¿Review?