ADVERTENCIA:
Este fic sigue la trama cliché de personajes atrapados en una isla (la amo, sorry not sorry), solo que habrá una mezcla rara de una especie de competición. Cuando avance se verá.
En este capítulo hay mención de:
TodoBaku, Tsuchako, JirouMomo, KoudaJirou y KiriKami.
[...]
—Mañana iremos de viaje a cierto sitio —informó Aizawa con seriedad.
Toda la clase se quedó en silencio durante unos segundos tratando de procesar lo que acababan de escuchar.
—¡¿De viaje?! —un primer grito de alegría por parte de Hagakure fue el inicio de otros muchos, seguidos de vitoreos y algo de escándalo.
—¡¿De verdad?!
—¡¿Vacaciones anticipadas?!
—¡¿Habrán mujeres buenorras?!
—¡Chicos, silencio! —exclamó Iida tratando de tranquilizar a sus compañeros—. ¡Dejemos que el profesor lo explique!
—En fin... —suspiró Aizawa una vez que todos se quedaron en silencio—. Mañana a las seis. No llevéis absolutamente nada —finalizó concisamente segundos antes de que toque el timbre de salida.
—¿Eh?
Dicho aquello, el profesor se marchó dejando a los alumnos con ciertas dudas al respecto.
¿No se suponía que si era un viaje, había que llevar equipaje?
—Qué extraño... —murmuró Izuku para sí.
—¡Ya sé! ¡Seguro que son unas vacaciones con todo incluido! —se ilusionó Kaminari levantando un dedo con alegría.
A pesar de que era un poco raro, la mayoría no le dio importancia a ello y se alejaron felizmente mientras conversaban sobre el tema.
Un viaje. No sabían a dónde, pero sonaba bastante bien.
Al menos eso era lo que creían.
[...]
—Estáis todos, ¿verdad? —comunicó Aizawa una vez amaneció y los alumnos se hallaban en la puerta de U.A. donde el profesor les había indicado.
—¡Sí! —exclamaron casi todos con felicidad.
Sin decir nada más, Aizawa se los llevó al aeropuerto donde tomarían un vuelo privado para llegar a su destino.
A pesar de las numerosas preguntas por parte de los jóvenes, el adulto se negó a dar más información al respecto.
—¡Qué emoción! —exclamó Ashido.
—¡Encima todo es gratis! —siguió Ochako con una sonrisa de tranquilidad.
—Pero todo esto es demasiado extraño... —comentó Yaoyorozu con cierta preocupación.
—¡Vamos, Yaomomo, hay que disfrutarlo! —animó Hagakure.
No pasó mucho tiempo hasta que se subieron al avión y este se puso en marcha.
Cada alumno solo traía ropa normal y corriente; tal y como el profesor había dicho.
—Kaminari, eso... —murmuró Kirishima al ver cómo el rubio había escondido su teléfono en uno de sus bolsillos.
—No creo que se dé cuenta... —respondió en voz baja mirando a su amigo, el cual estaba sentado a su lado.
—¡Profesor, Kaminari-kun ha traído el teléfono móvil! —informó Iida con seriedad mientras movía las manos de manera extraña—. ¡Es un claro incumplimiento de las órdenes otorgadas por usted!
—En fin... —suspiró el profesor levantándose de su asiento para dirigirse al de Kaminari—. Dame eso —mandó mirando terroríficamente al joven rubio que no tuvo alternativa—. Y tú también —finalizó avanzando, después de coger el móvil de Denki, hacia el asiento de Ashido, la cual también se lo había traído.
—Te lo dije —comentó Sero al ver cómo su compañera entregaba su querido Smartphone en contra de su voluntad.
El vuelo prosiguió con calma y entre comentarios alegres por parte de algunos estudiantes.
—¡Juguemos a algo! —exclamó Mina para animar aún más la cosa.
—¡Veo, veo! —exclamó Kaminari.
—¡¿Qué ves?! —le siguieron el juego algunas chicas y otros chicos.
—¡Un amargado!
—¡Bakugou! —respondieron rápidamente varios al unísono.
—¡¿QUERÉIS MORIR?! —se exaltó el rubio explosivo a punto de levantarse y cuyo grito terminó por despertar a Todoroki, el cual estaba durmiendo al lado de la ventana.
Midoriya, por otro lado, había permanecido bastante nervioso y preocupado.
Le resultaba demasiado extraño que Aizawa no hiciera ni dijera nada más sobre aquel desconocido viaje. Lo peor era que aquel hombre no estaba durmiendo; permanecía con la mirada fija al frente ya que Izuku lo comprobó cuando se levantó a preguntarle una cosa.
¿De verdad era su profesor? Tal vez un villano había suplantado su identidad y, ahora, estaban siendo secuestrados para ser llevados a un país y ser asesinados o prostituidos para que luego vendieran sus órganos.
Un fuerte ruido seguido por los gritos de algunas chicas lo sacaron de sus pensamientos.
—¡Profesor! ¡¿Qué está pasando?! —sucesivos gritos podían escucharse por todo el avión.
—¡Nos caemos, nos caemos! —gritaba Mineta totalmente acojonado.
—¡Vamos a morir! —exclamó Kaminari haciendo que cundiera más el pánico.
—Yaomomo, hay algo que... desde siempre... —comenzó Jirou en voz baja.
—Bakugou, yo... —murmuró Todoroki mirando al chico explosivo que fruncía el ceño.
—¡Chicos! ¡Tenemos que tranquilizarnos! —decía Iida, el cual también estaba cagado de miedo.
—No os preocupéis —comentó Aizawa con serenidad—. Yaoyorozu, ¿podrías hacer un paracaídas para cada uno? —finalizó levantándose con tal serenidad, que comenzaron a calmarse un poco.
—¡S-Sí! —exclamó la joven poniéndose manos a la obra.
—Espera un momento —comenzó Denki cada vez más nervioso—. No me digas que vamos a tener que saltar desde aquí... ¿verdad?
—Haced una fila conforme Yaoyorozu os entrega a cada uno un paracaídas y dirigiros a las salidas de emergencia —siguió el profesor después de soltar un pequeño bostezo—. Y sí, tenéis que saltar.
—¡Profesor! —exclamó Midoriya con gran preocupación y cierto temor—. Esto... es una prueba, ¿verdad? —prosiguió mirando al mayor a los ojos.
—Ojalá —respondió—. Y ahora vamos, os indicaré cómo poneros los paracaídas y qué hacer para abrirlos cuando saltéis.
Después de la explicación, algunos alumnos se mantenían serenos ante aquello, la mayoría estaban demasiado nerviosos y otros ya se daban por muertos.
—¡Mi último deseo es poder tocarle las tetas a alguna! —lloraba Mineta mientras se arrodillaba y suplicaba ante las chicas.
—Púdrete —sentenció Jirou poniéndose delante de Momo para protegerla.
—No nos queda tiempo —informó Aizawa abriendo una de las salidas de emergencia—. Vamos.
Como nadie se ofrecía voluntario para ser el primero, Tokoyami tomó la iniciativa y se acercó para tirarse. A continuación le siguieron Shouji, Satou y Ojirou (empujado por y junto a Hagakure).
—¿Quién sigue? —continuó Aizawa mirando al resto de alumnos que aún no saltaban—. No hay tiempo. No tenéis que preocuparos, caeréis en esa isla.
Midoriya, con cierto temor, optó por armarse de valentía y acercarse, no sin antes agarrar del brazo a su amigo de gafas.
—¡Iida-kun, hagámoslo! —exclamó con decisión.
—¡Midoriya-kun, es mi obligación como presidente del aula encargarme de que todos hayáis evacuado antes de que...
Pero Tenya no pudo proseguir al sentir cómo Izuku se tiraba y se lo llevaba del brazo para luego soltarlo.
Cabe decir que a los de arriba les pareció escuchar un horrible grito por parte de Iida al ser tirado desde el avión.
—Siguiente —prosiguió Aizawa.
Ninguno de los que estaban allí parecían querer hacerlo, así que todo fue decidido por miradas.
Miradas que fueron a parar justo hacia Sero y Mineta, de los cuales el último de estos de había escondido debajo de un asiento.
—¡No! ¡No quiero morir! —gritaba Mineta aferrándose al sitio.
Sero suspiró acojonado y ató a Minoru con sus cintas para llevárselo como saco de patatas y tirarse.
—¡Bien, entonces, ahí voy! —siguió Ashido tratando de calmar sus nervios y acercándose a la salida.
—¡Mina-chan! —animó Ochako.
—Bueno... mejor no —rectificó rápidamente y se alejó de ahí para dirigirse hacia el resto de sus amigas y juntarse.
—Se acaba el tiempo... —seguía Aizawa.
—Kaminari, tenemos que ir —dijo Kirishima mirando con valentía al rubio eléctrico que no tenía pensado ni en broma saltar desde tal altura.
—¡Las damas primero, ¿no?! —se excusó señalando al quinteto de chicas que permanecían juntas.
—¡No te preocupes, estaremos juntos! —animó el pelirrojo con una gran sonrisa, mostrando sus puntiagudos dientes y logrando convencer por unos segundos a Kaminari, llevándole de la mano hacia la salida de emergencia.
Estaban a pocos de segundos de saltar, hasta que Denki contempló la gran altura a la que estaban y dio un paso hacia atrás por instinto.
—¡Me niego! —rectificó.
—No tenemos todo el día —comentó Jirou acercándose y empujando a Kaminari de una patada, haciéndole perder el equilibrio y caer del avión.
—¡Kaminari! —exclamó Kirishima, el cual preocupado le siguió, tirándose también.
—Estáis tardando demasiado —volvió a suspirar Aizawa.
Las chicas volvieron a buscar otro objetivo más, hasta localizar a Aoyama en un rincón, abrazando sus rodillas y con una cara que parecía decir "No me moverán".
En la otra esquina estaba Kouda temblando de miedo.
—Kouda —llamó Kyouka al verle en tal situación—. ¿Vamos? —inquirió con una leve sonrisa para tratar de tranquilizarle.
Kouda negó rápidamente con la cabeza para luego seguir temblando de miedo.
La joven suspiró y se acercó hacia el joven para ofrecerle su mano.
—¿Juntos? —insistió nuevamente mirándole a los ojos y logrando así que dejase de temblar, se levantase y accediera.
De la mano, Jirou y Kouda fueron los siguientes en saltar del avión.
—Nos vemos —se despidió la joven del resto de sus amigas.
Mientras tanto, Ashido estaba tratando de arrastrar a Aoyama fuera del asiento, pero el chico rubio seguía aferrado a sus piernas sin moverse en absoluto.
—¡Aoyama! ¡Tienes que saltar! —insistía la de cabello rosa mientras apretaba los dientes al intentar cargarle.
—Bueno... supongo que ya es el momento —comentó Momo bastante asustada por hacer aquello, pero decidida a superar aquel miedo.
—¡Ten cuidado! —animó Ochako mientras se aferraba a la mano de Tsuyu al contemplar cómo todos se iban yendo poco a poco.
—¡Lo tengo! —exclamó Ashido algo exhausta arrastrando a Aoyama en contra de su voluntad.
—Se acaba el tiempo... —volvía a informar Aizawa.
Mina, con cierto temor, decidió esta vez tirarse sí o sí y, ya que estamos, se llevó a Aoyama con ella.
—Ochako-chan —murmuró Tsuyu apretando la mano de su amiga y mirándole, dándole a entender claramente que ya no podían seguir retrasando lo obvio.
—D-De acuerdo —aceptó avanzando hacia la salida y tragando saliva al ver la altura a la que estaban.
Una vez que ambas chicas saltaron, Aizawa suspiró al ver que por fin todos lo habían hecho.
—Ya era hora... —murmuró dejando escapar un largo bostezo y dirigiéndose hacia la cabina.
Pero por el camino se detuvo al darse cuenta de la presencia de ciertas personas en unos asientos.
Todoroki se hallaba "durmiendo" al lado de Bakugou, el cual, al parecer, también estaba "dormido".
Aizawa los miró bastante mal. Se suponía que todos deberían de haber saltado ya, pero esos dos se habían quedado sin decir nada y habían pasado desapercibidos.
—Todoroki, Bakugou —llamó el profesor cada vez más enfadado—. Sé que estáis despiertos.
Shouto abrió un ojo y luego lo volvió a cerrar.
Aizawa, cada vez con menos paciencia, cogió a ambos jóvenes por el cuello de la camiseta y se los llevó a la fuerza a la salida de emergencia.
—¡SUELTA, MIERDA! —se quejaba Bakugou.
—Soy acrofóbico —se excusó Shouto.
—Buen viaje —finalizó Aizawa soltándoles y empujándoles fuera del avión.
Ahora sí que sí, ya no quedaba ni un solo alumno dentro.
[...]
