Navidad
Hacía tiempo que se lo preguntaba. ¿Cuál era el motivo para estar tan feliz?
La navidad no le entusiasmaba demasiado. Había demasiada gente en las calles, apretujándose en los centros comerciales para conseguir el regalo perfecto. El espíritu navideño había sido cambiado por una celebración consumista en la que la religión quedaba relegada.
Kaede se detuvo frente a la casa indicada. Subió los pocos escalones que la separaban de la puerta, tocó el timbre, y aguardó. El jardín se veía muy bien con aquellos muñecos de nieve rodeados de guirnaldas.
Ohjiro abrió la puerta, saludándola con cariño. Tamayo, colgada de su cuello, le deseó felicidades a Kaede, invitándola a pasar.
Al entrar, Sai la recibió con una sonrisa. Se aseguró de que la nieve no le hubiera afectado mucho, se alejó por unos momentos, y regresó con un paquete envuelto.
A Kaede le importaba poco y nada lo que contenía. Con ver sonreír a la máquina de hielo tenía suficiente regalo. Con verle sonreírle a ella, y sólo a ella.
FIN
