INUGAMI

"La Leyenda del Ainu inu"


N/A: Los Ainu son una tribu casi extinta en Japón, la cual se encontraba distribuida principalmente en Hokkaido y hacia el Norte de Honshu. Basándome en esa cultura les traigo una historia que se sale un poco de mi estilo, pero prometo que no será aburrida ni pretenciosa.


Capítulo 1.

Es en momentos como este cuando mi memoria ya cansada y escasa, vuelve a evocarme a aquellos días en los que solía ser una jovenzuela, justo como estos niños a quienes ahora cuido con tanta devoción. El cielo se encuentra nublado, pero no es sólo eso lo que me trae tantos recuerdos, sino el hecho del aire que el ambiente carga, es en este mes cuando se siente este olor en el aire. El mes de Octubre tiene una particularidad que siempre ha llamado mi atención, en esta época del año la luna se ve mucho más hermosa en el cielo que en los demás meses, también se siente un particular olor a muerte en el ambiente, que si bien no es molesto, es raro en extremo.

- "Obaasan cuéntanos un cuento" - Tantos recuerdos me trae esa expresión...

- "¿Acaso no son algo mayores ustedes dos?"

- "Mou, tus historias son las mejores del mundo obaasan y nunca nos aburren"

- "Sí, obaasan, cuéntanos la leyenda del perro"

- "¿El inugami?"

- "Sí obaasan, Hiro dice que en su familia hay un inugami a lo que yo le respondí que en la nuestra había uno también. El dice que estoy mintiendo, pero yo sé que lo que tú nos cuentas no es mentira"

- "Obaasan cuéntanos otra vez esa historia del Ezo..."

- "Shizuru-chan, Shingen-kun, al inugami no le gusta que le llamen Ezo"

- "¿Cómo le llamamos entonces obaasan?"

- "Utari, ellos prefieren que se les llame utari..." - Natsuki quise decir, pero preferí omitir su nombre delante de los chiquillos.

- "Utari pues obaasan, cuéntanos sobre el inugami"

Fue hace exactamente cincuenta años cuando le vi por primera vez, era una mujer de cabello cobalto y de ojos verdes, quien se encontraba acompañada por un perro Ainu. Natsuki se veía como de diecisiete años, pero la verdad era muy diferente, en realidad Natsuki tendría aproximadamente unos setenta y cinco años. Pero para que puedan entenderme tengo que retroceder en el tiempo cincuenta y cinco años, cuando apenas contaba con diez años de edad, el tiempo en que mi nodriza solía contarme las mismas historias con las que he crecido a estos niños.

Mi nodriza era una mujer joven, pero para mí era una mujer ya mayor, como todos los niños era yo quien la veía grande. Era una mujer pelirroja de ojos color violeta, decía no tener a nadie en la vida y esa fue la razón por la que mi padre le contrató para cuidarnos a mí y a mi hermano menor Nobu-kun; su nombre era Tokiha Mai. Nuestra madre murió de una grave enfermedad que no pudo curarse, finalmente sucumbió cuando Nobu-kun apenas tenía tres años. Papá nunca fue el mismo después de que mamá muriera, nunca se volvió a casar, pero tampoco nos podía ver a los ojos, casi nunca estaba en casa y lo único que le agradezco fue que haya traído a Tokiha-han con nosotros. A pesar de todo no me arrepiento de nada.

Tokiha-han se encargaba de cuidarnos, alimentarnos y llevarnos a la escuela; era pues nuestra nodriza, dama de compañía o lo que fuere que se le llamara. En realidad fue nuestra familia, la única que se preocupó por nosotros desde que mamá murió.

- "Ojou-sama, apague su luz ya es tarde"

- "Aún quiero leer un poco más Tokiha-han"

- "Shizuru Ojou-sama, si su padre se da cuenta que usted sigue despierta seré severamente castigada"

- "Dudo mucho que mi padre note nuestra existencia siquiera, Tokiha-han"

- "No diga eso Ojou-sama, su padre los quiere mucho"

- "Sí claro, nos quiere lejos eso sí"

- "Ojou-sama..." - Tokiha-han sabía que yo tenía razón, aún así siempre trató de que pensara de una forma diferente con respecto a mi honorable padre.

- "Tokiha-han, ¿me contarías una historia antes de dormir?"

- "¿Qué no era Shizuru Ojou-sama algo mayor para esos cuentos?"

- "Shizuru Ojou-sama promete que se irá a dormir si su nodriza le cumple su capricho"

- "Ojou... ¿Qué historia quiere esta noche?"

- "La del inugami"

- "¿El Ainu-inu?"

- "Sí, quiero oírla nuevamente"

Los ojos violáceos de Tokiha-han se tornaron grises, tragó saliva dificultosamente y se acercó a mi lado para asegurarse de que estuviera debidamente arropada. Acarició mis cabellos en un gesto extremadamente maternal, justo como solía hacerlo mi difunta madre, tomó aire y comenzó el cuento. La historia decía algo como esto:

"Cuenta la leyenda que había una vez una niña que creció sin un hogar, su padre nunca la reconoció y su madre murió cuando era apenas una recién nacida. Cada que escuchaba esta parte, no podía evitar el pensar en lo similares que eran nuestras vidas; puesto que mi madre murió hace ya muchos años y mi padre es como si no existiera para nosotros. La niña venía de una tribu conocida como Ainu, pero era un híbrido, puesto que su padre era un Wajin. Su padre la rechazó desde el inicio, pero para no desampararla la llevó a su casa diciendo que era parte del programa de reforma de la era Meiji, educar a los Ainu para que se convirtieran a la cultura japonesa y se olvidaran de sus prácticas barbáricas y primitivas. El nombre Wajin que esta niña tenía era Natsuki...

Natsuki creció entre los Matsumae como una sirvienta, privada de su libertad y lejos de su tribu, marginada por los demás japoneses por ser un aborigen, por ser diferente. Natsuki, como los demás utari, tenía la habilidad de hablar con la naturaleza, por lo tanto aún conservaba el vínculo con los Ainu aunque no estuviera cerca de ellos. Su madrina, la deidad Yushkep Kamuy, mantenía comunicación frecuente con la hija de los Ezochi; velando por ella en representación de su madre.

Un día, el corazón de Natsuki fue roto por un ser cruel y despiadado, quien sólo la engañó y se burló de ella. Natsuki clamó venganza y Yushkep se le apareció para ofrecérsela, enseñándole el rito para invocar al inugami. Natsuki convocó al inugami y tomó la vida de todos aquellos que le hicieron daño, pero en especial, la vida de quien le arruinara la existencia en aquella ocasión. Una vez que el inugami terminó con su tarea, él espíritu del perro no pudo volver a su cuerpo puesto que éste se encontraba descompuesto, así que tomó el cuerpo de Natsuki. Desde entonces Natsuki vaga por la Tierra con la apariencia de un humano, pero con las costumbres cazadoras de un perro, de aquí por toda la eternidad"

Siempre que Tokiha-han terminaba de contarme el cuento del inugami, las lágrimas corrían por su rostro, cuando le preguntaba a qué era esto, simplemente se limitaba a acariciar mi cabello y me decía que no era nada. Nada importante, que me durmiera porque mañana sería otro día...

Como toda niña, crecí con la fantástica idea de tener un inugami como amigo imaginario, puesto que a papá no le gustaban los animales pero en especial, odiaba a los perros. Pasaba las horas idealizando a mi compañero ideal, el cual seguramente llamaría Natsuki, como el cuento de Tokiha-han, pero mi Natsuki sería el inugami más hermoso de todos. ¡Qué inocente era! Si hubiese sabido en aquellos días lo que estaba pensando probablemente no hubiese albergado en mi interior tales deseos, no sabía que el inugami del que Tokiha-han hablaba no era un espíritu bueno, sino todo lo contrario, era un espíritu lleno de ira y de venganza.

Una mañana, un sonido muy peculiar me levantó puesto que un espanta ánimas se encontraba colgado en el dintel de mi ventana. Cuando abrí los ojos me topé con la sonrisa picarona de Tokiha-han a quien después de darle los buenos días le pregunté para qué había puesto un espanta ánimas en mi ventana, si bien sabía que en Kyoto casi no había viento para que sonara. Tokiha-han me respondió que era para mi protección, que cuando el espanta ánimas se agitara en mi ventana, es porque un Kamui se encontraba afuera tratando de entrar a mi cuarto.

Después de oír esto no supe si darle las gracias o echarme a llorar de miedo, Tokiha-han no dijo más y se retiró a prepararnos el desayuno a mi hermano y a mí. Pasé el resto del tiempo contemplando el artefacto, el cual lucía muy diferente a los que se colgaban en las ventanas del resto de los hogares de Kyoto. Este espanta espíritus tenía ciertamente unos grabados muy diferentes a los demás, puesto que sus dibujos parecían ser de una cultura diferente a la nuestra. Debo confesar que aún conservo entre mis pertenencias el colgante que Tokiha me diera en esa ocasión.

Así pasaron cinco años y yo dejé de ser una niña para convertirme en una mujer, tenía quince años ya, estudiaba en un colegio sumamente exclusivo para hijos de funcionarios japoneses, tenía mucho prestigio el lugar y papá no quería quedar mal ante sus colegas con respecto a nuestra educación. Llevaba pues mi sailor fuku, como se estilaba en aquella época, con largos faldones y con el nudo al frente característico del traje. Estaba en mi último año de secundaria, pronto ingresaría a la escuela media superior para posteriormente estudiar una carrera universitaria.

- "¿Una carrera universitaria?" - Intervino Mai-han - "Pero Ojou-sama, usted no tiene necesidad de estudiar la universidad, es rica, hermosa y está comprometida con el hijo de un hombre de mayor renombre que su padre"

- "No me lo recuerdes Mai-han, aún así no veo lo malo de que yo tenga derecho a estudiar una carrera como cualquier otro estudiante"

- "Porque no es bien visto Ojou, usted debe dedicarse únicamente a las labores del hogar"

- "Pero soy experta en las labores del hogar, yo no he dicho que voy a descuidar mis deberes como futura esposa, sólo que también me gustaría estudiar la universidad"

- "¡Hay señorita! Si su padre se entera pensará que he sido yo quien le está metiendo ideas en la cabeza, ya vio cómo se puso cuando vio el amuleto de la ventana de su cuarto"

- "Papá no tiene por qué meterse, yo cumpliré con mis deberes de hija al casarme con Uesugi-san, pero también pretendo continuar con mis estudios para defender el honor Fujino"

- "Ojou, para eso está su hermano..."

- "¿Nobu-kun? Ese no sabe ni dónde tiene la cabeza"

- "¡Te oí Shizuru eres una malvada!"

- "¡Nobunaga-sama!" - Exclamó Mai-han.

- "Pero si no he dicho ninguna mentira Nobu-kun, no tienes la cabeza para acabar tan siquiera el sexto grado"

- "Mou Shizuru eres la peor"

- "Se hace tarde, ambos deben ir al colegio antes de que les pesque la lluvia a medio camino y se me resfríen"

- "Hasta pronto Mai-han, nos veremos más tarde" - Respondimos casi al unísono Nobu-kun y yo.

Una vez que me cercioré de que Nobu había entrado al colegio seguí mi camino para llegar al mío, pero unas cuadras antes de llegar, el cielo se ennegreció todavía más y las primeras gotas de lluvia se dejaron caer. Comencé a correr para evitar el mojarme, pero debo admitir que no funcionó para nada, lejos de mantenerme seca comencé a sentir como todo mi uniforme escolar empezaba a quedar empapado. Me detuve para recobrar el aliento, completamente resignada de que todos mis intentos para llegar seca al colegio eran inútiles. De la nada, una silueta se paró junto a mí, protegiéndome de la lluvia con una sombrilla de color negro.

La figura que se encontraba a mi lado era la de una joven algo mayor que yo, de cabello cobalto y de ojos verdes. A nuestros pies se encontraba un simpático canino de color negro, quien asemejaba a un pequeño lobito. La muchacha no vestía uniforme escolar, su indumentaria era muy singular, una extraña bata azul con dibujos muy peculiares le cubría el cuerpo, un obi algo más delgado que lo normal se encontraba anudado en su cintura y llevaba una banda en la cabeza con los mismos dibujos extraños. Al estar cerca de esta persona me sentía intimidada, pese a ser ella quien vestía y se veía diferente a mí.

- "No tema" - Dijo ella - "No voy a hacerle daño, dígame, ¿cuál es su nombre señorita?"

- "Fujino... Fujino Shizuru"

- "Fujino-san..." - Me vio con una mirada que de inocente no tenía nada, aún así, no pude evitar perderme en la profundidad de sus ojos.

- "Debo irme..."

- "Perdón, le llevaré a su colegio, andando"

Así anduvimos los tres todo el camino hacia el colegio, lo más curioso de todo es que no recuerdo haberle dicho en ningún momento a este extraño personaje hacia dónde me dirigía. Aún así, supuse que al no haber muchas escuelas en el rumbo fue fácil para la extraña el saber hacia donde llevarme. Me llamó mucho la atención que mientras caminábamos debajo de la lluvia, nadie más pasó junto a nosotros, sólo éramos el perro, la ojiverde y yo. Un poco tensa, decidí romper el hielo haciéndole algunas preguntas a mi protectora.

- "¿Es extranjera?"

- "No"

- "¿Vive por aquí?"

- "No" - ¡Demonios! ¿Acaso no sabe responder otra cosa que no sea un no?

- "¿Puedo saber al menos el nombre de la persona que sostiene el paraguas que me mantiene seca hasta la escuela?"

- "..." - ¿Ara? ¿No tiene nombre?

- "El perro se llama Duran"

- "¿Y usted?"

- "Kuga"

- "Kuga-han hemos llegado, le agradezco sus atenciones, que tenga un buen día"

- "Nos volveremos a ver, Shizuru-ojousama..."

Shizuru-ojousama, así me llamaría ella de ahora en adelante y así se me conocería a partir de ese momento. Esta es pues la verdadera historia del Inugami, la leyenda del Ainu inu, el espíritu del perro de la extinta comunidad de los Ezochi no Ainu. Los ancestros de Kuga Natsuki, la misteriosa chica de aquel día lluvioso y sin duda alguna, mi futuro verdugo...


Ainu: Grupo étnico que se asentó en Japón al norte de Honshu y en la isla de Hokkaido; la palabra significa 'persona'.

Ezo, Yezo: Otra forma en que se les conocía a los Ainu.

Wajin: La 'raza' que predomina en Japón.

Ainu inu: Perro de Ainu o Hokkaido, en realidad es una raza de perro que existe en Japón la cual se dice tener un cierto parecido al Akita.

Inugami: Literalmente 'perro Dios', es un espíritu con forma de perro que se dice protege al humano que lo invoca.

Ezochi no Ainu: Literalmente los Ainu de Ezochi, Ezochi era como se le conocía a Hokkaido en la antiguedad.

Utari: Camarada.

N/A: Aunque todavía falta un poco para el mejor mes del año, me adelanto y traigo el primer capítulo de esta bizarra historia que se me ocurrió por estar investigando otras cosas. En realidad sólo subí el primer capítulo porque sino la idea me iba a fastidiar mucho en la cabeza y me resultaría imposible terminar la historia que estoy escribiendo actualmente. Eso significa que la continuación de ésta no será hasta que Eiserne Kreuz no finalice; además de que las actualizaciones no serán tan seguidas.