Este fic es conmemorativo de la celebración de día de muertos, porque también en México sabemos de historias de horror. Esta es la primera de 3 partes que iré subiendo a lo largo de la noche, espero les guste.
Ya saben, los personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi; las referencias a marcas y a otros programas son sin fin de lucro.
Warning: Lemon.
Personajes
Nombre: Rin
Edad: 18 años
Descripción: Cabello Negro ónix, ojos color chocolate, piel blanca y complexión delgada
Carrera: Físico – matemáticas 1°
Notas Adicionales: Entró a la universidad siendo novia del bombón de la carrera de los nerds, Sesshomaru, nadie esta seguro exactamente cómo. Cuando no están en clases no se despegan uno del otro, 3° lugar internacional de la olimpiada de matemáticas.
Nombre: Sesshomaru
Edad: 23 años
Descripción: Cabello platinado, ojos color miel, piel blanca y complexión atlética
Carrera: Físico – matemáticas 9°
Notas Adicionales: Bombón de los nerds, hermano de Inuyasha, conoció a Rin en el nacional de matemáticas, la llevó al internacional cuando estaba ella en la preparatoria, a partir de entonces son pareja.
Nombre: Inuyasha
Edad: 21 años
Descripción: Cabello platinado un poco más obscuro que el de su hermano, ojos color miel, piel blanca, complexión atlética
Carrera: Ingeniería civil 5°
Notas Adicionales: Hermano de Sesshomaru, amigo de Miroku desde la secundaria, conoció a Aome cuando ella entró a la misma preparatoria que ellos, se hicieron novios cuando ella entró a la universidad.
Nombre: Aome
Edad: 20 años
Descripción: Cabello castaño obscuro, ojos color verde, piel morena clara, complexión delgada
Carrera: Biología 3°
Notas Adicionales: Amiga de Sango desde que entraron a preparatoria, también en ese momento conoció a Inuyasha, en primero. Cuando él salió de la preparatoria iba a verla, aceptó hacerse novia de él cuando entró a la universidad.
Nombre: Sango
Edad: 20 años
Descripción: Cabello castaño obscuro, ojos color azul grisáceo, piel clara, complexión atlética
Carrera: Botánica 3°
Notas Adicionales: Conoció a Aome cuando ambas se inscribieron en la preparatoria. Como no es de la ciudad, su amiga le ofreció quedarse en la pensión que la mamá de Aome tenía y luego se volvió parte de la familia. Le gustan los deportes extremos.
Nombre: Miroku
Edad: 21 años
Descripción: Cabello castaño obscuro, ojos color café claro, piel morena clara, complexión delgada
Carrera: Filosofía 5°
Notas Adicionales: Conoce y es amigo de Inuyasha desde secundaria. Era un hombre muy coqueto hasta que se hizo novio de Sango a quien conoció en la preparatoria. Se hicieron novios cuando ella estaba en 6° semestre. En realidad nadie sabe por qué entró a filosofía y de dónde saca algunas de las cosas que dice, sus amigos sospechan de sus "fuentes" de inspiración.
Prólogo. "Celebrar Día de Muertos"
"El grupo miraba esperanzado la isla, un lugar donde al fin podrían escapar luego de los momentos tan terribles que habían sufrido. Bajaron anclas cerca del muelle y desembarcaron. El perrito que los acompañaba comenzó a ladrar y luego a correr, sin darles tiempo de seguir al animalito, un enorme grupo de zombies los rodeó tomándoles por sorpresa y comenzaron a devorarlos"
- ¡Hay por favor! ¡Tantos problemas que pasaron y terminan en esto! – Se quejó Inuyasha.
- ¿De quién fue la grandiosa idea de que viéramos esta película finalmente? – Preguntó Aome.
- Miroku – dijo Sango resignada.
Los tres voltearon a ver al filósofo quien se apresuró a decir:
- Me la recomendaron como una excelente adaptación de la original – respondió él con toda ceremonia.
- Si, pero nadie te dijo que no debían recomendarte ni la original – se quejó Inuyasha.
- ¿Quieren cenar chicos? – Preguntó Aome para romper las miradas de "te voy a matar".
- ¿Qué cenamos? – preguntó Sango.
- Yo tengo cupones de 2x1 para pizzas – dijo Miroku.
- ¡Míranos! – Se quejó Inuyasha - ¡viendo películas de horror y comiendo pizza! ¡Sólo nos faltan las palomitas para ser un completo cliché estadounidense! Me gustaría pasar un día de muertos más mexicano en ves de pasar uno viendo películas chafas.
- ¿Por qué no aprovechamos el puente para salir de la ciudad? – preguntó Aome.
- ¿Salir a dónde? – dijo Miroku.
- Sango, ¿tú crees que tu familia nos pueda recibir? – dijo Aome, a lo que la aludida respondió:
- Mmm… supongo que si les aviso que vamos no habrá problema. Podemos quedarnos en el hotel del pueblo, comer cosas ricas y recorrer los altares.
- Cierto, solo de pensar en los dulces, los tamalitos y el atole que dices que hacen en tu pueblo en estas fechas… se me hace agua la boca preciosa – Miroku se acercó y dio un beso rápido en los labios a su novia.
- Entonces está decidido – dijo Aome.
- Inuyasha, ¿tú crees que tus papás nos quieran prestar la camioneta? – preguntó Miroku.
- Puede que si… pero después de la última vez no me van a dejar que yo la maneje…
Ambas parejas se asomaron hacia la habitación de enfrente, de la biblioteca se escuchaba una bella tonada de Vivaldi. Ajenos a toda esta conversación se encontraba el hermano de Inuyasha y su novia.
Sesshomaru se hallaba sentado en un cómodo sillón con su laptop en una mesita junto a él. Rin se hallaba sentada sobre sus piernas (como diría Sheldon Cooper "This is my spot") con una libreta en sus manos. Ambos disfrutaban de su juego favorito que consistía en retarse uno al otro con problemas complejos e intentar resolverlos.
Con un suspiro Aome, Inuyasha, Sango y Miroku desviaron la mirada y pusieron una vez más su atención en la sala de la televisión.
- ¿Crees que tu hermano quiera ir? – Le preguntó Aome a su novio.
- Si convencemos a Rin tenemos la ida ganada – dijo Miroku.
- Sango, ¿tú crees que tu familia nos recibiría a todos? – Dijo Inuyasha.
- Claro, ¿pero cómo convencer a Rin si Sesshomaru nunca la deja sola? – preguntó Sango pensativa.
- Yo hablaré con mi hermano directamente…
- Sessho, ¿puedo hablar contigo? – Murmuró Inuyasha desde la entrada de la biblioteca. Ya todos se habían ido, incluso Rin. Como respuesta el aludido levantó la cabeza.
- Verás… estamos planeando ir a pasar las fiestas de día de muertos a casa de Sango y… bueno, nos gustaría que tú y Rin nos acompañaran… ya sabes a Aome, Sango, Miroku y yo.
- El que mi padre no te deje ni por equivocación manejar la camioneta no tiene nada que ver en esto – dijo Sesshomaru en una sarcástica afirmación.
- Pues… es que… iríamos más cómodos que en autobús y… nos cooperaríamos para gasolina y todo.
Sesshomaru se quedó en silencio por varios minutos, tanto que Inuyasha comenzaba a desesperarse. El chico ya iba a retirar el ofrecimiento cuando su hermano le dijo:
- Rin se va adelante conmigo.
Capítulo 1. Salida a carretera
Todo estaba listo en casa de los hermanos, las mochilas y algunas otras cosas en la cajuela de la camioneta, dejando espacio para los demás. Inuyasha hablaba por teléfono con su papá.
- Si papá… Ajá… Si… Ok, ok… Ya dije que si… ¡Papá! Te lo paso – y extendió el teléfono a su hermano.
- Si… Adiós – colgó el teléfono – vámonos.
Inuyasha lo miró entre aturdido y enojado y lo siguió.
En casa de Miroku el muchacho ya tenía todo listo y esperaba escuchar la camioneta.
- ¡Ya me voy! – dijo en cuanto llegaron.
- ¿Llevas con qué cuidarte? – dijo su papá en tono autoritario.
- ¡Papá! Solo me voy de campamento con Sesshomaru e Inuyasha.
- Mira no te hagas wey, por casa de Sango seguramente van a acampar, ¿crees que no se quiénes van también? ¿Llevas o no?
- Si llevo…
Miroku salió enojado y algo rojo por los comentarios de su padre, arrojó su mochila a la cajuela abierta y se subió a la camioneta.
- ¿Y ahora a ti que te pasó? – Le preguntó Inuyasha mientras su hermano arrancaba.
- A mi papá no se le escapa una…
Cuando llegaron afuera de casa de Aome…
- Toca el claxon para que salgan porfas – dijo Inuyasha a su hermano a lo que este se volteó a verlo muy serio.
- ¡Ni madres! ¡No son vacas! Se me bajan en este instante, entran, tocan la puerta, les ayudan con sus mochilas y a subirse a la camioneta.
- ¡Pero Sesshomaru!
- ¡Inuyasha! ¡Miroku! ¡Se bajan! – ambos bajaron corriendo a tocar ante la amenazante orden. Al abrir la puerta, Aome vio a dos pálidos sujetos algo enojados y nerviosos.
- ¿Y ahora ustedes? – Preguntó divertida.
- El señor don perfecto… - dijo Inuyasha aguantándose un montón de palabrotas sobre su hermano - ¿listas?
- Si – Aome giró la cabeza - ¡SANGO! – gritó casi en los oídos de esos dos.
- ¡Voy! – Contestó la aludida desde arriba – nada más… ¡Sota! ¿Qué haces aquí?
- Quiero ir, quiero conocer a tu hermano Kohaku…
- ¡MAMÁ! – Volvió a gritar Aome.
- ¡Sota ya te dije que no tienes permiso de ir!
Sango bajó con las mochilas de ambas y luego de que fueron a despedirse de la mamá de Aome salieron con los muchachos que colocaron el equipaje en la cajuela y les ayudaron a subir justo como Sesshomaru había ordenado. Éste arrancó, condujo hasta casa de Rin, se estacionó fuera, apagó el carro, sacó las llaves y bajó.
- ¡Me lleva la… otro que no se le escapa una! – Dijo Inuyasha.
Rin acomodaba con cuidado la fotografía, era una imagen de la boda de sus padres, estaba todo acomodado: las flores para guiarlos, la sal y el agua para purificar y calmar las penas, las velas para iluminar su camino, sus dulces favoritos y el papel picado para representar el viento; el altar de muertos de sus papás estaba listo.
- Me voy con Sesshomaru, su hermano y los amigos de su hermano – dijo hacia la foto con una sonrisa.
En cierto modo le emocionaba salir con ellos, con ellas sobre todo, desde la muerte de sus padres en la secundaria, se había retraído mucho. En preparatoria tenía muchísimo que hacer ya que necesitaba una beca para la universidad por que su abuela Kaede no podría pagar sus estudios.
Al ganar el nacional de mate y quedar en tercero en el internacional, ese problema quedó solucionado.
Con el concurso de matemáticas vino Sessho, Diosito no le pudo haber mandado mejor pareja, aunque al principio no se llevaron muy bien, ella le demostró su valor y el la llevó a Praga a competir… con ello ganó el tercer lugar y su novio.
Su noviazgo le trajo muchísimas alegrías y un compañero del alma que a la vez era el tutor que había perdido con su padre. Lamentablemente también le trajo muchas enemistades, Kagura la autodenominada pretendiente #1 de Sesshomaru se encargó de que su diminuto círculo social se redujera aun más a únicamente dos compañeros de laboratorio. Así que el salir con Aome y Sango prometía mucho.
El sonido de la puerta le arrancó una sonrisa y caminó hacia la puerta a abrir.
Al entrar Sesshomaru la tomó por la cintura, la acercó a él y besó sus labios saboreando la miel de sus besos. Con suavidad y lentitud, pasó sus dedos por el cabello suelto de ella y al mismo tiempo recorrió su espalda causándole escalofríos a la chica. Mientras la besaba recordó la primera vez que la vio.
Tenía que cumplir alguna actividad para poder titularse con todos los honores y ayudar a preparar el examen nacional de matemáticas era una idea perfecta, hasta que le dijeron que también debía cuidar de los muchachos.
Y ahí estaba, aburriéndose a morir en algo que a él le parecía inútil, ninguno de esos mocosos iba a intentar copiar algo que otro de sus compañeros tampoco podría hacer. Luego de exactamente una hora ella se acercó con una tímida sonrisa, él la miró con indiferencia y le dijo:
- No voy a responder tus dudas.
- No tengo dudas, ya terminé – y una vez que dijo eso dejó su examen sobre la mesa y se retiró.
Había visto la imagen de la campeona estatal en los periódicos y en Internet, era esa linda chica de cabellos color ónix y deliciosos ojos chocolate, decían que era muy buena pero a él le pareció demasiado que entregara el examen después de una hora, que lograra resolver sus problemas era absurdo. Era cierto que él lo había resuelto en mucho menos tiempo incluso pero…
Aburrido tomó el examen para revisarlo y ahí estaba, 5 hojas a tinta sepia en bellísima caligrafía con los resultados perfectamente resaltados. La chica no solo había respondido los problemas que él elaboró, también los que sus compañeros habían planteado y para colmo, había planteado soluciones alternas a los problemas que él se había dado cuenta que sus problemas tenían pero que no había visto razón para resolverlas.
Rin era hermosa e inteligente, astuta en sus respuestas, con una grandísima Fe e inocente. Dedicada a sus dos grandes amores, los estudios y él. Le parecía una joya perfecta que el destino envió directamente a él.
Profundizó un poco más el beso hasta que escuchó el claxon de la camioneta que lo trajo de regreso al presente y se separó de ella.
- Pasa – dijo ella con su hermosa sonrisa.
Caminaron juntos hasta una salita pequeña donde estaba la abuelita de Rin. Una ancianita de las que hay pocas: dulce, pícara y activa que en ese momento bordaba un mantel para la navidad que se acercaba.
- Ya me voy Ma – siempre había ocupado ese apelativo cariñoso.
La anciana dejó el mantel y se levantó para sonreír a ambos, se acercó a su nieta, besó su mejilla y le dio una bendición.
- Cuídense y diviértanse – dijo ella a ambos y luego se dirigió a Sesshomaru – a ver chamaco, agache la cabeza – el aludido sonrió y obedeció a la anciana quien le besó la frente y también le dio la bendición.
Aún con la sonrisa en su rostro, tomó la mochila de Rin y los 3 caminaron hacia la puerta donde la abuelita de Rin los despidió y cuando su nieta estaba subiéndose a la camioneta la llamó.
- Rin.
- Dime Ma.
- Pasan a la farmacia…
La escena pareció congelarse unos segundos donde las dos parejas dentro de la camioneta no sabían si reírse o hacer que no oyeron nada. Sesshomaru fue el primero en reaccionar cerrando la puerta de la camioneta y encaminándose a la cajuela para dejar la mochila. Lo cierto es que habían pasado a la farmacia desde el día anterior.
Sessho subió al auto y arrancó, Rin aún sonrojada se colocó el cinturón y sacó un disco de música para colocarlo en el reproductor del automóvil.
Resignados a escuchar música clásica durante todo el trayecto, Inuyasha, Aome, Miroku y Sango se sorprendieron al escuchar rock, no solo eso Queen sonaba por las bocinas a un volumen no muy algo como para que no pudieran hablar.
- ¿Te gusta el rock cuñadita? – dijo Inuyasha acercándose hacia el asiento de adelante donde se hallaba Rin.
La chica sonrió ante el comentario, aunque su novio frunciera un poco el ceño por el concepto "cuñadita".
- Nos gusta mucho – dijo ella – Queen, Beatles, son los mejores pero también nos gusta escuchar Guns'n Roses, Cold play, Metalica y más reciente Nickelback…
- Creí que solo escuchaban música clásica – dijo Aome acercándose también.
- Vivaldi y Mozart son geniales para estudiar pero te duermen mientras manejas – contestó Rin acomodándose para ver a los chicos mejor.
- ¿Tú también estás en Físico – matemáticas cierto? – Preguntó Sango.
- Acabo de entrar – respondió Rin con una sonrisa y un dejo de orgullo en la voz.
- ¿Qué edad tienes? – Le interrogó Miroku.
- Tengo 18, los cumplí en marzo.
Todos se quedaron mirándola, ya de por si era increíble que Sesshomaru tuviera novia, aún más que sólo tuviera 18 años.
- ¿Es cierto que ganaste el mundial de matemáticas? – Dijo Aome continuando con el interrogatorio.
- Debería haberlo ganado – dijo Sesshomaru a lo que Rin completó.
- Saqué tercer lugar, a Sessho lo conocí durante el nacional – la chica dirigió una sonrisa a su novio y él la correspondió.
Siguieron platicando de temas variados, de esta manera Rin se enteró de las edades de los demás, los semestres y carreras que cursaban sus compañeros de viaje.
A todos les agradó inmediatamente Rin, no era vanidosa y sabía escuchar a los demás. Además todos se admiraban que a momento Sesshomaru miraba con atención sus brillantes ojos mientras platicaba o le hacía una caricia en la mejilla o en la mano que ella correspondía con otra o incluso con un besito al aire.
Llevaban ya un rato en carretera (Sesshomaru conducía bastante rápido y llevaban buen tiempo) cuando decidieron detenerse en el Oxxo de una gasolinera a comprar algo de comer.
- Chicos, hay promoción de hochos (hot – dogs) – dijo Aome.
Inuyasha la vio con una sonrisa, llevaban de novios un año y un poco más de 3 de conocerse, desde que la había visto cuando entró a la prepa le había parecido interesante, alegre y divertida, con un cabello suave y brillante y unos ojos de esmeralda que delataban los secretos de la chica.
Su mejor amigo Miroku sintió lo mismo por Sango, la amiga de ella, pero a diferencia del coqueto y mujeriego de Miroku, él tenía una relación con Kikyo, una chica de una preparatoria católica.
Realmente se volvió más cercano a Aome debido a los celos de Kikyo hacia su amigo que le pedía que lo acompañara a ver a Sango. Celos que luego terminaron en que ella lo engañara con otro chico. Cuando Miroku por fin conquistó a su chica él y Aome pasaban ratos de silencio incómodo buscando a sus amigos, hasta que terminó con Kikyo, fue entonces cuando Aome lo apoyó y lo demás se fue dando de manera natural para ambos y actualmente se sentía sumamente feliz.
Con una sonrisa entró a la tienda para comprar de comer.
Sesshomaru por su parte volteó a mirar a Rin.
- ¿Quieres comer hot – dogs?
- Hay que probar de todo en esta vida ¿no? – con su preciosa sonrisa en el rostro lo tomó de la mano y entraron juntos seguidos de Miroku que le hacía cosquillas a Sango.
Luego de comer, cada uno se puso a recorrer la tienda buscando cosas para llevarse para o que quedaba del viaje. Rin compró papas, chocolates y coca; Aome y Sango tomaron latas de café frío y sándwiches; Sesshomaru miraba divertido a su novia ir de acá para allá con el pequeño carrito hasta que la voz de su hermano lo distrajo.
- ¡Sessho! – volteó a mirarlo y respondió.
- ¿Qué quieres?
- ¿Tú y Rin van a tomar chelas (cervezas)? – Preguntó Inuyasha cargando a Miroku con 3 six.
Sesshomaru volteó a ver a Rin y antes de que dijera algo ella le preguntó:
- ¿Trajiste la botella de vino blanco?
- Claro, esta en el enfriador del carro – respondió él.
- Gracias Inuyasha pero ya llevamos algo de tomar – dijo Rin a su cuñado con una sonrisa.
Impresionado, Inuyasha se quedó viendo a Rin y a su hermano mientras cargaba a Miroku con otro six e iba por hielos y una hielera de unicel.
Cargados con provisiones como para una tercera guerra mundial y el posterior armagedon, las 3 parejas regresaron a la camioneta y continuaron el viaje.
Capítulo 2. Desviación
- Por la mañana luego de desayunar podríamos visitar el cementerio, casi todos arreglan preciosas las tumbas, mamá dijo que nos haría tamalitos para comer y por la tarde… - Sango contaba emocionada los planes al resto del grupo cuando Sesshomaru la llamó.
- Sango…
- ¿Dime?
- Al parecer hay una desviación más adelante, ¿la tomo?
- Mmm… si, conduce al siguiente poblado, todos aquí se conocen, podremos preguntar cómo volver al camino.
- Ok – Sesshomaru giró entonces hacia la izquierda sin darse cuenta que luego de que entraran al camino de terracería una pequeña criatura de ojos brillantes retiraba el letrero del lugar.
Al cabo de un rato de estar conduciendo el auto comenzó a hacer ruidos raros, a sobrecalentarse y quejarse hasta que tuvieron que detenerse.
Mientras las 3 chicas permanecían adentro, los chicos revisaban la camioneta.
- Esta cochinada esta hirviendo…
- Dime algo que no sepa Inuyasha – dijo Sesshomaru.
- No entiendo, tiene agua suficiente y esta correcto de niveles, ¿cómo se calentó? – Se preguntó Miroku.
- Necesitamos conseguir ayuda y avisar a la mamá de Sango para que no se preocupen – respondió Sesshomaru.
Los tres amigos revisaban sus celulares al tiempo que una pequeña figura se iba acercando a ellos en absoluto silencio, cuando estaba a una muy corta distancia les dijo con voz infantil.
- Hay una posada a unos cuantos metros de aquí…
Miroku gritó como niña, Inuyasha brincó y Sesshomaru volteó sorprendido a mirar al niño que hasta hace unos momentos no estaba con ellos.
- ¿Dónde dices que está?
- Subiendo por la vereda, a unos metros en un claro en la arboleda – dijo el niño indicando con la mano a lo que todos dirigieron la mirada a la espesa arboleda.
- Inuyasha, ¿tienes señal?- Preguntó Sesshomaru.
- No, ¿y tú?
- Tampoco, ¿Miroku?
- Totalmente fuera del área de servicio.
- Creo que tendremos que subir – dijo Sesshomaru receloso.
- Será mejor quedarnos por esta noche ahí, ya va a obscurecer - dijo Inuyasha.
Los tres regresaron con las chicas quienes tampoco tenían señal en sus celulares y les comentaron de su decisión, luego de reírse del grito de niña de Miroku, cada una bajó de la camioneta y junto con los chicos tomaron sus mochilas.
Rin se quedó mirando al extraño niño que les había sugerido la cabaña, sabía que Sessho había ido por las mochilas de los dos, sabía que en ese momento debía comenzar a caminar y seguir a sus compañeros de viaje hacia la posada, pero no podía apartar la mirada de los ojos brillantes y traviesos de ese chiquillo, tampoco pudo moverse hasta que sintió el cálido contacto de la mano de su novio con la de ella que la jaló para conducirla hacia donde iban todos. El resto del camino prefirió fijar su mirada en los cabellos platinados de él y no hacia los lados.
Miroku iba hasta el frente de todos llevando a Sango por la cintura, esa perfecta curva del cuerpo de su novia era algo que le encantaba de ella, le había llamado la atención el día que fueron a inscribirse a 3° de prepa, ella junto con Aome iban a inscribirse a primero y ante las insistentes miradas de él, ella sonrió y le guiñó el ojo. Casi todas las chicas se sonrojaban y bajaban la mirada ante sus coqueteos, pero ella las sostuvo, e incluso le correspondió.
Entre sus diversas e importantes actividades vespertinas, se encontraban el visitar a las chicas del equipo femenino de natación donde ella estaba. De todas las chicas, Sango nunca se apenaba porque le coqueteara descaradamente. Claro, dependiendo de su estado de ánimo era como ella le respondía, a veces enojada, a veces coqueta, enojadísima cuando lo descubría coqueteando con otras chicas.
Para él pelear o coquetear con Sango era un respiro de aire fresco comparada con las amigas mojigatas de Kikyo con quienes nunca se llevó.
Cuando salió de la prepa, se dio cuenta lo mucho que le gustaba estar con ella y lo mucho que la quería, así que luego de 6 meses de probar que podía ser fiel y solo estar para ella, Sango accedió a ser su novia y desde entonces solo tuvo ojos para ella y la felicidad que compartían juntos.
Una increíble casa de tipo colonial se levantó frente a ellos en un claro del bosque, la puerta de entrada estaba abierta y las 3 parejas entraron buscando hospedaje y un teléfono.
Revisaron toda la planta baja y no encontraron a ninguna persona y tampoco un teléfono, salvo una libreta de registro y una nota que pedía a los huéspedes registrarse y tomar la llave de su habitación. Las 3 parejas tomaron cuartos consecutivos y subieron a dejar sus cosas.
La casa era enorme, la recepción abarcaba todo el frente de la casa y daba a un patio interior que se conectaba con el comedor al lado izquierdo y una salita de estar al derecho. En el centro había una fuente bellísima, al fondo se encontraba la cocina y una puerta que daba a lo que parecía ser una huerta. En la salita se encontraban unas escaleras que conducían al segundo piso, donde se hallaban las habitaciones. La de Rin y Sesshomaru daba al frente mientras que las de Aome e Inuyasha, Sango y Miroku daban al lado derecho de la casa.
Ya había anochecido y los dueños de la posada no aparecían por ningún lado y seguían sin señal en el celular. Habían decidido pasar la noche ahí y al día siguiente los chicos bajarían a la carretera para pedir ayuda. Junto con sus cosas bajaron un par de six de cervezas, papas, doritos, chocolates, sándwiches y dulces que junto con la botella de vino blanco que Rin y Sesshomaru les compartieron hicieron su cena.
Luego de terminar la mitad de las provisiones para el fin del mundo, Aome y Sango le pidieron a Rin que las acompañara a la salita para poder platicar un rato de chicas porque seguro Miroku iba a sacar una de esas cosas raras que le gustaba fumar.
- No son raras… simplemente son cigarros de clavo – se quejó el aludido.
- Lo que sea – respondió Aome – que Inuya y Sessho los soporten, nosotras tendremos plática de chicas.
Rin sonrió y se levantó para seguirlas, pero antes de que comenzara a caminar, Sesshomaru la jaló a su regazo y la besó de una manera que rayaba en lo inmoral para luego susurrarle algo al oído por lo que la chica se carcajeó y salió de la habitación sujetándose del marco de la puerta.
Ante esto Miroku dijo cuando se quedaron solos:
- Creo que sería bueno poner reglas – y acto seguido sacó una cajetilla de color café obscuro y la abrió.
- Como no fumar cochinadas en frente de los amigos – se quejó Inuyasha.
- No… me refiero a… bueno, no nos hagamos tontos, creo que todos pasamos a la farmacia, pero en lo personal me gustaría poder dormir una parte de la noche.
Al escuchar la referencia a la abuela de Rin, Sesshomaru se rió por lo bajo.
- La abuelita de Rin es todo un caso – dijo.
- Rin es todo un caso, explícame cómo pasó tu primera prueba imposible Sessho porque a la fecha no puedo creer que tú hayas decidido tener otra novia además de tu carrera.
- Simple hermanito – respondió Sesshomaru a Inuyasha – me toma menos tiempo que a ti descubrir a una mujer perfecta cuando la tengo frente a mí.
- La verdad es que ninguno pensaba que Kikyo fuera la mujer ideal… - dijo Miroku pensativo mientras exhalaba una bocanada de humo.
- Lo único que puedo decir es que me alegra más que conviva con Aome… y debo admitir que también con Sango – dijo Sesshomaru tomando la cajetilla que Miroku había dejado en la mesa, sacó un cigarro y luego de revisarlo cuidadosamente unos segundos, lo encendió.
- ¡Tienes que contarnos cómo te hiciste novia de Sesshomaru! – Dijo Aome en cuanto Rin entró a la salita.
- ¡Cierto! – Replicó Sango – algunos dicen que le diste toloache (especie de poción de amor)… por cierto, ¿qué te dijo antes de que salieras del comedor? – Rin soltó la carcajada y respondió:
- Como respuesta a la petición me hice novia de él luego de arrojarle una pila de libros… y como respuesta a la pregunta, simplemente me dijo que me dejaba un ratito con ustedes pero que el resto de la noche yo era solita para él.
- No cabe duda que los hermanitos son idénticos – dijo Aome pensativa.
- Sin mencionar a los amigos – replicó Sango.
Las tres chicas rieron de buena gana, en cuestión de unos minutos habían congeniado bien y luego de un rato de plática ya eran grandes amigas.
Al rato los chicos se les unieron y luego de algunos juegos rápidos de cartas en parejas decidieron que era hora de retirarse a dormir. Los dueños no habían llegado pero los 6 consideraron que lo más probable es que aparecieran por la mañana.
Ya eran más o menos como las 10 de la noche y el silencio y la obscuridad se adueñaban de la casa de huéspedes cuando una carcajada vino a romper todo el ambiente.
Sango reía divertida ante el comentario favorito de Miroku de "¿quieres tener hijos conmigo esta noche?" risa que fue cubierta con un beso suave en los labios para luego recorrer la curva de su cuello y sus hombros y luego continuar bajando hasta los dedos de las manos de la chica.
Miroku besó caballerosamente la mano de Sango y le dirigió una mirada provocativa que la chica respondió echándose hacia atrás en la cama y haciéndole una seña con sus dedos para que se acercara. El chico se acercó acomodándose sobre ella y rodeándola con sus brazos para luego besarla en los labios de manera lenta y seductora.
Mientras se besaban, Sango comenzó a deslizar sus dedos por la espalda de su novio lentamente y luego metió su mano por debajo de la camiseta que él llevaba para sentir mejor su piel a lo que Miroku se separó de sus labios y comenzó a recorrer su cuello hasta llegar al escote con besos dulces y húmedos para luego comenzar a desabotonar lentamente la blusa y colocar un beso cada que iba separando un botón.
Le retiró la blusa y continuó con el botón y el cierre del pantalón de la chica que también quitó y besó la piel que quedaba descubierta. Sango jaló la camiseta dejando al descubierto el torso desnudo de su novio quien antes de retirarle el pantalón de mezclilla se incorporó y la tomó entré sus brazos para hacerla rodar y que ella quedara sobre él.
Continuaron besándose mientras él le retiraba el brasiere y delineaba su torso y su cintura con los dedos mientras ella lo abrazaba por el cuello. Miroku la hizo levantarse y comenzó a besar su pecho entre sus senos y alrededor de estos para luego tomar entre sus labios los pezones de la chica y succionar lentamente lo que sacaba gemidos de placer de los labios de Sango.
Luego de un rato la volvió a recostar boca arriba y le retiró lentamente el pantalón y el resto de la ropa interior mientras recorría las perfectas piernas de la chica con besos húmedos, se incorporó y se quitó también él mismo el pantalón para luego deslizarse lentamente dentro de ella y comenzar a moverse muy despacio.
Sango gemía y susurraba el nombre de su novio a intervalos mientras correspondía con sus caderas al movimiento que él hacía. Poco a poco fueron aumentando juntos la velocidad en sus movimientos y de intensidad en sus besos y sus caricias hasta que a pesar de sofocar sus gritos con besos apasionados llegaron juntos al climax para luego relajarse juntos en los brazos del otro.
- El primero al que se le ocurre poner reglas… – rezongó Inuyasha al escuchar la risa de Sango en la habitación de junto.
- ¿Vas a estar quejándote de Miroku toda la noche? – Preguntó Aome desde la entrada del baño. La chica lucía un precioso corsé en color verde esmeralda que combinaba perfectamente con sus ojos, que además tenía un liguero en el mismo tono que sujetaba un par de medias en color piel completamente ajustada a su cuerpo.
Inuyasha se quedó con la boca abierta por unos segundos antes de acercarse a su novia y abrazarla por la cintura para levantarla y besarle los labios sensualmente con una sonrisa.
- ¿Y esto de dónde salió? – dijo el chico levantando a su novia en brazos.
- Lo vi en un aparador y me gusto mucho… me pareció adecuado estrenarlo hoy – respondió Aome mientras la recostaba en la cama.
- Me encanta – dijo Inuyasha mientras comenzaba a cubrirla de besos en todas las partes que no tenía corsé.
- Lo sabía… - susurró Aome mientras tiraba de la camiseta de su novio para luego colocarlo boca arriba y comenzar a recorrer su pecho con besos, con una sonrisa le abrió el pantalón y se lo quitó lentamente.
Inuyasha la tomó de ambas manos y la atrajo hacia él para besarla una vez más en los labios y colocarla boca arriba, terminó de quitarse la ropa y lentamente comenzó a juguetear con la parte del abdomen de Aome que quedaba descubierta lentamente le retiró la pantaleta y sin quitarle nada más se deslizó dentro de ella lo que hizo a su novia comenzar a respirar entrecortado.
Así se quedaron unos momentos disfrutando de la sensación de encontrarse unidos para luego comenzar a moverse primero muy despacio y poco a poco ir acoplándose a un ritmo más rápido que hizo que ambos gimieran de placer hasta llegar al climax.
Ajenos a risas, gemidos y cualquier otra cosa que los distrajera Rin y Sesshomaru se hallaban en su habitación, sobre un sillón, ella sentada en las piernas de él con toda la ropa de la parte superior de ambos se hallaba en el suelo mientras ambos se besaban apasionadamente.
Mientras ella le acariciaba el cabello y el rostro, él le recorría la espalda con los dedos delineando cada una de sus costillas. Sessho le echó la cabeza hacia atrás y rodeó su cuello con besos para luego bajar por su pecho hasta su abdomen mientras la sujetaba por la cintura.
Rin se bajó del regazo de su novio y le extendió la mano para llevarlo con ella a la cama, se recostaron juntos y continuaron besándose en los hombros y el cuello con suavidad. Sesshomaru la subió sobre él y le abrió las piernas sujetando sus muslos mientras ella le acariciaba y le besaba los hombros.
Ella se levantó y comenzó a desabotonarse el pantalón de mezclilla mientras él la miraba de manera seductora, luego se bajó de él y terminó de quitarse la ropa mientras él terminaba de quitarse la suya. Sessho la sujetó de la cintura y la colocó sobre de él para introducirse con suavidad en ella. La acercó hacia él mientras se movía dentro y ella imitaba sus movimientos. Continuaron besándose en los labios mientras respiraban entrecortado y susurraban el nombre del otro. Él se rodó sobre ella colocándola boca arriba debajo de si mismo, continuó moviéndose y besando su cuello y hombros mientras le murmuraba cuánto la amaba cuando la sintió estremecerse y comenzar a gemir de placer con sus ojos cerrados, aceleró su movimiento hasta que él mismo comenzó también a estremecerse y dejarse llevar por la perfección del cuerpo de ella… sus curvas… su piel… sus labios…
