Katsuki Yuuri viajaba con decisión por las calles de Rusia, su cuerpo cubierto con un grueso abrigo de piel, acompañado por su caravana. El país le parecía demasiado frio y blanco para su gusto pero no debía quejarse.

Su hermana mayor Mari le acompañaba sin decir ni una sola palabra, a su lado estaban sus amigos de la infancia Yuko y Takeshi, la chica se apretujaba contra el cuerpo de su pareja para poder absorber un poco su calor. –Repítenos una vez más porque estamos en este país- pregunto el hombre mientras cubría con sus brazos a su esposa.

-Estamos aquí por orden directa de la Organización de Alfas- respondió un chico de cabello negro llamado Phichit, aun con su mejilla recargada en el hombro de Yuuri. Sus ojos cerrados y su lenta respiración le hacían parecer dormido.

-No nos lo pidieron a nosotros, se lo pidieron a Yuuri- respondió Takeshi molesto – Tengo tres hijas a las que cuidar- agrego.

-Nadie te pidió que vinieras, en todo caso se lo pedí a Yuu-chan- respondió esta vez Yuuri mirando con enfado al otro hombre.

-No me hables así- murmuro con voz autoritaria, el tono que todo alfa poseía para doblegar a los Beta y a los Omega. –Como si fuera a dejar que mi esposa viajara sola contigo- le murmuro apretando los dientes.

-Te sugiero que no vuelvas a usar ese tono con Yuuri, si no quieres que te arranque la cabeza- murmuro Phichit abriendo sus ojos y mirando con desprecio al hombre frente a él – No te creas superior por qué no lo eres, solo eres un Alfa de cuarta-

Takeshi adquirió un tono rojo por el enfado y su cara se crispo en clara señal de ataque, no podía permitir que nadie le hablara de aquella manera, mucho menos un chico menor que él, le importaba un carajo que fuera orden directa de la OA (Organización de Alfas), no entendía por qué el y su mujer tenían que viajar desde Japón hasta ese lugar solo para ayudar a la familia Katsuki.

-Cálmense los dos, no puedo creer que ambos se comporten como salvajes, estamos aquí para ayudar a mi hermano, solo eso y Takeshi si no querías venir podías quedarte en casa y de cualquier forma Yu-chan decidió que vendría- dijo Mari dándole otra calada a su cigarrillo y soltando el humo por la ventanilla del carro.

-Eso es cierto, Yuuri me lo pidió como favor además de que tú también dijiste que querías ayudarlo- le dijo la castaña regañándole.

Takeshi soltó un bufido, era cierto que había aceptado ayudar pero esto ya le parecía demasiado. –Lamento las molestias a todos- les dijo el chico de lentes mientras frotaba sus manos para generar un poco de calor.

-No tienes la culpa, una orden de la organización es inapelable, además de que no creo que tu situación se complique mas, solo puede mejorar – le dijo Phichit sonriéndole a su amigo.

Yuuri soltó un largo suspiro y volvió a fijar su mirada en las calles. Había recibido una carta de la OA hace una semana pero le ignoro como solía hacerlo cuando llegaban, no quería saber nada ya que siempre que llegaban era para darle terribles noticias.

La primera que recibió fue cuando tenía diecisiete años, en el le felicitaban por llegar a la adultez y le informaban que la el departamento de Omegas les había informado que él, Katsuki Yuuri era un omega.

Esa carta le cayó como agua helada, desde que tuvo memoria rogaba por no ser un Omega pero cuando cumplió dieciséis y su primer celo llego se dio cuenta que su peor pesadilla se hizo realidad, sin embargo sus padres y su hermana le ayudaron a manejar la situación dándole los supresores necesarios y le informaron que de ahora en adelante tenía que cuidarse aun mas de las demás personas. Poco le importo ya que nunca había sido sociable, a el solo le importaba su pasión por el patinaje.

La segunda carta llego cuando tenia diecinueve, en ella le explicaban los riesgos y peligros que existían para su persona y para los demás si seguía compitiendo en el patinaje artístico. Un Omega no marcado en periodo de celo podría ser perjudicial para los demás competidores, Sobre todo porque la mayoría de competidores eran alfas. Asi que se le solicitaba que no volviera a mandar solicitud para competir.

Esta vez si se había enfadado e indignado decidió que no dejaría que nadie le indicara que podía o no podía hacer, su decepción creció cuando su entrenador y el metieron sus documentos en diferentes torneos y en todas las ocasiones fue rechazado, le indicaron que no podría competir de manera profesional hasta que estuviera debidamente marcado y que una vez que eso sucediera su Alfa tendría que ir y dar su permiso para la inscripción.

Su entrenador le abandono unos meses más tarde al darse cuenta que su pupilo no daría su brazo a torcer en el hecho de tener una Alfa. No le gustaba la idea de que alguien tuviera tanto poder sobre él. Tener un Alfa para Yuuri era volverse un prisionero.

Así que ahora a sus 23 años seguís siendo un Omega no marcado que recibía cada seis meses una carta de la OA para saber si ya había avanzado en ese ámbito. Después de la tercera carta dejo de leerlas hasta que hace un mes irrumpió en su casa un miembro de la organización. Leo Zeed

Recordaba como se había presentado y después de haber dicho un sin numero de cosas relacionadas a la conservación y control de la armonía entre los Alfas, Betas y Omegas le dijeron que debía ser marcado en los siguientes dos meses o de lo contrario sería llevado a la Organización para recluirlo y que este no fuera un peligro para lo sociedad.

Jamás había visto a su familia mas alterada, su padre amenazo al hombre, le dijo que jamás permitiría que se llevaran a su hijo y su madre se había lanzado a los golpes, supuso que era porque su condición de Omega le hacía dar su vida por sus hijos.

" Siempre existe otra solución"- les dijo el hombre – "Estoy aquí para informarte que la Organización necesita a un Omega sin marca para solucionar un asunto en Rusia. La organización está desesperada por que el departamento de los Omegas están teniendo problemas por culpa de un Alfa"- les dijo.

Yuuri no quería escuchar nada que la organización tuviera que decir y menos ahora que por culpa de ellos su sueño de competir se había evaporado – ¿Eso que tiene que ver con Yuuri?- pregunto su padre enfadado.

-" Al parecer han sucedido varias peleas que han dejado a varios Omegas en el hospital, todos han peleado entre ellos y han salido a las calles de Rusia en época de celo sin tomar sus supresores, todo para llamar la atención de un Alfa y que este los marque. Al hacer esto otros alfas han intentado marcar a los omegas en cuestión, ocasionando que haya peleas y disturbios. Como saben, nuestra Organización fue creada para proteger a todos los ciudadanos y este tipo de conductas no son aceptadas. "- les dijo, la cabeza de Yuuri cada vez estaba más confundida, no podía imaginarse como un Omega haría algo tan estúpido para llamar la atención, se ponían en terrible peligro a que cualquier Alfa los atrapara y los marcara contra su voluntad.

"Los miembros de la organización decidieron que esta situación se calmara si el Alfa marca a un Omega y así comienzan a formar una familia. Eso siempre tranquiliza a los Alfas, incluso a los mas jóvenes- Yuuri abrió los ojos con un poco de horror.

Vio como el hombre poso sus ojos sobre el –Por eso estoy aquí, Usted es un Omega ya de edad madura para no estar marcado, la mayoría de los omegas consiguen su pareja entre los 16 y los 19 años. La organización le da la opción de ir a Rusia y conseguir el interés del Alfa para así calmarlo- le dijo.

-No- fue la rápida respuesta del japonés, no se pensó ni por un segundo esa descabellada idea. Al final sería lo mismo, le obligarían a tener que soportar a un Alfa y eso no era algo que soportaría.

-Si acepta, se le darán seis meses en lugar de dos- el hombre intento hacer entrara en razón a Yuuri pero este volvió a negarse rotundamente – Además de que se le extenderá una autorización para que usted pueda participar en las competencias de invierno-

Eso si hizo que el pelinegro volteara a ver al hombre sentado en el sillón de su casa -¿Puede hacer eso?- pregunto Yuuri algo esperanzado.

-Les diríamos que usted ya es un Omega marcado y que no existe razón para que le sigan manteniendo fuera de las competencias, con una autorización de nosotros no tendrán reparo en aceptarlo, solo si acepta y viaja a Rusia- le repitió diciendo lo ultimo con énfasis.

-¿Qué tendría que hacer exactamente?- pregunto el patinador esta vez interesado.

-Tendría que viajar a Rusia con tres personas que usted elija- el hombre abrió su portafolio sacando un folder negro y se lo extendió a Yuuri– Esta es la información personal del Alfa en cuestión. Su nombre es Viktor Nikiforov, es un alfa de 27 años muy codiciado, por razones que desconocemos se niega a elegir a un Omega, él prefiere salir y conocer a varias personas pero no marca aun a nadie por lo cual los Omegas con los que sale o salió están un poco desesperados por atraparlo. Es originario de Rusia y también es campeón de patinaje…- el hombre continuo hablando, diciéndole toda la información que poseían y que le seria de utilidad pero en cuanto escucho el nombre del objetivo su cerebro se desconecto.

Conocía a Viktor Nikiforov, desde que era un niño le había visto por el televisor, le admiraba profundamente y fue su inspiración para seguir patinando. No podía creer que él fuera el Alfa problemático del que le estaban hablando.

-¿Señor Katsuki? ¿Tiene alguna duda?- le pregunto haciendo que volviera al momento que estaba pasando.

-¿Qué pasara si no logro hacer que él se interese?- pregunto con un poco de temor, la organización siempre fue muy temida para todos ya que es una autoridad que debía ser respetada.

-En el caso en que no lo logres serás llevado de regreso a Japón y ahí serás trasladado a las oficinas de la Organización para recluirte- le respondió el hombre mirándolo con seriedad.

Yuuri se quedo quieto unos minutos, pensando cual era la mejor opción, al final sabia que en dos meses no podría ser marcado por ningún Alfa y de igual manera se lo llevarían pero si aceptaba ir a Rusia no solo podría volver a competir en los juegos de invierno, además de eso tendría cuatro meses más de libertad. No tenía salida.

-Acepto- le dijo al hombre el cual sonriente se levanto para estrechar su mano.

-Buena elección, le dejare la carpeta con sus boletos de avión y todas las indicaciones que debe tener, le recomiendo que esto jamás lo vea el señor Nikiforov, no le gusta que le impongan nada. Según escuche es un buen hombre solo un poco creído, le deseo la mejor de las suertes para que logre conquistarlo- murmuro Leo para voltearse y despedirse de la familia.

Después de eso solo le hizo falta hacer una par de llamadas y programar todo. Eligio a su amiga de la infancia Yuko porque esta siempre le daba buenos consejos así que podría ayudarle si la situación se volvía muy complicada, Phichit, un amigo que conoció durante su época de patinador, un alfa de Tailandia que siempre le había protegido y con el que se sentía extrañamente seguro. Su hermana fue mandada por sus padres para ayudarle y protegerle de cualquier peligro y Takeshi llego el día que debían volar a Rusia, diciendo que no había forma de que dejara a su pareja ir sola.

Otro suspiro salió de los labios de Yuuri, esperaba que su misión no fuera tan difícil. – Ya llegamos- le dijo su hermana haciendo que prestara atención. Los cinco bajaron del coche frente al hotel en el que se hospedarían por esos seis meses. – Voy a registrarnos- dijo Mari dirigiéndose a la recepción.

Era la primera vez que visitaba ese país y por alguna razón le hacía sentir terrible, no era por el lugar era más bien por la razón por la que estaba ahí. No le gustaba la idea de tener que acercarse a alguien solamente porque la organización se lo ordenaba, pero por otro lado le entusiasmaba la idea de tener la oportunidad de acercarse a Viktor.

-Bien Yuuri, todo está arreglado, el recepcionista dijo que nuestra estancia ya esta pagada y que podemos subir a ver los cuartos.- le dijo Phichit jalándole para que entrara a al hotel. Sus habitaciones eran sencillas. La organización había pagado por dos habitaciones. Una para los hombres y otra para las mujeres, por lo que Takeshi tuvo que compartir habitación con Yuuri y Phichit.

-No puedo creer que no pueda quedarme con mi esposa- dijo molesto aventándose a una de las camas.

-No estabas invitado, si no te parece puedes ir a pagar por otra habitación además de que te pido que te quites de mi cama- murmuro Phichit molesto.

Yuuri le sonrió a su amigo y le tomo del hombro para intentar calmarlo – Solo tendremos que acomodarnos. Takeshi si quieres puedes tener mi cama-le dijo y enseguida el Alfa sonrió y cambio de cama, volviendo a aventarse haciendo que su cuerpo revotara levemente sobre el colchón.

-No deberías hacer eso Yuuri, el no tenia por que venir- le dijo el tailandes mirando a su amigo con el seño fruncido. No le agradaba que el otro hombre abusara de su Yuuri, desde que se conocieron le llego un ola de querer protegerlo, por eso cuando necesitaba algo siempre estaba ahí. Incluso en algún momento desesperado por ver sufrir a Yuuri por su celo le ofreció su compañía, incluso sugirió que si el japonés quería podía marcarlo para que toda su situación se normalizara pero Yuuri jamás acepto.

-No tiene importancia, puedo dormir en el suelo- le respondió sonriendo.

-No, no lo harás, dormirás en la cama conmigo y punto- le dijo Phichit cuando vio que este estaba a punto de protestar, pero fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta.

Yuuri camino para abrirla y dio un ligero salto hacia atrás al ver a Leo, el miembro de la OA. –Me alegro que ya llegara, vengo para llevarlo a conocer al señor Nikiforov, sígame por favor- le dijo sin voltear a verlo.

Con nerviosismo Yuuri volteo a ver a su amigo Phichit y este asintió, no dejaría que su mejor amigo se fuera a enfrentar a esa situación solo, al menos estaría ahí para ayudarlo. Se despidieron de Takeshi pidiéndole que le avisara a las chicas y siguieron al señor hasta la salida del hotel donde un auto negro ya les esperaba.

-Bien, como ya le dije, Viktor Nikiforov no ha aceptado tener una pareja seria y por ello han pasado todos estos desastres, le aconsejo que no se porte tan insistente con él, porque no funcionara- le dijo Leo como un consejo.

El carro se detuvo en una pista de hielo y Yuuri enseguida se lleno de nostalgia. –El se encuentra dentro, tome- le dijo dándole una bolsa, Yuuri la tomo y al abrirla vio sus patines y su ropa deportiva con la que solía practicar – Antes de abordar mi avión tus padres me lo dieron, me dijeron que esto te ayudaría.- Le dijo mientras le jalaba para entrara al lugar.

Sin detenerse saludaron a lo lejos al de la recepción que parecía intentar decirle algo en ruso pero enseguida Leo se acerco para hablar con él – Sigue a los vestidores y sal a la pista- le grito.

Phichit no dejo de seguirlo, ayudándole a alistarse – No te pongas nervioso, es imposible no quererte- le dijo sonriéndole, su amigo siempre se portaba de aquella dulce manera con él. Sonrió agradecido terminando de amarrar las agujetas de los patines.

-Empecemos- murmuro en voz muy baja decidido.

La pista era enorme y el lugar estaba completamente imponente, en Japón la pista solía ser bastante mas pequeña, era bellísimo, se quedaron observando el lugar hasta que los ojos de Yuuri captaron a un grupo de personas en el otro extremo de la pista.

-Ahí debe estar Viktor, vamos Yuuri- le dijo su amigo ya dentro de la pista de hielo, incitándole a que le siguiera. El japonés más nervioso de lo usual le siguió y ambos comenzaron a dar vueltas por el lugar, sonriéndose con afecto. – Hazlo Yuuri- le dijo Phichit dando un salto triple incitando al otro a que le siguiera.

Yuuri por unos minutos olvido por completo la razón por la que estaba ahí, comenzó a danzar sobre el hielo, haciendo piruetas y pasos con increíble agilidad, había pasado un tiempo desde que se había sentido así de feliz, en completa libertad. El patinaje era su pasión, amaba profundamente estar en el hielo. Escuchaba que su amigo le hablaba pero no comprendía que le está diciendo, el siguió girando sobre sí mismo, haciendo combinación de saltos, dobles y triples.

Escucho como una voz hablaba en un idioma que desconocía, parecía en verdad molesto pero eso no le hizo detenerse, siguió encantado sobre el hielo, perdido en su cabeza. Al menos hasta que sintió como alguien le tomaba la cadera. Sintió el calor y firmeza de un pecho en su espalda y aun un poco perdido por la emoción dejo que la otra persona le levantara lo suficiente para poder estirar sus piernas en una encantadora pose.

-¡VIKTOR!- escucho de nuevo al hombre gritar y esta vez si comprendió lo que decía por lo que en un giro rápido se desenvolvió de los brazos que le mantenían apresado.

Ahí, en la pista que tanto amaba vio algo aun más hermoso que el hielo. Viktor Nikiforov le sonreía. Sus ojos azules brillaban intensamente y con un movimiento de cabeza vio su plateado cabello moverse de su lugar, lucia tan suave que moría de ganas de poder tocarlo. -Я люблю, как патины (1) – le dijo el peli plateado.

No entendió ni una palabra pero por algún motivo sus mejillas se calentaron, aparto la mirada con un poco de incomodidad y eso fue indicio para que Phichit se acercara.

El ruso miro como el otro chico se ponía a la defensiva y enseguida noto en su aroma un toque de enfado y peligro. Un Alfa enfadado.

La extraña pareja que había interrumpido el entrenamiento de la selección rusa le había llamado la atención desde el momento en que entraron pero pretendió no haberlo notado. Viktor conocía a Yakov, sabia que se molestaría con los encargados por dejar pasar a las personas el día que reservo todo el lugar. Sin embargo cuando esos jóvenes comenzaron a patinar no pudo apartar la mirada, cada movimiento, cada pirueta del pelinegro le fascino y por ello no pudo resistirse, se acerco y sin pensarlo llevo sus manos al cuerpo del otro, comenzando a patinar juntos.

No solía pasarle aquello pero en verdad fue algo que no pudo evitar, en cuanto se acerco noto el dulce aroma que el pelinegro desprendía, enseguida supo que se trataba de un Omega, ellos suelen desprender fragancias dulces y frescas al contrario de los Alfas que sus aromas llegan a ser picantes e intensos. - Прошу прощения (2)- murmuro el ruso inclinando levemente la cabeza, Pensó que había molestado al Alfa por haber tocado a su pareja.

-¡VIKTOR! ¡ВОЗВРАТ! (3)- le grito un hombre desde afuera de la pista, acercándose a donde estaban - ¿Кто выпустил их в? Это частная практика (4)- grito el hombre señalándoles

Phichit al ver que su amigo no respondía nada decidió hacerlo el – Lo lamento, no entendemos lo que dicen- les dejo de forma lenta y pausada, pensando que tampoco ellos les entenderían.

-Amazing, ¿Son japonés?- dijo Viktor cambiando de idioma para que esta vez pudieran entenderse.

-El es Tailandés pero yo si soy Japonés- respondió Yuuri con un tono de voz mas bajo que lo normal, cosa que le extraño profundamente a Phichit, Yuuri a pesar de ser una persona tranquila y amable solía defenderse ferozmente pero justo ahora le parecía un pequeño Omega apunto de encogerse.

Viktor parecía emocionado y no dejaba de ver fijamente al japonés haciendo que este se pusiera aun mas nervioso.

-No me interesa de donde sean, esta es una práctica privada, así que fuera de aquí- grito Yakov bastante molesto haciendo que los dos orientales dieran un pequeño brinco. El hombre había usado su voz de Alfa y eso significaba que Yuuri se vería obligado a dar media vuelta para irse. Tanto Viktor como Phichit notaron como el Omega temblaba ligeramente y apretaba los puños, luchando con la orden que le daban

-No te vayas- soltó Viktor con su voz de Alfa, queriendo aligerar la orden de Yakov y ayudar al japonés, este le miro sorprendió y dejo de temblar, esa también era una orden pero por el tono que uso el ruso parecía más una petición.

Phichit tomo el brazo de Yuuri y lo jalo hasta abrazarlo – ¡Dejen de usar la voz de Alfa con el!- grito el tailandés molesto. Sabia como odiaba el japonés el poder que los Alfas tenían en su cuerpo y por eso el jamás usaba ese tono frente a Yuuri. Le molestaba que quisieran obligarlo usando esa arma.

-Lo lamento, solo quería ayudar- le dijo Viktor esta vez luciendo levemente avergonzado, había olvidado por un momento que el chico frente a el ya tenía un Alfa pero si le sorprendió que Yuuri no estuviera marcado, se veía que la pareja se llevaba bastante bien. –Sé que es de mala educación hacerlo si el Omega ya tiene una pareja- agrego el peli plateado.

-Yuuri no es mi pareja, es mi mejor amigo en todo el mundo- agrego el tailandés con rapidez. Había olvidado por un segundo que estaban haciendo ahí, no era bueno que el Alfa al que perseguía su amigo pensara que Yuuri ya estaba con alguien mas.

Viktor se quedo unos segundos pensando para después llevar a su rostro una amable y brillante sonrisa, en verdad parecía encantado por lo que Phichit acababa de decir – Que alivio, entonces déjame invitarte a cenar esta noche, Yuuri-

CONTINUARA…

Hola a todos primero que nada quiero decirles que es la primera vez que escribo de este universo así que espero que me puedan ir guiando, les agradezco que hayan llegado hasta aquí y espero que le haya interesado aunque sea un poco.

Ya saben que YOI y el Omegaverse no me pertenecen solo los uso para crear esta historia. Cualquier duda ya saben que pueden preguntarme e igual espero que me enseñen este universo

Gracias por leer y espero sus reviews.

Les dejo las frases traducidas que use en ruso y no sé si está bien escrito por qué no se ruso. Asi que me disculpo si están mal

(1) Me encanta como patinas

(2) Me disculpo

(3) ¡VIKTOR! ¡REGRESA!

(4) ¿Quién los dejo entrar? Es una práctica privada

Ustedes que dicen. ¿Podra Yuuri con su misión? ¿Viktor caera? ¿Viktor si es un mujeriego sin sentimeintos? ¿Qué papel juega la organización? Diganme sus conjeturas. Nos leemos pronto.