Efímero.
Sus latidos se apagaban, lenta, tortuosamente y por más que él llorara o suplicara, sabía que era inevitable el hecho de verlo morir, lo que no entendía era por qué tan pronto ¿Por qué Johan debía apartarse de su lado, a pocos años de haberse reunido?
Al conocerlo y verse reflejado en sus ojos verdes, que transmitían pura sinceridad, supo que algo en su interior había cambiado. No, no algo, sino todo en su interior.
Habían pasado tantas cosas juntos, Yubel, Darkness... pero ésta, la batalla más difícil, no la podían ganar. Johan estaba muriendo. Algún desgraciado ebrio se había salido del carril y lo había atropellado, dejándolo tan mal herido que los doctores decían no iba a sobrevivir por mucho, sólo pidiéndole a Juudai que se despidiese... ya que no podían hacer nada por él.
—¿Ahora le dirás?—Yubel puso su mano etérea sobre el hombro de su amado, pero éste no la sentía, no tenía ojos para otros que no fueran las gemas verdes del europeo.
Él negó con la cabeza, porque no quería hablar por temor a que la voz se le quebrase, tanto como su corazón lo estaba, ¿para qué decirle a Johan, de todos modos? No era importante, ni necesario para él saber que Juudai y Yubel reencarnarían y se volverían a encontrar, porque Yubel, aunque era parte escencial de su historia, no la era toda... y él prefería dejarla fuera, ¿para qué atormentarlo más, diciéndole que su amor y vínculo con Yubel serían eternos? Él no lo necesitaba y para esos momentos, Juudai empezaba a dudar si él lo necesitaba también.
Porque para él, podrían pasar mil años y mil vidas diferentes y podría seguir luchando contra el mal. Podría olvidarlo todo, seguir adelante con su vida... podría ser eterno junto a ella. Pero lo que más le importaba, lo que más apreciaba en esos momentos, era lo efímero. Lo efímero de los labios de Johan en las noches más oscuras y frías, lo efímero de su tacto, que nunca le era suficiente para calmar sus deseos; lo efímero de los momentos juntos, de sus besos, de su risa... algo único, algo que sólo le sucedería una vez. Algo que esperaba jamás olvidar.
Los ojos del europeo se cerraron lentamente con una sonrisa en los labios. Él sabía el secreto, lo entendía a la perfección, pero al igual que Juudai, no pensaba hacer nada más... porque, aunque él no fuese eterno, seguramente lo volvería a encontrar. Y aún si no fuese así, aún si no hubiese nada más allá, podría seguir viviendo en él, para siempre.
El grito de Juudai desgarró el aire.
Lo efímero... para él sería eterno.
Notas de la Autora: Siempre me plantée esta situación en la mente, Juudai y Yubel se van a seguir encontrando, una y otra, y otra vez, pero Juudai sólo podría encontrar a Johan en esa vida... ¿cómo ve él tal situación? Según yo, así x'D. Me costó un esfuerzo enorme matar a Johan, casi lloro, pero espero que el resultado final sea de su agrado :3. Críticas, comentarios, jitomatazos, lo que sea, aquí me tienen. Muchas gracias por leer :3.
Ja ne!
