Mi pequeña Dama
By Narumi
.- Acércate
.- Qué?
.- Que te acerques, ven
.- No puedo ir con desconocidos
.- Y quien ha dicho que lo sea? Es que ya no te acuerdas de mi, princesa?
Entreabrió los ojos y sólo vio penumbras. Se sentó sobre la cama, intentando recordar. Cubrió su rostro con ambas manos, mientras su pecho aún seguía agitado, y su corazón atiendo con fuerza. Otro sueño extraño, hasta cuando iba a dejar de soñar cada noche con inverosímiles situaciones? Pasó su pequeña mano por la frente, para secar el sudor frío que se deslizaba por este. "Quien eres? No te recuerdo…". No recordaba al extraño del pelo plateado. Pero sólo era un sueño. Tan sólo un sueño…
Apartó delicadamente los mil y un doseles que cubrían la cama y velaban sus sueños. El espejo adquiría un aire fantasmal envuelto en sombras, apenas veía su imagen reflejada en él. Salió al balcón y le vio allí. Nunca fallaba.
Deslizó su camisón por los hombros, hasta que cayó a sus pies. Escogió un vestido sencillo del armario, rosado. Recogió su largo pelo como pudo en una cola y bajo impaciente por las hiedras que trepaban hasta su ventana. Una vez abajo corrió hasta él, que la espera relinchando mientras su pelaje blanco puro brillaba bajo el tenue haz de luz.
.- Estás aquí Pegaso – Sonrió – Siento haber llegado tarde
El caballo sacudió su cabeza altivo y agachó su lomo para que la chica subiera. Una vez cabalgando sobre él, entre los jardines del palacio, se deshizo de todas las preocupaciones y deberes que como sucesora al Tokio de Cristal debía cumplir mientras sus rosados cabellos bailaban al compás del aire que soplaba solo para ellos.
A la mañana siguiente despertó demasiado temprano, aquella noche no había dormido nada, pero no le importó. Aquel día, Chibiusa Chiba cumplía diecinueve años, uno de los días más importantes del año para todo Tokio de Cristal. La chica paseaba feliz entre los largos y angostos pasillos y corredores del palacio, asegurándose que todos los preparativos estarían listos para la celebración de aquella noche.
.- Buenos días pequeña dama.
.- Pluto! – La chica corrió a los brazos de su amiga, ampliando aún más, si era posible, su sonrisa
.- Estas de buen humor, cierto? – Dijo mientras caminaban hacia uno de los patios interiores
.- Como no estarlo? Hoy es mi cumpleaños!
.- Ay que ver, cómo pasa el tiempo… Parece que fue ayer, cuando no nos dejabas dormir, ni a tu madre ni a nosotras, que tus lloros resonaban por todo el palacio…
.- Sí!
.- Cuando te escapabas y te ibas al presente
.- Era una cría…
.- Y ahora mírate! Te has convertido en toda una mujercita, pronto te casarás, y… yo ya me empiezo a sentir vieja! – dijo riendo
.- No digas eso! Si eres muy joven
.- Ya. Sabes que después de esta noche, nada volverá a ser lo de antes, cierto?
.- A no? Porque?
.- Debes prometerme algo, pequeña dama. Prométeme que serás fuerte, que jamás te rendirás… sabes que yo te he visto crecer, y…
.- A que te refieres, Pluto? Que ha de pasar?
.- Me lo prometes, pequeña dama? – dijo mientras sostenía firmemente las manos de esta.
.- Sí… si, claro. – Afirmó confundida
.- Hasta… esta noche
Dicho esto, la Sailor del viento se levantó de la losa de piedra pulida donde estaban sentadas. Tan pronto como sus pasos se perdieron entre los ecos del jardín, la chica del pelo rosa vio acercarse a su mejor amiga.
.- Cómo estás?
.- Bien…- Tanteó no demasiado segura tras la enigmática presencia de Setsuna
.- Felicidades!
.- Gracias!
Ambas quedaron en silencio, mientras que desde la distancia, dos figuras ocultas tras la fuente principal miraban sin ver la escena.
.- Sabes que esto no puede acabar así – Murmuró la voz masculina de la chica de cabello corto
.- Sí lo sé. Pero tampoco hay otra manera de que acabe – Dijo la del pelo aguamarina mientras negaba con la cabeza distraída.
.- Pero es demasiado… cruel! No estoy dispuesta a aceptarlo
.- Pero el destino es inexorable – murmuró en un susurro Pluto – Ya lo sabéis, que no se puede hacer nada
.- Tal vez si…
.- Ha sido trazado
Callaron, mientras volvían a fijar la vista en las dos chicas que conversaban animadamente.
.- Y qué, que se siente al tener diecinueve años…
.- Si tú ya los tuviste…
.- Ha! Pero en cada persona es diferente…
.- Si ya… Oye, Hotaru, tú sabes lo que tiene que pasar esta noche? Setsuna me ha dejado intrigada… - La aludida se quedó en silencio, mirando melancólica hacia la fuente – No empieces tú también! Qué es tanto misterio? Quiero saberlo
.- Oye, Chibiusa… Nunca has temido al futuro? A tu destino? – Preguntó con el mismo deje melancólico que lucía su mirada
.- No… - sonrió – Mamá siempre me ha dicho que la Luna me protege
.- Y tú a ella? – Tras la mirada de la joven decidido explicarse mejor – Proteges tú a la Luna?
.- Yo… - Cerró los ojos con fuerza mientras desdibujaba lentamente su sonrisa – Papá siempre me dijo que yo la hería… yo hería a la Luna…
.- No lo creas. Por más que te lo digan no lo creas. – Cerró los ojos, en un vano intento de reprimir las lágrimas – Todas te protegemos, pequeña dama, lo sabes? – Su voz se quebró – Y que lo hacemos todo por tu bien…
.- Hotaru, que te pasa? Espera! – Pero la chica ya había huido del lugar.
Chibiusa quedó mirando a la nada. "Quizá todo esté por ver" pensó.
Nota de la autora:
Bueno, que tal? Al fin me atreví a publicar un fic de Sailor Moon… hacía tiempo que me rondaba la idea, aunque con Usagi no me encajaba muy bien, así que decidí hacerlo con Chibiusa, que es menos pava y cursi… Agradecería muuucho que me dejaran su opinión, por saber si debo continuarla o no…
En fin, suerte, nos vemos. Bye!
Narumi (lovely (barrabaja)
