Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece.
— Dialogo de los personajes —
Énfasis
Pensamientos de los Personajes y Tiempo Pasado
Prefacio: Dos años
― Dos mas ―se convenció, levantó la mirada al cielo nocturno y se cubrió con la capucha.
― ¡Hey! ¡No tardes! ―le gritó un chico de largos cabellos rojizos sujetos en una cola alta― Aún faltan tres más de esas basuras, tenemos trabajo que hacer.
El chico alto de ojos azul cielo avanzó, ambas personas volvieron la vista hacia el camino de salida donde una bestia los esperaba. Subieron ambos y desaparecieron tras las explosiones que acabaron con una pequeña ciudad mercante. El fuego cubría todo, y tras una fuerte explosión que se expandió por toda la ciudad, no se escuchó más de las voces de la gente.
En la ciudad de Magnolia, en el gremio más importante de todo el bullicio matutino no se escuchó, todos permanecían en silencio, vestidos con ropas negras. ¿Cuánto pasó? ¿Dos años? Y seguían sin pistas y sin su revancha.
― Bien ya es hora muchachos ― anunció el maestro del viejo, con un conjunto negro al igual que la mayoría de hombres.
― Dos años, no puedo creer que ha pasado tanto ― dijo la pelirroja Titania, a su lado permanecía con la mirada baja Gray, este le miró fastidiado.
― No somos nosotros los más molestos con esta situación Erza.
― ¿No vendrá? ―preguntó ella, mirando alrededor en busca de una melena rosa.
― Lo vi tomar una misión en la madrugada, dejó a Happy con Lisanna ―se limitó a decir, siguiendo a la gran cantidad de magos que continuaron su camino rumbo a la catedral.
― Pasa la mayoría de misiones solo, incluso deja a Happy de veces en cuando. No habla… ¿estará bien así?
― No hay nada que se pueda hacer, desde que ella se fue… él comenzó a separarse del resto, ya ni le reconozco.
― Ya nadie le reconoce, Erza ―refutó el pelinegro. Aquel gran amigo suyo, el gran Salamander había cambiado bastante desde hacía un año.
― ¿Natsu no vendrá? ―preguntó el inocente gato azul en brazos de la joven de cabllos blancos, hermana menor de Mirajane; ella le miró con pena. Él no vendría, ni ahora, ni nunca, jamás a ver ese lugar.
― No lo sé Happy, pero estoy segura que ella estará muy feliz de verte, te ha de extrañar.
― Aye… ―respondió con pequeñas lagrimitas saliendo de sus grandes ojos. Se escondió en el pecho de la fémina que lo sostenía y continuó llorando, cada vez más fuerte.
El sonido de aquel llanto infantil rompió la barrera de los corazones de los magos, cada uno, en silencio y con cierta vergüenza, dejaron tímidas lágrimas caer una tras otra. Era una procesión cubierta de pesar a través de la ciudad, donde los ciudadanos veían como los magos más fuertes de todo Fiore rompían en llanto por la pérdida de su compañera de batallas. Una perdida muy terrible, un emblema lleno de flores que eran constantemente cambiadas por los mismos ciudadanos en muestra de respeto.
Gray sostuvo a una dolida Juvia entre sus brazos, y no había otra razón, ella lloraría tanto por sí misma como por él. Erza se sostuvo de su otro brazo y apoyo su cabeza, su orgullo aun no caía.
― Atraparé a ese maldito desgraciado… lo juro.
― Deja el orgullo Erza, se molestará contigo si te oye decir cosas como venganza ―reclamó en tono semi burlón el alquimista de hielo.
Fue así como la Scarlett se unió al llanto en silencio, dejando las gotas saladas bajar por sus mejillas.
Si tan solo hubiese llegado antes.
Si hubiese sido más fuerte.
Si no me faltara poder… esto no estaría pasando...
― Nos hemos reunido hoy, nosotros…el gremio Fairy Tail ―pronunció el maestro con tono débil. Sentía un escozor en los ojos, fuerte al igual que ese ahogo en la garganta que no le permitía hablar―, para honrar… dos… dos años… ―menciono entre las suaves lagrimas que caían sobre su rostro por las tristes memorias de aquella dulce voz― de la muerte... de nuestra gran maga estelar… Lucy Heartfilia. Les agradezco estar aquí, es muy importante su presencia, estoy seguro que ella lo aprecia mucho. Disculpen.
Makarov dejó de hablar por un momento, trató de aclarar su garganta y volvió a reanudar el discurso ante los sollozos de todo el gremio. Inclusive el mayor sentía esas aguas saladas resbalar por su rostro. Incontrolable.
― Yo… conocí, como muchos de ustedes, a Lucy, una maga fuerte, vivaz, alegre ―su tono sonaba dolido y acongojado―. Hace dos años… nos dejó… muy joven, y… quiero recordarles, por favor… que honremos su memoria, como nuestra camarada, nuestra amiga y parte de nuestra familia.
A cada pausa se le unían mas lagrimas, en la catedral llena de magos, llegaban comisiones de otros gremios. Blue Pegasus, Lamia Scale y el consejo, venían con ramos de flores a rendir sus condolencias a una de las personas más afectadas de todas.
En medio del grupo de magos, en silencio y con un llanto de remordimiento, el Señor Heartfilia recibía las condolencias por la pérdida de su hija. Su apariencia era algo desgastada, tenía una barba pequeña y su vestimenta era un terno algo empolvado.
Frente a ellos, a la gran muchedumbre de gente, una piedra con el símbolo de Fairy Tail y el nombre de Lucy Heartfilia en letras doradas, era la tumba de la gran maga.
― Mi Lucy… mi hija… perdóname… ―sollozó el hombre, arrodillándose delante de la tumba.
― ¡Lucy! — gritó en llanto el gato azul, estrellándose a sí mismo a la tumba en un intento por abrazarla― ¡Lucy! ―volvió a gritar en llanto, causando una sensación de tristeza en el corazón de los presentes. Sin duda esa escena, era algo insoportable para cualquiera.
― Señor Heartfilia levántese por favor ―pidió Mirajane, con ayuda de Elfman. Ambos sostuvieron al hombre, envuelto en desosiego y lágrimas.
―… Lu-chan… ―sollozó Levy, cubriéndose el rostro por las lágrimas, sus compañeros de equipo no encontraban la forma de consolarla, se miraron entre sí confundidos.
― Deja de llorar, la porrista se pondrá mal de sólo verte ―le dijo Gajeel, removiendo sus cabellos con su mano. Ella alzó la mirada llorosa y se lanzó a sus brazos, llena de dolor. El Dragon Slayer le rodeo por la cintura algo incomodo, pero considerando la situación, la dejó desfogarse.
La tarde llegaba y muchos de los magos se retiraban poco a poco, los gremios que vinieron de visita fueron llevados al gremio para que descansaran tras su largo viaje. Los últimos en quedarse fueron los integrantes del que fue, hacia dos años, el equipo más fuerte de Fairy Tail. Erza sostenía a un Happy dormido por las lagrimas, Gray ayudaba a Juvia a tranquilizarse y por ultimo Levy se llevaba al Señor Heartfilia.
El representante del consejo se acercó al grupo, en compañía de Makarov con quien estuvo hablando minutos antes. El viejo maestro tenía una mirada triste y preocupada.
― ¿Sucede algo Maestro? ― preguntó Erza.
― El Consejo vino a advertirnos de dos cosas el día de hoy, usando como pretexto el aniversario de la muerte de Lucy.
― ¿Qué quieren esos viejos? ―preguntó Gray.
― Parece que Natsu destruyó un puerto entero en su última misión, las pérdidas materiales son millonarias ―se quejó el mayor.
― Sin ofender pero hemos pagado los destrozos de Natsu desde hace año y medio, ¿cuál es la diferencia ahora?
― Que poco después de la destrucción del puerto y que Natsu reclamara la recompensa el pueblo entero desapareció por completo.
― ¿Desapareció? ¡Maestro! ¿Está el consejo culpando a Natsu por ello? ―preguntó molesta la maga de armadura, el viejo resoplo.
― El lugar desapareció producto de explosiones, sin embargo no culpan a Natsu… tal parece que lo mismo ocurrió en otros dos pueblos lejanos a casi las mismas horas, no ha quedado sobrevivientes en ningún lugar y se presume que fuera hecho por un gremio oscuro.
― ¿Quieren que Fairy Tail vaya por ellos? ―preguntó la tímida Juvia ya más calmada.
― Más bien exigimos la captura de los responsables como pago por los daños causados anteriormente, incluida la presencia de Natsu Dragneel para que testifique por presunto genocidio ―explicó el miembro del consejo, vestido en uniforme.
― Es caso perdido, Natsu no participa en misiones de grupo ―dijo con enfado el Fullbuster.
― Gray ―llamó el Dreyar. El mago de hielo se detuvo cuando volteó para retirarse.
― Si no logramos capturar al gremio oscuro, tomarán a Natsu como responsable… no tenemos alternativa.
― Maestro… ¿Cómo puede el Consejo hacer algo tan horrible? ―exclamó con enfado Erza hacia el representante que permanecía serio y no decía nada.
― Lo lamento Erza, pero… es la única forma.
El representante del Consejo sonrió ante la respuesta afirmativa, Erza le vio irse momentos después. Gray se fue rápido seguido por una preocupada Juvia, dejándola sola con el líder del gremio.
― Sabe perfectamente que se negara… no desea saber nada más que encontrarlo ―dijo ella, mirando a la espalda del viejo la tumba de su amiga.
― Entonces la respuesta será esa… le diremos que tiene que ver con ese tipo y estará dispuesto a pelear.
― Pero maestro…
― No me cuestiones Erza, tengo un presentimiento fuerte sobre ese gremio que atacó los pueblos, ve y prepáralos para partir mañana―
―… Entendido… ―respondió ella.
Me pregunto… cómo te sientes al ver a Natsu así, Lucy.
― ¡Discúlpame por favor! ¡No me mates! ―rogó el ladrón que se veía brutalmente golpeado. Tras él un grupo de más de treinta hombres estaban inconscientes, estrellados y quemados parcialmente a manos del joven que lo sostenía― ¡No sé nada, lo juro!
― Mientes ―dijo el mago alzando su puño envuelto en fuego―. Te mataré poco a poco hasta que confieses ―advirtió, acercando sinuoso las flamas al rostro del maleante.
― ¡No lo sé! ¡Piedad! ―rogó entre llantos el hombre, mas el joven mago no le escuchó y pegó su mago ardiente en el brazo del varón, quemándolo― ¡Argh!
― ¡Habla! ―le gritó, incrementando la cantidad de flamas en su brazo hasta quemarlo por casi toda la superficie.
― ¡No… se fue… dos…! ¡Para por piedad! ―gritó en busca de auxilio. El mago de fuego detuvo su ataque y le dejo hablar― Dos personas sospechosas vinieron en busca de información, luego… se fueron…
― ¿Quiénes eran? ¡Habla!
― ¡No lo sé! ¡Vinieron a cobrar… y se fueron!
El Dragon Slayer lo soltó de golpe junto a los otros hombres que yacían inconscientes. Muy poca información que no le serviría.
―… piedad… ese mal nacido no tuvo piedad… ― dijo molesto, se ajustó su bufanda y golpeó con fuerza monstruosa una viga de la habitación―. Si él no la tuvo, ¿por qué habría de tenerla yo? ―dijo con tono tenebroso, el único maleante consiente observo con horror, aquella mirada llena de odio y maldad en los ojos del mago― ¡No necesito piedad con escorias como ustedes!
El grito eufórico expulso de sus labios flamas ardientes que se expandieron por todo el lugar, una fuerte explosión destruyo la base subterránea y de entre la oscuridad salía el mago de fuego, Natsu Dragneel.
― ¡Dónde estás! ¡Aetos! —gritó enfurecido al exterior del destruido gremio oscuro— ¡Aetos! —volvió a llamar, desahogando su rencor e impaciencia.
Llevaba año y diez meses buscando por mar y tierra la ubicación de aquel que le quitó a su compañera, de aquel que se llevó a su mejor amiga, a su amada Lucy de manera cruel. Aquel hombre que les tendió una trampa y la arrancó de sus brazos para siempre. Ese día… ese día que acabó con su rubia celestial.
Gracias por todo… siempre recordare nuestros días juntos, Natsu.
Si ese día no se hubiera confiado, si tuviera el poder que tenia ahora, ella… no habría hecho lo que hizo. Ella no se habría sacrificado. Su Lucy… no hubiera aceptado aquellas condiciones.
El campo de batalla esta partido en dos secciones, en una de ellas se encuentran Erza, Gray, Lissana, Mirajane caídos junto a Natsu que se mantenía en pie a duras penas. La sangre resbalaba de su frente en gran cantidad, tenía heridas por todo el cuerpo y tambaleaba presa del dolor. Mas su expresión de furia y valor no disminuyo ni por un segundo, mantenía su mirada fija al frente, contra un sujeto de unos aparentes veinte años, de cabellos negros y ojos rubí.
― Suéltala… devuélveme a Lucy…― exclamó, escupiendo sangre al suelo–. Maldito imbécil… ¡Suelta a Lucy!
La exigencia en su voz causó gracia al oponente que sostenía por el cuello a una herida rubia. Ella tenía cascadas de lágrimas en los ojos y miraba arrepentida a su compañero de batallas.
―Hazlo ―ordenó el sujeto a una pequeña niña que aparecía frente a Natsu, de vestimentas blancas estilo griego, con adornos de oro en el cuello y la cintura, en su mano derecha sostiene una espada y en la izquierda, una balanza. Su mirada esté oculta por las vendas de sus ojos y eleva sin temor la espada contra el mago de fuego.
― La ley está impuesta y eres culpable ―expresó seria la pequeña.
― ¡Detente! ―gritó Lucy al ver como la espada arremetía contra el pelirosa― ¡Detente, por favor! ―gritó con la voz desgarrada por el llanto y el dolor. El hombre la sostuvo con más fuerza del cuello y un gemido escapó en respuesta al dolor.
La sangre salpicó rápido del pecho del mago que se tambaleó y tras segundos se mantuvo en pie, desangrándose de a pocos. La infante caminó hacia él, lista para enterrar su espada en su pecho. Lucy abrió los ojos angustiada, el cansancio de su cuerpo le impedía moverse y la angustia por sus seres queridos se incrementaba a gran escala.
― Por favor… ya basta… detente…―rogó al hombre que miraba extasiado la escena. Este giró su mirada a ella, poniendo una gran sonrisa–. No le mates… te lo ruego… ―dijo entre sollozos.
―… Lucy… ―susurró el mago al escuchar las suplicas de su amiga. La infante arremetió contra él de nuevo y este apenas pudo esquivarlo, gracias a la ayuda de un cansado gato azul que le empujó.
― ¡Resiste Natsu!― pidió entre lagrimas el exceed.
― Un corrupto debe ser eliminado por la ley ―exclamó la niña, apuntando con la balanza a la pareja de magos de Fairy Tail que aún quedaban en pie.
― Happy…―le llamó Natsu, al ver a su malherido amigo en su espalda. El gato luchaba por desprender sus mágicas alas, pero su poder mágico había acabado y los golpes hacían mella en su estado.
― Hazlo, Libra ― ordenó el hombre. El ente de justicia apuntó con un dedo al gato azul, quien se desprendió de la espalda de Natsu y se estrelló con fuerza contra los muros.
― ¡Happy! ―gritaron ambos magos de Fairy, angustiados al ver como el gato azul no se divisaba por sobre la nube de polvo.
Natsu giro furioso contra el espíritu, pero la fuerza de una patada lo mando a estrellarse contra una de las columnas en el lugar.
― Basta… Natsu… ―murmuró la rubia entre sollozos–. Detente… ―rogó una vez más, al ver como su amigo ya no se levantaba del suelo—… Natsu…
― Acábalo ―ordenó frio el pelinegro. Libra asintió y caminó lento hacia el pelirosa.
― ¡Espera! ¡Basta! ¡Natsu! ―gritó la rubia, el grito de su nombre despertó al mago, pero su cuerpo ya no podía moverse― ¡Natsu! ¡Escapa, Natsu! ―gritó entre lagrimas.
Natsu abrió los ojos, frente a él, Libra estaba lista para apuñarlo directo en el corazón. La niña alzo la espada en dirección al hijo de Igneel. Y todo cambio.
Desde su angulo de visión la niña se detuvo a pocos centímetros de asesinarlo, pues sus manos se encontraban sostenidas por otra mujer muy parecida a ella, de largo cabello rubio y ojos azul cielo. Una vestimenta similar al infante, mas una mirada muy diferente, llena de compasión y dolor eran los rasgos característicos de la mujer casi traslucida.
―Ábrete… puerta de la belleza… Piscis… ―susurró la rubia. En una de sus manos relucía una llave dorada quebrada sujeta a una delgada cadena que se ataba en el cuello de Lucy. La maga rubia jadeó fuerte y el hombre a su lado la lanzó contra el suelo, enfadado por la acción que hizo.
Y lo único que supo después de aquel día era que su adorada maga estelar se condenó a la muerte por salvarlo a él y a sus compañeros.
*Avance*
Un ataque a un gremio aliado trae nuevas pistas para las hadas de Fairy Tail. Pero ...¿Cual es el objetivo del ataque?
Hola a todos , mis queridos lectores, en esta ocasion escribo por una de mis parejas favoritas , Nalu. Obviamete tendremos muchas otras parejas , espero les guste este capitulo y nos encontraremos prnto en una semana y media. Un beso. =)
