Kobato y sus personajes no me pertenecen
En un millón.
Existen numerosos términos quizá hermosos para describirla, puede leer bastantes en las miradas de Sayaka y Kiyokazu mismo, por absurdo que suene. Sin embargo, entre la sonrisa tensa suelta por máscara, sabe que ninguna de ellas incluiría la que repetía su mente ahora con urgencia.
Kobato era, sin duda, peligrosa. Única entre el tipo de gente que no existe más en este podrido rincón de mundo.
Para él, al menos. No hay rastros visibles de aquella inocencia cándida del primer momento ni la urgencia entusiasta por saber, entender y arreglar. Los ojos miel rebozan de una calma extranjera, acusan carentes de malas intenciones y apuntan detalles otrora olvidados que muerden con la misma frescura.
Tiene que detenerla, porque él también requiere respuesta a la fuerza inusitada impresa en el rostro de la muchacha. Ha repetido tantas veces que es un yakuza que la idea de peligro debería permanecer ya impresa en su cabeza; podría desaparecerla de solo parpadear ¿por qué esta chica insiste en arriesgar su seguridad si el asunto no le concierne en lo más mínimo?
—Mi deseo… —sisea oprimiendo la delgada muñeca, pues las menciones odiosas de felicidad, sanación y deseos han logrado llevar su frustración al límite. Una niña que apenas ha visto un par de veces fue capaz de leer la entera intención detrás de su actuar, ni siquiera la fehaciente Sayaka o el obstinado Fujimoto.
Felicidad no es algo que ella puede brindarle —Aun si estuvieras en lo correcto, —no lo está, transmite en un ceño fruncido apenas y mayor presión en su brazo, tal vez así pueda creerlo él—, ¿en qué te beneficiaría cumplir mi deseo?
Tal nivel de entrega es letal, irreal hasta la estupidez. Recuerda el eco de un amor similar en muchas sonrisas pasadas y la consecuencia envía sorpresa genuina a un rostro no acostumbrado a las expresiones como es el suyo propio. Aunque no esté aquí precisamente por él (por Kiyokazu, quién lo hubiera creído), un "te entiendo" baila en su sonrisa conciliadora y la misma resignación.
No hay nada más que ambos podamos hacer por ellos, musita sin hablar la voz cantarina. Tiembla, negándose a soltarla hasta que el grito de alerta de uno de los involucrados logra apartarlo de la joven, expresión iracunda y gesto protector.
Han cambiado, gracias a ella. Miyata, Sayaka, muchas personas. Porque es peligrosa en sentidos que le dañan a él solamente, se retira en la misma postura inamovible. Porque su generosidad incomprensible golpea en contraste con su propio modo de cumplir lo que anhela, es lo mejor esquivar y ocuparse de esto de una vez por todas.
No podrá maquillar la verdad de la compasión café cuando se vuelvan a encontrar.
N/A. Posibles errores de redacción, spoilers de drops recientes en el manga y no sentido. Comentarios y dudas con sus reviews.
