En la vida habian golpes de todo tipo... Desde los que te inspiraban psra levantarte y seguir hasta los que te hundian en la mas profunda miseria.

Asi se sentía Deidara.

Y es que la vida realmente parecia haberse encaprichado con él.

No solo con nació bajo una familia en extremo selectiva y llena de prejucios. Para los padres del rubio estaba mal todo en su hijo.

Estaba mal que tuviera cabello largo.

Estaba mal que tuviera rasgos androginos.

Estaba mal que le gustase el arte.

Estaba mal que no le gustaran los deportes.

Estaba mal que a sus 20 años siguiera virgen.

Estaba mal que solo saliera con chicos.

Estaba mal que solo le gustaran los chicos.

Simplemente Deidara estaba mal.

Tras irse de su casa a los 20 habia vivido contando los centavos que tenia, sin el apoyo de sus padres a su carrera se las vivia casi en la calle; pero estaba bien.

Construyó una perfecta muralla de recelo, impulsividad y malhumor para protegerse de aquellos ajenos a su vida que podrían representar un peligro a su vida... una muralla que cayó cuando lo conoció.

Itachi Uchiha.

Un hombre de ensueño en toda la extensión de la palabra; Buen fisico, un rostro atractivo, un apellido de renombre, una basta cuenta bancaria, un misticismo por aura, un intelecto prodigio... simplemente un Dios en la Tierra que por supuesto jamás seria suyo.

SEIS AÑOS.

Desde que lo conoció en ese bar un viernes por la noche, habian pasado ya seis años. Tiempo en el que por las noches solo fantaseaba con él, en lo ardiente que podría ser en la cama, en lo cariñoso que podría ser por las frias noches.

Tú no estas defectuoso o incompleto, Deidara. Así eres y así estas bien

— No es cierto...

— Con esa actitud no conseguiras verlo.

No es que no lo viera.

No estaba lleno de prejuicios por su forma de ser, esa etapa ya estaba cerrada, ya no era el adolescente acomplejado, oh no.

Ya era un famoso pintor que sobre salia por encima de sus compañeros de oficio, ya no debia contar los centavos... ya no debia romperse la espalda... ya no debia ocultar su preferencia... pero seguia faltando...

Seguia faltando él.

— ¡Felicidades Itachi! Quien diría que no perderias el tiempo, un año de casado y ya eres padre —Naruto rió y palmeo a su amigo.

— ¡Mira quien habla! —Sasuke defendió Sasuke.

— Es un jodido hospital, si van a hacer ruido entonces largo —Gruño Deidara.

— Deidara tiene razón. Debo ir a ver a Izumi, pero gracias por venir chicos —El hombre de cabello moreno sonrio cansado y los despidio, no sin antes tomar a Deidara por el hombro con cariño— Gracias amigo... Gracias a ti conoci a Izumi y ahora ella me ha dado un hijo. Gracias a ti mi familia esta completa —

— Hump... si empiezas con tus cursilerias me haras vomitar Uchiha. Ahora ve con tu mujer y tu hijo. Te necesitan —

— Muy cierto. Nos vemos Deidara —

Silencio...

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Dolia.

Pero estaba bien...

Lo vio alejarse y entrar al lado de su esposa y su recien nacido hijo... un cuadro que cualquier mujer de cincuenta quisiera comprar...

— Te equivocas Itachi... Estoy incompleto... y lo seguire estando para asegurarme de tu vida no lo este.

BUENO!

PUES PRIMER CAPITULO.

ESPERO LES HAYA GUSTADO.

ME DOLIÓ.